Esta noche será perfecta
Porque estaré contigo,
sujetando tus manos;
Ahogado en tu mirada.
Esta noche será perfecta,
Porque morderé tus labios
Al pie de la ventana.
Sonreiremos juntos;
Bailaremos un vals
Dibujaré una caricia
En tu cintura escapular.
Hueles a jazmines blancos,
cítricos, y rosas.
Que agradable aroma.
Y morderé tus orejas;
Mientras suena Strauss.
Habrá Luna llena,
Luz perfecta para la alcoba.
Con sutileza,
Susurraré en tus oídos
poemas de amor.
Deslizaré mis manos,
Suavemente, lentamente,
por las tiras de tu vestido
que se sujetan a tus hombros,
de poros erizados y con escalofríos.
Seguiré besando
esa boca carmín de labios tiernos.
Son labios gitanos
Con sabor a cerezos.
El beso será lento, risueño,
mientras cae tu vestido de seda.
Me vestirás de Adán
Y te vestiré de Eva,
mientras mis manos
Encienden tu fogata,
Que quema tu alma entera.
Exploraré tu piel,
con mi lengua dibujaré
el paisaje de tus valles y montañas.
De tu fuente del deseo
brotarán
las mieles del pecado.
Las aureolas rosadas
Que escondes en tus senos
Las llevarás a mi boca,
domada por tus besos.
La luna hace su jugada;
Y una
tenue luz
entre rendijas entra.
Iluminando a nuestra alcoba silente,
Testigo inerte de nuestro encuentro.
El juego de nuestras pieles hace su debut.
No hay pudor,
No hay vergüenza,
No hay temor.
Solo pasiones que se desencadenan
En el vaivén de nuestros cuerpos
Tendidos en la cama.
En el arrebato por la pasión,
nuestros cuerpos
Saciarán el hambre lujuriosa,
Mientras me arropas con tu cabellera.
Y así, esta noche estará de fiesta
Porque amaneré contigo,
Haciendo de nuestro encuentro;
Una noche perfecta.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.