Unas décimas livianas
escribirlas siempre puedo
pero cuando salgo al ruedo
se convierten en mis dianas.
Busco blanco con la lianas
que me llevan a lugares,
dónde escriben los cantares
en la paz y la armonía,
muerte y vida en poesía
de las almas de mis pares...
Con sus artes que en debates
siguen siendo el gran sentido
y en la vida lo vivido
por palabras en combates.
Herodes mandó a pilates
a lavar todas sus partes,
que si debes te repartes
entre aquellos fariseos,
que nos darán coliseos
y templos como estandartes
Lo profundo esta proscrito
el sentir es limitado
como moda del pecado
que jamás fue algún delito.
No me creo ningún mito
ni predico en el desierto,
solo di con el acierto
de mostrarme algo mayor,
fue así que encontré el amor
y de un cuantoai me ha cubierto.
Improvisar como pocos
problema nunca será
aunque sé no faltará
quién me ubique con los locos.
El llanto sudor y mocos
se juntan con la emoción,
cuando fluye mi pasión
desde muy dentro hacia fuera,
por ser
mi alma que quisiera
tocar algún corazón.
Razones plasmar yo quiero
en palabras con el don
y la música del son
del sentir más verdadero.
Del cielo ser un lucero
yo jamás pretendo ser,
yo solo quiero querer
a quién le canta a la paz,
al grande que fue capaz
de mi vida renacer...
Es la piel un sentimiento
y la mano más amiga
es el verso que persiga
en su camino hasta el viento.
Si es la risa sufrimiento
simplemente será vida,
la que siempre es bienvenida
en escenas y lectura,
como trama de futura
alegría sorprendida.
Omitir nunca podré
ni mi amor ni algunos sueños
que por grandes o pequeños
en mis versos plasmaré.
Yo sé bien que llegaré
donde muchos no han llegado,
no me pille confesado
el orgullo de vivir,
que es mi honor al escribir
y pecar de enamorado...
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.