lunes, 10 de marzo de 2025

ERES TÚ MI AMADA.

Eres tú, mi hogar sereno

no sé si son tus ojos, luceros que me llaman,

o tu sonrisa, amanecer que mis sombras desvanecen.

Tal vez sea esa chispa, que mi alma inflama,

la que me hace sentir que a tu lado todo florece.

Me gustas tú, así, sin más,

con tus manías y tus sueños, tus días buenos y raros.

Me gusta estar contigo, hablar o callar, sin antifaz,

sabiendo que estás ahí, entre mis páramos, cual faros.

A tu lado, el mundo es un lienzo de colores,

cada instante un regalo, un tesoro que atesoro.

Eres tú, melodía que calma mis dolores,

el faro que guía mis pasos, mi puerto, mi tesoro.

Eres tú, razón de mi alegría, musa de mis versos,

pensamiento que me acompaña en cada despertar.

Eres tú, sueño dulce, anhelo inmerso,

la persona que me hace amar, amar de verdad, sin dudar.

No te prometo la luna, ni estrellas que alcanzar,

solo mi corazón sincero, dispuesto a entregarse por completo.

Quiero contigo un camino sin final, sin cesar,

donde cada paso sea un recuerdo especial, un secreto.

Quiero ser tu refugio, tu confidente, tu amor sereno,

compañero de tus aventuras, guardián de tus sueños.

Quiero contigo la magia del amor, un lazo pleno,

y juntos nuestra propia historia, sin miedos ni empeños.

Quiero compartir risas, lágrimas y silencios,

aprender de tus virtudes, abrazar tus imperfecciones.

Quiero ser el eco de tu voz, reflejo de tus silencios,

y juntos un amor que trascienda generaciones.

Si me permites, cómplice, mi alma gemela,

el que te inspire a volar, el que te ayude a crecer.

Quiero ser el amor que te envuelva, que te consuele y te cela,

y juntos un futuro donde el amor no deje de florecer.

Me haces sentir en casa, en un lugar seguro,

donde puedo ser yo mismo, sin miedo a nada.

Y eso, para mí, es lo más puro.

Me gustas tú, y te amo, mi amada. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

LA MENTIRA.

Miro alrededor de la habitación y el dolor se apodera de mí. 

Veo el cuadro que cuelga en la pared, 

vacío, sin tu foto que solía iluminar el espacio. 

La cama, grande y fría, 

un recordatorio constante de que ya no conoces la calidez de tu cuerpo desnudo. 

Los pasillos, una vez llenos de ecos de tu risa contagiosa, 

ahora están inquietantemente silenciosos. 

Mis mañanas, antes llenas del dulce sonido de tu voz, 

ahora son un triste despertar a la soledad.

 

Entre la realidad que me rodea y la fantasía que me aferro, 

hay un abismo de vacío y un dolor que parece no tener fin. 

Me pregunto ¿cómo se supone que continúe?

 

¿Cómo se supone que olvide los recuerdos que me atormentan? 

Enséñame cómo borrar tu rostro de mi mente, 

cómo silenciar los ecos de tu risa en mi corazón. 

Enséñame cómo dejar de anhelar tu presencia, 

cómo dejar de esperar tu regreso.

 

Las noches son las más difíciles. 

Cuando el mundo se queda en silencio, 

le susurro buenas noches al vacío que dejaste, 

un susurro lleno de anhelo y desesperación. 

Las mañanas son un ritual de dolor, 

una taza de café amargo que bebo en tu honor, 

un intento inútil de llenar el vacío que dejaste.

 

Me atormenta la pregunta constante: 

¿Por qué no puedo olvidarte? 

¿Qué es este lazo invisible que me mantiene atado a ti,

 incluso cuando sé que ya no estás?


Este corazón terco y obstinado se aferra a una fantasía, 

una esperanza de que algún día regreses. 

Pero en el fondo, sé que estoy viviendo una mentira, 

una mentira que me destruye un poco más cada día. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

DIME SI AÚN ESTOY.

No quiero ser quien guíe tu vida,
pero tampoco quien quede atrás.
No quiero ser la sombra escondida,
quiero estar donde puedas mirar.

No pido más de lo que tú sientas,
pero tampoco quiero olvidar
que antes el tiempo era un puente
y hoy parece un muro más.


Dime si aún estoy en tu alma,
si aún me guardas dentro de ti.
Si todavía soy parte de tu calma
o solo un recuerdo que empieza a morir.


No quiero ser un peso en tus días,
pero quiero ser donde descansas.
Si caes, seré quien te levanta,
si dudas, te daré esperanza.


Dime si aún estoy en tu alma,
si aún me guardas dentro de ti.
Si todavía soy parte de tu calma
o solo un recuerdo que empieza a morir.


Si te hablo, ¿me escuchas?
Si te busco, ¿me sientes?
No quiero amarte en la sombra,
quiero estar en tu presente.


Dime si aún estoy en tu alma,
si aún me guardas dentro de ti.
Si todavía soy parte de tu calma
o solo un recuerdo que empieza a morir. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

miércoles, 5 de marzo de 2025

LAS MONJAS TAMBIÉN SE ENAMORAN.

Me enamoré de una monja
con temor y con recelo,
pero mi única intención 
era asegurar un cupo en el cielo.

Si una monja se enamora 
todos la van a juzgar,
ellas son de carne y hueso
y cualquiera las puede tentar.

Las monjas están expuestas 
a múltiples tentaciones
y cuando alguna se enamora
le echarán maldiciones.

Si una monja se enamora
no lo puede manifestar,
porque debe seguir normas 
a las que no puede faltar.

Una monja enamorada 
sufrirá sin compasión,
porque si lo manifiesta
será expulsada de la congregación.

Las monjas se enamoran 
entre ellas y de los feligreses,
porque su naturaleza humana 
las traiciona muchas veces.

Entre curas y monjas
existen muchos cuentos 
y muy difícil saber 
lo que sucede en los conventos.

Para evitar sufrimientos 
y que su vida pueda cambiar,
las monjas deben tener claro 
que no se deben enamorar.

LAS LETRAS NO DAN PAN.

Que las letras no dan pan

obvia relatividad,

en honor a la verdad

mil herramientas te dan,

para dar un profesional

 

incluyendo al labriego leal,

que alimenta la infértil ciudad

productor en el campo,

con su sudor vendrá

el muy nutritivo trigo

e insumos que lo aliñarán

o un artesano panadero

en calidad y diversidad.

 

Las letras no nos dan pan,

pero sí la libertad de optar

por una humanista actitud

en favor de armonía y paz,

de darle un valor agregado

al alimento en cantidad,

es decir, poder compartir

con digna solidaridad.

 

No te dan pan material

te dan pan espiritual,

y las necesarias luces

que a ti y a otros los guiarán. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

QUÉDATE.

Te ruego, mi amor,

que esta noche no te escapes con las sombras.
Quédate conmigo hasta que el alba pinte el cielo con los colores del amanecer.
Ya no vivimos en las sombras, no hay razón para ocultar lo que sentimos.
Nuestro amor puede gritarse a los cuatro vientos, ya no hay necesidad de silenciarlo.

Quédate aquí, acurrucada en la seguridad de mi pecho,
donde encuentras la paz que tanto anhelas. 
En este espacio íntimo,
podemos disfrutar del silencio, un silencio que no está vacío, sino lleno del eco de nuestro amor.

Quédate aquí, en el lugar al que pertenecemos.
Juntos, enfrentaremos cualquier tormenta que el mundo nos presente.
Caminaremos de la mano, con paso firme, 
hacia un futuro que construiremos juntos.
No habrá obstáculo que no podamos superar, 
porque nuestro amor será nuestra guía y nuestra fuerza.


No te apartes de mi lado, mi amor. 





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

COSITAS PARA LA MUJER.

¿Qué podríamos tener?
¿Esas sencillas cositas
que son tan solo fortuitas
según suerte de mujer?
Hay muy poquito que ver
y no es nada complicado
para el corazón orlado
que da todo lo que tiene,
aunque nunca lo rellene
con todo aquello que ha dado.

¿El sentirse comprendida?
Es asunto emocional,
el delgadito cristal
que con cariño se cuida.
Una conciencia querida
por donde pasa el amor,
pequeño mundo interior
que aunque casi todo mide,
hay pocas veces que pide
por evitar un dolor.

¿Deseada, valorada?
Uy, qué bien, y qué suerte
si un alguien sabe mecerte
con una linda mirada.
Es a veces la cruzada
que dura toda una vida,
el no sentirte perdida
por un reconocimiento
que a veces, te trae el viento
siendo una causa vencida.

¿Poder no ser maltratada?
Son imposibles muy feos
que no quitan los deseos
de poder vivir amada.
Pero es la vida malvada
cuando la piedad se seca,
y eres solo la muñeca
de látigos represivos
y complejos vengativos
de una vieja biblioteca.

 

¿Qué podríamos tener?
Solo sencillas escenas,
aros de miel en cadenas,
lanas de amor que tejer. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

lunes, 3 de marzo de 2025

¿QUIÉN ERES?

Entre el murmullo del alba
y el eco de mis pasos,
me pregunto,
en el silencio del alma,
¿quién soy?
Soy un suspiro
en el vasto universo,
una sombra danzante
entre luces y penumbras,
una mezcla de risas y lágrimas
que se funden en un verso.
No soy solo un reflejo
de lo que fui,
ni un presagio de lo que seré;
soy el aquí y el ahora,
la intersección del tiempo
donde cada duda
se transforma en pregunta
y cada respuesta en un susurro.
Me descubro en cada esquina
del laberinto de la vida,
en el cruce de caminos
donde el pasado se abraza
con el presente,
y en el latido constante
de un corazón que se reinventa.


¿Quién soy? Es una pregunta difusa
donde hipótesis cambia cada día
la ecuación para hallar la hipotenusa
desvirtúa el ángulo en mi bujía.
.
Qué quien soy, pende de sueño y de musa
si me acuesto con shima enaga, arpía,
de costado, enojado, si me acusa
o despierta... jugando con mi hombría.
.
Si, así es, soy una cicatriz externa
un simbionte blandengue, y el disfraz
de emociones y de mi fuerza interna.
.
Sí, también soy el estruendo fugaz
la perpetua estalactita en caverna.
el guerrero ebrio... en busca de su paz.


Si soy seré lo que el tiempo descarta,
alguna sombra roja de mi alma a las tantas,
búsqueda de todo lo que podría encontrarse
en otro mundo real diferente a este.
La duda si acaso me embarga
también soy de una mezcla algo amarga
de emociones mías varias,
y tengo un impulsor casi siempre delante
entre tanto lenguaje que se hace entender sin palabras.
Adonde regresa la sola parca
allí me acontece a mí el celebrarlo
sin mucha lástima por quienquiera debajo
del ácido célico que impregna sus cauces
tal vez simultáneo al final desenlace
que ya respira y me dice:
"tú eres bastante". 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

ENTRE LA LUZ Y EL SILENCIO.

Vaga luna que en el cielo se esconde,
donde la sombra abraza el silencio,
tu luz resplandece como un suspiro
que recorre el alma en su viaje eterno.

En tu reflejo, el mundo se aquieta,
cual susurro de antiguas melodías
que se pierden al ritmo de las estrellas,
tejiendo sueños entre el día y la noche.

Eres misterio, raíz profunda,
que crece en lo invisible,
y en tu andar, encuentro la calma
que escapa de todo lo visible.

Cada palabra se disuelve en el viento,
como hojas caídas que ya no regresan.
El eco de tu canto se esconde en el tiempo,
y la brisa me envuelve en un dulce abrazo.

Tus ojos, dos luceros en el firmamento,
son promesas guardadas en la quietud del alma,
dibujando caminos en el cielo y en el mar,
donde los sueños aún florecen en calma.

Y en el abrazo de la noche eterna,
un suspiro entre las estrellas florece,
el silencio danza en una melodía callada,
mientras el alma se disuelve en el misterio.

Con cada estrella que en tu mirada brilla,
se despiertan los secretos del universo,
y todo se convierte en un suspiro,
un sueño inmenso, tejido de misterio. 



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

LA VERDAD NO DICHA DE LA VIDA.

“A veces, la vida, dice, en soledad,  

Sabrán, cuanto en verdad se necesitan. ”

 

La verdad es algo que no siempre se dice, por labios,

En silencios pesados, se esconde el dolor con tristeza,

Palabras precisas que no brotan y secretos no mueren,

Y en el vacío el amor se desvanece, sin tener un honor,

 

En ojos que ya no brillan se refleja el fin de un sueño,

La llama que una vez ardió, alta, llena de luz por vida,

Ahora se apagó es solo ceniza y viento frío en soledad,

Que como dunas en un desierto, se corren de aquí, allá,

 

Las falacias tienen patas cortas, es un abismo, sin fondo,

Donde vamos a caer, sin una red, que puedan sostenernos,

Y en el fondo, solo veremos antiguas lágrimas olvidadas,

Aunado al eco por lo que no se pudo y que nunca se dijo,

 

La verdad es un puente roto, que se fue lento, mellando,

Que no nos deja cruzar y escribir otra parte de la historia,

Y en su lugar, observar, como quedan páginas en blanco,

Recordando lo que no fue, por falta de tiempo y espacio,

 

En el silencio, nuestra soledad aprendida, fue creciendo,

Y el corazón, latió con dolor cada amanecer al despertar,

Porque en el fondo, desde las aceras opuestas del destino,

Sabemos bien que esta verdad es lo que nos hizo, sufrir,

 

La verdad es algo que no siempre se dice, por labios,

Pero su ausencia es lo que más duele, recordándonos,

El porqué del vacío sentido por lo no dicho mirándonos,

Donde hoy se esconde el final de un amor que ya no es,

 

Recuerdo las noches que pasamos juntos bajo las estrellas,

Las que nos parecían sonreírnos, compartiendo la felicidad,

Pero ahora, esas mismas estrellas, parecen haberse enseriado,

Y un cielo sin estrellas, parece notarse como vacío y apagado,

 

La verdad, como un fantasma, se ha levantado, me persigue,

Recordándome de lo que pudo ser, pero jamás fue, vivido,

En cada esquina un recuerdo acecha, sorprendiendo al doblar,

Y en cada mirada, se lee un adiós, sin palabras que decir,

 

La verdad es algo que no siempre, se dice, por labios,

Pero en mi corazón, late con dolor el olvido de todo lo vivido,

Porque en el fondo, sabía que todo, este sentido, no era verdad,

Pero quería creer, por un instante, que todo esto fuese diferente,

 

Ahora, únicamente me queda el eco adormecido de tu voz,

Y la certeza de que fue un sueño, un mal pero sincero sueño,

La verdad finalmente se ha revelado, se han volteado las cartas,

Y yo, con el corazón roto, me he quedado aquí, muy solo,

 

A la ventana, días lluviosos contemplo los montes reverdecer,

En verano la suave briza intenta secarme las lágrimas al rostro,

No te olvidaré, ni dejaré de pensar en ti, pese a todo lo vivido,

Porque donde quiera que tú estés, eres la razón de mi existencia,

 

La verdad es algo que no siempre se dice por labios,

Pero en silencios, late con más fuerza que un susurro,

En tus ojos, una mentira se escondía, diciéndome te amo,

Y yo, ciego, creí en cada palabra que me dijiste, con un beso.

LA MÁS FELIZ DE LAS MUJERES.

En el sueño en que vivimos, puedo llamarte mía,
puedo aproximarte a mí, llenarme de ti,
beber en tus labios para hallar la embriaguez y el frenesí,
romper tus vestiduras para ver la luz
y dormir entre lo sagrado de tus senos que me envuelven,
cubriéndome de la miel de tus besos, a tu costado,
introduciéndome en la humareda de tu vientre,
para que mi pasión en medio de tu canto se entierre
y así poder poseerte, para trocarte en paroxismo y delirio,
para que seas sólo mía y sólo mía sea tu boca
y yo en esclavitud quede en la prisión de tus brazos,
sea un siervo que fielmente propicie tu deleites
y así juntos forjaremos al hilo que irrompiblemente
nos atará a los dos, para ser tú la más feliz de la mujeres. 





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

sábado, 1 de marzo de 2025

VÉNDEME UN BESO.

Te quiero pedir algo que nace de lo más profundo de mi ser. 

No es un simple favor, es un anhelo que me consume.

 

¿Sería posible que me vendas un beso tuyo? 

Uno solo, que guarde en mi memoria como un tesoro invaluable. 

Pagaría lo que fuera por sentir tus labios sobre los míos, 

aunque sea por un instante fugaz.

 

¿Y qué hay de tu mirada? 

Esa que me hace perder el aliento y acelera mi corazón. 

¿Podrías venderme por un momento? Me perdería en la profundidad de tus ojos, 

en el brillo que solo tú posees.

 

Ansiaría poder comprar uno de tus abrazos. 

Sentir tus brazos rodeándome, tu calor envolviéndome,

tu aroma impregnando mi piel. 

Daría cualquier cosa por ese refugio que solo tú puedes brindar.

 

Estoy dispuesto a pagar por cada uno de estos gestos, 

por cada muestra de tu afecto. 

No me importa el precio, 

porque lo que tú me das no tiene comparación.

 

Te pagaré cada día con mi amor incondicional, 

con mi devoción inquebrantable. 

Te daré mi tiempo, mi atención, mi presencia constante. 

Te entregaré todo de mí, sin reservas ni limitaciones.

 

No moriré por ti, porque eso sería un final. 

En cambio, te prometo vivir por ti cada día, 

hacer de mi vida un homenaje a nuestro amor.

 

Que tu corazón encuentre la paz que tanto anhela, 

que tus días se llenen de gozo y felicidad. En la tormenta, 

seré tu refugio, tu ancla en medio del caos.

 En el invierno, te abrazaré más fuerte para que nunca sientas frío.

 

Quiero que sepas que mi amor por ti es infinito, 

que mi deseo es hacerte feliz y estar a tu lado siempre.

Estoy dispuesto a pagar por el momento junto a ti. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

EL CIELO SE OSCURECIÓ.

Noches sin luna,
un cielo sin estrellas
que me entrego
un augurio anunciado.

Desde que te has alejado
en este bosque oscuro
no tengo consuelo
y me he perdido.

Este dolor que me concierne 
 a anhelar tu miel
y embriagarme en tu querer
se ha ido y no volverá.

Ojos de luna,
sutiles caricias,
un amor incierto que tortura
cavo mi tumba.

Sin tu amor 
he perecido en el frio suelo
esperando morir en la suave tierra
Y que el tiempo se lleve esta pena.

Doncellez que de mí se alejaba
cuando tus labios sedientos
con mis pechos se encontraban
y nos rendíamos ante la indecencia.

Completa me sentía
cuando en tus brazos cedía
entre besos y caricias
sobre la luz de la luna.

Ahora te has marchado
dejándome sedienta
anhelando tus aguas
en esta terrible sequía. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

QUIERO DESNUDARTE.

Quiero desnudarte, pero no me refiero a la piel. Quiero despojarte de las capas que has construido con el tiempo, de las máscaras que usas, de los silencios que te envuelven. Quiero ver más allá de lo que muestras, más allá de las sonrisas que das por compromiso y las palabras que dices sin pensar.

Quiero conocer quién eres realmente. No la persona que los demás esperan que seas, sino esa versión de ti que sólo sale cuando estás a solas, cuando nadie te mira. Quiero entender tus miedos, aquellos que no compartes, que ocultas bajo esa fachada de fortaleza. Quiero saber qué te duele, qué te ilusiona, qué te mantiene en vela en las noches largas.

No busco desarmarte para dejarte vulnerable. Quiero desnudarte para poder abrazar cada parte de ti, incluso las que crees que nadie podría amar. Quiero conocer tus sombras, esos rincones oscuros que tratas de ignorar. Porque en ellos también está tu verdad. Y quiero que sepas que no tienes que esconderte más.

No hay nada más hermoso que lo que eres cuando te permites ser. No busco perfección, no espero idealizaciones. Sólo quiero la verdad, tu verdad, desnuda ante mí, para que la reciba, la cuide y la valore. Porque eso, y sólo eso, es lo que te hace especial. 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

INSPIRACIÓN.

La noche, susurra silencios en cada rincón del alma y las letras hacen fila en mi pensamiento, mientras la musa nace en los despojos del sueño que sacudo de las sabanas y caen rotos esparcidos por el suelo mientras los otros corren despavoridos, retumbando los temores, demasiados estridentes para un susurro escondido de un amor incierto.

 

En muchas noches inquietas, que mi alma sube y baja del dolor al olvido, dejo de reñir con la oscuridad y no escucho a mi almohada y mi olfato se resiste al olor de soledad de mis sabanas. Busco mi guitarra, mi cuaderno de pastas azules, una foto de ella, entre los cientos que tengo y me pongo a analizarla, escrutando cada gesto visible de ella, dejado para mí.

 

Me gusta estar arropado por la oscuridad de la noche y ese sabor a olvido de la inspiraciónTejer a mano cada sueño, poniendo en su sitio al viento que juega con su pelo, la risa, como verso ocupando toda la atención de un bolígrafo semidormido. El desvelo de la luna que te empuja al sofá, para esconder lo cotidiano de tu vida, en cada verso tuyo que me oculta.

 

No me gusta luchar contra el insomnio, me dejo llevar, me tiro en sus brazos y rebusco en su interior mi inspiración. Las palabras exactas que de mañana visita su ventana, mientras ella, despierta al lado de su cotidianeidad y va a lo excepcional de la vida. Un amor de papel, algo que nació en la cercanía del corazón sin cama; pero profundamente sembradas.

 

Dice Fromm que cuando dormimos, pasamos a diversa forma de existencia. Y creamos historias que no han ocurrido, pero que pueden construirse. A mi me gusta soñar despierto, viendo tu imagen, mas que construir, preparar nuestra próxima cita, en un renglón, en un párrafo. Ver aparecer tu imagen, abre mis ojos a la bondad del universo que te trae a mi.. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri