domingo, 26 de abril de 2020

VERSOS DE LUZ.

El verso ensalza al amor
y a la más negra tragedia.
En el filo de la vida
dudando se balancea,
luchando contra el dolor
que le envuelve y zarandea.
A los resquicios se asoma,
para alumbrar su interior.

Vertiginoso y audaz
rompe rejas y cadenas,
y con su aroma seduce,
hasta en lúgubres cavernas.
Se va colgando su voz
del viajero que le acepta
y esquivando la riqueza,
ama a quien sufre y apena.

El corazón se disuelve
entre los versos que nacen
prendidos del sentimiento.
El perfume de sus rimas,
cruza mares y colinas,
en un proceloso viaje.
No se detiene en el tiempo,
al infinito transciende.

Versos cargados de vida,
que la vida les devuelve,
multiplicados por mil,
los despertares que ofrece
Y sembrando la semilla,
de su profunda mirada,
busca libre la cosecha
en su dura caminata.

Es alargada su luz,
para alumbrar al perdido
y viven al contraluz,
de su corazón las rimas.
Se acurruca entre los huecos
donde la nostalgia anida
y viven en las entrañas,
donde se oculta la luz.

Verso que alarga su vida,
para así más vida dar,
a quien las penas transita.
Baña las sombras de luz
y entra por el tragaluz,
para alumbrar a escondidas.
Rico perfume su aroma,
que desprende sin pudor,
tan brillante es su color,
que deslumbra cuando mira.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

EL UMBRAL DE LOS SUEÑOS.

En el umbral de los sueños
se detiene el pensamiento,
que reposa en el recuerdo
recreando y deformando,
los sutiles sentimientos.
Así, va rompiendo el hilo,
del presente y el pasado,
hasta que el alba devuelve,
el ritmo de lo mundano.
                                                   
Cubre la marea la vida
cuando la sombra la alcanza
y hace muecas la esperanza,
siempre al acecho escondida.
La luz que alumbra su cara,
de innumerables aristas,
siempre dispuesta a soñar
para recrear la vida.

La vida es un carrusel,
de carne sus esperanzas
y en el liviano dintel,
hace la vida su pausa.
Sobre los sueños la sombra,
que camina junto al aura
y destellos en los ojos,
para asedar la mirada.

El tiempo cobra su precio
con innumerables tasas
y con un sutil desprecio,
marca el ritmo de la marcha.
Los ojos de puro acero
que vigilan la morada,
donde viven las ideas
y las verdades se fraguan.

Adorna el sueño la vida,
que vive en la destemplanza
y se moderan las notas,
de gritos desafinadas,
el aliento va perdiendo
sus bocanadas de plata
y se despierta el amor,
oculto entre las almohadas.

Cambia de rumbo el velero,
cuando arrecia la asonada
de las olas que le atrapan
y en un requiebro de fuerza,
la sangre vence a las aguas.
El mar de las esperanzas,
impulsa a quien se retrasa
ensimismado en su causa.

El tiempo sujeta al viento
que impele a las vidas fatuas,
mientras la brisa acaricia
a la nobleza que aguarda.
El amor lo envuelve todo,
mientras el tiempo se aparta.
Dolores y desazón,
entre sus pliegues se pausan.

En el umbral de los sueños,
se dirime la batalla.
Cada bando se defiende,
con sus efímeras armas.
La realidad se detiene,
para observar la batalla.






Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

AL MARGEN DE LO QUE VIVE.

Tan efímero el presente,
que se esfuma o que se pierde,
como un fugaz pensamiento,
que roza a penas la mente.
Un instante entre segundos,
una fracción de un momento,
un momentáneo silencio.

Una volátil mirada,
como un cometa en la nada.
Un soplo, un aleteo,
un pálpito que se escapa.
Un suspiro que se pierde,
como un matiz de deseo,
en unos ojos que hablan.

Una súbita palabra,
que al instante se disuelve,
una fugitiva lágrima,
que nace, resbala y muere.
Un sonido que rebota,
como el eco que se pierde,
una gota que rebosa,
un sentimiento que hiere.

Sueño que en el sueño invade,
a la somnolienta mente,
pesadilla que renace,
y que al despertar fenece.
Amor que súbito nace,
como ráfaga de viento,
una mirada meteórica
que en un segundo fallece.

Surcan veloces ideas,
como reflejos fugaces,
de una estrella cenital,
que llega, alumbra y se deshace.
La voz que al cantar se rompe,
y sin sonar es falaz.
El brillo de la verdad,
que entre mentiras se cae.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

¿CÓMO LO LOGRAS?

Cada día pienso un poco más en ti
y no logro entender  cómo lo logras.

Sin notarlo estoy nuevamente
sonriendo al verte, eso me confunde,
¿no entiendo cómo lo logras?

Aun estando lejos tu voz hace eco
en cada recuerdo y te siento tan cerca,
en verdad tan pero tan cerca
que me frustra el no tenerte.

La esperanza renace al ver
La sinceridad de tus ojos
tan dulces y nostálgicos,
anhelando sentir ese cariño verdadero.

¿cómo logras dominar este terco ser
que siempre he sido?
¿cómo logras frustrar
y esperanzar mi alma a la vez?

¿quizás tan lejos estas que no deseas recordarme?
o tal vez seas solo una ladrona que disfruta
robar mi corazón cada día, cada noche ...
cada suspiro …

Ahora temo y sigo sin entender
como lo lograste ...
como hiciste para tomar mi corazón
sin siquiera mover un dedo.

Solo basto que fueses tú, hermosa y misteriosa,
tan solo basto una mirada a tus labios sensuales
para grabarlos por siempre en mi mente
y para cerrar tu sonrisa tan cálida como un abrazo.

No necesitaste más que un par de palabras,
para así dejarme mudo y sin aliento
eso basto para tenerte siempre
en mi pensamiento .

Solo fue necesaria una sonrisa ...
para sanar mi destrozado corazón,
y a mi rostro insensible,
tú le diste vida.

En cambio yo necesite mucho más,
pasé días pensando en ti,
tratando esconder lo que generas en mí,
necesite escribirte esto ...

Para por fin entender
como lo lograste ...
y solo tengo una corta pero sincera respuesta.

Lo lograste porque eres tú
mágíca y únicamente ... 
Tú ...




Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

NUESTRA PRIMERA NOCHE.

Esta noche, con su tul de plata
que hace resplandecer tu faz,
es mudo cómplice ... celestina
de este amor que nunca tendrá igual,
con la luna acompañando nuestro vals
nos miramos y a punto de besar
dos "te amo" nacen en reciprocidad.
Toco tus labios en preámbulo
tan suavemente, cual si fuera a lastimar,
siento tu respirar cual viento tibio,
es tu cuello pista para deslizar,
son tus hombros tobogán
donde mis labios prefieren resbalar,
tu voz se hace susurro, gemido quedo,
luego se vuelve clamor pidiendo más,
tus brazos me encadenan,
tu perfume me hace claudicar,
las horas se detienen, no hay tic tac,
solo los corazones suenan a compás,
se duerme la desvelada prudencia,
se enciende la voluntad y consiente
que viajemos más allá, por la pendiente
donde ya no hay marcha atrás,
donde la fuerza de gravedad
impele a dos cuerpos hacia la unidad
cayendo en la vorágine inheludible
de los anhelos de amar, de sentirse,
de conocerse, de poseerse
poniendo sello de propiedad.
Totalmente mía, tuyo solamente,
feliz copropiedad inalienable,
marcando colindancias, sur y norte,
largura, grosor, profundidad,
que todo conste, quede en actas
escritas en la piel de tu rica humanidad,
donde queden las diez huellas,
desde el meñique hasta el pulgar
en la testimonial de tu virginidad,
mía, sí, mía nada más.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

NO ME DIGAS QUE ME QUIERES.

La distancia nos separa
ahora se añade el destino
no quieren que estemos juntos
pero tú y yo decidimos.

Quizás no fuera el momento
para habernos conocido
después de pasar los días
ahora estamos más unidos.

Al comenzar nuestra historia
recuerdo que me decías
no me digas que me quieres
no me has visto todavía.

Decías que era imposible
querer sin haberse visto
algo ha debido cambiar
que no estaba en lo previsto.

Llegados a este momento
tú me dices que me quieres
entonces yo me pregunto
dime ahora porque puedes.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

NO ME ENSEÑASTE

Contigo aprendí que los besos de miel
eran cuna de un paraíso eterno,
que amarte era vivir en el cielo
pensarte era tatuarte en mi piel

Me enseñaste a soñar despierto,
a reír cuando sabía llorar
tener esperanza sin que las vea
y de la timidez poderme despojar.

Ambedo en este tiempo
tanto que te dedicaste a enseñar
pero olvidaste enseñarme, mi cielo
Cómo puedo sin ti caminar,

Que las noches estrelladas
sola, las debo contemplar
Que ya no hay besos!
Que no puedo ni soñar!
Cruel! Dura realidad!

Y entonces en éste trance
Quiero evitar pensar:
Que tanto que me enseñaste
Y olvidaste enseñarme a Olvidar.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

ENSÉÑAME.

Enséñame a no soñarte cada noche,
para poder pensar que hay otros sueños.
Enséñame a no tratar de ser el dueño,
de cada lagrima que derramaste aquella anoche.

Enséñame que la vida tiene nombres,
que no son el tuyo junto al  mío.
Enséñame que tu boca tiene frio,
y que mis labios no permiten que te asombres.

Enséñame que no he vivido en vano,
esperando  que tus manos me rozaran.
Enséñame que tus ojos de esmeraldas,
no gritaron de amor esa mañana.

Enséñame que lo eterno del pasado,
no ha podido irrumpir en el presente.
Enséñame que el futuro  nunca miente,
y que a la pasión de  tus besos la he soñado.

Enséñame que en un mar de adolescencia,
las decisiones son  todas acertadas.
Enséñame que no he perdido nada,
y que mil fotos no juzgan una ausencia.

Enséñame como sigo sin tu amor,
porque  no aprendo a vivir en esta vida.
Enséñame como huir de tu recuerdo,
si mi amor es más grande cada día.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

EN EL MAR.

Espero aquí que el llanto de las olas
me traiga aquel recuerdo del pasado
y nunca vi tan calmo el mar, a solas;
parece de llorar estar cansado.

Sentado con un ramo de amapolas
yo traje para darte ilusionado,
y solo a una gaviota y caracolas
confié que su belleza haya entregado.

Mi sangre con burbujas de cristal
pretende desde el fondo le devuelva
el brillo que borró sin dar señal.

Me iré si en el susurro de una melva
escucho con su tono angelical
te traiga yo la flor de madreselva.

Así fuese en la selva
lo mismo esperaría a tu regreso
sentado hasta morir por otro beso.


                                                                 


Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

sábado, 25 de abril de 2020

VERSOS ...

Versos que brotan de un alma
colmada de inspiración,
quizá con simples palabras
pero con gran expresión.

Son sentires que guardados
están en el corazón,
a veces muy ajustados,
pero repletos de amor.

Esos versos son cual ramas
de un poeta soñador,
quien sobre un papel derrama
su vivencia y creación!

Versos llenos de verdades,
de ilusión y fantasías,
de grandes necesidades,
de tristezas y alegrías!

Los temas serán variados
según quiera el narrador.
Versos de acuerdo al estado,
y pensando en el lector!

Los que yo dejaré escrito
para cuando ya no esté,
no sé si serán bonitos
pero dirán que pasé …

Por la senda de la vida
como tantos otros más,
y aquel que lea que diga …
Este vate estuvo acá!




Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

NADA ES TAN HERMOSO.

Escribiré para ti
Algo distinto ...
Tan inmenso ...
Con sabor a nuestro,
Indesmentible,
Tan hermoso,
Tan intenso.

Escribiré desde mí,
Amor de mi alma,
Me estremeces,
Me cautivas,
Aquietas el viento,
Indescriptiblemente,
Mis manos avanzan en tu espacio,

Escribiré en lo sutil,
Buscando el detalle,
De lo irremediable,
Provocando tu mente,
Tu espalda,
Impresionantemente,
Mi piel se funde en tu alma.

Escribiré en el tiempo,
A distancia,
En bellos versos,
Pregonantes de amor,
Deseosos de besos,
Cadensiosos,
De labios urgentes.

Escribiré ...
Porque es mío,
Porque es nuestro,
Es del tiempo,
No hay nada más bello,
Increíblemente,
Nada es así tan hermoso ...




Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

AMA AL SEGUNDO QUE PASA.

Un abrazo guárdame,
para arroparme después.
Que el frío que me atenaza,
no parta mi solidez.
Que no congelen los sueños,
el hielo que nos rodea
y no se rompa la aurora,
para volver a crecer.

Como galopan los tiempos,
en lomos de la existencia.
Como en alas del recuerdo,
vuelven olvidados hechos.
Como va arrastrando el tiempo,
a empujones las ideas.
Como, a prueba, la paciencia,
hace más fiel el momento.

En las palabras sinceras,
vive feliz el respeto
y se funden pensamientos,
con extraordinarios gestos.
Viven libres quienes piensan,
buscando nuevos senderos.
Una nota agradecida,
sabor dulce en el aliento
y un aroma que se espira,
para convertirse en beso.

La mar en calma se queda,
esperando la tormenta
y entre sus líquidas carnes,
el vientre de agua se tensa.
Airada agita los brazos,
de sus procelosas olas,
mientras acude la vida,
que en sus entrañas aflora.

Como revierte la aurora,
las tinieblas de la noche,
Mientras se funde el misterio,
con la Luna que se esconde.
La Luna se aleja al trote,
para guardar el respeto,
como el Sol al gris saluda,
dando luz al universo.

Guárdame celosamente,
un beso que llegue luego,
con el sincero placer,
de ofrecerlo con esmero.
Que la mano sea de piel,
para que traspase dentro,
que no sea de duro acero.
Que no sean de oropel,
las palabras de consuelo.

Abraza al tiempo que pasa,
misteriosamente atento,
para que no azote al ser,
que vive de su talento.
Ama, al segundo que pasa,
para que se quede quieto.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

POR LA TORMENTA.


Por la tormenta
temblaban los cristales en la noche
y el cielo parecía que gemía
en un lamento prolongado
de agonía.

Te vi temblar
sumida en el silencio
y me acerqué hasta tí
tratando de calmarte.

Tú me miraste
de un modo apresurado,
como buscando en mí
la paz que te faltaba.

Te di mis manos,
mi abrazo y mis palabras
y así empezó la luz de aquel poema.

Luego, sus versos,
trazaron mil destellos
y nos rendimos ante su magia.

Fuimos con ellos
a tierras muy lejanas,
por mares y desiertos,
por valles y por playas
hasta encontrar la paz
y el equilibrio
que tanto precisaban nuestras almas.

Allí nacieron
muchísimos poemas
que fueron la semilla
de tantos besos.

Besos del aire
robados a la brisa
y al nordeste.
Besos del mar
regados con salitre
y algunas olas.
Besos del cielo
mandados por la luna
y las estrellas.
Besos del bosque
con voces y suspiros
de sus ramas.
Besos del río
con bellas sinfonías
de sus meandros.
Besos del agua
corriendo por las fuentes
y por las plazas.

Besos y besos
llegaron desbocados
formando versos y mil poemas.

Y en ellos tú
durmiendo entre mis brazos
indiferente y ajena a todo.

... Habíamos dejado atrás
los miedos y tormentas
de nuestras almas.

... Sin darnos cuenta
los dedos se pararon,
dejaron el bolígrafo,
durmieron los poemas,
y se buscaron ...




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

AL OLVIDO.

El aroma que expedías se ha quedado impregnado,
Intento exorcizar cada memoria contigo,
Mil veces te olvido,
Y mira, aún no lo consigo.

Recuerdo el ultimo día que te vi,
Maldigo el haberte dejado partir.
¡Regresa a recitarme!  ¡regresa a acompañarme!
No encuentro tus sonatas en ninguna parte.

Vivaracha y tenaz al conseguir mi atención,
Amante del silencio,
Mi embajadora de la soledad.
Amante de los libros y la libertad.

Divino ser astral que jamás podré olvidar
Intento refugiarme en amnesias temporales
Tu abismal ausencia me persigue
Un poco de licor y la misma conclusión:
 patético creer que puedes olvidar a seres inmortales.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.