Soñaba contigo en las noches,
con tus ojos de esmeraldas.
Y era triste el despertar,
porque no estabas.
Soñaba con tu mirada,
de dos mares esteladas,
y era triste el despertar,
porque no estabas.
Soñaba contigo, lo ansiaba:
oír tu voz,  tus
palabras,
y era triste el despertar, 
porque no estabas.
Y ya no te necesito,
no te necesito para nada,
pero quería decirte esto
porque te necesitaba.
Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 
 
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