lunes, 24 de abril de 2017

ERÓTICOS CONTRASTES.



Dulce renacer el mío, 
cuando sigilosas, tus manos en guantes
su andar no me niegan;
y rodeando de mi cuello y vientre su mundo,
en tus pacificas o salvajes embestidas
fustigas las cavidades mías,
entonces, sustituye de las venas el rojo río
una carga de embriagado erotismo;
y sin notar que  lo sé, en la voz del silencio
soy tuyo.
En el acto, tantos encuentros
al impacto, forman tempestad las pieles,
la mía, errabunda del vocabulario mudo
de aquella turbia droga de gemidos;
la tuya, con formas de desierto,
dunas que no horadará el viento,
que dé un paso, uno solo, mis manos 
tienen la cima de las montañas bajo tu cuello.
Más luego, cuando en un instante tus pies
son mediodía, 
al próximo son ya anochecer en tus muslos;
y en una sola pira de dos bocas unidas,
en la soledad de su fuego, dos lenguas son brazas
al universo vibrando escondidas.
Me arrastras entonces, en desbocada cabalgata
dejando mi pudenda paganía en tu vientre,
moviéndome  cual viento de rumbo incierto,
mientras tus manos ocultas aún y siempre,
a mis costados cual garras agolpadas,
comen mi dulzura, devoran de mi sed el velo;
justo cuando quemas, penetras, tu amada,
dominante corcel bajo mis piernas. 



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri.

Y ME DI CUENTA QUE VIVÍAS EN MÍ.



Supe al fin que tu mirar estaba en mis pupilas
tus palabras emanaban de mi boca
tus suspiros salían de lo más profundo de mi corazón.
entonces le pregunté al cielo
¿es posible convivir con la esperanza?
Su respuesta me sacude desde entonces
cada vez que te pienso... cada vez que te tengo.
Te llevo conmigo como un ángel
te llevo en mi sonrisa, en mis alegrías y mis desconsuelos;
habitas en mis sombras
despiertas en mi ser una loca sensación de vida;
Mas luego despierto al mundo vacío
y entiendo que todo es solo el encanto
de la extraña fuerza que nos da el amor;
ese sentimiento que grande y hermoso
hace tanto daño a quien lo venera
con tanta vehemencia, para su perdón.


Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

EL MAR.



Déjame oír tu canto estando a solas
fascinado al mirar las estrellas,
y que puedas levantar tus olas
que en la arena mueran con mis huellas.

Con la fuerza en que caen tus olas
magnificado en aquellas peñas
donde descansan las caracolas
tan blancas, sonoras y pequeñas.

¿Qué hay más allá de tu horizonte?
¿Dónde naces vasto y tan fecundo
como el cielo donde transparente
eres nube que recorre el mundo?

¡Altivo eres! Y la luna clara
que arrullada en tu infinito vaivén
en cada noche se te declara
en el ritmo marino de tu desdén.

Deja que en ti pose mi velero
y vaya en tu sosiego nocturnal;
navegar en tu mundo yo quiero
hasta el naciente astro sol matinal.

¡Mar!, ¡Océano de tantos secretos
en que la muerte se halla escondida
en la sombra donde están los muertos
cuya esperanza se halló perdida!

¿Quién con todo podrá contenerte
y quitar la ley de tus límites?
Yo quiero con mis ojos poseerte
aunque sólo en lágrimas transites.

Enamórame como al marino
que absoluto en ti confía su vida
y da gracias porque fue y vino
de su mismo punto de partida.

Déjame cerrar mis ojos, ¡Oh!, ¡Mar!
Moja mis pies en la inmensa calma
donde te pueda otra vez encontrar
y te diga las cosas de mi alma.

Adiós, pues, cantor de grandes proezas.
Cómplice de la alegría y pena
como la espuma con la que besas
mis pies descalzos sobre la arena.



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

UN MUNDO DIFERENTE.



Si llamo la rosa por otro nombre
Le ordeno al sol salir por las noches
Podremos hacer el mundo girar en dirección opuesta.
Le puedo añadir otra hora al día
Si vuelvo a nacer en otro mundo.
Nada de esto cambiaría el inmenso amor que siento por ti.
Te buscaría nuevamente conociendo mi suerte.
Mi alma está ligada a ti, mi corazón palpita tu nombre.

Las veces que arrugamos sabanas.
Las noches que el universo guardo silencio.
Mientras que yo te adoraba.

Ahora llevo tus besos tatuados en mi pecho.
Mis brazos están vacíos sin tu cuerpo.
Mis noches son eternas sin tu esencia.
Amarte en silencio es mi castigo.
Llevar esta condena hasta la eternidad.

Mi mundo se pinto de otro color
La luna sale por el día.
Los peces vuelan por los cielos
El perro vive una vida mejor que yo.
Vivo un mundo diferente sin ti.


Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

viernes, 21 de abril de 2017

FLORECEN LOS CAMPOS.

Florecen los campos
De la tierra mía,
El cielo es azul claro,
La tarde mansa, tranquila.

¡Qué bonito!
Debajo del puente
Cantan los pájaros,
El sol sonríe,
La melodía de los cencerros
A lo lejos,
En el espejo del agua te miran
Los renacuajos,
Se quedan prendados
De tu hermosura, sonríes,
¡Te quiero!
Dame la mano y salta
Este arroyo viejo.
Vienen palomas blancas
A beber en el espejo,
Los campos ya dorados
Y casi secos,
La alegre melodía
De la tórtola a lo lejos,
Las adélfas se bañan,
Los charcos llenos
Donde calman su sed
Ovejas y borregos.
¡Dame tu mano princesa!
Sin una palabra, te robo un beso,
Debajo del puente nos miramos
Con los ojos de paisajes nuevos,
Y de palabras que no se dicen,
Nuestros labios están llenos.

La sonrisa plácida
Del amor primero,
Lejos ya de la infancia
Por el camino nuevo,
Eco de mi voz, en la distancia.

El viento trae olor a hierba,
Perfume y fragancia
De los trigos ya espigados,

Campos de Villahermosa... 


Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

¿COMO DESCRIBO NUESTRO AMOR?

Podría decirte mil palabras bonitas
Y ninguna te dirá lo que tú me incitas.
Llevas en tu ser el calor del mismo sol,
Dulce llama en cada beso como estoy,
Cada toque, cada arrastre, cada caricia
Cotejada en ímpetu extasiado de delicias.

Así podré decirte, único amor de mi vida
Que aunque quisieras emprender huida,
No podrías sacudir mis arrebatos de locura.
Mis delirios por ti, ni mis deseos sin censura,
No podrás… sólo es mía la pasión de tu ser.
Nadie te doblegará de amor como yo, tu hombre,
Tu volcán, tu océano, tu geiser inextinguible
Quien te plena con caricias indescriptibles…

Ni mil palabras, ni mil besos, ni mil carnes
Arrancarán de ti, lo que ha dejado mi hambre.
Podrás encontrar mil cuerpos a tu paso,
Sé que cada intento por tenerte, será fracaso.

Hoy puedo decirte sin reserva, sin tapujos
No tengo miedo, ni siquiera a los embrujos,
Nuestro amor es tan sublime y tan fuerte,
Que el amor de Dios ahí se vierte.
No existe nada más pleno, más perfecto,
Que este nuestro amor en leal delecto.

Así es nuestro amor, así lo veo, así lo siento,
Cada día lleva más ímpetu, más sentimiento.
Cada día es más grande el impulso para copular,
Ni el cansancio impide que me dejes de desear,

Ni la enfermedad estorba cuando se trata de amar. 


Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

miércoles, 19 de abril de 2017

SE ME HABÍA OLVIDADO.

No lo negaré, me falta experiencia
El abrazar no con brazos caídos,
Sino con aquellos que llevan calor humano,
Ese sentir que hace tu alma temblar
Y tu ser calentar.

Me falta mirar más a los ojos
Para sacar lustre anhelos,
Y que las pupilas brillen en mis recuerdos
Como suelen brillar cuando se hacen
Realidad los deseos logrados.

Le he robado la oportunidad a los besos
Por miedo a no llegar a ser respondidos,
Y he caído en el haz del suelo
Con desvelos por hacérmelos en sueños,
Por no haberlos creído perdidos.

No he tocado más manos que acaricien mis dedos
Y calcen tan perfectos en ellos;
Tomarlas y caminar a la par de alguien
Que logre sacarme una mirada abobada
Y una sonrisa de chicuelo enamorado.

Se me están empezando a olvidar
De qué color son las primaveras,
Miro todo en blanco y negro
Que a lo cotidiano escribo
En la vida a medias en pero…

No he cantado, reído y bailado,
Siento que todo me pesa,
Y cada día voy dando el paso que más me aterra,
Me he desenamorado de mí mismo
Ya las ganas no las sustentan.

Que he hecho, donde he quedado
Y donde estoy, de todo lo hermoso
Que es compartir a la par del otro,
Veo que me estoy y el mundo junto
Conmigo se está poco a poco olvidando.

Si pudiera conformarme y tener
La oportunidad de abrazar el amor,
No me bastaría llegar a pensarlo,
Saldría corriendo descalzo a buscarla
Y gritarle cuanto le he estado esperando.

Esperando... para que me mire
Y logre coquetearle, me tome o le tome de la mano,
Y cuando me esté por caer,
Ella me tome entre risas en sus brazos,
Se sienta la heroína que tanto la he estado
Llamando a los cuatro vientos,
Y si quiere pues ambos ya quedamos.

No he de mentirle a veces en el amor,
He creído y tal parece que no lo encuentro,
Porque en parte de tenerlo una parte de mí
A alguien que amo dejé sin miramientos.


"Se me había olvidado y hoy por fin lo he recordado. 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri.