A mi primer amor.
Caminando voy sobre la calle,
llevando en manos los sueños como cristales rotos
que me hieren y desangran:
los males son que se escapan de mi alma rota.
Voy caminando –es el camino viejo –
como quien sigue de su quimera
el vaivén silencioso de su veste ligera,
atrapado sin remedio el antiguo espejo.
Oh amor y fantasía
de mi alma aún soñadora
que tejes con poesía
la pasión consoladora;
amor de noche oscura,
de ilusiones místicas
y ternuras cabalísticas,
llenas mi corazón de ventura;
te impregnaste de los campos el aroma sutil,
oh virgen noble y gentil,
y con fulgor de fuente sonora
recorres mi agonizante jardín, oh Aurora…
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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