Cierro los ojos  
Con pasión y veo 
La amorosa silueta de tu cuerpo, 
Con tus ardorosos pechos flotando, 
En una lírica danza, 
Alrededor de mis besos. 
¿Quizás sea esto, 
Eso llamado amor? 
O sea quizás, 
Tan solo un deseo 
Preñado de pasión. 
Siento ancestral placer 
De ese amor que peina rosas 
Cuando noto mis azarosos labios, 
Resbalar, ardorosos por tu boca, 
Provocando en la mente como un rayo 
Que del alma sumisa, al lado brota y sueño, 
Poder clavar como un dardo, 
El aguijón de mis ansias 
En esas tus prietas carnes 
Que ansiosas esperan mis labios, 
Y entre suspiros, gemidos y abrazos, 
Descender hasta las sombras, 
A esa deliciosa gruta, 
Escondida en la penumbra 
De las cimbreantes columnas  
Que mantienen tu cintura. 
Y atravesar de su puerta el dintel 
En busca de la ambrosía 
Que sacie por fin, de este amor la locura. 
Bajará con insinuante y decidido trazo, 
Fuerte y veloz mi ardorosa lengua 
A morir... morir de amor 
Perdido en tu regazo.
Autor 
Antonio Carlos Izaguerri.  
 
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