Soy un barco solitario
con mis sueños de papel,
viajo lejos, viajo cerca,
y algún puerto atracaré,
es posible que las olas
me sacudan el bauprés
y que astillen la cubierta
temporales sin cuartel,
pero firme en la derrota
por los mares viajaré
a otras tierras singulares
que me quieran acoger,
y si el tiempo pasa y sigue
y me muero por la sed
pediré que de los cielos
me den agua de beber...
Agua limpia de la lluvia,
cristalina y siempre fiel,
purifica los sentidos
con profunda rapidez,
más sigamos navegando
en el barco de mi piel,
que es la sangre y la mirada
de aquel niño que fue ayer,
y si alguno aquí lo duda
piense un poco, sin querer,
en las nanas y leyendas
de ese tiempo de niñez,
todos fuimos ese barco,
que plasmó nuestro pincel,
y sufrimos y hasta amamos,
con profunda sencillez...
"...Soy un barco solitario,
marinero y hasta pez,
soy el hombre que fue niño
y no quiero envejecer..."
Autor
Antonio Carlos Izaguerri