miércoles, 23 de septiembre de 2020

PENSAMIENTO DE UN CORAZÓN NOBLE.

Si pudiera hablar como tú, te diría:

No me importa tu apariencia o lo que tengas,

Me importa ser tu fiel amigo;

Darte lo que más necesitas, alegría

Cuando te sientas triste como el invierno.

Darte lo que más desearías

Amor, cariño tolerancia y compañía.

Darte lo que más pedirías

Paz, vida y calor de un bello otoño.

 

Si tú valoraras mi vida

Tu corazón como el de la Naturaleza sería.

Te amo como Dios a sus hijos,

Te ofrezco oportunidad llena de positivismo.

Cuando veo tus ojos, puedo ver tus malos pensamientos;

Trato de buscar en ti una pizca de buenos sentimientos,

Y no los encuentro… ¿Por qué hermano?

Si tú supieras que no sólo soy un perro;

Soy más que eso, soy tu Ángel guardián,

Soy parte de ti, soy quien nunca te abandonaría

Soy quien está siempre junto a ti.

 

No quiero ser sirviente de tus maldades, tus avaricias;

Quiero ser sirviente de tu felicidad, de tus caricias.

Quiero sentir que tengo una verdadera familia.

Cuando lloro no es por molestarte,

Lloro porque las heladas noches me hacen temblar,

Porque mi cuerpo pide un trozo de pan.

Lloro porque has herido mi alma,

Me has tirado a la intemperie de la soledad,

Me has tirado a la deriva y a ver si te puedo encontrar.

A veces ladro o gimoteo esperando un auxilio de ti.

Me quedo donde me has dicho y te espero hasta el fin.

                             

SEGUNDA PARTE

 

Horas han pasado, el llanto de las nubes empieza a salir.

Lo siento amo por desobedecer, pero ya me cansé,

Estuve tanto aquí en la carretera sentado

Con la ilusión de verte otra vez…

(Así es mi fidelidad por ti).

 

Camino, camino, camino y tu rastro lo perdí,

Agotado, cansado, mojado sin color, sin agua, ni comida,

Te he buscado … ¿Dónde estás amor?

Quisiera saber algo de ti, -como te encuentras hoy-.

Mi madre dónde está, ¿Me extraña?

Extraño jugar contigo, con mis hermanos.

 

Extraño tu sonrisa al verme nacer,

Siento el aliento de mi madre

Acariciando mi sensible cuerpo.

Sentí que me amaban demasiado.

Que gris que es el ahora sin poderte ver.

 

Mis pies ya quieren parar,

Mi corazón sostiene la esperanza de verte.

Hay mucha gente que me mira y no me ayuda,

Hay otras que me corren, me patean,

Sólo porque pido comida,

Porque trato de dormir en un espacio frío.

Hay otras de buen corazón y me dan de comer,

Me dan para dormir un espacio tibio,

No quiero porque estoy para ti, mi hermano mío.

 

Amo, no te culpo por ser quién eres,

Cuando yo crecía sentía que has perdido el interés en mí

por eso me has abandonado,

yo nunca te abandonaré a ti.

 

Me has visto crecer

Me amabas esos primeros días…

Fueron muy hermosos los recuerdos que tuve,

Cuando tú y yo éramos una familia feliz.

 

Ahora:

Te perdono amo porque mi vida está contigo,

Mereces mi perdón más que a nada en este mundo.

Te quiero sin importar como eres…

 

Bajo un árbol una flor crece

Sobre mi pálida y sensible piel.

En un pétalo de aquella,

Mi nombre lleva.

En sus pies mis palabras grabadas,

Diciendo POR SIEMPRE TÚ AMIGO FIEL.

 

Si pudiera hablar y escribir como tú, diría:

Este poema que se guarde en tu corazón

Que llegue a tu alma,

Que se quede en tu conciencia

Esperando a formar parte de ti.

 

Si pudiera hablar y escribir como tú, diría:

Aquí yace un amigo más

Un amigo que te quiso,

Que te amo, que de acompañarte trató.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

martes, 22 de septiembre de 2020

LA RELACIÓN DEL POETA CON SU MUSA.

La relación de un poeta con su musa

Tiene que ser cordial a todo evento

No escribir de sexo ni atrevimiento

Puede haber en sus besos de medusa

Que pasa por el cielo en alto vuelo

Que besa el firmamento cual intrusa.

 

Ella debe aparecer cada dos decenios

Para darle ínfulas a sus metas

De conquista y ser aún bien coqueta

Para avivar la parábola de su genio.

 

No es fácil para él ni para ella

Mantener una relación a la distancia

Más el poeta imagina su miel fragancia

Que lo hace ver miles de estrellas.

 

Te felicito amor pues has comprendido

Y bien llevado esta relación que media

Entre el poeta que ha ratos te asedia

Y la musa que se siente un ser habido.

 

Por todo lo sucedido

En vida y sus comedias.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

¿CUÁNDO LLORAN LOS POEMAS?

¿Cuándo lloran los poemas?

Por la tristeza de un corazón,

por la desilusión de un enamorado,

o si en una cita aparece un reloj.

 

¿Cuándo lloran los poemas?

Cuando un deseo no fue cumplido,

en una noche lluviosa y sin estrellas,

o por ese amor no correspondido.

 

¿Cuándo lloran los poemas?

Cuando dos amantes no sostienen la mirada,

cuando nadie dibuja en la playa,

o si no hay paisaje detrás de esa ventana.

 

¿Cuándo lloran los poemas?

Cuando un beso no lleva pasión,

cuando se vuelve eterna la espera de una llamada,

o en esa pelea entre los sentimientos y la razón.

 

¿Cuándo lloran los poemas?

cuando se extraña lo que se ama,

cuando nace una lágrima,

o hay traición en quien se confiaba.

 

¿Cuándo lloran?

Cuando al llegar al final del poema

nada ha cambiado...

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

MUJER SIN ALMA.

Nadie discute tu belleza y tu risa como telaraña, con esa forma desinteresada de flechar y yo como siempre, triste rehén de las casualidades caí en el primer intento, ni siquiera permití desplegar tu arte de la seducción. Me dejé caer al abismo profundo de tu risa, de tu carmín y de ese perfume que embriagaba más que el tequila y alucinar como el opio de tus ojos.

 

Creo que una de mis canciones toco tu herida de esa noche y al ver caer esa lagrima por tus mejillas callé mi guitarra y ordené a la noche que sanara tu herida y tomara el mejor de mis recuerdos y la pusiera en tu sangre, para que corriera por tus venas y contuviera esas ansias de tirarte después de esa noche del puente de la 38.

 

Tu vida para mí, siempre estuvo llena de detalles insólitos, nadie como tú me había hecho feliz, tampoco me habían condenado a tantas noches de dolor, al tratar de olvidar, esa triste venganza disfrazada de aventura. Creo que no necesitabas tanta estrategia para lograr mi sufrir, a veces lloro hasta cuándo se marchitan las violetas de mi jardín.

 

Aquella tarde, recostada en mi pecho con tu vista en el infinito. Haciendo círculos con tu cigarro, sentiste que estaba llegando el arrepentimiento y tu venganza empezó a transformarse en latido y mis besos como diestro sembrador estaba haciendo que germinara el trigo dentro de tu sembradío de cizaña; tus demonios se cambiaban al paraíso.

 

Tu venganza es una historia de película, donde en el castin de tus odios yo resulte el actor perfecto para tu venganza. Tenía todo lo que el viejo libreto te había permito entender, además resultaba tan fácil presa y toda mi historia del café nocturno encajaba. Solo requerías ocultar tu sonrisa y mostrar tus atributos; la noche completaría lo que faltara.

 

Claro que si entiendo y sé cómo caí en tu juego, lo que no me cabe en un poema es cómo tú; una mujer tan bella, presumiblemente con un corazón tan bello y unos detalles tan francos y delicados, puedas estar vacía por dentro; de donde sale toda esa hermosura que la noche me mostro. Eres solo cuerpo y seducción; el Apocalipsis vestido de mujer.

 

Gracias por aquellos momentos, tu paseo por la playa, tu coquetería constante, a cada segundo. No hacía falta. Ya estaba con el anzuelo enterrado hasta las vísceras más internas, me quitaste el sueño y pusiste mis fantasías a caminar por la orilla de mi cama y el insomnio se echó a dormir como un perro, sin ver anochecer, ni al llegar la mañana.

 

Te agradezco todo, pero también te pido que salgas de mis recuerdos. Todos mis amores terminar saciando sus fantasías, cumpliendo sus sueños o viviendo una aventura, lastiman cuando se marchan, pero con el tiempo son lindos recuerdos que guardo en un poema. Pero un sentimiento desordenado, envenena el alma y  los poemas.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

CAMINA DESPACIO.

Camina despacio,

no apures tu paso,

pisa firme...

con seguridad;

desprecia el cansancio

cuando sientas su abrazo,

déjale pasar de largo,

que no abrigue tu piel.

                                       

Que los caminos ya están abiertos,

tú solo tienes que saber elegir.

No te apresures, no corras tanto,

te queda mucho aún por vivir.

 

Eres muy joven ahora para correr,

yo ya lo hice y me equivoqué;

yo me apresuré por llegar

y el mejor camino nunca pude pisar.

 

Camina despacio

y en las madrugadas

espera a que el sol

aclare tu mirada,

hay muchos caminos

para escoger

y si tú vas de prisa

te puedes perder.

 

Que los caminos ya están abiertos,

tú solo tienes que saber elegir.

No te apresures, no corras tanto,

te queda mucho aún por vivir.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

DESCRIBIENDO AL AMOR.

El amor es un extraño laberinto

que debemos los humanos transitar;

un enjambre de pasillos infinitos

de los cuales no sabemos dónde van.

 

El amor es el placer que proporciona

la alegría, la fuerza, el bienestar,

y también la gran tristeza que nos colma,

de amargura cuando éste se nos va!

 

El amor es un vaivén, un sube y baja,

es un ir y venir, un huracán,

es potencia infernal que nos arrasa,

es la calma, el deseo y la ansiedad!

 

El amor es un regalo de la vida

y está en uno el saberlo capturar,

sazonarlo e incentivarlo día a día

clave que... no debemos olvidar!

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

EL MUNDO SIGUE GIRANDO.

En el verde atardecer,

cuando el sueño se refleja,

bailan luces como estrellas,

en los ojos y en la piel.

Baña la sombra el reflejo,

del lentísimo crecer,

tañe el laúd el quehacer

y la refleja el espejo.

 

Canta el mirlo a contraluz,

negra sombra en el contraste,

trinos perfectos que saben,

de la vida y de la luz.

Melodía que se desliza,

como imaginario alud,

de matices concernida,

su cristalino decir.

 

Tornan colores y voces,

voces que mudas estaban,

vistiéndose de colores.

Mudo el eco, en la distancia,

amanece en el silencio,

como ráfaga de viento,

como bálsamo que amaina,

como un suspiro silente.

 

Saber que sabe de miedos,

como de saber se siente,

la penalidad del reo.

Saber que sabe la mente,

que busca luz en los huecos,

donde se esconde el secreto.

La pena al llegar se hiende,

entre la mente y el cuerpo.

 

Cantares entre los gritos,

como silbidos latentes ,

que enmudecen los chillidos,

torna el cantar en quejido

y el grito huye vacilante.

La voz conoce el sentido,

del tono de sus latidos,

del suspiro sugerente.

 

Fresca aurora que renaces,

resplandores entre sombras,

luz cenital cegadora,

que descubres los caminos.

Blanca aurora de la mano,

del alba que huele a instinto,

aromas de nuevos retos,

nuevos senderos y ritos.

 

Tierno abrazo que acaricia,

con el perfume del tiempo,

sabe del tiempo la vida

que a la faz conoce y mira.

Roza la sombra el momento,

bañado en luz y consuelo

y es más tierna la sonrisa,

si es más amable el recuerdo.

 

Vibra el junco en la tormenta,

en el vientre vibra el miedo,

amor que sintiendo anida,

en los más arcanos huecos.

Se desliza como el agua,

en el cristal del deseo,

se agacha pero no humilla,

la esencia que lleva dentro.

 

El amor lo invade todo,

como el odio rompe el verbo,

como crece la semilla,

entre las grietas por dentro.

El mundo sigue girando,

aunque se vaya muriendo.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

lunes, 21 de septiembre de 2020

LÁGRIMAS DE VIDA.

Para mis ojos de lágrimas repleto,

que como manantiales van fluyendo,

de un corazón que ensancha y bulle,

que en cada atardecer se va sintiendo,

cada sutil momento que requiere,

en cada anochecer y en el comienzo,

donde vive y se acuna el sentimiento.

Orgía de sensaciones resurgiendo,

de las mismas entrañas al crecer,

la vida que me habita, la que siento.

 

La noche se aproxima silenciosa,

pantera acurrucada y misteriosa,

de brillante pelaje plateada,

la Luna argentífera se asoma,

ojos de anochecida vida mágica,

su manta anacarada y sigilosa,

testigo de pasiones y de efluvios,

cómplice compañera de nocturnos.

De nácares y platas revestida,

apocalíptica y fantástica vigía.

 

Para mi corazón y mis latidos,

amor sin compasión vivido y vivo,

de aguamarinas revestido,

en lagos de placenteros artificios.

Latir con cadencioso ritmo,

al compás de la vida y sus principios.

De carne y sangre sin arritmias,

inmerso en la placidez de sus oficios.

Corazón de locuras y atrevido,

sensato a veces, a veces divertido.

 

En el lago de los sueños redivivo,

buscando la razón de los instintos,

en alas del cordel de los ensueños,

de realidades, de hálitos vestido.

En la profundidad de la mirada,

ver lo escondido en las arcanas vidas,

en los vaivenes de mareas y latidos,

pisar la madre tierra con sentido.

Amar sin condiciones ni permisos,

libre como el recuerdo y el olvido.

 

Amar sin compasión en la penumbra

o en la inmensa claridad del Sol nacido.

Promesa en la mirada de otros ojos,

ternura y corazón sin voz ni gritos.

Un susurro se cuela entre rendijas,

en la fisura de los labios atrevidos.

En la plata acuñada por los años,

colgada de las cejas como un río.

Un semblante sin trampas ni artificios,

pacífico, tranquilo y expresivo.

 

De lágrimas ungido queda el rostro,

bañado de la sal de los principios,

las pupilas se ríen cristalinas,

sin rencores los ojos miran fijos.

La nieve de los años en las cimas,

plateadas las sienes del camino.

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

HOY ESCRIBO PARA TI.

Hoy escribo para ti, para mi imposible, para la belleza que despierta en mí, dotes de romántico poeta, para ti bella y encantadora que transmites en mí, un completo arte de dulzura y que en el ahora sólo pienso en la ternura que me enseñan tus hermosos ojos claros.

 

Me encantan tanto como me encanta el atardecer, me gustan demasiado, como me gustas tú, bella mujer; hoy tan solo es el presente de mis memorias pensándote, para mañana será, este, un pasado el cual viviré extrañándote.

 

Hoy solo pienso en verte reír, verte sonrojar, recordándote en cada momento comienzo a suspirar, eres imposible, pero posiblemente llena de un amor descomunal, eres todo y más, eres vida, y das una alegría simplemente real.

 

Hoy escribo para ti, para detener tus sentidos, para que pienses un poco y que tu corazón estalle lento y fuerte, para que en tu mente solo recuerdes por los menos en unos minutos, que aún quedan románticos, o quizás tan solo quede uno.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

domingo, 20 de septiembre de 2020

AMOR QUE DE UN VERSO NACE.

Amor que de un verso nace,

Y como un pájaro escapó,

Su luz se me volvió sombra

Y la sombra se hizo flor.

 

No escribo el primer verso,

Lo escribe un corazón,

Que se le escapó un “te quiero”

Aunque sólo fue un error.

 

El “te quiero” se hizo aire,

Como aire se esfumó,

Mas su semilla quedó

Perdida entre los latidos

Que produce un corazón

 

El “te quiero” quedó mudo

Por asombro o por temor,

Pero solamente digo

Que la frase fue por amor.

 

Y el amor

Nunca hace daño

Cuando es verdadero

 

Al amor

No hay que tenerle miedo,

Hay que cerrar los ojos

Y sentirlo en tu corazón,

Que no todos los días

 

Te regalan un amor

Que no pide nada a cambio,

Solo una palabra, un gesto,

Una sonrisa quizás.

 

Que el corazón que lo daba

Con eso se conformó.

Mira que poco pedía

Para lo mucho que dio.

 

Ahora guardado

Sigue en el pecho

Aquel “te quiero”,

que como pájaro

a tus oídos voló,

 

Y se morirá

escondido

De tristeza

y de dolor

junto a ese corazón

Que escondido

lo guardaba.

 

Tan solo quiso volar

a encontrar tu corazón.

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

TIEMPO AL TIEMPO.

El pasado va muriendo,

como se mueren la rosas,

cuando están en el florero.

Cual saeta surca el tiempo,

de las vidas los recuerdos,

sumido en encrucijadas,

su imagen en los espejos,

fugaces como reflejos.

 

El tiempo viene a tu encuentro,

no hay fronteras que lo frenen,

ni vallas que lo detengan,

no hay sable que lo cercene,

ni soga que lo sostenga.

Irrefrenable en su marcha,

impertérrito se acerca.

 

Pasado que a veces vuelves,

disfrazado ente tinieblas,

con ropajes de la época,

luciendo tu vestimenta.

Pasado que al tiempo azotas,

al presente le haces muecas,

lloras, ríes o vociferas,

te mofas o te recreas.

 

Amores que se diluyen,

entre volutas dispersas

y vais dejando las huellas,

marcadas en el camino,

enredándose en el tiempo,

girando cual remolinos.

Amores como guedejas,

entre los sueños perdidos.

 

Tiempo que al verbo te acercas,

sigilosamente auténtico,

abrazando cuanto rozas,

con tus brazos infinitos.

Tu voz cargada de imágenes,

de engañosos acertijos,

ladinamente te escondes,

en la sangre y los instintos.

 

Se va llenando la alforja,

más grande en cada latido,

como una pesada losa,

que aplasta a ancianos y niños,

el tiempo sigue pesando,

un yunque en cada suspiro.

Pasado que siempre vuelves,

andrajoso o bien vestido.

 

Níveas cejas, sabios ojos,

bordada la piel de surcos,

mirada que se detiene,

en lo sencillo y auténtico,

viejo roble que se inclina,

para ver lo más pequeño,

el horizonte se acerca,

para llegar a su encuentro.

 

Pasado que te reflejas,

en los cristales y espejos,

hablando con voz cascada,

de innumerables secretos.

Tiempo que al tiempo secundas,

empoderando tu acento,

semillas que vas sembrando,

dispersas en cada aliento.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

DORMIR CONTIGO.

Quisiera dormir contigo,

pegadito en tu pecho

escuchar tu corazón tranquilo

palpitándome al oído,

contarte los lunares

que hay al borde de tu ombligo,

cantarte una o dos nanas

e introducirme en tus sueños,

inventarnos un mundo nuevo

donde tú y yo somos los dueños

alumbremos con sonrisas nuestros senderos.

                                       

Quisiera dormir contigo,

bordar mis versos en tu almohada

con el hilo que me une a tu alma enamorada,

despertar de ti impregnada

con ese alimento fresco a limón doblando justo a la derecha de mi oreja,

reflejar mi rostro en tu mirada

y el te amo que se escapa de mis ojos

sin darme cuenta,

sentir las mariposas revolotear

entre las sábanas porque de ti mi alma está enamorada.

 

Quisiera dormir contigo,

para despertar de piernas y brazos enredado

con la mujer que por las noches

aparece en cada uno de mis sueños.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.