(Ojalá esto nunca ocurriese. Invito a toda mujer a
denunciar todo tipo de maltrato)
Sufrimiento en los minutos,
La mujer en su matrimonio
Infeliz discutiendo.
Ninguna salida,
Su hombre la humilla,
Se siente siempre ofendida.
Tiempo no tiene,
En algunas madrugadas
Llegan los golpes,
En las mañanas los cardenales
Por las espalda y glúteos
Ya flácidos por el paso de los años.
Mujer va caminando,
En sus ojos sigue deslumbrante
Aunque refleje dolor,
Cansancio e humillación.
En la calles, en el trabajo,
Descubre una mirada
Un hombre que la ilumina
En ese choque de esperanza.
Encuentra un refugio
Sigiloso, escondido.
Primero las presentaciones,
Los halagos, el volver a sentir,
La belleza femenina en su vivir.
Pasan los días y la mujer
Se entrega a escondidas
A su amante,
En las ausencias
De su maldito hombre.
Las caricias aumentan;
Fantasías ocultas en la mente
Flotan y se presentan,
Se funden en los cuerpos,
Se la mujer y el amante
Aprendiendo del sexo
Y el amor en ello.
El hombre no imagina,
Simplemente llega y se cobija,
Se olvida de su esposa,
Solo en ocasiones la fulmina
Con su odio y rencor en golpes.
Ella aguanta,
Mañana será otro día,
Su amante aliviara el dolor,
Encontrará paz
En lo efímero de la pasión.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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