sin aliento.
El sol debe haber estado tan enamorado de ti que decidió pintar tu piel con su tono dorado,
y la noche debe haber estado tan celosa de tu belleza que cubrió tu cabello con su oscuridad.
Y tu voz... es un regalo del cielo, un sonido angelical que me cautiva y me enamora cada vez que lo escucho.
Me siento increíblemente afortunado de tenerte en mi vida.
Gracias por permitirme amarte de esta manera,
por abrirme tu corazón y dejarme ser parte de tu mundo. Eres mi todo, y te amaré hasta la ultima rosa.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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