Eres el mundo,
un lienzo de sueños,
Tierra que abraza los días y las noches,
en tus verdes campos, florecen las voces.
Ríos que cantan, montañas que abrazan,
sol que despliega su oro y su calma.
Eres el aire, el fuego, el agua,
la brisa que acaricia y nunca se apaga.
Tus mares susurran secretos de antaño,
con olas que juegan en un eterno paño.
Cada estrella en el cielo, un faro divino,
espejo de amores, de risas y destinos.
Eres el eco de historias pasadas,
el murmullo de almas entrelazadas.
En el pulso del tiempo, tu esencia perdura,
un canto a la vida, un canto a la locura.
Eres el mundo, pero también mi hogar,
donde las esperanzas se atreven a soñar.
En tus brazos encuentro mi paz y mi anhelo,
un refugio sincero, un cálido cielo.
Así, al mirarte, comprendo tu encanto,
en cada latido, en cada quebranto.
Eres el mundo, inmenso y profundo,
un viaje eterno, y yo, un vagabundo.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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