lunes, 21 de mayo de 2018

HIJO DEL AMOR.

Soy hijo del amor
fruto de la tierra llana.
Soy soplo de vida.
En mi el polvo grana
descollándose en selvas,
en altas montañas.

Desde lo alto del Ararat
bajaron sandalias y pezuñas
que dibujaron la grafía
de la historia, la ciencia, la vida.

Soy el hijo prodigo
que regreso de la francachela
con los brazos caídos
y, el corazón desbocado
como una gacela.

Soy Adán, soy David el Rey,
soy el sabio Salomón,
soy Sansón que seducido
por los labios de una mujer
fue vilmente vencido.

Soy Jesús el redentor
que traicionado por Judas
fue dado a la crucifixión.
Desde lo alto de mi trono
juzgo la traición y no perdono
como el más grande desamor

Soy piedra, agua, azucena
azafrán, bejuco, barbasco,
madera dura de guayacán.
Suave Jacinto de agua.
Soy el guardián fiel
de las llaves del reino.

Soy hermano del sol,
amigo íntimo de las estrellas.
He enloquecido por la luna
mi desvarío me acuna,
me he enamorado de una de ellas

Soy el que soy
desde el ayer hasta el final,
tengo vida pasional.
Un giroscopio me guía
de norte a sur. Mis garras
de halcón han arrancado
el corazón de la leona.
He lamido sus labios
con dulzura y sorna.

Soy la paz, la guerra
los nacidos claman su cuna
los caídos su funeral de tierra.
Soy espejismo en la luna.

Soy amante de la Sulamita;
la mirra, las piedras preciosas
los brocados y pieles de terciopelo
adornan su piel morena.
Esclavo de su aroma rasgo su velo
huidiza como la gacela contrita
desnuda su alma recelosa
su canto desahoga su pena.

Soy hijo del amor
originado de la pasión
Nací en noche de luna
bendito desde una visión
dijeron sería el protector
de los caídos en hambruna.

Soy tallo, espiga, punzón
martillo, punta de lanza
acordeón, guitarra, violín.
Mi voz es canto, grito, gemido
mis huesos tocan el arpa
mis solfeos insuflan las notas.
Soy el que soy
desde el ayer hasta el final.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

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