Siempre quise regalarte
Un ramo de rosas
Adornada de caracoles
Y conchas para ti.
Con Amor que saliera del mar
Y sentía que no eras mía.
Igual que la ola del mar
Que golpea la piedra y la rechaza.
No soy tuyo
Porque eres ajena.
Yo sé que voy a vivir
Con ésta pena de amarte
Siendo ajena.
Igual que la piedra a la mar
Que la siente ajena.
Si la rosa es bella,
el coral mucho más,
dos joyas que se juntan
para hacerte un collar
en tu lindo cuello tú lo lucirás,
y tanto la rosa como el coral
de ser un precioso adorno presumirán ...
Al pasar por ese jardín.
Contemplé una temprana rosa
Muchísimo más primorosa
Terciopelo y seda carmín;
Me dije, eso eres para mí,
Una flor que siempre rebosa
De una ternura que me acosa,
Muda promesa a ser feliz;
Soy roca cercana a ese mar
Que moja un terreno vecino
Pero no la puedo tocar
Un coral siempre es su destino:
Déjame en sus aguas saciar
Esta sed ya vuelto un espino …
mía tengo esta piedra salada
para cuando la quieras golpear
con tus rosas ajenas,
tan tuyo es el coral
que te regala mi pena
parte hacia mi cuello
adornado de soledad
con el detalle precioso de tus manos
quiero lucir en mi alma
la joya de la felicidad
Las rosas lloran rocío
si no sales de mañana
a los jardines perdidos
donde te esperan temprana.
Y el coral roza tus pies
y se funde con tu alma
mientras el mar te mece
suavemente para tu calma.
Ríe entre alegres colores
de coral, rosas y albas
que a tu cuello va prendido
iluminando tu cara.
Un pimpollo de rosas me regalaste
con él mucho me enamoraste
así, un collar de amor formaste,
cuánto amor me regalaste.
Una rosa y un coral,
del mar y tierra,
son dos cosas tan diferentes,
que son en tu vida hoy presentes,
si yo te hago un bello collar ...
Mis manos sobre el mar,
el agua de aquel beso,
¿recuerdas?,
te quedaste mirando,
la rosa se escapó,
la ola la llevó al cielo,
me besaste,
el cielo floreció para siempre,
¿sabes?, te quiero.
Se siente la brisa que acaricia nuestra mañana
junto a las flores que adornan tu vida Rosas y
Margaritas,
tus flores favoritas, sin olvidar las
orquídeas,
o crisantemos que a tu paso el aroma se
siente,
se disfruta tu fragancia que alborota el
ambiente
Hermosa figura con el Mar a tus pies,
tu sombra se desliza suavemente entre rosas y
corales
que se dibujan con el vaivén de esas olas
alegres y casual.
Entre un lecho de rosas y tus labios de coral
me perdí para siempre sin encontrar
la razón de haberme enamorado
y haberte entregado mi delicado corazón.
Estoy confundido porque te vivo entre rosas y
besos de coral
Delirantes besos que me arrojan al mar de tus
deseos, de tus dudas
y celos pecaminosos cuando no me tienes cerca
y no me ves.
Eres tan eventual en tus apreciaciones de
amor, no sabes cuando
Te aman y cuando te engañan,
te dejas seducir por sus piernas feas,
Por sus senos exuberantes y su mirada obsoleta
y su decir y sentir tan pasado de moda,
no seas pesimista cuando escribes de mí
y no seas cursi cuando escribes de ella,
si te fijas bien tiene cara de yo no fui,
antes te dejabas amar por cualquiera
y ahora no hayas que hacer con tus mentiras,
bah deja eso,
antes nos teníamos y éramos felices,
tus rosas siguen intactas en el Jarrón de tus
recuerdos y yo
Disfruto su olor porque huelen a ti,
yo solo creo que nos volveremos a ver
entre rosas y noche de amor, en videos y
canciones y café.
No me olvides mientras nos vemos, me gusta ver
tus ojos en tu foto
Porque me reflejo en ellos y tú en los míos.
¡Me gustas mucho!
Si te olvido no te ofendas ya las rosas se
secaron y tu foto la tire al mar.
Estas oculto entre corales de amor todo el
tiempo que amé entre rosas.
Y había visto tulipanes flotar
en la marea calma, en el horizonte
junto al atardecer que se traga el sol
de tus pupilas y recordé la playa
sumergible como la infinidad de tu boca,
la áspera caricia que me dejó tu roce
de coral y el aroma a rosa.
que emanaba de tu cabello,
fuimos escarcha de olvido,
fuiste sirena sin mar,
ramo de flores perdido,
un girasol en un rosal.
Adelante, demos un vistazo al mar,
Deleita un poco ese paladar
Que en este preciso momento no puedo pensar;
En todo caso empezaré a actuar.
¿Es una rosa un detalle inolvidable?
Si al pasar de los días llegué a concluir
Que lo nuestro es inefable;
Y confieso que siempre lo llego a percibir.
Cuál es la razón para este amor,
Si transformas los días grises
Y los llenas de un dichoso color
Y el fruto se observa en los árboles.
Y centrándome en ti,
Es que salí
A la ciudad, para así hacerte llegar
Una rosa no, sino un girasol.
Con cada rosa dedico cuánto te amo
En cada coral el tiempo que he esperado
Para reunir el valor cada vez que te llamo
porque sé que se debe respetar a quien tienes
a tu lado
Siendo ajena me vuelves necio
es por lo que ahí suena
pero mi corazón reconoce el precio
y amarte siempre vale la pena
Siempre me entregabas
ramos de rosas olorosas,
luego íbamos a la playa
y para obsequiarme, el coral buscabas.
Eran días de alegría, de rosas y amor,
días llenos de gran esplendor,
pero se apagaron,
no habrán flores ni corales para regalar,
con tu muerte se acabaron los días de amor
fuerte.
Y ahí estaba mi obsequio,
tan sólo un detalle de rosas y coral,
la cual mi respiro se fue frunciendo
en una agonía de espinas en el dorsal.
No eres mía, nunca eres de nadie,
por lo que mis recuerdos en ti
se están evaporando.
Las rosas florecen en
mi jardín como agua de rocío.
Bellas como el coral
resplandecen en manos
de las enamoradas.
Los detalles, pequeños o no,
son bien apreciados
por el ser amado
y las rosas con su aroma,
logran conquistar
los corazones de coral.
Siempre te imaginé como una rosa de
terciopelo,
de carmín rojo, de suaves pétalos que son
caricias al besarte.
Tu perfume de rosas silvestres despierta el
aroma de la primavera,
los corales adquieren vivos colores como tus
mejillas al ruborizarse.
Por eso te amo, por florecer siempre en el
jardín de mi pecho.
Siempre quise regalarte un ramo de rosas,
para que supieras todo lo que te quiero,
cuando se acerca el mes de abril
y las olas del mar se empiezan a alejar
de la orilla en su ir y venir.
Siempre quise que conocieras de mi sentir,
que como los corales del fondo del mar,
crecen y se hacen más grandes
hasta el momento en que todos los pueden ver ,
y no se puede ignorar tanta belleza ,
que vive dentro del mar y dentro de tu ser.
Siempre quise adornarte de rosas, perlas, corales,
para que acompañaran a tu belleza de mujer,
la cual a ratos añoro porque ya no estás aquí,
pues te fuiste como la aurora de mi lado,
una mañana de domingo cuando el sol empezaba a
salir,
por eso añoro tu presencia y siempre me
acuerdo de ti,
queriendo que regreses a mis brazos
nuevamente,
para poder hacerte mía, para con mis besos
hacerte feliz.
Siempre busqué cómo llegar a tu alma
Con pequeños gestos porque aún creo en el amor
puro
Sincero, honesto, siempre supe que quizá otros
te puedan dar,
aún más de lo que podría darte,
pero te aseguro que nadie podría amarte
como este loco lo haría.
Te quise regalar siempre un ramo de rosas
con una carta que diga para mi amor,
porque el corazón lo elige a quien amar,
solo ama y te amo con las fuerza del mar
como el sol a la luna
y tan cálido como agua de manantial
solo te amo.
Una rosa y un coral,
porque realmente eres tú,
la que no marchita jamás,
la que me das la luz del sol,
y todo como un bello control,
desatas en mí la euforia,
como la inmensa alegría ...
Me sumergiré en el mar
para traeré corales,
más las rosas que aquí están
cortadas de diez rosales.
Con aromas y colores
de deslumbrantes matices,
como si fueran mil soles
cual muestras de lo que hice ...
Por ti y este gran amor
que siento dentro del pecho,
porque tú eres mi ilusión
y el sentimiento más bello!
Detalles de rosas y coral
De los días que enfadé y tu voz me sirvió de
bozal
Cuando menos lo espere quitaste la espina del
mal
Que me estaba dañando, y no dejaba respirar
Mi ser, mis diez falanges que componen mis
manos
La temible flor curando este mundo insano
¿Somos uno o dos? El viento me había blindado
Y ahora tus labios se acercan, y estoy
ruborizado
Tu piel tan verde y suave, ya no me arde
Mi corazón sintió miedo de parecer cobarde
Y en tus ojos comprendo lo que tratas de
insinuarme
Sos esa osada flor que se atrevió a
conquistarme
Ruidos de la noche
que vienen y van
buscando una rosa,
un grito, un coral
que forman collares
que tengo que usar
si quiero acordarme
de aquella mañana
donde de tus brazos
tuve que volar.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.