lunes, 21 de mayo de 2018

DESATA TUS CADENAS.

La poesía
no es siempre inspiración,
cuando
las musas ordinarias fallan,
están las otras,
las más grandes que existen
y son:
TRABAJO Y DEDICACIÓN.


¿Y por qué dicen que es mala,
la vida que llaman “buena”?
¡Desata ya la cadena,
vive siempre a “punta pala”
¡Qué la vida es “para gozarla
Sin tener miedo a los cuentos
de los que hacen aspavientos
diciendo que todo es malo
y que un diablo con un palo
te hará padecer tormentos.

No te creas nunca nada
de aquello que no se ve,
ni a quien diga; ¡tenga fe!
¡Mi credo si es de verdad
¡Y mi tío el de Granada,
no te jode, marinero!
Verdades de fe no quiero,
que verdades solo son
para engordar su zurrón
y el mío se quede huero.

Unos pasan el cepillo,
otros el diezmo te piden,
¡en eso todos coinciden!
¿No será que hay mucho pillo?
El caso es sacarle brillo
a la cartera del pobre,
aliviarle bien el cobre
y hacerle ver que los ricos
se pudrirán por borricos
en un infierno salobre.

Y vive el pobre contento,
como en el prado un potrillo,
engordando a tanto pillo
que busca vivir del cuento.
Amenazan con tormento
si gozas las cosas buenas,
¡y nada de ir a verbenas
a rozar la cebolleta!
¡Hasta el pecar de coqueta,
se paga con gordas penas!

Por eso de religiones,
ni en pedazos ni en racimo
a santones no me arrimo
y fuerte digo que “nones”
¡No me toquen los melones,
queriendo ordenar mi vida,
¡qué si esta ha de ser perdida,
lo sea por culpa mía!
No necesito una guía
que mis andáres los mida.

Si me pierdo en andurriales,
sea por mi propio pié,
que yo solita sabré,
poner ante Dios avales.
Y ya verá él si mis “males”
son o no de perdonar.
No me querrá castigar
por hacer mi vida un gozo,
sin enterrarme en un pozo
por el miedo de pecar.





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

LA VIDA COMO UNA PARTIDA.

La vida a veces pienso que puede ser una partida,
no se acaba hasta que todo finaliza,
no se acaba a mitad de la vida,
dura hasta el final incluso puede haber un cambio sustancial.

No entiendo a las personas que se rinden a la mitad de la partida,
a los que se retiran ante las caídas,
a los que se retiran ante los desengaños, faroles y mentiras,
a los que piensan que ya es tarde para empezar o cambiar.

Para mí, la partida está absolutamente a medias,
no soy un ganador pero tampoco un perdedor,
solo soy un jugador de cartas,
Que eso si luchará y jugará la partida contra sus rivales con el máximo ardor.

La partida tiene muchas cartas y opciones,
y sin duda, habrá nuevas pérdidas,
pero por lo menos se analizarán los riesgos y sus desviaciones,
el histórico de los fracasos ,
los recursos perdidos
en la búsqueda siempre de las mejores soluciones.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

BARAJANDO SENTIMIENTOS.

Jugué a las cartas contigo
Mientras tu mirada
Barajeaba mis recovecos
Y sin darme cuenta
Repose mi palabra
En tu suspiro
Y supe el eco de tu respuesta.

Jugué a las cartas contigo
Sin saber si terminaríamos algún día
Por intuir
Que el ganador
Es el que ganando
Ofrece su puesto
A quien no le importa
Perder.

Jugué a las cartas contigo
Aunque a ratos parecía que las cartas jugaban por nosotros
Y joder qué partida
Parecía que la naturalidad de ser amado
Era la única que nos ayudaba a comunicarnos a través de algo
Que no fueran palabras.


Recuerda;
Nunca me cansaré de compartir mi latido contigo
te lo daría si así lo necesitarás
Por qué mi latir está en tu pecho
Y tu pecho
Está en mi memoria...




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

MAPA POLÍTICO DEL AMOR.

Donde está la frontera
de entre tu Amor y el mío?
El mío dormita en tierra
tu Amor, allende los ríos.

El mío en una escalera
de caracol ha caído,
el tuyo, corre y lo encuentra
temeroso de haberlo perdido.

Tu Amor, luz que destella
el mío, un libro de bolsillo,
de vos, aire y hoguera,
el mío, eterno suspiro.

Eclipsa tu Amor las estrellas
y el mío es pequeño al sentirlo
pero...donde está la frontera,
de entre tu Amor y el mío?

Estuvo marcada a fuerza
de rayas en el olvido
hoy se define sinuosa
entre tu eco y mi ruido.

Para mí, de Amor vanidosa,
para tí el cristal de Narciso.
Donde se acaba la rosa,
y empieza el olor divino?

Su esencia candorosa,
donde el fatal espino!
mas...donde está la frontera,
de entre tu Amor y el mío?

El tuyo mi orilla riega
yo soy el sauce vencido,
que hace una reverencia
apoyando la rama en tu limo.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

TARDE DE PLAYA.

Te miro de amor extasiado,
nunca te vi tan hermosa,
jugando con arena fina
llenando de risa tu boca.

El sol reflejado en tu pelo,
fulgurante cual cobre forjado
de brillos tenues te envuelve,
matizando tus ojos soñados.

Mis ojos te siguen falderos
corriendo tras de tu sombra,
mientras mi mano escribe
llena de afán presurosa.

Jubiloso, mi rima ofrezco
con aliento apasionado,
con cada verso que escribo
tu piel pintada de leche,
acaricio alborozado.

En mis versos contenida
como filigrana ensortijada,
cual hilván uniendo letras
esta mi alma enredada.

Saltarina de roca en roca
por ola espumosa mojada,
acariciada por brisa poca
juega mi bella amada.

Imagen de un sueño alado
sentir enamorado me hace,
al ver en su boca posarse
un beso de mar salado.

Finalmente mi mano cesa,
cansada del escribir se aleja ,
llena de gozo disfrutado
en esta tarde de playa.





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

HIJO DEL AMOR.

Soy hijo del amor
fruto de la tierra llana.
Soy soplo de vida.
En mi el polvo grana
descollándose en selvas,
en altas montañas.

Desde lo alto del Ararat
bajaron sandalias y pezuñas
que dibujaron la grafía
de la historia, la ciencia, la vida.

Soy el hijo prodigo
que regreso de la francachela
con los brazos caídos
y, el corazón desbocado
como una gacela.

Soy Adán, soy David el Rey,
soy el sabio Salomón,
soy Sansón que seducido
por los labios de una mujer
fue vilmente vencido.

Soy Jesús el redentor
que traicionado por Judas
fue dado a la crucifixión.
Desde lo alto de mi trono
juzgo la traición y no perdono
como el más grande desamor

Soy piedra, agua, azucena
azafrán, bejuco, barbasco,
madera dura de guayacán.
Suave Jacinto de agua.
Soy el guardián fiel
de las llaves del reino.

Soy hermano del sol,
amigo íntimo de las estrellas.
He enloquecido por la luna
mi desvarío me acuna,
me he enamorado de una de ellas

Soy el que soy
desde el ayer hasta el final,
tengo vida pasional.
Un giroscopio me guía
de norte a sur. Mis garras
de halcón han arrancado
el corazón de la leona.
He lamido sus labios
con dulzura y sorna.

Soy la paz, la guerra
los nacidos claman su cuna
los caídos su funeral de tierra.
Soy espejismo en la luna.

Soy amante de la Sulamita;
la mirra, las piedras preciosas
los brocados y pieles de terciopelo
adornan su piel morena.
Esclavo de su aroma rasgo su velo
huidiza como la gacela contrita
desnuda su alma recelosa
su canto desahoga su pena.

Soy hijo del amor
originado de la pasión
Nací en noche de luna
bendito desde una visión
dijeron sería el protector
de los caídos en hambruna.

Soy tallo, espiga, punzón
martillo, punta de lanza
acordeón, guitarra, violín.
Mi voz es canto, grito, gemido
mis huesos tocan el arpa
mis solfeos insuflan las notas.
Soy el que soy
desde el ayer hasta el final.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

EL ÚLTIMO VERSO.

Érase una vez la très belle epoque
cuando aún no gobernaba el reloj.
Sólo volaba el compás del minué
y el lago... con su virtuosa elegancia
muy quieto olía la suave fragancia
del verbo galante escrito en francés.

El jardín se apasionaba, flamante,
con el soneto del árbol amante,
pintor de la luna sobre un corcel.
Las luces trajeron una figura
creadora de la palabra pura,
palabra que surge bajo la piel.

De repente, emergió el verso cantor
y los ojos vieron al escritor.
Susurrante, se olvidó del ayer,
para mirar al pétreo castillo
dador del eterno, místico anillo
que enciende el alma y no deja de arder.

Apasionado, el poeta cantaba
y un alto emir, como muchos soñaba
escuchar a Bécquer, vivir a Tolstoi.
Nuevamente, el verbo suave y galante
llevó la noche con voces de Dante
a un tiempo que no es tiempo... al eterno hoy.

Luego, el silencio se hizo tan presente...
La luz de la luna dejó evidente
la estrella de versos, celestial grey.
Clavóse en las almas un pensamiento
que detuvo el reloj por un momento
entre príncipes y el ansioso rey.

Un decreto real se oyó imponente,
presuroso por grabar en la mente
el último verso... ¡la verité!
La noche, extasiada, leyó muy quieta
este verso escrito por el poeta:
¡L'amour est l'étoile de l'humanité!





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

sábado, 19 de mayo de 2018

CIERRO LOS OJOS Y TE PIENSO.

Cierro los ojos y te pienso, y esa bella sonrisa de siempre se dibujaba en mi mente, volviendo a tratarme, y a enamorar mi corazón.
Miro a todos lados buscando encontrarte, pero estás ahí en tu lugar y yo aquí en el mío, alejados.
Me siento y escribo imaginándote a mi lado, diciéndome: no esperaba sentir lo que siento, pero hoy lo siento y no puedo negártelo.
Cuando dijiste lo que sentías por mí no supe qué decir, quise decir tanto en realidad pero no había orden de palabras dentro de mí y por eso estoy aquí...
Aunque el tiempo dirá qué seremos mañana, hoy quisiera estar para conocer de ti; tus sueños, tus temores, las metas que piensas inalcanzables, tus cualidades y defectos, pero también aquello que quizás parezca sin importancia.
Porque cierro los ojos y sé que con mis mil defectos y errores puedo perder y te podrías alejar de mí, pero aún así me arriesgo sabiendo que podré darte lo mejor y luchar cada día por tu amor.
Por eso no pediría nada, más que te arriesgues conmigo, y nos olvidemos del resto, siéndonos sinceros, sin mentiras ni secretos, por algo serio...
Mientras me pregunto qué estarás pensando, y qué tendré que hacer, pues no quiero ilusionarme como un tonto y tener que despertar si te vas.
Por eso escribo al pensarte, porque no puedo dejarte, ya que en realidad tú fuiste quién atrapó a este loco, y te culpo, por ser tú y enamorarme... Y a mí también porque te quiero y quiero a tu lado quedarme...
                                                                    
En la soledad de mi existencia, en el beber sorbo a sorbo mi nostalgia, envuelto entre pensamientos abstractos, cierro mis ojos y ahí estás. En el silencio de mi ausencia, sentada en el taburete de mis ansias y anhelos. Te contemplo y acaricio con mi mirada ardiente. Puedo sentir tu aliento, puedo abrazar el calor que emana tu cuerpo enamorado, logro respirar el aroma de tu piel canela.
Quisiera borrarte de mi memoria, mas imposible es ya que formas parte de mí, de mi ser, de mi universo. Además no quiero (lo confieso) no quiero olvidarte, aunque me desgarre tu ausencia, aunque me duela la distancia, aunque vague como un condenado eterno.
Recordarte es vivir, recordarte es amar, recordarte al cerrar mis ojos es no estar solo porque vives, estás en mí.

Te culpo por ser tú y enamorarme,
Cierro mis ojos y te pienso:
Mucho duele, cuánto duele, el no poder olvidarme de ti;
El vivir en soledad, cerrar mis ojos, volverte a pensar;
Solitario continuar, preguntándome por qué yo jugué,
Por qué, si nada tenía, el mundo y la vida yo quise apostar;
Observar que nadie quiere entregarse a tu tan fugaz amor;
El saber que nada das y pretender a todos engañar
Y llenar mi faz con sal por tantas lágrimas que derramé;
Sentir que el pecho se muere, verte a lo lejos de todo gozar;
Ser tu tonto prisionero, llevar una cruz que pesa y lastima;
Sentir mi alma cual suspiro pues soy hombre que no sabe luchar,
Me enclaustraste en este anhelo, en el gran abismo del desvarío
Donde me siento perdido por una absurda locura intentar;
Calentar el frío infierno con una loca aventura de amor
De agonía y de vacío, de alguien que tuve y no puedo olvidar…

Cierro los ojos y te pienso, como a una revelación, este sentimiento implícito sobrepasa la humana razón, desanda el camino de los dioses. Mi cuerpo multiplica sensores que te advierten, en el aire, en el agua, en el fuego, en la tierra, tu presencia incansable todo lo llena y me desborda; amarte más seria trasponer la frontera de la coherencia. Cierro los ojos y te pienso, en ese pensamiento transcurre mi vida, aferrado a este amor total.

si supieras la falta que me haces
que en todo lo que miro estas ahí
me parece que estas siempre presente
como luz iluminando mi existir.
me atormentan los recuerdos del pasado
y quisiera que estuvieras hoy aquí
perderme en la belleza de tus ojos
y en tu boca saciar mi frenesí,
recorrer de tu cuerpo la armonía
y jamás separarme de ti.
me extasiaba contemplando tu belleza

Cierro los ojos y te pienso,
es el calor lo que más siento,
no quiero olvidar que fuiste y serás de mí,
un amor total,
como lo real de un todo,
como la rosa huele a tanto,
cuando eres el sol, el cielo y el mar,
de todo el universo,
y que te quiero más...

Te pienso y mis ojos cierro
para que mi cuerpo no abandones,
mientras mi nostalgia encierro
entre soledad y ensoñaciones,
buscando calmar esas pasiones
que dentro del corazón encierro.

¡Cuando a la luna yo miro
con profunda ensoñación
todo en mi es revolución
por lo que tanto te admiro
y sin ti yo ya no respiro
me estremece el corazón
solo tú... mi diapasón
el que con amor lo guía
eres dulce fantasía
y mi gran inspiración...!

Cierro los ojos y te pienso, en ese mágico momento estas allí presente y es esa tu presencia la que impide abrir mis ojos. eres tan real cuando te pienso que siento el calor de tu cuerpo, se desvanece el invierno de mi soledad. Sí, cuando cierro los ojos y te pienso, ese es mi mejor momento.

Sí, es verdad, cierro los ojos y te pienso,
te pienso los ojos cerrados, es una manía que no puedo controlar y quisiera...
quisiera poder extirparte de mi alma, hacer como tú, mas sigues estando ahí y yo aquí
y me conformé con amarte a lo lejos, en la sombra, en silencio, recordarte bajo la luz de la luna, ¡duele! Por allí dicen que recordar es vivir, recordar es amar, mas ¿Qué sentido tiene recordar tu ausencia? Acaso debo vivir Cien años de soledad para que regreses a mí?
Sí, es verdad, cierro los ojos y te pienso, vivo delirando, anhelando un amor que jamás fue totalmente mío ¡ya ves! no estás aquí, te fuiste dejando tus huellas en mi piel, se acostumbrará a tu abandono... ¡Joder! me duele, ¿no ves que me estoy quemando por dentro? ¿no ves que te necesito cerca para vivir? ¿no ves que no sé vivir lejos de ti? lentamente, voy cerrando los ojos y te veo, te pienso, te amo.

Te extraño, te pienso, cierro los ojos y te veo.
Te espero, como un loco necesitando de ti.
Las horas se me pasan y llora mi corazón,
Con miles de versos, que dicen: te quiero junto a mí.
Te busco, desesperado, en cada sueño,
Queriendo que sea real cada uno pa' darte un beso,
Decirte lo que siento al estar cerca y al estar lejos.
Que eres mi antídoto y sin ti siento que muero.
Siento que pierdo, que me alejo cada vez más.
Siento que al abrir los ojos no te volveré a encontrar.
Quisiera poder vivir libre y fuera de ti.
Pero me atrapaste tanto que no te puedo olvidar,
Aunque sea un momento, aunque sea, al abrir mis ojos.
Y todo es tu culpa, por ser tú, por enamorarme...

Con una mirada que no iba a ninguna parte, con ese destello que no puede negarse, ¿Quién es el amor que flechó nuestros corazones, los une y los devuelve rotos sin razones? ¿Quién tiene la culpa de este amor tan descabellado?
Al huir de él me habla y al irme me deja de lado… No tiene final este cuento de enamorados, nuestro destino nos separa, pero sé que volverá a juntarnos en cualquier lado.

Te culpo, por ser tú,
cuando podrías fingir amarme;
a tu amor falso, podría acostumbrarme,
pero no fingiste y fuiste tú.
¿Que te costaba amarme solo un instante?,
para mÍ, serían decenios,
en aquel entonces pudiste ser mi amante,
aunque solamente, fuera en mis sueños.





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

A TRAVÉS DEL TIEMPO.

A través del tiempo se escriben historias
A través del tiempo hacemos
De nuestras vidas historias
A través del tiempo crecemos
en conocimientos
A través del tiempo
reímos y lloramos
Ganamos oh perdemos
A través del tiempo
nos caemos y levantamos,
Pero es el vigor y empeño
que ponemos a través del tiempo
que seremos historia
Pues nuestra memoria perdurará
A través de la marca que dejemos
Ya sea para bien
oh de ejemplo para no ser
A través del tiempo
rompemos y amamos
A través del tiempo
somos y a la vez no somos
A través del tiempo
nacemos y morimos
Pero somos quienes decidimos
¿Que seremos al pasar el tiempo?
pues hoy reímos mañana no sabemos
hoy nos jactamos de tener
mañana no sabemos
si mendigos seremos
A través del tiempo que permanecemos tratemos de ser amables
aunque reyes seamos en la vida
Al pasar nuestra estadía
cuentas rendiremos al de allá arriba
Y realmente no podremos
esconderle nada
Pues nuestra historia plasmada
Las lleva en sus marcas
Así es que seamos sabios y humildes
Para que nuestra historia
Así nunca termine
A través del tiempo
Sea nuestra mirada
Hacia una sola dirección
para que la luz de todo
lo dulce y bueno nos abrace
Aunque seamos de cualquier clase
Si hacemos lo correcto
La mansión Celestial será
nuestro final del viaje
Y felicidad y amor reinará allí
para las eternidades
Pues al pasar el tiempo
Nos aguarda allí nuestro Padre.

A través del tiempo,
nos guía un camino,
lo forjamos hacia nuestra locura por vivir,
y tenemos de él su néctar o mal sabor,
en la vida sólo es dar el ejemplo a seguir,
de continuar una senda,
y descubrir que el tiempo,
a través del tiempo,
conocemos lo que jamás se oyó,
que caemos en abismos,
pero, siempre hay una salida,
que nos da la libertad,
de escoger y seguir,
eso es a través del tiempo,
un camino a seguir,
en lo que más te guste,
porque sino lo harás obligado,
y eso no es del agrado de nadie,
porque a través del tiempo,
pasan muchas cosas,
pero, lo importante es superarlas o dejarlas,
para poder vivir mejor...





Autor 
Antonio Carlo Izaguerri 

viernes, 18 de mayo de 2018

SOÑAR CON ROSAS.

Suenan palabras que cantan
hablando a corta distancia,
sones de antiguas promesas,
voces de cierta arrogancia
que hablan de sueños perdidos.
Sueños del dulce fragancia,
luces de tiempos pasados,
traen recuerdos de infancia,
recuerdos iluminados.

Hablan de nueva esperanza
con dulces voces valiosas
que olvidan causas vencidas
dando ilusiones hermosas.
Dicen, ecos naturales
con tonadas cariñosas:
Entre los libres umbrales,
podrás soñar con las rosas,
si sabes plantar los rosales.

Los sueños de hadas de cuentos
que cantan con suaves trinos,
son ecos que lleva el viento,
voces que crean caminos.

Hablan de las alabanzas
en plegarias consumidas,
negando las añoranzas
sobre las causas perdidas.
Hablan las diosas vestales
en sus baladas sedosas:
En nuevas sendas reales,
podrás soñar con las rosas,
si sabes plantar los rosales.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

VERSOS ROBADOS.

Una ciudad vacía, un desierto,
la cima de un volcán, sin tu fuego,
tus ojos negros, danzan, al amanecer.

Sola rodeada de mucha gente,
ropa apretada un tanto indecente,
cliente tras cliente, niña, te han visto crecer.

Devuélveme mis besos robados,
en el callejón sin luz de tu barrio,
que en un bolsillo de tu corazón me dejé.

Noche tras noche, te sigo viviendo,
vienen a mi tenue los recuerdos,
con la chupa negra y tu falda brillante de piel.

Hoy te encontré a pesar de los años,
reconocí tus ojos danzando,
no fue un amor sincero, pero estuvo bien.

Te acompañé de nuevo a tu barrio,
y en el callejón sin luces de antaño,
me abriste tu bolsillo y él me encontré,

una carta, un dedal, una copa,
una entrada del Funk medio rota,
y un par de besos robados que yo te robé.

Ahora los guardo dentro de mi cuarto,
en una caja blanca, de zapatos,
bajo mi cama, deseando que quieras volver.

Diosa del as, si te quitas la ropa,
súper star, del amor que se compra,
quédate mi dinero al amanecer,

Quédate los besos de mi boca,
quédate los versos de mis notas,
quédatelo ahora todo, pero, quédate.





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

ERES UNA DIOSA DE BELLEZA.


Tu belleza similar a un jardín,
Muy fragante, fecundo y florecido,
Como un gigante vientre bendecido:
Alfombra, verde manto de satín;

Tu belleza deslumbra en el confín,
Como un velo de estrellas extendido,
En un mar infinito que ha vertido
Muchas olas de diamantes sinfín;

Tu belleza es la luz más deslumbrante
El porte más sublime, angelical
Arpegio de sonido escalofriante

Con tonos de armonía celestial:
Tu belleza es experiencia excitante
Nívea alma de amor casi ideal… 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

EL AMANECER DE AMOR.


Cuando desperté ahí me encontraba, mirando esos ojos,
con ese resplandor que iluminaba mejor que el sol.

Su piel tan cálida como tarde de verano
y esa suavidad reflejaba esa sencillez
que habitaba en su corazón.

Cuando miraba sus manos, sabia con toda seguridad,
que esas eran las que iban a encajar con las mías,
formando una perfecta armonía, armonía que querría
repetir por el resto de mi vida.

 Estar en sus brazos y nunca querer desprenderme de ellos,
sentir su respiración era una ecuación que deseaba resolver, una y otra vez.

En el atardecer sabía con toda seguridad que me dará
de comer con su amor a mi corazón.

Esa sensación que no tiene explicación, no podrá ser otra cosa que amor,
y el estar sin ella implicará perderlo,
perder esa luz que iluminaba mejor que el sol,
perder quien apagase mi razón y encendiese mi corazón.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri