En la página donde el alma vibra,
un mensaje llegó, suave como brisa.
Palabras que envuelven, dulces susurros,
promesas ocultas, destellos puros.
Tu esencia me llama, decía la voz,
un eco que danza, resuena en mi atroz.
Sugerencias que abrazan, caricias en verso,
un juego de sombras, un dulce universo.
Mis manos temblaron al leer cada línea,
un viaje sutil que el deseo determina.
Tus palabras encendieron el fuego interior,
una llama que arde, un ardor, un clamor.
En cada estrofa un roce, un lado oculto,
las letras eran piel, un toque ajustado.
Así en la penumbra, nuestros mundos se entrelazan,
donde el tiempo se detiene y los sueños alcanzan.
Poemas del alma, refugio y pasión,
un rincón encantado de pura emoción.
Espero el siguiente, la promesa icono,
que en versos y susurros, tu esencia retomó.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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