Atraído por una aura a otra esencia
Envuelto en espiral en tierra seda,
Como ascendiente oruga en plena marcha,
Babosa que se desliza, al caracol se pega
Anhelando ostentar la cumbre alta.
Me fundiré azul como la madrugada
Que después de rendirse ante las ansias,
Devanea anhelando tener más tiempo
Para arañar con avidez el alba ...
El dulce amanecer que en ella ralla
Y tatúa su vientre de luz clara,
Sembrando en sus entrañas el bello día,
Y dejándolo un dejo de nostalgia.
Me fundiré como el amor se funde
Entre labios que acercan las distancias
Cuando aún ya lejanos uno del otro
Se besan en el viento y se abrazan
Llenando en su albor las corrientes alisas,
Impregnando a otros de su magia
Y muriendo en la tarde cuando el sol ya inerte
Se hunde en el horizonte que le aguarda.
Me fundiré en mi verso al cerrar los ojos
Buscando ser eterno y ser fragancia,
Anhelando ser el aroma que perfuma el sueño
Y al despertar mi olor irradie el alba.
Me fundiré en mi verso,
Pues no quiero pasar como la carne que pronto pasa ...
Quiero ser un cantar, poema eterno,
Un gen del infinito que nunca se acaba ...
Quiero ser un río que fluye en verso,
Que lleve a todas sus partes sus aguas claras.
Palabra, ser palabra que enhebre en sueño
Y empaque el universo de esperanza.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri