viernes, 29 de mayo de 2020

VESTIR, SEMBRAR, ADORNAR.


Se llevó el viento la nota,
como la barquilla el río,
como el velero la ola,
como el amor la derrota.
Se llevó el calor el frío,
como la nostalgia el tiempo,
como la vida la parca,
como las nubes los trinos.

Sembró de ideas el camino,
que en la tierra germinaron,
como siembra el labrador,
el sudor en su destino.
Sembró de amor la conciencia,
como riega la existencia,
de valor el corazón.

Vistióse de gala el necio,
como el alma de oropel,
como de ponzoña el beso,
como de aroma la hiel.
Vistió el amor de hojalata
y la mentira de plata.
Y de oro se vistió,
la más sangrienta batalla.

La testa adornó de flores,
como de falsos amores,
adorna el servil al progre.
De guirnaldas adornó,
el mentiroso al amor
y con adornos cubrió,
el cobarde sus temores.

Viste de alegría la vida,
quien ama la libertad
y se visten de verdad,
quienes lo justo no olvidan.
Se vistió de amor la rima,
de un sincero corazón.
Visten de fiesta las risas
y de placer el amor,
si no existe la premisa.

Sembró de pasos la senda,
pasos de valor y entrega,
vistió de ropas sinceras,
de verdad su desnudez
y reflejaron sus huellas,
jalones de sencillez.
Y fue tal su ingravidez,
que sobrepasó la tierra,
caricias a flor de piel.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

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