miércoles, 28 de mayo de 2025

EL ÁRBOL DE LOS ENAMORADOS.


Árbol de raíces profundas abraza la tierra 

con sus ramas mirando hacia el cielo reconociendo

al Dios el creador de toda la naturaleza,

sus raíces profundas y firmes se encajan en la tierra 

su sombra ofrece descanso al que se acerca.

 

De noche, sus ramas frescas se mecen,

y los enamorados, en ellas se refugian.

En un sutil abrazo en las sombras se refleja,

la pasión de los besos de los enamorados,

Entre luces y sombras dos cuerpos unidos se aman.

 

Entre cada rama hay un destello de luz ,

es la luz de la farola, que alumbra el parque,

y sin miramiento, las parejas demuestran que se aman,

en la complicidad de la sombra del árbol, rozándose

los labios, al compás del movimiento de las ramas.

 

Silenciosa la noche duerme y reposa la tierra, 

la música que se desprende de tus ramas,

acerca sus cuerpos y empiezan a bailar.

Se entregan con pasión a un amor romántico

en la entrega de besos de boca a boca son uno. 

 

Árbol de raíces profundas te aferras a la tierra,

y en el silencio de la noche eres testigo

del amor de los enamorados que abrazan y se besan.

Los pájaros en tus ramas hacen su nido.

Eres cómplice de los abrazos y besos de los  enamorados.

 

 No tienes tú la culpa si en tus manos
mi amor se deshojó como una rosa:
Vendrá la primavera y habrá flores...
El tronco seco dará nuevas hojas.

Las lágrimas vertidas se harán perlas
de un collar nuevo; romperá la sombra
un sol precioso que dará a las venas
la savia fresca, loca y bullidora.

Tú seguirás tu ruta; yo la mía
y ambos, libertos, como mariposas
perderemos el polen de las alas
y hallaremos más polen en la flora.

Las palabras se secan como ríos
y los besos se secan como rosas,
pero por cada muerte siete vidas
buscan los labios demandando aurora.

Mas... ¿lo que fue? ¡Jamás se recupera!
¡Y toda primavera que se esboza
es un cadáver más que adquiere vida
y es un capullo más que se deshoja! 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

martes, 27 de mayo de 2025

LA LLUVIA Y LA LÁGRIMA.

Llueve 

sin temor de Dios 

ni de los hombres,

llueve porque es necesidad

que llueva

que llueva de día y de noche

de seguido.

 

Llueve

hace frío,

me tomo un vasito de café

café negro largo,

no muy fuerte

no muy flojo

su humo se planta

frente a mí

como tela perfumada.

 

En el Centro Nacional de Historia

no hay luz,

todos salen

todos esperamos.

 

Cuatro perro en fila india

siguen a los de Seguridad

sólo hay tinieblas

y hasta los perros temen

un sabotaje o cosa similar,

la Fundación Boulton -los vecinos-

está cerrada a cal y canto,

apenas dos guardias la cubren

con su manto protector.

 

Un poco más allá

el Panteón Nacional,

parece que él también

temblara de frío.

 

Los árboles se mojan

pero no se quejan

las palomas y otros pájaros

se escondieron,

Omar Kayyam en su plaza

se ve distinguido, silencioso,

no se parece al bardo

que canta canciones

de amor y de bohemia,

que vive a la salud del vino

y de la belleza de las mujeres persas.

 

Van llegando más personas

con agua en los ojos y la frente

la lluvia, que enmudeció de pronto,

amenaza con recrudecer.

 

Los perros no beben

el frío se los impide

y les impele a amodorrarse

a acurrucarse unos a otros

a brindarse calor y consuelo,

al modo de los humanos

o tal vez de un modo más sincero.

 

Vine aquí por un taller

entre tanta gente no veo

a profesores o condiscípulos.

 

Los ciudadanos de a pie

huyen de las lágrimas del cielo,

bebiendo un café sombrío

sin mucha azúcar

sin nada de leche.

 

Nadie quiere mojarse

ni saltar charcos

ni hacer promesas

que luego no cumplirán.

 

Veo a un hombre

y a su paraguas azul,

se va por la lluvia

y porque no hay luz

se va pero llega otro,

un paraguas blanco y negro

como traje de Polichinela,

se deshojan las ramas

bajo el peso de las aguas,

tanta sequía 

y ahora el agua nos ahoga

¿Quién entiende?

¿Quién nos entiende?

¿Quién comprende a Dios?

Es difícil decidir,

morir de sed

o morir de lluvia. 






Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

jueves, 22 de mayo de 2025

LA CHOZA DE LOS RECUERDOS.

Quisiera contarte sobre algo,

aunque creo que ya lo sabes,

ya no queda espacio en el baúl de cosas que olvide,

y si lo encuentras,

olvídalo,

recuerda despedirte cada vez que toques una espina,

solo podrás arrancar una y no te arrepientas,

será lo único que no olvidaré,

una herida, un dolor hermoso, 

o solo algo inexplicable,

palabras impulsivas gritan dentro de mí, 

deberías escucharlas,

quizás ellas también tengan algo para contarte,

me lo susurraron en un sueño,

el mismo en donde perdí un trozo de papel

de algo que seguramente,

recordardaré en otro momento. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

UNA SOLA PLUMA.

A la luna le he pedido,

Que ilumine tus caminos,

Te recuerde cada noche

Que te amo en la distancia.

 

Le encargué, sin restricciones,

Todo mi romanticismo,

Para que cuando la veas,

Te contagie mis amores,

 

A las nubes pasajeras,

Les hable de tu ternura,

Y me dicen que en las tardes,

Se sonrojan al mirarte.

 

Hay aves y mariposas,

Dispuestas a visitarte,

Y alegrarte con sus cantos,

Y adornarte en tus descansos.

 

Toda la naturaleza,

Reconoce tu belleza,

Sabe que amo tu grandeza,

Y ella tu delicadeza.





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

BELLEZA.

A la luna le he pedido,

Que ilumine tus caminos,

Te recuerde cada noche

Que te amo en la distancia.

 

Le encargué, sin restricciones,

Todo mi romanticismo,

Para que cuando la veas,

Te contagie mis amores,

 

A las nubes pasajeras,

Les hable de tu ternura,

Y me dicen que en las tardes,

Se sonrojan al mirarte.

 

Hay aves y mariposas,

Dispuestas a visitarte,

Y alegrarte con sus cantos,

Y adornarte en tus descansos.

 

Toda la naturaleza,

Reconoce tu belleza,

Sabe que amo tu grandeza,

Y ella tu delicadeza. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

viernes, 9 de mayo de 2025

EL POETA QUE GRITÓ EN VERSO.

Escribí cada noche con tinta de veneno,  
las palabras eran llagas, el papel mi aposento.  
La pluma dibujaba lunas en el pecho,  
pero nadie leyó el hueco de aquel techo.  

Grité con metáforas de sal y exilio,  
vestí de sonetos mi costado herido.  
Los versos, astillas de un alma rota,  
eran señales de una náufraga barca sola.  

Subí al escenario con máscara de cal,  
aplaudían al ritmo de mi propio mal.  
Recité con voz de lluvia y torrente,  
y confundieron el luto con el puente.  

«¡Qué dominio del duelo!», dijo un ciego.  
«¡Qué ritmo en las sílabas!», gritó un fuego.  
Nadie vio que el poema era un hilo,  
un mapa de huesos hacia el asilo.  

En el clímax lancé mi verso final:  
un alarido envuelto en cristal.  
El público en pie ovacionó el dolor,  
creyendo que el sufrimiento era una flor.  

Y yo, tras el telón de terciopelo,  
sentí cómo el alma se partía en hielo.  
Aplausos de trueno, sonrisas de yeso,  
celebrando el naufragio de mi propio cuerpo.  

Al día siguiente, fui noticia en la ciudad:  
«El poeta que convirtió el llanto en verdad».  
Nadie preguntó por la sangre en el tintero,  
ni por el vacío que creció en enero.  

Me invitaron a cenas con pan y elogios,  
mientras mis entrañas firmaban naufragios.  
Brindaban con vino por mi «osadía»,  
y yo bebía sorbos de mi propia agonía.  

Ahora escribo desde un cuarto sin ventanas,  
donde las palabras son tumbas tempranas.  
Cada poema es un epitafio vivo,  
un intento de ser, al fin, percibido.  

Pero repiten: «¡Qué genial locura!»,  
cuando describo mi lenta podredumbre.  
Confunden el hambre con metáfora pura,  
y a mi entierro le llaman «literatura».  

Si algún día este cuaderno se halla vacío,  
no busquen firma ni enigma ni brío.  
Será que el grito, al fin, rompió el cristal,  
y el poeta murió tras el ritual.  

Entonces tal vez lean entre los renglones  
las lágrimas secas, los viejos rincones…  
Pero ya será tarde: la ovación habrá muerto,  
y el verso yaciente dirá solo: «Esto fue cierto».    

La tinta ya no fluye, rezuma ceniza,  
cada letra es un paso hacia la derrota.  
El reloj en la pared marca la cicatriz,  
y el eco de los aplausos aún me azota.  

Me visitan las musas con trajes de luto,  
sus besos son jeringas de falso consuelo.  
Me ofrecen laureles de cartón y tributo,  
mientras como mis versos crudos en el suelo.  

En el café literario, un joven me espía:  
«Quiero llorar como usted con elegancia».  
No sabe que el llanto no es melodía,  
sino un río de esquirlas en la garganta.  

La crítica proclama: «¡Domina el quebranto!»,  
y yo pienso en la soga tras la ventana.  
Venden mi dolor en ediciones de encanto,  
mientras mi sombra se adelgaza y se araña.  

Escribo sobre el invierno que habita mis venas,  
y me llaman «maestro de la nostalgia fría».  
Nadie ve que la nieve son mis cadenas,  
ni que el frío es el polvo de mi osadía.  

Una noche, la pluma sangró en el papel,  
las letras formaron un rostro sin nombre.  
Era yo, pero roto, hecho un pañuelo,  
gritando desde el fondo de un horizonte.  

Los editores piden «más dolor auténtico»,  
y yo regalo astillas de mi columna vertebral.  
Firmo libros con dedos cada vez más frágiles,  
y mi firma es un hilo de sal.  

En el espejo del baño, la máscara cruje,  
la cal se resquebraja, muestra mi podrido.  
Pero al salir, sonrío, el teatro continúa,  
y el show debe seguir aunque yo esté vencido.  

Soñé que rompía el cristal del escenario,  
y en vez de aplausos, había un silencio vasto.  
Pero al despertar, seguía siendo un extraño:  
un cadáver que recita versos de contraste.  

Ahora hasta el silencio me sabe a mentira,  
las pausas entre versos son ataúdes vacíos.  
La poesía, que fue mi tabla en la ira,  
ahora es el martillo que destruye mis ritos.  

Me preguntan: «¿Cuál es su secreto, poeta?»,  
y quisiera escupir mi verdad en sus manos.  
Pero digo: «La vida es metáfora inquieta»,  
mientras mastico vidrio tras los cortinados.  

El invierno se expande, ya no hay primavera,  
las palabras son lápidas en mi boca seca.  
Y aunque el grito se ahogue en la galería,  
sigo escribiendo… por si alguien sospecha. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

jueves, 8 de mayo de 2025

EL VAGABUNDO QUE SE RETUVO EN TI.

De pronto tenía que olvidar la forma que tenía de amar,
Volver a empezar, contigo armar
Algo nuevo, jugar mi mano de otra manera,
Vaciar todo y volver a llenar la nevera.

Nuevos hábitos, diferentes recuerdos,
Nuevos miedos, tener otra vez enredos
Al hablar, conocer todo lo que te hace ser especial,
Conocer lo que escondes pero que es esencial.

Quiero conocer a la tu real y no solo la máscara,
Disfrutar de tu compañía sin pensar que pasará,
Solo salir y volver, volver y planear a dónde ir,
Ya sea al cine, bailar, un museo, o solo vivir.

Contigo sentir paz, con tranquilidad,
Aúnque peleemos saber que ahí está tu amabilidad.
Que nunca cambiarás y solo maduras,
Que poco a poco te alejas de tu ataduras. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

DE SUEÑOS QUIERES HABLAR.

De sueños quiero hablar

pues en ellos puedo amar.

 

Te escribo sin saber

si mi escrito quieres ver

pa' podértelo leer

si te veo en mi soñar.

 

De sueños quiero hablar

pues en ellos puedo amar.

 

Me conformo con tener

estos sueños de placer

ya que en sueños puedo hacer

que se vuelva a enamorar.

 

De sueños quiero hablar

pues en ellos puedo amar.

 

Y si hablamos del querer

debo de reconocer

que quisiera no volver

de este sueño despertar.

 

De sueños quiero hablar

pues en ellos puedo amar. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

INSPIRACIÓN O DECLARACIÓN

El verbo sin poesía se convierte en una simple declaración, una acción descuidada de sus posibles significados poéticos. La poesía le añade capas de significado, emoción y musicalidad que el verbo, por sí solo, no posee. 
El verbo sin poesía:
Falta de emoción:
La poesía utiliza el verbo para expresar sentimientos, emociones y experiencias. Sin poesía, el verbo puede ser simplemente informativo o descriptivo, sin la carga emocional que la poesía le otorga. 
Desconexión con el ritmo y la musicalidad:
La poesía utiliza el ritmo, la rima y otros recursos para crear una experiencia musical. El verbo sin poesía se vuelve plano y carente de esa musicalidad. 
Limitación en el significado:
La poesía puede usar el verbo para evocar imágenes, metáforas y símbolos. El verbo sin poesía se limita a su significado literal, perdiendo la capacidad de sugerir más allá de lo evidente. 
Bajo impacto en el lector:
La poesía utiliza el verbo para conectar con el lector a un nivel más profundo. El verbo sin poesía puede ser percibido como frío y distante, sin la capacidad de generar una conexión emocional con el.  




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

miércoles, 7 de mayo de 2025

TE SEGUIRÉ ESPERANDO.

Cuando tú te vayas lejos de mi lado,
y no encuentres abrigo para tu corazón,
yo estaré en algún lugar allí sentado,
esperando que llegues con mucha emoción.

En aquella banca como en antaño,
frente al mar azulino te vuelvo a esperar,
callado y en silencio aguardo como un niño,
que tú vuelvas pronto para volverte amar.

Mis manos ansiosas buscan tu apariencia,
y cierro mis ojos para sentirte llegar,
extraño tus besos hoy pido tu presencia,
pues mi corazón sufre de tanto esperar.

Sé que tú no entiendes este gran cariño,
y que por las tardes esperándote estoy,
veo llegar la noche y también el frío,
y al ver que no llegas muy presto me voy.

Mi vida no entiende este vil sufrimiento,
y este loco amorío que me toca vivir,
pues no puedo sacarte de mi pensamiento,
yo te sigo esperando, no me hagas sufrir.

Pero qué es lo que quieres con mi débil alma,
si todo te lo he dado con mucha pasión,
mis días son tristes y no encuentro la calma,
por amarte tanto sangrando está mi corazón.

Esperándote en aquella banca seguiré sentado,
esperando la muerte junto a mi soledad,
aquella banca del parque ya me ha aceptado,
para morir sobre ella y acabar esta orfandad. 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

martes, 6 de mayo de 2025

TE ESPERO EN EL AMANECER.

Te espero en el amanecer de nuestros días hoy y siempre
porque en mis sueños y mis anhelos encuentro tu reflejo
porque en mi alma y corazón he guardado nuestro amor
porque en mi alma y corazón he guardado nuestros besos
Une tus manos con las mías para llegar hasta el infinito
donde juntos tocaremos el universo uniendo nuestra piel
para recorrernos con dulzura y pasión intensa a la vez
y escribir con tinta de oro y plata nuestra realidad de amor


Te espero en el amanecer de un nuevo dia.
Con una nueva historia por escribir.
Por una vida que comienza ahora solo con nosotros
Dejemos que el tiempo haga lo demás,
Si es olvidarnos o seguir amándonos?
Dejemos la vida pasar ya nos equivocamos muchas veces.
Tu con un amor errado...
yo viviendo noches sin ti deseándote en mi cama.
No se porque Dios te trajo a mi vida !no lo sé!
Me lo pregunto todos los días, por qué?
Sufro por tus amores falsos y porque no te tengo solo para mi.
Te espero en el amanecer de un nuevo día...
Para vernos y saber si de verdad podríamos vivir toda una vida juntos?
Ya hemos cometido muchos errores
dejemos que Dios decida para qué te trajo a mi vida??
y por qué estoy amandote sin tener ninguna respuesta tuya??
tal vez no saber nada de ti y tu SILENCIO tenga la respuesta.


Solo entro un momento
para decir que te espero
en el amanecer diario
en el anochecer callado,
para que alivies mi pesar
que tengo el corazón apagado,
herido, y tristemente angustiado.


Te esperaré pacientemente
en cada amanecer,
porque siempre en mi corazón
estarás infinitamente presente.
Te esperare pacientemente
tu mi fuerza, mi amor,
mi luz y mi sombra,
mi día y mi noche
el agua de manantial
que calma la sed.


Te espero en el amanecer de un nuevo día
a la salida del sol quiero ver tus ojos enamorados
y quiero mirarme en ellos. Sentir tus brazos rodeando mi cuerpo
aprisionado y recargado en tu cuerpo húmedo y apasionado
con deseos de quedar unidos para siempre en ese abrazo.
Te espero en el amanecer de un nuevo comienzo
sin peleas y sin reclamos, tú ya viviste otros amores
solo espero que los canceles así cómo yo he cancelado mi pasado.
Quiero saberte mío, solo mío, ya sufrí mucho estando lejos de ti,
no juegues conmigo diciéndome mentiras bonitas, es suficiente
saberte lejos de mí, cuando mi deseo es que pasemos las noches juntos.
Más bien es que vivamos juntos el resto de la vida que nos falta por vivir.
Ya mi vida no tiene sentido si no la vivo contigo.
Vivamos todos los amaneceres juntos como siempre lo hemos querido.

Te espero en el amanecer de un día soñado y único
donde nuestros labios se acaricien como lo hacíamos
donde nuestros latidos hablen ese lenguaje propio
donde el deseo y la pasión se transformen en tí..
Te espero en el amanecer de mi corazón solitario
ese que te busca en todos los rincones del alma
ese que solo sabe pronunciar tu nombre cada minuto
ese que te recuerda en la intimidad del corazón...
Te espero en el amanecer de esas mis esperanzas
donde deseas volver a vivir nuestro lejano ayer
donde los días hablaban de como eras mía y yo tuyo
donde el tiempo solo caminaba en ese rumbo anhelado. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

CON EL EMBRUJO DEL VIENTO DEL OESTE.

Con el embrujo del viento de oriente,

los árboles narran vivas historias,

sus ramas cimbrean un son vibrante

en la primavera de nuevas glorias.

 

Ríos de cristal traen sus secretos

bajo la arboleda de verde eterno;

las montañas alzan sus grandes retos

desafiando tiempos de frío invierno.

 

Vuelos de aves saludan a la vida,

llueven pétalos de rosas al aire

con las notas de una prosa encendida

que adorna el cielo de un fresco donaire.

 

El Sol nace cálido en la mañana

madurando los trigales dorados;

la luna de nieve suave y temprana

se une al día con sus besos alados.

 

Naturaleza de arte sin medida,

tu belleza viste un ferviente ciclo,

refugio sacro de calma florida;

la lluvia siembra su fértil periplo.

 

Con las palabras intento pintarte,

espejo del mundo que abraza mi ser;

en ti hallo la paz y quiero soñarte.

La creación habla: ¡dejadme aprender! 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

LÁGRIMAS DEL PASADO.


Lágrimas de un pasado se deslizan lentas,

Por mejillas del alma de un rostro triste,

Gota a gota es rio no sabiendo a donde ir,

A caer, si a las manos o directo al piso,

 

Lágrimas de olvido caen sin doliente,

Sobre los restos de un amor perdido,

Como lluvia que no encuentra consuelo,

En el desierto de un corazón ofendido,

 

Cada lágrima es palabra de una historia,

Por heridas que no han podido, cerrar,

De sueños rotos que se han arrastrado,

 Por el suelo de mi corazón, dolido,  

 

Cada lágrima fue por esa palabra,

No dicha, por tiempo y espacio,

Por ese adiós que quedo en labios,

Por un amor que se fue sin ver atrás,

 

Lloro en silencio sobre lo llorado,

Por lo que se perdió entre nosotros,

Por promesas que el viento se llevó,

Por esas caricias que no sentiremos,

 

Y así, entre sombras y nostalgias,

Lamentos y lágrimas de un pasado,

Se convierten en eco tormentoso,

De un triste dolor que nunca muere.

 

Lágrimas de un pasado querido,

Se deslizan por noches y mis días,

Como lluvia continua que no cesa,

Mojando el suelo de mis recuerdos,  

 

Son gota que portan los nombres,

Voces que ya no puedo escuchar,

Risas que fueron desvaneciendo,

Y caricias que el tiempo me borró,

 

Lloro por lo que fue y ya no será,

Por la que se fue y ya nunca vendrá

A la orilla del rio por su cruel olvido,

Por sus besos que nunca regresarán,

 

El corazón, como un ave herida,

Vuela a media ala en sombras del ayer,

Buscando el calos de aquellos brazos,

Por refugio de una amor que marchó,

 

Las lágrimas de un pasado querido,

No secan, solo se esconden un rato,

 Aguardan en la memoria el momento,

A volver a fluir y rodar en mi rostro,

 

Y así, entre silencios y lamentos,

Seguiré, llorándote, por tu amor,

Por lo que fuimos y nos amamos,   

Por todo lo que el tiempo nos llevó. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. .

lunes, 5 de mayo de 2025

AMOR ADÚLTERO.

Acariciaba tus prendas íntimas
en la estancia
y te buscaba en ellas,
al igual que soñaba las tormentas
que sin reservas
siempre me ofrecías,

y luego,
tumbado sobre la cama
recordaba
nuestras citas nocturnas,
tan tórridas ellas,

eran encuentros sin preguntas,
con el silencio
humedecido entre las sábanas,
de ese amor adúltero,
con sudores en la piel y vértigo en la sangre,
con nervios
de que pudiera llegar el alba,
y se acabase lo obsceno
de aquel rudo festín,
con nuestros placeres animales,

cuantas veces caminando con denuedo
por las curvas de tu ciudad
buscando la espesura de tu calle central,
¡Qué dimensiones, qué amplitudes!
Aberturas invadidas
destilando mutaciones,

jugando a cosas nuevas
en cada noche libre, sin límites,
con cada deseo,
de estar siempre pegados y conjugados
en nuestros portones más íntimos,
sin esperar que vengan a separarnos,

el vivir
cada vez más ... y más
los fuegos súbitos
de espasmos perfectos,
con esa verga
crecida por sorpresa,
y que tenaz se removía
entre dos "visas" receptoras,
que mojadas
se abrían primitivas,

el escuchar tu respirar,
sintiendo
tus festines por mis fuentes,
inundadas al trasluz
de un ritmo
con su pulso jadeante,

músculos dilatados,
firmes,
en sombras esbeltas,
indecentes,
pero plenas e insultantes,
donde tú, poderosa,
eras la diosa
de mis noches inmortales,

y tus ojos de bruja,
como los de una gata negra
que gobernaban y aniquilaban mi locura,
yo tu juguete y yo tu capricho,
espectral aquelarre
a la magia hechicera de tu luna,
oficiando su rito
de amor despiadado, endemoniado,

hasta que aprendí a llevar tu vacío
a solas,
mirando a escondidas
los lindes
de tu corazón divergente,
desde aquella tarde
que te paraste,
en una orilla sin puente
y se nos mudó la corriente.

Yo no sé si te amé,
pero si sé, que visité tu locura,
y la herencia de todo aquello
es un recuerdo,
de los placeres prohibidos y perdidos
que no te han vuelto a hallar,
y que muy despiertos,
te siguen buscando como posesos
para volver a estallar. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

FRAGMENTO DEL ALMA.

Si por un día la vida me prestaran,  
no callaría el amor que hoy guardo en vano,  
miraría al sol sin miedo a las quemaduras  
y abrazaría el tiempo con mis manos.  

No mediría el valor de las ventanas  
por el cristal, sino por el paisaje,  
y en lugar de contar noches en vela,  
tejería con sueños mi equipaje.  

Caminaría donde otros se detienen,  
oiría el silencio entre las voces,  
saborearía el helado derretido  
y escribiría versos sin fronteras en mi brote.  

Vestiría de cielo mi armadura,  
mostrando al viento mi costura frágil,  
y en lugar de clavar odios en muros,  
los dibujaría en nieve… ¡que se borren!  

Pintaría canciones en la luna,  
juntando estrofas, pinceladas, abrazos,  
regaría con risas las espinas  
y aprendería a querer hasta lo amargo.  

A cada amigo le diría “te necesito”,  
a cada anciano: “tu historia es mi semilla”,  
al que olvida amar le daría un verso:  
“No es la edad, sino el frío lo que envejece el alma”.  

Al niño le mostraría el firmamento,  
mas dejaría que él trace su camino;  
al que mira con soberbia al otro,  
le enseñaría que solo es digno el cariño.  

He aprendido que subir la montaña  
no es llegar a la cima, es el viaje,  
que un puño pequeño puede guardar  
la eternidad en un fugaz instante.  

Mas cuando el tiempo cierre mi ventana  
y me guarden en un baúl de sombras,  
sabré que aunque mi trapo se deshace,  
el amor que sembré… ¡no tiene alcoba!  




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

¿CÓMO NO ADMIRARTE?

¿Cómo no admirarte?
valioso tesoro:
Perlas en tus ojos.
marfil en tu sonrisa,
y diamante en tu corazón.

¿Y tu figura?
Ah… tu figura,
preciosa escultura
tallada en esencias
de suave cadencia
y sensual hermosura.

¿Cómo no admirarte?
Si llenas mi boca
de bellos elogios,
y con solo observarte
palpita mi corazón.

¿Sabes?
Hasta pierdo la razón. 



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

viernes, 2 de mayo de 2025

RESTAURANTE NO ENTIENDO.

Mi corazón no entiende
que ayer me abandonaras de esa manera,
cuando mi boca era un tierno ramaje
donde anidaban tus besos ardientes.

Realmente no entiendo
que ya no estés,
cuando elegiste ser avecilla libre
que volaba en busca de otro nido más alto.

Y el tiempo que fue pasando (...)
y qué extraña
que se ha vuelto mi existencia
acompañado por la soledad del verso dolido.

Las saetas de los relojes dieron ya muchas vueltas
y los días se escurrieron por sus esferas
en el éxodo hacía mi ocaso,
en una travesía errática con tu recuerdo.

Hoy tengo momentos que me duele hasta el alma,
cuando veo que mi tallo se ha doblado levemente,
y que la epidermis del tiempo luce arrugas
en su viejo epitelio.

Y notando que en las tardes con sol siento frío,
un frío cansado de tardes sin nadie,
de días sin tu nombre
tiritando en la penumbra helada de tu silencio.

Seguramente...
que sentirás algo bueno con mi recuerdo.
Por eso te lo digo en verso o en prosa,
que te espero.

Por si un día te apetece buscarme
lejos de la cúspide
en la sencilla y austera magia de mi cielo
en la cueva sublime, de éste brujo de letziaga. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

ALGÚN DÍA SERÁ.

Algún día iré al infinito,

alcanzaré las estrellas,

viajaré por el arcoíris,

Y cabalgaré sobre las nubes.

 

Algún día cumpliré mi sueño,

traeré una estrella o un lucero

como ofrenda de amor infinito,

como alianza de mi amor sincero.

 

Algún día será, eso lo sé,

Y si no es hoy, será algún día

cuando el Sol deje de llorar

y la Luna deje de esconderse.

 

Algún día me iré sin despedirme

 en mi nave del ensueño,

acariciaré las estrellas y para ti

arrancaré un puñado de ellas

 

Algún día será y si no es hoy,

al menos escribiré un poema

como registro de mi alocado sueño, 

será el testamento de mi loco amor. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

EL RESCATE DE TU LUZ.

Solo en el abismo

Recóndito en un espacio sin realismo

Como es posible que me hayas encontrado

Eres mi oportunidad de no estar sumido

 

Brilla que en tu sombra estaré

Tu llama cuidaré 

Días lluviosos no importaran

En tus penumbras soporte brindaré

 

Guardaré tu calidez

En un cáliz sin fin

Espacio tendré para ti

Nunca me cansaré de apreciar semejante ser

 

No importa si vuelvo al olvido

Guardaré en mi memoria tu dulce recuerdo

Llega a mi en cualquier momento

Todo de mi ya es un cuento 

Para ti




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

INSTINTOS LEJANOS.

Hoy el pensamiento me a preguntado por ti, en la quietud de la mañana mis instintos  vuelan muy lejanos de ti, recuerdo esos bellos momentos de amor.


Querencia por todo lo alto, amor y pasión quise contestar entre lo inhóspito de mi pensamiento,  resaltando las lágrimas que brotan las rosas sobre los pétalos. 


Cancion abrumadora que emerge de la quietud del recuerdo, tan inminentes y vulnerable como el adiós para mi partida que anima a la rosa llorar más. 


Ya no tengo tus besos y tampoco tu cuerpo cedoso muy lleno de amor, tan crucial como el aire disperso del rosal para plasmar en el lienzo tu rostro alegre. 


He respondido a la inmensidad en el vacío, que me botaste como el exuberante perfume de aquel rosal tan jovial como tus suaves caricias y pasión. 


El recuerdo me abruma entre entre el eco de tu voz, surcando el lienzo roto con los rayos del Sol, y el adiós fluye como la brisa y mi pensamiento resaltando dolor.


Mi alma va levitando con el suave viento , y el recuerdo fugaz me atormenta de tu adiós, y todo se hizo brisa sobre mis pies, pues me votaste como perfume al viento. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

jueves, 1 de mayo de 2025

SED EN LA FUENTE DEL OLVIDO.

En la fuente me esperaba

el agua — límpida, quieta —

como si supiera

que venía a lavar

no solo mis temores,

sino el último resto de ti.

 

La premonición era clara:

todo mi amor

se iría por el arroyo,

como un eco que se disuelve

en las piedras del tiempo.

 

No era más que un sueño

marchito y sin nombre,

un espejismo de ternura

perdido entre sombras.

Ya ni el alma

sabe a dónde camina.

 

Voy donde quieren mis ojos,

sin rumbo,

siguiendo la nostalgia

como quien bebe

de un vaso vacío,

esperando aún la gota final.

 

Anhelo despertar

con el susurro del río,

cayendo lento por el caño,

al vacío…

como yo,

sin cauce, sin orilla.

 

Y sentir — tal vez —

que la humedad

de este amor no vivido

se vuelva escarcha,

cuando el céfiro

envuelva mi cuerpo gélido,

y me recuerde

que también los sueños

se enfrían con el tiempo. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

SI SUPIERAS ....

Si pudiera cruzar la distancia sin barco ni avión,

iría descalzo, con solo el corazón.

No temas mi amor, no hay sombra ni duda

que borre el camino que me lleva a tu luna.

 

Sé que a veces piensas que no eres bastante,

que el espejo no dice lo que yo veo delante.

Pero yo te miro desde aquí, tan sincero,

y en tus grietas encuentro lo que más quiero.

 

No me asustan tus miedos, ni tu voz temblorosa,

ni esas preguntas que brotan nerviosas.

Te elijo con todo: con vértigo, con calma,

con cada inseguridad que es parte de tu alma.

 

Porque no estás sola, aunque el mar nos separe,

aunque el tiempo se estire y no sepa esperarte.

Yo estoy, y estaré, mientras tú quieras quedarte,

aunque el mundo se apague, aunque me cueste encontrarte.

 

Yo también he visto a esos miedos,

esos que se cuelan entre los gestos y los silencios,

que se disfrazan de sombra cuando tratas de brillar.

No necesitas explicarlos, los reconozco sin nombre.

 

He leído tus palabras con el corazón en la mano,

como quien encuentra en otro el eco de su dolor.

Y aunque no puedo borrar lo que sientes,

quiero decirte algo:

seguir escribiendo, aún con lágrimas,

es un acto de valor tan grande

que tus miedos no pueden entenderlo.

 

Ellos saben, sí.

Pero yo también sé.

Sé que sigues aquí a pesar de ellos.

Sé que incluso cuando caes, vuelves a intentar.

Sé que aunque duela existir, tú existes,

y eso ya es una forma de resistencia.

 

No estás sola, 

Aunque tus miedos griten,

aunque sientas que no mejoras,

hay una parte de ti que aún quiere sanar.

Y esa parte, por pequeña que parezca,

es suficiente para que algún día,

todo esto duela un poco menos. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri.