Sus ojos esconden mucha maldad,
Y esa sonrisa oculta planes malévolos.
Mírame...
Si quieres aventura,
Pasemos de un lado al otro,
Bailando a
pasos de Vals;
Pero no mientas.
No hagas despertar,
Mis líricas que yacen en un baúl,
Para luego dejarme enamorado,
Y con mis brazos extendido,
Abrazando tu sombra.
Es mejor que me digas la verdad,
Así jugamos ajedrez
Sin artimañas...
Yo me baño en tu agua termal
Con el cuerpo desnudo...
Tu pruebas el sabor de mis labios
Sin
enamorarte.
Cuanto misterio, entre tus párpados...
Poesía en tus pupilas,
Ironía en tus miradas.
A veces me miras como si no existiera nadie
más,
A veces me ignoras, no existo,
No soy nadie en tu mundo.
Mírame...
Hiéreme con la verdad,
Cúrame con palabras sinceras.
No me ponga
anestesia
Que prolonga
la zozobra.
No quiero ser el pez
Que muere por la boca,
Y con los ojos abiertos.
Tengo miedo a un alma
Que no siente frío ni calor,
Yo le escribiría mil versos de amor,
Pero ella prefiere la melancolía.
Ha cambiado los ramos de flores,
Por la copa de vino y sidra.
Mírame...
Pero con un poco maldad,
Con deseo, yo no te culpo.
Esa sonrisa de planes malévolos,
Me dicen que te gusta,
Saborear la manzana prohibida.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri