Debiste decirme que iba a perderme, pudiste
advertir sobre la falta de alivio, habrías hecho tanto por mí...
Me entregué, lo entregué, cedí cada espacio de
mi corazón para que habitarás en él, hasta que decidieras partir.
Debiste hablarme de las consecuencias, fallar
en algunas encomiendas importantes. Decir que sólo sería feliz junto a ti...
Presencié el amor y el dolor más agotador,
existentes que pude encontrar. Allí tienes la explicación de tu significado
para mí.
No tengo arrepentimiento por las ocasiones en
las que te juré amor, ambos sabíamos que las palabras son letras al viento...
Te llevaré, siempre lo haré. Aún queda espacio
para los días de amor en el roto corazón, abandonado por el afecto, sin ti.
Debiste advertir que único y verdadero amor lo
conocería, en aquella primavera, al verte sonreír feliz, junto a mí.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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