La lluvia que viene
me deja recuerdos,
de días muy grises
y duros momentos,
la infancia lejana
se muestra a lo lejos,
y aquella familia
con niños creciendo,
dos ojos vivaces
soñaban despiertos,
miraban la vida
y el mundo con ellos,
la mar y el trabajo,
el pan y el sustento,
las manos curtidas
de aquel hombre inmenso,
mi padre, el marino,
un ángel del cielo,
perdido en la tierra
buscando alimentos,
y dentro, en la casa,
nacían los miedos,
las dudas y el hambre,
surgían de nuevo,
¡qué ingrata patraña
del pobre y sincero,
marino de barca,
que rema sin remos!,
él teme a los mares,
cual buen marinero,
respeta galernas,
ciclones y vientos,
pero algo le obliga,
ganancia y dinero,
el pan de su casa
pescando algo fresco,
si obtiene estas piezas
sabrá lo que es bueno,
tendrá las sonrisas
prohibidas y el beso ...
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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