Mi corazón va a donde está tu respirar,
me llama la voz de tu alma que canta;
son sus coplas que a mis sentidos deleita
y renace la alegría que me hace gozar.
Esos tus dulces ojos saben cómo abrazar
mis tristezas que en su luz se decantan,
naciendo la paz que mis temores enmanta,
y no resisto tu boca de azúcar … besar.
Soy tu sirena y tú eres el suave remanso
que mece en sus entrañas mis sueños,
volamos unidos por el basto universo
en esa tácita unión donde eres el dueño
de mis fantasías y noche a noche rezo
porque no se acabe nuestro amor de ensueño.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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