martes, 31 de agosto de 2021

AMOR Y VERSO SE ALÍAN.

El corazón se retuerce,

cuando la pena es muy honda,

y es sentida cada nota,

que en cada latido brota,

sentir firme la condena,

del dolor que vive y crece,

y que en la sombra fenece,

cuando la vida se llena.

 

Sentir el viento en el rostro,

sentir la brisa en los ojos,

despiertan y se reavivan,

las palabras en los labios,

bebiendo del verso avivan,

el corazón y los órganos,

y fluyen como las lágrimas,

de pura emoción y gozo.

 

La ira, golpea el pecho,

la pasión, sacude el ánimo,

y agrandando el corazón,

el coraje salta dentro,

como un gorrión enjaulado.

La pena, vence al latido,

triste latir de desánimo,

conmoviendo a la razón.

 

Corazón que se detiene,

con admiración al verlo,

y los sentidos despiertan,

y se altera el sentimiento,

siente que el tiempo se para.

Siente, que es brisa ya el viento,

y el magnífico momento,

llena de belleza el día.

 

Temblores del corazón,

cuando es cautivo y se libra,

de los cepos que le embridan,

la verdad y la libertad,

así, deshacen las bridas,

que someten la razón.

No existe mayor valor,

que quien arriesga su vida,

para salvar otras vidas.

 

El verso, está en un rincón,

esperando la partida,

y es el amor quien da vida,

al verso que despertó.

La sangre, es el corredor,

por donde el verso transita,

de la mano del amor,

canción que une a los dos.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

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