Antes que termine el ocaso y crezca la noche
la locura ha tomado forma e impetuosa se ha
presentado
pues el amante vilmente ha sido secuestrado
cuya Eva cual serpiente la manzana ha dado.
Sin imaginación el amante cede el paso
y con un beso ha sido silenciado
no hay preguntas ni cuestionarios de destino,
todo o nada sigue su camino.
Dentro del ring de emociones con evidente
desenlace
tu cuerpo semidesnudo es prisionero de mi
trance
ingresando de a pocos en tu mente y tu mirada
como león que se prepara para cazar por
emboscada.
En cuádruples posiciones y con lencería
expuesta
extraigo tu ropa, suave con el roce de mi boca,
mas un frenesí ha inundado aquel silencio
y cuya boca a una lengua sin abecedario ha
dejado.
Si he de terminar suavemente en la cama o en
el piso
o con un felino salto en el amante erguido
he de tomar tus labios y pegarlas a mi oído
enalteciendo el impulso de mis orgasmos
continuos
No contabilizo el tiempo por aplicado round
puesto que no hay pausas en la decisión de mi
entrega
no hay arrepentimiento pues saciada he
concluido
y cual amante sin lujuria yace tendido.
En aquel piso, en aquella cama o aquel erótico
sofá
sin importar donde el cuerpo descanse,
mientras sudoroso y entrelazados a mi cuerpo
calor brindes.
Como cierre nocturno del encuentro
las heridas de aquella guerra sin sentido se
han expuesto
escondiendo mi cuerpo bajo el edredón tendido
y cerrando mis ojos para soñar contigo.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.