Llegó el día del derroche
para una raza de leyenda,
no hay bastantes luces en el cielo
y las farolas de la ciudad
se vuelven estrellas
que iluminan de colores
los vestidos de las gitanas.
La joven se somete,
se asusta la hermosura,
tres rosas sobre el pañuelo,
tres veces reza la pureza
cubierta de peladillas fecundas
sobre el cuerpo de la novia.
Cantan las alboreás,
a hombros salen los novios,
la comunidad entona
el yeli a la alegría,
y los gitanos rompen
sus camisas sin mácula.
Respeto al Patriarca,
el valor de la palabra,
salud y fraternidad,
la señal de los gitanos.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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