sábado, 30 de noviembre de 2024

EL POETA.

Aquellos que siempre

Obtienen el mismo papel

Sin importar el personaje

Todos sufren por igual

 

Protagonistas de su propia historia

Algunos vivientes de malos momentos

Otros sobrevivientes del dolor y agonía

En esta historia y todas 

Cumplen su papel

 

Aquellos que siempre

Obtienen el mismo papel

Otros terminan con el personaje

Otros logran mejorar al personaje 

 

En está historia no soy el escritor

Menos el director

Solo soy otro de los sobrevivientes

Intentando vivir en paz

 

Escribo al respecto

Escribiendo al respecto

Rimando palabras dando sentido

A todo lo que alguna vez alguien a vivido

 

No soy el dirección

No soy el escritor

No soy el protagonista

Solo he sido el poeta

Expresando historias con rimas

Esperando ser feliz algún día.

 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

LA DUCHA DE CONOCERTE.

El haberte conocido 

fue un acontecimiento

y desde ese mismo día 

vives en mi pensamiento.

 

Vives en mi pensamiento 

no porque lo he decidido,

es que el control sobre mi

creo que lo he perdido.

 

Creo que lo he perdido 

pero me controlare 

y te seguiré buscando 

por eso no te olvidé.

 

Por eso no te olvidé 

y tú imagen sigue presente,  

desde aquel maravilloso día 

en qué pude conocerte.

 

En qué pude conocerte 

no fue por casualidad 

es que la vida es muy generosa

y algunas sorpresas nos da.

 

Algunas sorpresas nos da

y no pude volver a verte,

debo aceptar con alegría

la dicha de conocerte.





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

EL CANTO ETERNO DEL DÍA.

Despierta el alba con su voz serena,

un lienzo inmenso de luces pintado.

El rocío danza sobre la pradera,

cada gota un sueño olvidado.

 

La brisa murmura secretos antiguos,

entre hojas que susurran su canción.

El árbol viejo extiende sus brazos,

como un sabio en su contemplación.

 

Los ríos, guardianes de memorias,

navegan entre rocas y reflejos,

y en su correr cantan historias,

de luchas, amores y espejos.

 

El sol asciende, majestuoso y calmo,

pinta dorados en el firmamento.

Su calor abraza los campos,

despertando al mundo en un momento.

 

La vida vibra, latiendo en mil formas,

cada flor, un verso que respira.

En cada paso, el suelo nos nombra,

somos polvo, somos vida que gira.

 

El tiempo, como un río infinito,

fluye sin detener su marcha.

Pero en cada instante hallamos

un poema que el alma abraza.

 

Hoy el día nos regala su magia,

un canto eterno que no se apaga.

Abramos los ojos, vivamos el arte,

que la vida, al fin, siempre nos llama.

A TU LADO.

A tu lado,

en las violetas de mi soledad

duermen las caricias 

besando la piel.

 

A tu lado,

siento como me abrazas la tristeza 

aquellas noches

que les da por llover infiernos.

 

Y puedo respirar nostalgia

y saberte así, 

observándome de reojo,

acunando mi silencio,

y puedo

presentir que te agitas

la noche que no veo estrellas

en el cielo que nos cubre.

 

Nunca dejé de creer

en la magia

que te hizo oblicuo en la sombra de un ocaso,

mi perpetuo símbolo de una Rosa.

 

~Pétalo, Espina y Fragancia~. 






Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

 

DIBUJOS DEL ALMA.

Caminante que recorriendo vas

las calles solitarias de cualquier lugar

por esos caminos que el alma dibuja

en andar errante, olvidar o encontrar,

cargando el bagaje de sueños en puja. 

 

Corazón y mente juegan su partida

el andar regala las nuevas memorias 

como brisas suaves de antes del estío

los viejos recuerdos se guardan historias 

como los remansos lo hacen en el río

 

Sueños de mochila con cierto candor

leñitas secas que avivan las llamas

una mansa luna y el titilar de estrellas

alumbran la noche que huele a retamas

recordando pasos que dejaron huellas.

 

El corazón de entre sus memorias busca

aquel amor, que lo envolvió en tibieza

guardando emociones de pasión y locura 

mientras la mente, donde todo empieza

opondrá disidencias sin mayor cordura 

 

Tal vez caminante cuando un alto hagas

buscaras inquieto en el renglón de experiencias

que el amar y viajar moldearon su encanto 

los tantos sueños ya vueltos vivencias

sellando quimeras al desplegar su manto. 

 

Por eso el destino le ofrece al coraje

elegir el sitio en los dibujos del alma,

el lugar exacto donde hacer la base

secando el rocío que humedece la calma 

y encontrar el disfrute del tiempo que nace. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

FUEGO ETERNO.

En las entrañas de la tierra, donde el tiempo se detiene,

yace un corazón de fuego, latido que nunca se quiebra.

Fuego eterno, ancestral llama, que desde el inicio ha ardido,

testigo mudo de historias, en la memoria del mundo inscrito.

 

Eres el aliento de volcanes, la furia de un cometa,

la pasión que enciende los corazones, la luz que guía al poeta.

Eres el sol que calienta el alma, el calor que nos reconforta,

la llama que purifica el espíritu, y la fuerza que nos transforma.

 

En la hoguera ancestral, los hombres se reunían,

compartiendo sueños, miedos, y el calor que los unía.

Allí nacieron los mitos, las leyendas y las canciones,

y se forjaron los lazos que unen a las generaciones.

 

Eres el símbolo de la vida, que nace, crece y muere,

pero en tu llama pervive, siempre presente, siempre fuerte.

Eres el renacer de la esperanza, en las noches más oscuras,

la guía que ilumina el camino, en los momentos más duros.

 

En la fragua de los dioses, fuiste forjado con esmero,

para alumbrar el universo, y ser el fuego primero.

En cada estrella que brilla, en cada chispa que salta,

tu esencia se encuentra viva, eterna y nunca alterada.

 

Eres el fuego del amor, que consume y transforma,

la pasión que nos une, y la fuerza que nos conforma.

Eres el fuego de la creación, que da forma al universo,

y el motor de la evolución, que nos lleva a lo diverso.

 

En cada hogar, en cada corazón, tu llama arde encendida,

calentando nuestros cuerpos, y alimentando nuestra vida.

Eres el fuego de la libertad, que nos libera de las cadenas,

y nos impulsa a alcanzar nuestras metas, y a perseguir nuestras sueños.

 

Fuego eterno, misterio infinito, que nos fascina y nos aterra,

eres la fuerza que mueve el mundo, y la energía que nos vertebra.

En ti encontramos el origen, y en ti hallamos el final,

eres el principio y el fin, de todo lo que somos y lo que seremos. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

SOY EL PUEBLO.

Soy el soberano el dueño de todo,
pero en realidad nunca tengo nada.
Yo trabajo de sol a sol,
soy amigo del viento, del agua,
del día de la noche,
del sol de la luna y las estrellas.
Llevo mis manos callosas,
de coger el arado y la pala,
soy hombre o mujer que labra el campo,
y resando echamos la semilla en el surco,
empapados de sudor recojemos la cosecha,
y en nuestras espaldas llevamos a los mercados,
para que no falta comida en los hogares.
Soy artesano que hace maravillas,
Yo fabrico la cama, la mesa y tus sillas,
pero en casa no tengo donde sentarme.
Total, si yo no tengo nada
ni el derecho de cansarme.
Yo construyo casas y mis hijos
duermen en pequeñas cobachas,
yo vendo mi fuerza de trabajo
por un salario para poder subsistir.
soy el experto en el martillo, el hacha,
manejo máquinas, los telares,
tenaza, pinza, rastrillo y azadón.
Los políticos me visitan solo en sus campañas
Con sus ofertas demagógicas capta mi voto
Y luego me olvidan cuando ellos gobiernan
porque siempre persiguen ambiciones oscuras
que me niegan el derecho a vivir dignamente,
Su ignominia me a envuelto en la miseria
Quitándome hasta de vivir la esperanza.
Ante tanta miseria yo salgo a las calles
A protestar por mis justos derechos,
alzo mi voz para reclamar por tanta injusticia
y como respuesta con desprecio "vago" me llaman.
que no tengo derechos de salir a sus ciudades,
Y con bala en mano intentan callarme.
ultrajan mi dignidad como un vil delincuente.
Con gruesas palabras me denigran y humillan
les molesta escuchar mi clamor de justicia.
Señor gobierno le pido me tenga clemencia
Cuando pedía mi voto, yo era su soberano.
ahora olvidó que soy el dueño de todo,
e intenta despojarme y dejarme sin nada;
le aseguro que llegará el día en que me canse,
¡y con mi furia el mundo arderá en llamas!




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

¿ENAMORADO O ILUSIONADO?

Para llegar a enamorarse 
puede suceder muy lento,
también puede ser rápido 
y será un acontecimiento.

No debemos confundir 
al amor con la ilusion,
para evitar caer 
en una posible depresión.

Una ilusión es pasajera 
porque no tiene el sabor,
ni esa fuerza poderosa 
que si la tiene el amor.

Jamás debemos confundir
el amor con una ilusión,
para evitar interferencias
que nos causen una frustración.

Con una ilusión se vive
un agradable momento,
pero si no pasa pronto 
puede ser un gran tormento.

Cuando el amor se desarrolla 
y ya hemos madurado,
debemos saber diferenciar
entre ilusionado y enamorado.

SI YO FUERA TU SUEÑO.

Si yo fuera el éter, me vestiría de suspiros y fragancias,

para entrar por tu ventana como un canto de alabanzas.

Sería brisa en tu alcoba, leve rumor en tus sábanas,

y en tus labios dormidos posaría mis palabras.

 

Si yo fuera estrella, alumbraría tu sendero callado,

te seguiría en tus pasos, siempre fiel, siempre encantado.

Danzaría en tu mirada, como fulgor de la alborada,

y en la penumbra de tu piel, escribiría mi balada.

 

Si yo fuera el alba, te bañaría en oro y rosa,

despertaría tu hermosura, mujer divina y gloriosa.

Mis rayos serían caricias, suaves y perfumadas,

desnudando el milagro de tus formas sosegadas.

 

Si yo fuera la noche, tu cuerpo sería mi templo,

cubriría tus secretos con mi sombra, con mi verso.

Sería el silencio amante que escucha tu latido,

y en el misterio de tus ojos, mi alma habría vivido.

 

¡Oh, si yo fuera el arte, la vida, el todo y la nada,

me haría poema en tu piel,

eternamente enamorada! 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO.

Sentí su brisa acercarse a mis orillas y pude escuchar los latidos de la curiosidad en la orfandad de mi sentir. Ausente de melodías y lunas plateadas, era como despertar a un nuevo amanecer, donde las llamas encendidas de la esperanza crepitaban en mis deseos, hoguera de mis sueños.

Las miradas se convirtieron en emociones y las palabras, en canciones. Cuando sus ojos y los míos se fundieron, una sola caricia se hizo presente y de ella, aromas de rosas tempranas y trigo recién cortado, con el que llenamos el granero de semillas para un futuro dorado.

Cuando pude tocar su mano, ¡Ay, mi Dios todopoderoso!, cuando toqué su mano y cuando la suya rozó mi corazón con la ternura de un amor inmenso. Al instante, en esos momentos en los que nuestros ojos se reconocieron y nuestras manos se juntaron, sentí la bella dimensión que nos oculta el cielo.

Es por todo ello, por tanto, como me hiciste sentir y descubrir, que hoy con todo mi amor te canto:


El cielo nos espera aquí en la tierra,
con flores encarnadas en su velo,
sorpresas de un idílico fulgor,
que forman para siempre un bello lienzo.
Tu esencia, amado mío, es la gloria,
contigo todo es luz, se para el tiempo
y siento mariposas en el vientre
 al ver que te aproximas a mi encuentro.

El cuadro va subiendo de color
si exhausta en tus faroles yo me veo,
se enciende el candil del frenesí
con solo un pensamiento en mi cerebro,
que te amo como nunca a nadie amé,
con tanta intensidad de un sol eterno
y logras que mi vida se transforme
en canto celestial cuando te tengo.

Te acercas y me quedo perturbada
y haces tambalear todo mi cuerpo,
queriendo abrevar en tu licor,
saciándome en tu mágico embeleso;
sintiendo el roce tibio de tu mano,
se queda mi pasión al descubierto,
te beso y te abrazo fuertemente
y vuelvo a susurrarte que te quiero.

Mi amor, amor, fragancia y melodía,
es tuyo mi delirio y sentimiento,
mi mar de tempestad y de aguas calmas
provocas que te ame así de intenso,
con tanto, tanto amor, con toda el alma,
tal cual como lo expreso en estos versos,
con un sentir sincero y trascendente,
sublime, celestial, profundo y bello.

El cielo nos espera aquí en la tierra
radiante, majestuoso y pintoresco,
oasis de ternura y de pasión
por este inmenso amor que nos tenemos,
sorpresas de un idílico sabor
de un sentir que nunca se hace añejo;
el cielo nos espera aquí en la tierra,
etéreo y fascinante… como un sueño.

Las orillas colgaron la tristeza en las nubes pasajeras y se llenaron de vida, donde lirios azules, jazmines y azucenas perfumaron la ribera. La curiosidad se convirtió en deseos, las ausencias, en presencia y las quimeras, en una realidad que superaba la fantasía.

Era como estar en otra dimensión, con su manto infinito de luceros y estrellas. Lo soñado, lo amado, lo deseado, en él, lo encontré. Ahora el tiempo me sonríe a su lado, me canta en presente, en un oasis pletórico de dicha que nos regala la vida.

En la tierra como en el cielo. Mi amor…, mi cielo. 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

TODO CUANTO SOY.

No hay fuerza más loca e impulsiva

Ni universo que se esconda bajo el cielo

Que este corazón que siempre impulsa

Con singular tonada los latidos que alientan a este cuerpo

 

Y es que aquí ante una vida que parece inmóvil

No se queda sedentario el sentimiento

Ni me permito vivir en el recuerdo

Pues aun siento, respiro y no vivo de lamentos

 

No en vano he roto los esquemas

Ni he permitido orfandad al esplendor

Y cual acto divino y soberano de locuras

Invoco a mi alma exaltada en sentimientos, porque aún hay sueños por cumplir

 

Aun en soledad, no vivo en prisiones ni en dolores

Ni soy mudo ante miedos o muros por caer

Pues no estoy hecho del callar eterno

Y ante la tormenta que se presagia inoportuna

Solo espero ese sol que me ha de proteger

 

He sentido el fuerte crujir de las puertas que se cierran

Y ¡quién creyera! No advierto rechazos ni desdenes

Porque siento que la vida se prolonga ante el abrazo eterno

Que pulula por doquier

 

Todo cuanto soy o todo lo que he sido

Es un constante rodar en emociones

Y bajo mi capa de sorpresas siempre llevo

El deseo vivo de empezar en ilusiones

 

No hay fuerza más loca e impulsiva

Ni palabras que terminen en reproches

Porque como aquel poeta escribió un día

Yo solo he de confesar…

¡Que he vivido mi vida sin temores! 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

viernes, 29 de noviembre de 2024

EL FARO DE UN INVENTO ETERNO.

Perderte fue apagar el faro que encendía mis noches oscuras y mi brújula empezó a apuntar a ninguna parte.

Me convertí en el fantasma de una casa embrujada llena de puertas abiertas que solo conducían a memorias perdidas.

Se acabaron secando mis raíces, como un árbol de ramas secas viviendo en un invierno eterno sin tus primaveras.

Las estrellas que un día brillaron se convirtieron en satélites y el cielo refugio de promesas, se transformó en un mapa lleno de soledad.

No sabía lo que era la eternidad hasta que conté las veces que me faltaron por besarte.

Pero créeme, si vuelvo a encontrarte siempre estarás presente en el lugar donde nunca te fuiste…


Mi corazón. 





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

LA ACTITUD.

Cuanto más tiempo vivimos, más cuenta nos damos de la importancia de la actitud, ante la vida. Ella debe ser mucho más importante que los hechos. Es más importante que el pasado, la educación, el fracaso,los éxitos, o lo que puedan decir o pensar otras muchas personas. Es más importante que el talento,la apariencia, o la habilidad.Lo que importa es que cada día tenemos la oportunidad, de elegir que actutud adoptaremos para ese día. No podemos cambiar nuestro pasado.Tampoco cambiar el hecho de que cierta gente actue de cierta manera. No podemos cambiar lo que es inevitable.Una de las pocas cosas que podemos hacer, el jugar con el turno que tenemos, esa es nuestra actitud. La vida es un diez por ciento de lo que nos pasa, y el noventa por ciento de como solemos reaccionar ante ella.

NIÑA.

Ya la viste. Es brisa que susurra en el sendero,
no escuches la voz de un camino trazado,
traza en las nubes tu propio vuelo sincero.

El reloj dicta normas con su tic tac cansado,
pero tú, niña, eres un río sin cauce,
corre libre y sin miedo al pasado.

No te vistas con moldes de ajeno ropaje,
eres un lienzo de estrellas fugaces,
pinta tu alma con tu propio lenguaje.

El mundo es un libro con páginas huecas,
rompe la tapa que encierra tus sueños,
que no te aten leyes ni reglas secas.

Deja que el sol sea quien marque tu paso,
no un calendario que oculta la aurora,
sigue al fuego que arde aunque sea escaso.

No busques aplausos en tribunas vacías,
danza al ritmo del bosque y del viento,
que el eco de tu risa sea sutil melodía.

Las cadenas de estereotipos son de arena,
se disuelven si caminas en la tormenta,
desafía las sombras con tu alma serena.

Niña, eres un poema que aún se escribe,
no te rindas a leyes que no entienden tu ser,
crea tu vida y crea tu mundo, que eso te describe.





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

DÍA PERFECTO.

Hoy me he despertado

muerto de sueños,

de sueños no realizados.

 -Abatimiento-

Intenté mantener el equilibrio,

hacer lo correcto,

contentar a todo el mundo,

 y yo contento.

Pero se acabó rompiendo

la base de mi mentira.

-Demasiado peso-

Y ahora me encuentro cayendo

¡Que nadie me tienda una mano! ¡No lo merezco!

De mí… mejor cuanto más lejos,

no sea te acabe arrastrando

hasta el mismísimo infierno.

 

Buscando limpiar la conciencia, ducha de arrepentimiento.

No me ha servido de nada,

sucio me siento.

Buscando encontrar la sonrisa

intento dar lustre a mis dientes --feroz instrumento-

fiel reflejo de alma limpia

que terminaron mordiendo.

Por más que froto no logro

animar el gesto.

Después, desayuno ligero,

amarga hiel mi alimento,

nutro mi cuerpo con eso,

ha sido tan grande el mal

que para mí es medicina.

 

El alma herida se apaga

todo lo bueno que tengo

quedó reducido a la nada,

nada tengo que ofrecerle

hambre de amor se le queda,

por culpa de mis acciones, inanición.

 

Me visto de hipocresía

y salgo a por aire a la calle

quién sabe si respirando

se aplaque esta pena mia.

¿Qué tal estás?, me preguntan:

Bien, bien, 

aunque he estado mejor. 

No les miento en mi mentira.

¡Qué más da lo que yo diga!

si ya nadie va a creerme

en cuanto descubran mi error.

 

Hoy que tocaba verano

me envuelve una lluvia fina

Tanta tristeza provoco

que voy cambiando hasta el clima.

Y aquí estoy,

descerrajando mi culpa

contra la pura inocencia. 

He buscado refugiarme,

como siempre…  en el arte.

He buscado la canción,

el poema, una imagen…

¡Qué sé yo!

Pero no he encontrado nada.

Nadie ha pasado antes 

por tamaña situación.

 

Así que me toca inventarme,

aunque tampoco me calme

he de escribir estas letras.

Sé que se lo debo a alguien.

 Esta vez… a mí no.

Ojalá mis versos lleguen

a aquellos que he traicionado, 

por mi falta de entereza

por creer que era posible,

dividirme… !No soy Dios!

No pretendo su perdón

ni yo podré perdonarme,

tan grave es el desperfecto

que ahora mismo me encuentro

dándome cabezazos 

contra el muro de hormigón

de un callejón sin salida.

 

Quedará abierta la herida,

para esto no hay solución,

pero sirva mi palabra, corrompida,

para que se sepa al menos

que acompaño su dolor,

!Cómo no!

Si el dolor lo he provocado sólo yo. 

Hoy es el día perfecto,

así lo creo para ir muriendo.

UNA LINDA MAÑANA.

En esas mañanas, el calor de hogar se representaba con el humo del café mezclado con canela, dando el marinaje perfecto. Sus cabellos rosaban suavemente sus mejillas, cuando la luz entró por la ventana iluminando el café de sus ojos, tan claros que me vi en ellos; podría jurar que aguardaban los secretos de la creación o una tierra fértil inexplorada. Me habló del cine, de la música de su infancia, mientras untaba la mermelada en el pan tostado crujiente. Tarareó una canción que reconocí perdida en mis memorias.

 

Poco a poco, la conversación fue demostrando los temas en común que compartíamos. Sin entender qué pensaba o admiraba, miró con dulzura regalándome una sonrisa, esas sonrisas de las primeras mañanas, esas que marcan el inicio de una historia. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

¿QUÉ ES LO QUE SENTIMOS?

El aire denso, mis pupilas hinchadas,

mis pestañas gastadas, una mente atormentada.

Quisiera cruzar el mar de lamentos

y llegar a la isla de soledad,

sentarme y embriagarme,

ver el mar pintar una sonrisa al cielo,

y el sol caer en las fraguas del atardecer.

Volver donde fuimos felices

y ganarle al bucle de karma,

encontrar la paz en su pecho,

mientras cura las heridas de un corazón roto.

 

Intento dormir, pero en la oscuridad

solo llega la tormenta de recuerdos,

dudas y conflictos,

llenando de insomnio mi mente agobiada,

triste y desolada,

porque sentimos que lo tenemos todo

y al día siguiente nada.

Porque es tan difícil sentir, amar...

Dejar ir...

 

Quisiera saber lo que sientes,

más de lo que yo siento,

conquistar los rincones de tu mente

y alimentar de amor tu corazón.

Quisiera saber por qué

cuando te di todo, me dejaste sin nada,

exporto los sentimientos escritos en un papel,

exploto las inefables cargas del pasado,

que atormentaron nuestro futuro,

como el fruto del edén,

marcando un antes y un después.

 

Lo que siento es inaudito,

lo que siento está maldito,

lo que siento está prohibido,

lo que siento es un abismo,

lo que siento... es... Amor. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

¿QUÉ ES ESO?

¿Qué es eso ?
Alguien pregunta en la oscuridad del suelo lejano.
Equilibrio de rayos taciturnos que dicta que la lucha está por reprimir al involuntario.
Alguien se arrastra en la tristeza, donde los actos se desvanece 
a través de una mirada roja.

¿Acaso es el inevitable cambio de aquellos
 que se lamen entre ellos mientras ven a pasar a su papá?
¿Acaso es el buitre que se abalanza como un toro furioso
hacia un hombre taciturno y lo golpea con un micro?
¿Acaso no es un ser de la noche que besa el piso de sahumerios 
en el néctar placer de los olvidados?

Se olvida como dijo bajo el silencio nocturno
“yo se todo huevón”
¿No será la risa de al dia siguiente que observa el jolgorio
perdedor embriagador?
quizás exclama: “qué vergüenza por dios”.

Silencio, ahí pasa el papá. Se dan cuenta, se arrodillan,
los micrófonos deben estar relucientes,
“papá quiero más plata o si no jodo tu…
gracias papá, viva el mejor alcalde que nunca haya existido,
y si existe, nosotros ya sabemos que hacer”



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

LUNA Y SOL

Con el corazón abierto.
Y en carne viva el latido.
El alma en cada suspiro.
Con el aliento que llama.
Llamando al amor auténtico.
Que, en el interior, reclama.

Cae la noche como ausente.
Mientras la luna nos mira.
Noche que engendra los sueños.
Y a las nocturnas criaturas.
Luz, de luna, a los amantes.
Amantes de amor, desvelos.

Abre el corazón, sus fauces.
Para engullir a la vida.
Que, enjugándose, fenece.
En sus latidos, sumida.
Abierta el alma culmina.
En brazos de los audaces.

Sale el sol y abre los brazos.
Para acoger los deseos.
Que, convertidos, en sueños.
En, vida, van transformándose.
Retornados en anhelos.
Quieren revertirse en hechos.

Entre la luna y el sol.
Las vidas se van durmiendo.
Amodorradas en vida.
Fagocitando sus sueños.
El amor, entre los dos.
A la vida hace arrumacos.
Para de ella, enamorarse.

¡Abre tus carnes, deseo!
Que, en realidad, quiero verte.
Impregnado de los sueños.
Para ser tus consejeros.
¡Abre, los brazos, misterio!
Que, quiero verte por dentro.

La luna y el sol se acunan.
Cómo dos amantes buenos. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

EN ALGÚN MOMENTO.

En algún momento habrá luz no espectral para mí, en algún momento la realidad tendrá apariencia de realidad, en algún momento habrá que aprender a despertar al canto de los pájaros y no acudir a los pájaros antes que puedan cantar. 

 

En algún momento se disipará la pátina de dolor que me abraza, pero permanecerá encendida a las brasas cada herida de ese dolor, en algún momento exacto, como el que elige el fulgor previo de las revelaciones, habrán todas las respuestas juntas.

 

He tenido malas noches y un desayuno desabrido, concienticé a mis alucinaciones para no ceder a su hastío, he llegado tarde cuando había que hacerlo, y se me ha entretenido con fantasías el hábito del sueño. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

jueves, 28 de noviembre de 2024

HABLEMOS DE AMOR.

En el rincón de nuestras almas, donde susurra el amor,

Ahí donde nacen los suspiros que vuelan por el viento,

Junto aquel rosal donde no existe algún dolor,

Dónde brotan las palabras suaves que acarician el corazón.

 

Sí, hablemos de amor con nuestras miradas,

Y dejemos que las palabras fluyan de la nada,

Cómo aquel susurro en el silencio que hace sonreír,

Y dónde las almas perdidas que anhelan encontrarse.

 

Si, hablemos de las noches eternas y románticas,

Donde el tiempo se detiene y el corazón se chifla.

Hablemos de caricias furtivas y abrazos sinceros,  

Donde los secretos se convierten en suspiros.

 

Ahí donde los gestos pequeños abrazan el corazón,

Y las manos suaves, entrelazadas se unen suavemente.

Y hablan de amor sin miedo y sin prisas,

Cómo aquel río que fluye como una suave brisa.

 

Sí, hablemos de amor, con una tierna mirada,

Donde en cada conversación florezca la felicidad,

Y las miradas nos provoque muchos besos de alegría,

Para que nunca se apague esa chispa, hablemos de amor... 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

EL SENDERO DE LA VIDA.

pero debe ser con alegrías y felicidad bien recibidas

Beber hasta el último sorbo del manantial de la vida, antes que llegue de la tarde su amanecida con su lánguida despedida

Alejar soberbias, envidias y rencores, vanidades y traiciones del envidioso con engaños ofrecidas

La tierra con su exuberante naturaleza es nuestra morada pasajera, es nuestro edén y nuestra acalorada vida preferida

No la malgaste, ni deje que se desangre y muera en llantos por la escalofriante herida. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

HABLEMOS DE AMOR.

En el rincón de nuestras almas, donde susurra el amor,

Ahí donde nacen los suspiros que vuelan por el viento,

Junto aquel rosal donde no existe algún dolor,

Dónde brotan las palabras suaves que acarician el corazón.

 

Sí, hablemos de amor con nuestras miradas,

Y dejemos que las palabras fluyan de la nada,

Cómo aquel susurro en el silencio que hace sonreír,

Y dónde las almas perdidas que anhelan encontrarse.

 

Si, hablemos de las noches eternas y románticas,

Donde el tiempo se detiene y el corazón se chifla.

Hablemos de caricias furtivas y abrazos sinceros,  

Donde los secretos se convierten en suspiros.

 

Ahí donde los gestos pequeños abrazan el corazón,

Y las manos suaves, entrelazadas se unen suavemente.

Y hablan de amor sin miedo y sin prisas,

Cómo aquel río que fluye como una suave brisa.

 

Sí, hablemos de amor, con una tierna mirada,

Donde en cada conversación florezca la felicidad,

Y las miradas nos provoque muchos besos de alegría,

Para que nunca se apague esa chispa, hablemos de amor... 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

EL CALOR DEL AMOR.

Cuando me miran tus ojos, ambiciono hacer eternos
esos benditos momentos que le dan color mi vida,
fortaleces mis cimientos sin apremio ni medida,
tienes calor a manojos cuando llegan los inviernos.
.
 Por ti me rindo de hinojos, me incitas gozos internos
de llamativos acentos, dejando a mi alma rendida,
repleta de sentimientos y de tu pasión henchida.
Eres flor de los cerrojos que engalanan mis cuadernos.
.
El haberte conocido fue celeste bendición,
me inundó la fantasía con tu risueña frescura
un presente bendecido que apresó mi corazón.
.
Contigo la travesía no requiere de armadura
porque todo está regido por transparente pasión
rebosante de armonía que demuestra tu blancura.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

HOJAS CAÍDAS.

La lluvia de otoño,

esta presente

pero no moja,

son solo hojas

que se desprenden

sin prisa,

resignadas a caer.

Me recuerdan de ti

de ese beso irreverente

de esa promesa

de esa espera

de la locura de tenerte

de tan solo sentir

que se está vivo

de perdurar

y no querer morir.

Y las  hojas caían….

y caían,

eran solo el equipaje

de ese otoño,

que quiere ir más ligero,

que tristeza….

así como la vida

sé que muy pronto

se irá.

Llevándose como equipaje

los sueños por cumplir

que ya son pocos

mis deseos de volver

esas promesas apuradas y

una que otra pasión..

Lo que era yo,

ya no lo soy

me lo recuerda…. al partir.

Mucha tristeza

por tu partida

que hasta la lluvia

se hizo presente

pero recuerda

una despedida sin lágrimas

no es despedida.

Ahora, llegará el frío invierno. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

EN LA CALLE DE LOS SUEÑOS.

En la calle de los sueños nos encontramos,

tus manos en las mías, y el mundo olvidamos.

Bajo faroles que susurran canciones,

caminamos juntos, sin más pretensiones.

 

Las estrellas nos guiñan desde el cielo,

y la luna, cómplice, nos presta su anhelo.

Tus ojos brillan, reflejando el camino,

en esta calle donde forjamos destino.

 

Cada paso resuena en el adoquinado,

como un latido que guarda nuestro pasado.

Las risas de niños juegan en el aire,

mientras tú y yo nos dejamos llevar por el baile.

 

En cada esquina, un recuerdo grabado,

un beso furtivo, un abrazo apretado.

Los árboles murmuran historias de amor,

mientras tú y yo bailamos sin temor.

 

El viento acaricia tu cabello al pasar,

y en tus ojos descubro un hogar donde amar.

Los susurros del aire nos llenan de calma,

y en esta calle, se entrelazan nuestras almas.

 

La luz tenue de los faroles brilla,

ilumina nuestro andar, como una maravilla.

En este rincón, el tiempo se detiene,

y en tus brazos, la tristeza se contiene.

 

Los adoquines guardan nuestro andar,

los latidos del corazón, al compás del mar.

Tu risa se mezcla con el viento suave,

y en cada paso, el amor nos invade.

 

Las luces titilan, cómplices del destino,

mientras tu sonrisa ilumina mi camino.

Cada rincón de esta calle es testigo,

de un amor que crece, tan grande y amigo.

 

En la esquina donde nos dimos el primer beso,

se dibuja en el aire nuestro amor, tan expreso.

Las estrellas brillan, como reflejos de sueños,

y en su luz, todo se siente más pequeño.

 

Así seguimos, bajo la noche estrellada,

donde cada paso juntos es una jornada.

En esta calle de sueños y esperanzas,

nuestros corazones laten, llenos de alianzas.

 

El aroma de flores nos sigue al pasar,

sus pétalos caen como un suave cantar.

Cada rincón de esta calle es testigo,

de un amor que florece, tan grande y amigo.

 

Las risas resuenan como ecos en la brisa,

y cada mirada, un momento que se eterniza.

Las luces de la ciudad nos rodean con dulzura,

y en esta noche, todo tiene una locura.

 

Las estrellas son testigos de nuestras promesas,

cada una brilla, como en nuestras piezas.

Los murmullos del aire nos llenan de calma,

y en este rincón, encuentro mi alma.

 

Cada paso en esta calle es una aventura,

donde el amor se siente, con su locura.

Las sombras nos abrazan en la penumbra,

y en cada susurro, el silencio se alumbra.

 

El viento juega con tus cabellos dorados,

y en cada sonrisa, mis miedos quedan olvidados.

Las luces parpadean, como si quisieran hablar,

y en su brillo, nuestros corazones se van a encontrar.

 

Así seguimos, caminando en esta travesía,

donde cada instante es pura alegría.

En la calle de los sueños, todo es posible,

y nuestro amor se siente siempre invencible.

 

Así, la noche avanza, y el tiempo se desvanece,

cada segundo a tu lado, el alma florece.

En la calle de los sueños, nuestros corazones cantan,

y en su melodía, nuestras almas se levantan.

 

Bajo la luz de las estrellas, nuestros sueños se entrelazan,

y en este rincón, nuestras esperanzas nunca se desplazan.

Cada momento juntos es un regalo divino,

y en esta calle, siempre será nuestro destino.

 

Aquí vivimos, en este rincón encantado,

donde cada paso juntos es un verso elevado.

 

En la calle de los sueños, forjamos nuestra historia,

un amor tan puro, lleno de gloria. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

TE AMARÉ SIEMPRE.

Te amaré siempre porque vives en mi mente.
Y en mi cuerpo llevo tatuados tus besos.
y tus palabras como canciones de amor,
se ha impregnado en mí el aroma de tu cuerpo...
Te prometo que te amaré y de eso tenlo por seguro
Que ni el más feroz huracán me arrancará de ti.
Porque nuestro ser es único y nos pertenece.
Contigo conocí el significado del amor verdadero.
Te conocí en el instante que exploré tu cuerpo,
Y desde entonces te necesito, eres el aire que respiro
Yo te amo porque para mí sois lo más sagrado...
Te lo aseguro que te amaré, aunque estemos lejos...
Te extraño cuando no siento la fragancia de tus besos.
Cada parte de nuestros cuerpos nos pertenece.
Desde que te adentraste en mi vida...
Te amo y te lo dice la voz de mi corazón...
Siempre tú serás en mi jardín la más bella flor.
Tu presencia es la fresca brisa que acaricia mi ser.
Y como no amarte si tus labios
Cuando se juntan a los míos prenden el fuego del amor.
Te amaré donde quiera que vayas o estés.
Recuerda que mi amor por ti es sincero.
No me importa que estos versos no tengan rima.
lo único que me interesa es que sepas,
que te amaré a ti por toda mi vida. 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 
.

TE QUIERO Y ME QUIERES.

Te quiero me dices mirándome a los ojos.
Te quiero te digo besándote en la boca.
¿Y qué vamos a hacer si yo he nacido para
quererte, y tú, has nacido para quererme a mí,
y ambos hemos nacido para querernos
con pasión equitativa eternamente?

Nos queremos con locura, con desasosiego
salvaje, con ternura infinita y complaciente.

Te quiero, me quieres; nos queremos…
como el sol quiere y adora al día,
y… como la luna y las estrellas quieren
y arrullan con mimo y dulzura…
la oscuridad oculta de la noche.

Somos tal para cual, amantes desbocados,
locos y furiosos adolescentes, que viven y gozan…
el uno del otro, y el otro del uno… fervientemente.

Vivimos sin control ni mesura, con ansiedad
desmedida, como si el mundo se fuera a
terminar mañana, no deseamos ese mañana,
queremos vivir el hoy por hoy constantemente,
nuestra mente, pregona sin mesura…
¡Que siga la fiesta!

¿Y… qué vamos a hacer si yo he nacido para quererte,
y tú, has nacido para quererme a mí? 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

SUEÑOS.

Bello recuerdo,
que al dormir me acuna.
Y entre sus brazos de paloma,
me consuela.
Como una tierna voz,
hecha de notas.
Que melodiosamente,
me atrajera.

Canto del sueño.
Llevado entre gaviotas.
Alado me siento.
Y dormitando aprendo.
De su cantar las notas.

Voces de libertad,
que me transportan.
Subyugado,
vuelo a su encuentro.
Para saber de su concepto.

Convertido en estrella,
busco mi corazón.
Y el Universo.
Con su manto me arropa.
Dándome su calor,
y su alimento.

Soñando vivo.
Y en cada parpadeo,
me desvelo.
Y al sentir tu sabor,
de celos muero.
Temblor de los acordes,
de tus besos.

Prisionero del sueño,
soy esclavo.
Bendita esclavitud,
que me alimenta.
De la esencia de tus efluvios,
soy adicto.
Y amarrado a tus labios.
En tus palabras vivo.

Barrotes de pasión,
son tus hechizos.
Encerrado en tu carne,
vivo atado.
Y es tan dulce el recuerdo.
Que siendo preso,
me siento enamorado.

La belleza alimenta.
Cuando del interior emana.
Y su aliento es tan fuerte.
Que todo lo ilumina,
cuando su amor derrama. 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

BUENOS DÍAS POESÍA.

¡Buenos días, poesía,!

te saludo en la mañana,

cuando abro bien los ojos

y despejo mis legañas.


Veo al cielo y a la vida

a través de las ventanas

y me digo que "adelante"

que ya empieza otra mañana.


Otro día que es regalo

de los cielos, que nos manda,

el buscar la poesía

en la vida y en las almas.


Y comienza el nuevo día

dando pie a otra jornada,

y en los parques y en las calles

ya se empieza a ver la magia.


Es la vida que renace,

son los versos que declaman,

los gorriones y jilgueros

por jardines y en las plazas.


Y también se ven los hombres

y a los niños con sus caras,

de inocencia en las pupilas

y escribiendo, sin palabras.


Y son versos, del silencio,

los que nacen y desgranan,

los mil versos y poemas

que la vida nos regala.


"¡Buenos días, poesía!,

te saludan los que aman,

los que sueñan y sonríen

tras suspiros y cigarras. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

YO SOY UNA PARTE DE TI - DE LA VIDA.

“A veces, la vida, dice, habrá momentos del día,
Que será imposible, olvidar, lo querido por amado.”

No sé, como sufro más, si amándote en silencio,
O deseándote olvidar, sin poderlo, nunca, lograr,
Porque esto de amar, sin ser amado, no es bueno,

Bueno, no es el recuerdo, hace la vida un infierno,
Atado a un pasado que quieres borrar en presente,
Sin poderlo lograr, los pensamientos, no te dejan,

Dejan, poder pasar la página, están como castigo,
No te permiten huir, porque los llevas ahí, dentro,
Como un testigo fiel, sin permitirte, así, olvidar,

Olvidar, no es cualquier, cosa, camino sin rumbo,
Fijo, perdido entre dos lágrimas, sintiendo que ya,
No te importo, cuando te llamo, sin contestación,

Contestación, que se va desvaneciendo como eco,
Sin saber, qué debo esperar por ti, que sorprenda,
O asuste, porque recuerda, Yo soy una parte de ti,

Parte de ti, estando como una sombra a tu espalda,
Que te sigue sin pasar adelante, desojando silencios,
Contando primaveras de horas ausentes, esperando,

Esperando, con horas de soledad, viendo la lluvia,
De mayo caer, al cristal de la ventana, por fuera,
Mientras por dentro, mis lágrimas hacen lo suyo,

Suyo, es el sufrir de esta tristeza, por amarte, así,
Es que las lágrimas son al agua de la lluvia, una,
Como el fuego llama interna que refleja el alma,

Alma, cautiva que se acerca con ganas de besar,
Sin rozarte, pese, meterse el Sol y salga la Luna,
La noche, cobije en cama tu cuerpo semidesnudo,

Semidesnudo, y mis ansias noche, tras noche,
Crezcan, más y más, sin, poderte, hacer nada,
A pesar de que la carencia no supere la querencia,

Querencia, que únicamente me permite pedirte,
Sincera y sentidamente que vuelvas, conmigo,
La pretensión es locura, pero, que más puedo,

Puedo, decirte que hoy olvidarte, no es posible,
Sin ningún engaño, porque en realidad te amo,
Si lo supieras entendiendo, comprendiéndome. 



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

ROSA CONSENTIDA.

En un bello jardín de amor naciste,

con pétalos suaves y exótica fragancia.

Eres la consentida de mi cariño,

el tesoro más deseado desdé niño.

 

Aunque tus espinas hieran la piel,

el amor que entregas sabe a miel.

Cada herida se torna en agradecimiento,

por ser tú la flor de mi sentimiento.

 

Rosa, reina de este corazón rendido,

consentida del viento y el rocío,

tu amor es eterno, nunca se marchita,

mi alma contigo siempre palpitara. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

AMOR Y ROSAS.

La rosa chiquita mi consentida,
yo por ti loco loquito loco.
Tú mi rosa de abril recién regada,
rocío fresco de solaz mañana.


Eres el amor de mi jardín botánico,
tú por mí loca loquita loca.
Este amor que nació del sentimiento,
toda tu vida, sin equidistancia.


Mujer derramas pétalos al viento,
y la mar salada ,gaviota blanca.
Sí fue en esa playa, te dije te amo,

 

yo lo coloco de amor, tú loca loquita.
Con los versos y las rosas té quiero,

Bellos los besos de tu chiquita boquita. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

martes, 26 de noviembre de 2024

MI BARCO DE PAPEL.

Cuando yo sea marinero

A la mar me marcharé

Con una cruz en el pecho

En un barco de papel

 

Recorrer los océanos

El cielo color de miel

Ver la tierra desde lejos

En mi barco de papel

 

Cubierto por las estrellas

A la luna lo amarré

Con el ancla imaginaria

De mi barco de papel

 

Tiene las velas de seda

La popa color laurel

La proa tiene los ojos

De mi barco de papel

 

En la cubierta sentado

En el puente el timonel

Gobernando el marinero

En mi barco de papel

 

Cruza una fuerte tormenta

La lluvia arrasa mi piel

En la cubierta mojada

De mi barco de papel

 

Las olas guardan secretos

En sus aguas bañaré

En la ribera del alma

De mi barco de papel

 

En lo más alto del mástil

Una luz encenderé

Para iluminar la noche

De mi barco de papel

 

El viento lo ha destrozado

Como si fuera un clavel

El barco ha naufragado

Adiós, adiós barco de papel. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

PASILLOS.

 Ya había perdido la cuenta del tiempo que llevaba recorriendo ese laberinto de largos y vacíos pasillos de hospital. Estaban muy iluminados, y sus paredes laterales se hallaban tapizadas de puertas que parecían iguales, pero no lo eran. Tenían pequeñas, sutiles diferencias. Marcas, raspones, olores, algún sticker, hacían que cada una de ellas fuera singular e irrepetible.


     Algunas disparidades eran muy notorias. Como la puerta que acababa de ver, con la madera hundida en un hueco, como si alguien le hubiera pegado una trompada. No intentó abrirla: ya sabía lo que había detrás.

 

     La puerta siguiente estaba garabateada con crayón. Y la otra tenía una columna de marcas a lápiz que decían “5 años”, “6 años”, “7 años”, “8 años”, “9 años”.

 

     En la puerta de al lado se escuchaba una radio con rock nacional de los 80. De la otra, salía olor a pasto recién cortado. La siguiente estaba salpicada con agua que olía a cloro.

 

     Pero ya todas estaban con llave. Cada tanto probaba un picaporte, pero era en vano. Ya no podría volver a abrirlas nunca más.

 

     No las había visitado a todas. Ignoraba por completo lo que escondían la mayoría de ellas. Incluso a algunas las tenía vistas, pero no las había atravesado jamás.

 

     Justamente, ahora estaba pasando por el sector del pasillo en donde estaban las puertas a las que se había asomado alguna vez sin decidirse a  entrar. De una puerta colgaba un llavero con las máscaras de la comedia y la tragedia. En la siguiente, sonaba una guitarra eléctrica. La de al lado tenía un cartel que decía “DEPARTAMENTO DE ALUMNOS”. En la otra puerta había una calcomanía con el escudo de River.

 

     La puerta siguiente despedía un perfume que evocaba a una mujer que conoció. Trató en vano de abrirla. Ya era tarde.

 

     Probó una puerta más. Estaba abierta. Pero detrás, estaba el pasillo de mierda en el que no quería entrar.

 

     Había encontrado ese mismo pasillo un montón de veces, detrás de una cantidad de puertas, pero no estaba listo para recorrerlo. No todavía.

 

     “Pero si no es ahora, cuándo”, pensó.

 

     Y, con un gesto de resignación, cruzó el umbral.

 

     A los costados estaban las puertas que había decidido no abrir. La primera era, claramente, la de un baño de hospital. De la segunda salían ruidos, zumbidos de máquinas médicas. Siguió de largo.

 

     En la puerta de al lado se escuchaba la música insulsa y repetitiva de las salas de espera. La siguiente tenía olor a remedio, como el consultorio de un dentista.

 

     La otra era una puerta familiar, pero no la reconoció enseguida. Cuando recordó lo que esta significaba, se detuvo frente a ella con una expresión mezcla de horror y de asco. Había estado frente a esa misma puerta en otra ocasión, hacía una punta de años.

 

     – No sé cómo pude haber considerado abrir esta puerta alguna vez… –dijo en voz alta.

 

     Había una puerta manchada con mierda, y otra con sangre.

 

     La puerta siguiente tenía una jeringa metida en la cerradura. Alguien había escrito con un compás (tal vez con una hipodérmica) la palabra MORFINA. Sonrió. Era la puerta por la que había entrado.

 

     Así, llegó al final del pasillo, acaparado por una puerta enorme y blanca, muy limpia.

 

     Tanteó el picaporte. Estaba sin llave.

 

     Abrió una hendija apenas, y sintió cómo se colaba el chiflete.

 

     Se volvió un momento, y miró con nostalgia todas las puertas que había dejado atrás.

 

     Clavó de nuevo los ojos en la puerta blanca. Y dijo en voz alta:

 

     – No pienso quedarme a vivir para siempre en este pasillo.

 

     Empujó la puerta, que se abrió de par en par.

 

     Respiró hondo, y con los ojos muy abiertos, se sumergió en la oscuridad y el frío. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

EN EL FILO DEL CORAZÓN.

Una tarde de otoño, bajo el susurro del viento,
crucé un instante que nunca imaginé eterno.
Entre luces y sombras apareció su figura,
su mirada, un destello, desarmó mi armadura.

 

No fue buscado, ni en mi intención estaba,
pero su belleza, como un poema en calma,
se alzó imponente, como torre divina,
y mi fortaleza tembló, sin que su mano hiriera la mía.

 

Pensé en Salomón, sabio entre sabios,
que quizás ante esto, hubiera callado.
Porque hay miradas que el corazón sacuden,
y dejan al alma rendida, sin refugio donde.

 

Dios, desde lo alto, me observaba en silencio,
su juicio sentí como un peso inmenso.
"¿Qué haces, hijo, con el don que te he dado,
si el hogar que construiste es amor consagrado?"

 

La locura fue breve, como estrella fugaz,
pero su huella, intensa, no quiso marchar.
Aun así, no cedí, no busqué lo prohibido,
porque mi juramento es sagrado, y mi amor, infinito.

 

Hoy agradezco aquel instante confuso,
que puso a prueba mi fe y mi rumbo.
Comprendí que el deseo puede ser fugaz,
pero el amor verdadero es un puerto en paz.

 

Mi familia, mi templo, mi mayor riqueza,
donde la risa y el amor siempre regresan.
Dios, juez y guía, me llevó al camino,
y hoy vivo agradecido, en paz, con lo divino.

 

La tentación es fuerte, pero el amor lo es más,
y mi corazón pertenece a donde siempre querrá estar.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

EL SOL Y LA LUNA.

El sol se escondió detrás de las nubes porque un día la luna lo rechazó.

 

Lo rechazó según dicen, porque él es muy ardiente y la luna es muy tranquila.

 

El problema es que ambos no son compatibles; mientras el sol se despertaba, la luna se dormía.

 

Nunca coincidían, o si lo hacían, tardaban años para que sus caminos se cruzaran.

 

Y llegado ese momento nunca platicaban, solo se eclipsaban y ambos se observaban.

 

El sol enamorado le juró amor eterno; le dijo que su camino siempre iluminaría; la luna no le dijo nada.

 

Ella en cambio buscaba otro tipo de brillo, otro calor; consideraba que el sol se creía el centro de atención.

 

En el día, a veces la luna se asomaba con timidez, se mostraba y el sol muchas veces lo ignoraba. 

 

Por las noches la luna lo esperaba para darle una oportunidad, y el sol nunca aparecía.

 

La luna ya no le tomaba en serio; él no hacía ningún esfuerzo para estar con ella en su universo.

 

Lo que le atraía a ese astro gigante es que aquel satélite natural era todo un misterio fascinante.

 

Solo mostraba un lado de su cara mientras que la otra la ocultaba: un lado tibio y la otra helada.

 

El sol nunca se cansaba; cada día la admiraba, pero no la alcanzaba; ella aún más se alejaba.

 

No comprendía que la distancia de los años luz, y la lejanía, era porque la luna ya se aburría.

 

Viviendo siempre en agonía, iba apagándose por ella día tras día, perdiendo su gran destello.

 

Dicen por ahí y en algunos cuentos que a la Luna le gusta la miel y los casamientos.

 

La luna al sol ya no lo espero; lo rechazo porque se enamoró de un astro llamado "Tierra", quien lo tiene viviendo en su cielo. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

YA NO ES IGUAL.

Ya no están las mismas cosas

que antes, cuando tú estabas

ya no huele el campo a rosas,

ni se oyen las gaviotas

ni los gorriones, cantan

se durmió la madreselva

descolgada en el balcón,

ya no trepa ni la hiedra

ni están los geranios en flor.

 

Ya no son las mismas cosas

ya no son, ni parecidas

el olor, la suave brisa

de la noche no se nota,

ni el trigo de los trigales

ni las zarzas, ni las moras

ni si quiera el alma mía

es la misma que era antes.

 

Se han borrado los caminos

y las sendas, las veredas

se fueron las primaveras

arrastradas por el río,

ya no es igual el campo mío

a ese campo, que era antes.

 

Ya no quedan madrigales

ni lucen su colorido,

ya no es, ya no es lo mismo

que ese tiempo en que estuviste,

cuando dabas luz al prado

cuando eras, de geranios

y de zarzas lo sublime,

ya no hay nada parecido

desde el día que marchaste.

IMAGINACIÓN DOLIENTE.

En algún punto se vuelve inagotable, ¡la imaginación es una broma nefasta!, talvez toque fondo dentro de muchos años, cuando mi memoria deslucida, encuentre, detrás de tantos rostros el suyo y frente a alguna sombra su risa bese de nuevo mis recuerdos.

 

Cuando ya éste pensamiento boquee y boquee tratando de recordar su nombre en la sala de algún hospital o en el olvido profundo del asilo, talvez la encuentre en aquel monólogo inconexo que repite esto que nunca he dicho, como si alguien afuera supiera de la cacofonía doliente que fue su existencia en la mía o cuando el último recuerdo muera y espere que su alma se aproxime a mi fin, como cuando dos almas ya no tienen más adonde ir.

 

Mientras tanto, esta imaginación se torna inagotable y me lleva consigo, en el más oscuro silencio en el más espantoso vacío, es aquí cuando descubro lo poco que he sido y como una vuelta del destino me dejó sin equilibrio.

 

Me agotas, ¡lo sabes!, en algún fatídico escenario donde todos los días es un mismo beso, vas conmigo de la mano al miedo, nunca fue bueno el desequilibrio.

 

Me agotas, ¿lo sabes?, cuando tu cuerpo no tiene referente y aun en esa ausencia siento el síntoma de una peste interna que llaman deseo o de una peste mayor que se llama destino.

 

Si extiendo mis ideas como extender un orgasmo, apareces al final en un sordo gemido que tras unos segundos se extingue y el silencio que queda me deja dormir tranquila, pero cuando una masturbación se vuelve insuficiente, entonces, sólo tengo este cuerpo desnudo a la mitad de la noche, flagelado por una imaginación que no se cansa de herirlo, abandonado en la soledad aterradora de la vida, la vida sin ti.

 

Esta imaginación que todavía camina, remplaza cualquiera que sea mi realidad  y termina siendo una ráfaga punzante, ya no se sabe dónde se siente la ficción, ¡la imaginación es una broma nefasta y la vida un acto de resignación!.

ENGAÑIFA.

No se distinguir entre realidad o ficción
Y más cuando hiciste que dude tantas veces de mi intuición
Miro desde la colina del hoy y leo nuestras conversaciones de ayer
Solo quisiera que sientas como es demasiado saber

Todas las cosas que me dijiste, ¿traían siempre una mentira?
¿Mentías para protegerme de mi misma?
Es frustrante tener que añorar esos momentos
Pero, ¿en qué momento tu amor trató de inventos?

Me recriminas y juzgas veinte minutos de ausencia
pero quien te reclama a ti las dos horas sin tu presencia
Yo contigo fui honesta buscando tu estabilidad
desapareces entre mis recuerdos, ¿fuiste acaso real?

Mi cuerpo pequeño y frio tiembla ante los hechos
Hechos reales que me amordazan los recuerdos
¿Pensabas en mi bienestar al mentirme?
O buscabas prolongar mi sufrimiento y tu y ella de mi reírse. 





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

ANDRÓMEDA.

En el vasto cosmos, entre estrellas y cometas,

navega nuestra historia, brillante e infinita.

Eres mi constelación, mi galaxia secreta,

un destello eterno en la noche exquisita.

 

Tus ojos, dos estrellas que iluminan mi cielo,

brillan con la fuerza de un millón de soles.

En la órbita de tu ser, encuentro mi anhelo,

perdido en la inmensidad de tus roles.

 

Flotamos sin peso en este mar estelar,

cada beso, un meteorito que cruza el espacio.

Nuestros corazones laten en un singular,

pulso que resuena en el vacío despacio.

 

Tus susurros son la música del universo,

un eco distante en la negrura del firmamento.

Cada palabra tuya es un verso disperso,

que encuentro en el silencio de cada momento.

 

Cruzamos nebulosas, desafiamos la gravedad,

juntos, exploramos la infinita vastedad.

Eres mi Andrómeda, mi eterna divinidad,

una galaxia de sueños, una verdad sin edad.

 

Nos fundimos en un abrazo cósmico,

unidos por la fuerza de la atracción sideral.

En la danza celestial, somos un símbolo,

de un cariño tan puro, tan fundamental.

 

Tus caricias son polvo de estrellas,

brillando suavemente sobre mi piel.

Cada toque tuyo una maravilla tan bella,

un cometa fugaz, un mágico laurel.

 

Viajamos juntos por sendas astrales,

descubriendo planetas, conquistando el firmamento.

Eres mi compañera en estos viajes ideales,

mi guía en el espacio, mi sustento.

 

Bajo el manto estrellado, te prometo mi lealtad,

un pacto eterno en la galaxia sin final.

Eres mi Andrómeda, mi dulce realidad,

una constelación que siempre será mi verdad.

 

En el vasto cosmos, nuestro lazo se expande,

una fuerza inquebrantable, un nexo esencial.

Nuestro vínculo es fuerte, nunca se desbande,

un amor estelar, un amor sin igual. 





En el vasto cosmos, entre estrellas y cometas,


navega nuestra historia, brillante e infinita.


Eres mi constelación, mi galaxia secreta,


un destello eterno en la noche exquisita.


 


Tus ojos, dos estrellas que iluminan mi cielo,


brillan con la fuerza de un millón de soles.


En la órbita de tu ser, encuentro mi anhelo,


perdido en la inmensidad de tus roles.


 


Flotamos sin peso en este mar estelar,


cada beso, un meteorito que cruza el espacio.


Nuestros corazones laten en un singular,


pulso que resuena en el vacío despacio.


 


Tus susurros son la música del universo,


un eco distante en la negrura del firmamento.


Cada palabra tuya es un verso disperso,


que encuentro en el silencio de cada momento.


 


Cruzamos nebulosas, desafiamos la gravedad,


juntos, exploramos la infinita vastedad.


Eres mi Andrómeda, mi eterna divinidad,


una galaxia de sueños, una verdad sin edad.


 


Nos fundimos en un abrazo cósmico,


unidos por la fuerza de la atracción sideral.


En la danza celestial, somos un símbolo,


de un cariño tan puro, tan fundamental.


 


Tus caricias son polvo de estrellas,


brillando suavemente sobre mi piel.


Cada toque tuyo una maravilla tan bella,


un cometa fugaz, un mágico laurel.


 


Viajamos juntos por sendas astrales,


descubriendo planetas, conquistando el firmamento.


Eres mi compañera en estos viajes ideales,


mi guía en el espacio, mi sustento.


 


Bajo el manto estrellado, te prometo mi lealtad,


un pacto eterno en la galaxia sin final.


Eres mi Andrómeda, mi dulce realidad,


una constelación que siempre será mi verdad.


 


En el vasto cosmos, nuestro lazo se expande,


una fuerza inquebrantable, un nexo esencial.


Nuestro vínculo es fuerte, nunca se desbande,


un amor estelar, un amor sin igual.






Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

GLOSA A UNA TOMADA.

Mi canción es un paisaje

en este infinito llano,

presto tiende cada mano

bajo un extenso cordaje,

ofrece un musical viaje

por lar del tío Simón,

pasta el toro cimarrón

y la vaca mariposa,

juntos rumian y retozan

donde vive la ilusión.

 

Donde moran los arpegios

en un sencillo lenguaje,

de la sabana les traje

al cederme el privilegio,

del legado y florilegio

colmado de inspiración,

el pecho en gran emoción

henchido en esta faena,

de mi poética vena

que te da mi corazón.

 

Con tu ausencia tengo frío

se fue contigo el lirismo,

el llano ya no es el mismo

de abrazos está baldío,

las aves sin su cantío

hacen más triste el rumor,

de un Arauca vibrador

o del central Barbacoas

rumbo al sur en mi canoa

me hace falta tu calor.

 

Y están llorando los ríos

y se arropan con la arena,

para camuflar su pena

en parajes tan sombríos,

en vez de coplas, corridos

de un veguero cantautor,

en tono de sol mayor

se oyen versos del poeta,

bogando hacia el río Meta

al soñar con mi dolor.

 

Yo no sé si tu cariño

para este caballo viejo,

como errante y a lo lejos

de mi Potosí de armiño,

y en fantasía de niño

no le encuentre otro lugar,

donde es prioridad amar

como nos lo enseñó Cristo,

de todo lo que ya he visto

está estampado en el mar.

 

O si está en el cielo llano

oteando en lontananza,

un arco iris de confianza

en su vuelo muy temprano,

de mi ponche crema ruano

en su raudo cabalgar

que me apoya al cautivar

con mis sutiles halagos,

sin demasiados rezagos

esperando mi soñar.

 

Vámonos rara armonía

a tu natural querencia,

por costumbres y vivencias

que en época de sequía,

en prolongada agonía

sin agua de la cascada,

seca sabe la cuajada

seca también la garganta,

marchita voz, ya no encanta

vamos a llorar tonadas.

 

A la orilla de la brisa

que eleva mi volantín,

se oye el arpa y el violín

y en el caney se divisa,

con bardos y poetisas

joropos en marejada,

que por la tierra mojada

las haciendas son haberes,

contemplando atardeceres

y soñando madrugadas. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

domingo, 24 de noviembre de 2024

MANTENGO.

Es la hora de fluir como lo hice,

desde él día que del vientre de mí Madre...

La que extraño, añoro y recién comienzo a comprender...

el maldito porque jamás nunca una caricia

un te quiero, un regalo de madera o un beso en la mejilla merecí...

Según el dolor que me invadía como hijo...

Comprendí...

 

ese día que finalmente desta tierra tan lejana se marchó

porqué con rigor me castigó...

Comprendo el dolor que fue tortura,

la amargura del dolor con que me educó

en rigor a lo que debería enfrentar y no conoció,

pero supo como hacer que asimilara en los recuerdos 

enfrentara cuando ofreciera aparecer la infamia que no sé 

si es lo que vale o el todo que merecen los humanos tan ineptos 

que tan fácil adoran al que mienten han usado el nombre de mi hermano

para la ciencia que llaman bien común

que yo llamo estupidez y vanidad del que hoy enfrento, que mudo

va quedando y se cuenta a la cuenta del desnudo de mi alma

que se enfrenta al corazón 

que rasguea la silueta que en la sombra

más que uno 

es de dos ...

y un quinteto

tan vasto y repleto de un amor

que nunca vieron ni merecen los que frutos 

cosechados por la maldita religión

 

Hayyyy...Señooorrr...que pasión

que locura, que ventura vivir hoy ...

esperando tu llegada 

para simplemente besar tus pies...y arrojar 

al universo las coronas que negamos hoy, ayer y siempre 

si tenemos lo que la gente tiene y no cuenta de la cuenta

que le rinde a los altares

a los militares

a guerrilleros y proxenetas

desprovistos de la leche mas tibia, mas divina de la vida...

que nutriendo va cansina y sometida

a los libres que se irán con el orgullo

con sus hijos y quiere dios 

que marchen solos

pero NO!

 

no querré dejar atrás los insultos

las ofensas recibidas

las heridas y las llagas

que una sola palabra tuya

cerrará para siempre, cerrando yo las tuyas...

 

como hice siempre 

con la locura.

Con mi infinita ignorancia

y no dude en irme de aventura

contigo y nadie más

que sin mirar atrás me llevaste

donde estaba ese lugar

reservado para quién del todo es capaz 

de hacer la nada condenada

tal belleza singular...

y el plural los paraísos

para ingenios y petisos que por la vida

sin casualidad alguna fueron tomando la mano

del amor que nunca muerto por un dios o por el tuerto

sabrá llegar a puerto a recalar

en la mar y la estrofa del poema

que aviva la llama matando el dilema

por derecho que plantea ese diestro

que sangró por su universo y se lo meta en culo

que así no mas sin vergüenza ni disimulo

 

te quiero decir algo ...

este envase en que habito

nada vale más que todo y mucho más

que el amor que sentí ese día la primera vez que te vi

sonrojado, placido y cómo damente

viví tierno y caliente 

en el vientre nueve meses

sin querer salir 

para vivir sufriendo

tal como te estoy queriendo

arriesgando mi vida y quebrandome el alma 

por torcer el destino

imposible que desvíe el que quiere

querer con todos 

y se va quedando solo

porqué así lo decidió

 

yo decido lo que quiero

si es mi vida mi cariño mis maneras

sin manuales protocolos o una escuela

soy un cantar verdadero

y he reñido tantas primaveras

asumiendo las secuelas

y dando a las razones

que tocan los corazones

el amor de dos dementes

que hace tiempo del pasado se predijo

en el nido más limpio con sus hijos

Vivirán eternamente... 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

CUANDO DECIDAN QUE EL AMOR YA NO EXISTA.

Amor, años hace ya, que juré estar siempre a tu lado.

Entonces era fria y no caliente la guerra.

Aunque el mundo dividido seguía minando la humanidad,

nuestro amor se hacía grande y lo repartiamos

a montones. 

 

Nunca dudamos en amarnos en medio de la sangre vertida

en otro lugares lúgubres, donde la bayoneta abría los pechos

y retorcía las vísceras de los combatientes,

tirados al sol y reseca la piel muerta, sin amor. 

 

Ni siguiera dudamos de nuestros sentimientos por la vida,

cuando se nos anunciaba el fin del mundo,

era la misma historia de siempre, 

después de la barbarie, de las noticias,

de los intrincados discursos, la paz siempre vencía

y el amor renornaba como un sunami que

cubria la faz de la tierra.

 

Pero ahora, el horror cruza los cielos en segundos,

los bárbaros de aquí, de allá, de todos los lados,

se regocijan de lo fantástico que viaja la muerte,

de su sonrisa macabra y letal,

como si la fiesta de luces, celebrara a la muerte,

como la fiesta de los difuntos.

 

Nuestros corazones buscan refugio,

no hay quien pueda darlos con seguridad,

escombros, basura, orines y heces

adornan su entrada e interior. 

 

Un refugio para el amor, para la solidaridad,

para la sonrisa,

para el abrazo, jamás se ha construido.

 

Los refugios destartarlados y existentes,

se olvidaron de la vida,

ahora se refugian los muertos,

los cadaveres que protegeran sus intereses sin saber,

que para nadie habrá salvación.

 

Yo me encomiendo a ti mi amor,

eres la única que lo entiende, 

eres capaz de abrazarme

y besarme de puro amor a la vida. 

 

No tengo miedo a morir,

tengo miedo a que nos separe una fuerza tremenda,

y te arranque de mis brazos

alejándote tan lejos

que ni en el  cielo pueda hallarte.

 

Tengo miedo a las cenizas que quedarán esparcidas,

aunque somos seres cuánticos,

¿Quién podrá unirnos si estan tan regadas y separadas de la esencia?

 

"Amor, cuando yo muera",

tipica frase del poeta,

recuérdame con mi sonrisa más enamorada,

recuérdame con mis labios temblorosos

queriendo besarte,

recuérdame el instante en que ellos decidieron

que ya el amor, no debería existir entre tú y yo. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

PARTE DE MÍ...

Parte de mi alma, se quedó,
en aquella solapa victoriana
que se erguía sola entre los jazmines 
y que prendió el sol de la tarde
en sus matices del añil de mañana

Parte de mis despedidas,
se hallaron colgadas de tu mejilla
y a medio camino de tus ojos
coloradas entre abrojos,
dormidas como ángeles,
esperando que recuerdes
quienes somos

Parte de mis alas,
encasquilladas entre las ramas
abrazándose en calma
bailando entre sus plumas,
de cisnes, blancos de canas

Parte de mis silencios,
escuchados como adverbios,
ahogados entre unos besos
que acudieron a estos versos;
para hallarse entre las palabras
y hablar de las danzas, la respiración
transparente entre las lunas, 
letras como ningunas
Parte de mis recuerdos 
retozan entre los lirios 
y se esconden en los bosques,
azules como los árboles de los que andan
y rosas como las rojas purpurinas
de las que tus pupilas
todos los días me hablan

Parte de mí, esa que te di
se perdió entre tus labios
para renacer entre nuestros brazos,
esa parte de mí, que nunca volvió,
ya no es la misma, es mi alma
que entre tus ósculos y mis caricias
cada día, sin prisa, entre blusa y camisa,
es mi anima, que ya creció, 
que apoteósica de nuestros amores
resurgió, iluminando el cálamo 
y enderezando las plumas 
de este humilde poeta
entre vate níveo y ébano de ganso. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

UN CANTO A LA LOCURA.

Eres el mundo,

un lienzo de sueños, 

Tierra que abraza los días y las noches,  

en tus verdes campos, florecen las voces.

 

Ríos que cantan, montañas que abrazan,  

sol que despliega su oro y su calma.  

Eres el aire, el fuego, el agua,  

la brisa que acaricia y nunca se apaga.

 

Tus mares susurran secretos de antaño,  

con olas que juegan en un eterno paño.  

Cada estrella en el cielo, un faro divino,  

espejo de amores, de risas y destinos.

 

Eres el eco de historias pasadas,  

el murmullo de almas entrelazadas.  

En el pulso del tiempo, tu esencia perdura,  

un canto a la vida, un canto a la locura.

 

Eres el mundo, pero también mi hogar,  

donde las esperanzas se atreven a soñar.  

En tus brazos encuentro mi paz y mi anhelo,  

un refugio sincero, un cálido cielo.

 

Así, al mirarte, comprendo tu encanto,  

en cada latido, en cada quebranto.  

Eres el mundo, inmenso y profundo,  

un viaje eterno, y yo, un vagabundo. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

RETRATO POÉTICO.

Ella es como una tarde de verano, cuando el sol va cayendo y un viento suave sale de alguna parte del corazón de la tierra y mueve las letras hacia la parte izquierda del corazón y activa la imaginación, para que describa un sentimiento que hace meses viene moviendo mi pluma hacia una ilusión que cobra vida, cuando mi cabeza se acomoda en la tranquilidad de un sueño.

 

Ella sabe ser muchas cosas. Las más bellas estaciones del año Los mejores tonos de una canción los olores frescos de la primavera y las nostalgias de un otoño. Sabe apacentar mis letras en noviembre y en el año viejo, sabe deshacerse de todos los recuerdos y sueños que, durante la travesía de todos los naufragios, interrumpen la canción, para el disfrute de tus labios.

 

Muchas de las veces que la noche está clara, la luna siente envidia: ya que sus ojos tienen el mismo brillo de las estrellas. La ternura de su voz semeja el canto de las aves antes de aparearse en primavera y sabe Silbar, emulando el viento del otoño y su cuerpo tiene la ternura exacta que el invierno requiere, en esas noches que me cobija en sus brazos y trasmite su calor de amante.

 

En muchas de mis canciones, anda siempre resonando en mis mejores notas, brincando de una trova a un bolero, También visita los tangos y pasea por las tragedias de Gardel. Gusta sentarse en medio de las trovas y alizar su cabello largo y mirar la tarde, mientras se oculta en el horizonte, pero me gusta más cuando me sorprende con esas notas de amor en italiano o portugués.

 

Su presencia en mis letras es constante y permanente. Me pide discreción cada vez que asoma, a veces se enoja por mis impertinencias y se ausenta de mis letras y yo voy y la busco en algunos poemas de Cesar Vallejo o Benedetti. Solamente cuando la tarde se invade de melancolía voy por ella a algún poema de Neruda y me espera cada jueves, al salir de un sueño , para leernos. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

LA ESCUELA.

A veces siento que soy

como el árbol que se quiebra,

una hoja, entre las piedras

una gota en el cristal

a veces, pienso que soy

la pluma del gavilán,

una mota en la acera

una abeja en la colmena,

un pedacito de mar.

 

A veces soy tan pequeño

que me cuesta respirar,

que en un mundo tan inmenso

no soy nada, nada mas

que un poeta en el recuerdo.

 

A veces, creo perderme

por los hilos de la pluma,

a veces, soy una bruma

que el aire la desvanece

a veces soy, una duda

y un suspiro, otras veces.

 

A veces siento que soy

una parte del olvido,

entre el dolor, un gemido

a veces siento que voy

por los caminos perdidos

y a veces, solo a veces

escribo.... para sentirme mas vivo.

 

A veces creo entender

la vida como la tomo,

pero a veces como el polvo

vuelvo a desaparecer

entre libros, entre fotos

que nadie quiere leer.

 

A veces siento que soy

un poeta sin escritos,

un alma que se ha rendido

en el mundo de los signos

un tachón, en una estrofa

el soplo, de un silbido.

 

A veces, soy tan pequeño

que me pierdo por mis notas,

que mi vida entre los versos

está perdida entre las hojas,

a veces, solo recuerdo

que mi vida solo es eso,

un paso por el averno

un caminar por las sombras,

un poeta casi muerto

un pequeño que está en prosa

a veces, es lo que siento

a veces... solo soy verso

de palabras que no importan.

 

Pero a veces me despierto

de la mas extraña forma,

a veces, me llaman maestro

y otras veces, me provocan

sin saber que estoy durmiendo.

 

Es entonces cuando siento

esa fuerza que me aborda,

esa rabia que contengo

para que nadie conozca

lo que guardo en secreto.

Que la verdad es que miento

que prefiero estar dormido,

y que no soy tan pequeño

cuando se meten conmigo.

 

Que a veces, prefiero la calma

por evitar los conflictos

y que a veces, solo digo..

que perdonen mis palabras.

 

Hace tiempo fui poeta

pero dejé de escribir,

era fácil para mi

por eso busqué otras metas,

me decidí por el trovo

cantar al aire, poemas

ver, como nacen las letras

en un instante tan solo.

No tener inspiración

ni esperarla a que venga

que en el trovo, no hay razón

ni inspiración que lo entienda.

 

Por eso, a veces pienso

cuando alguien me critica,

lo mucho que pierde el tiempo

por retarme en la poesía

porque a veces, solo sueño

porque a veces, me despierto

entre sudores de tinta.

 

A veces, soy muy pequeño

y otras veces... un artista

pero yo no soy poeta

ni pretendo competir,

hace tiempo decidí

que la magia de las letras,

también se puede decir

para cantar los poemas.

 

A veces, quiero pensar

y poder hablar en prosa,

pero el trovo es otra cosa

es diferente versar.

Por eso, no creo justo

enfrentarme a los poetas,

porque yo soy muy pequeño

mientras duermo y no molestan,

pero a veces, me despierto

y conmigo está la bestia

que se alimenta de versos.

 

A veces, quiero dormirme

estar calmado, estar quieto

a veces, solo pretendo

escribir desde el silencio

pero a veces, me despiertan

para privarme del sueño,

y es que a veces, solo pienso

que al hacerlo se equivocan,

por eso, mejor me duermo. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

A VECES LO SIENTO.

A veces siento que soy

como el árbol que se quiebra,

una hoja, entre las piedras

una gota en el cristal

a veces, pienso que soy

la pluma del gavilán,

una mota en la acera

una abeja en la colmena,

un pedacito de mar.

 

A veces soy tan pequeño

que me cuesta respirar,

que en un mundo tan inmenso

no soy nada, nada mas

que un poeta en el recuerdo.

 

A veces, creo perderme

por los hilos de la pluma,

a veces, soy una bruma

que el aire la desvanece

a veces soy, una duda

y un suspiro, otras veces.

 

A veces siento que soy

una parte del olvido,

entre el dolor, un gemido

a veces siento que voy

por los caminos perdidos

y a veces, solo a veces

escribo.... para sentirme mas vivo.

 

A veces creo entender

la vida como la tomo,

pero a veces como el polvo

vuelvo a desaparecer

entre libros, entre fotos

que nadie quiere leer.

 

A veces siento que soy

un poeta sin escritos,

un alma que se ha rendido

en el mundo de los signos

un tachón, en una estrofa

el soplo, de un silbido.

 

A veces, soy tan pequeño

que me pierdo por mis notas,

que mi vida entre los versos

está perdida entre las hojas,

a veces, solo recuerdo

que mi vida solo es eso,

un paso por el averno

un caminar por las sombras,

un poeta casi muerto

un pequeño que está en prosa

a veces, es lo que siento

a veces... solo soy verso

de palabras que no importan.

 

Pero a veces me despierto

de la mas extraña forma,

a veces, me llaman maestro

y otras veces, me provocan

sin saber que estoy durmiendo.

 

Es entonces cuando siento

esa fuerza que me aborda,

esa rabia que contengo

para que nadie conozca

lo que guardo en secreto.

Que la verdad es que miento

que prefiero estar dormido,

y que no soy tan pequeño

cuando se meten conmigo.

 

Que a veces, prefiero la calma

por evitar los conflictos

y que a veces, solo digo..

que perdonen mis palabras.

 

Hace tiempo fui poeta

pero dejé de escribir,

era fácil para mi

por eso busqué otras metas,

me decidí por el trovo

cantar al aire, poemas

ver, como nacen las letras

en un instante tan solo.

No tener inspiración

ni esperarla a que venga

que en el trovo, no hay razón

ni inspiración que lo entienda.

 

Por eso, a veces pienso

cuando alguien me critica,

lo mucho que pierde el tiempo

por retarme en la poesía

porque a veces, solo sueño

porque a veces, me despierto

entre sudores de tinta.

 

A veces, soy muy pequeño

y otras veces... un artista

pero yo no soy poeta

ni pretendo competir,

hace tiempo decidí

que la magia de las letras,

también se puede decir

para cantar los poemas.

 

A veces, quiero pensar

y poder hablar en prosa,

pero el trovo es otra cosa

es diferente versar.

Por eso, no creo justo

enfrentarme a los poetas,

porque yo soy muy pequeño

mientras duermo y no molestan,

pero a veces, me despierto

y conmigo está la bestia

que se alimenta de versos.

 

A veces, quiero dormirme

estar calmado, estar quieto

a veces, solo pretendo

escribir desde el silencio

pero a veces, me despiertan

para privarme del sueño,

y es que a veces, solo pienso

que al hacerlo se equivocan,

por eso, mejor me duermo. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri