sábado, 4 de julio de 2020

EN BRAZOS DE UN ÁNGEL.


Sobre el bosque tupido la luna se paseaba,
lenta  en la madrugada hacia su recorrido
un vientecillo frío jugaba entre las hojas
Y un murmullo en congoja, cantaba el viejo río.

Helechos majestuosos bordeaban las orillas
pequeñas lucecillas brillaban en la niebla
farolillos en quiebra, luciérnagas furtivas
adornan la floresta como estrellas caídas.

Árboles se adormecen tras el inmenso fuego
que ha encendido el otoño de colorido intenso
un aroma profundo emana de la tierra
la vida que se oculta, tras la muerte que siembra.

Así al amanecer el cielo va aclarando
finos rayos de sol  la sombra escudriñando
una lluvia finísima que se rompe en colores
sobre lágrimas vivas que dejara la noche.

Hora de magia y sueños, de duendes y de hadas,
de ángeles perdidos de vuelta a su morada,
Ángel maravilloso que muestras el camino
a ese lugar de paz, que será mi destino.

Calma mi corazón, alivia mis desvelos,
andemos el camino, apartando mis miedos
soltemos las amarras que me fijan al suelo
y muéstrame el amor en tus ojos de cielo.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

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