De la soledad nació un poema,
De la libertad una canción,
De la realidad sólo este tema,
Y el problema de una vida llena de desolación.
Yo necesité del vino, para conciliar el sueño,
Tanto tiempo aquí encerrado y dicen que esto
es el destino,
¿Cuál será el mejor camino? Si es una moneda al
cielo,
Una droga, un caramelo, para el genio del
cretino.
Soy yo, el poeta maldito, escritor de la
penuria,
el ludibrio de la furia, incitador del delito,
el del placer exquisito, el hedonismo más
puro,
que ha empeñado su futuro, en el presente
inaudito.
No quiero una vida larga, ni quiero una muerta
amarga,
Jalé el gatillo de esta botella, he vivido
suficiente,
Bienvenido al club de 27, nos vemos en el
edén,
Buenas noches, mucho gusto, sepan que he
vivido bien.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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