Tú me mirabas por la rendija
Que separaba nuestras noches,
Y al amanecer, nos uníamos,
Y el sueño que relatábamos
Era el mismo.
Así los días se fueron escribiendo,
Enfilándose hacia el grande,
El gran momento.
Que nuestros ojos
Se encontrarían, y nuestras almas,
Se identificarían en total plenitud.
Ambos sabíamos de ese momento
Que escrito estaba en nuestros corazones.
Desde aquel día en que aceptamos
A venir a esta escuela,
A seguir perfeccionando el encuentro
Y convivencia con la gente.
El momento se acercaba
Y nuestros pensamientos
Ya unidos caminaban,
Confirmando todo
Con este sentir amorosa
Que cada día crecía,
Y así, el día verá su amanecer.
Te sigo besando.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri