Deja que seas mi paz, mi quietud,
Y seas quien te llame estando a solas
Cuando esté a punto de dormir.
Deja que sea inspiración en tu juventud
Como el vasto mar con sus olas
Tan sonoro bajo el cielo azul.
Deja que me rinda todo a ti.
Que la noche nos llene de sueño
Y al amanecer nos acaricie el viento.
Deja que en tu sosiego esté contento
Como cuando era aquel pequeño
Que en su inocencia era tan feliz.
Déjame sonreír cuando te veo
Y en tus sentidos te regale mis flores
Y sean mi delicia en tus suaves manos.
Y que mientras nos visita Morfeo
Y que por muchos amaneceres
Despiertes sonriente queriendo nunca separarnos.
Deja que mientras impávida te hallas
De todo mal que hay en el mundo
Yo te dé franco y sereno mi escudo.
Qué hermosa eres Chiquilla cuando callas!
Qué dulces palabras por las que fecundo
Mi corazón quisiera ser tan sólo tuyo!
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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