UNO - Nosotros
Nos sorprendió la madrugada
abrazados, ahítos de besos y caricias.
Desde entonces,
Otras noches nos esperaron,
Otras noches en donde pudieron
nuestros ávidos cuerpos
Abarcarse, Conjugarse,
Olvidarse con fiera obstinación.
Otras noches, otra hondura,
en donde caímos desnudos
para siempre
junto al otro,
fuera de sí,
en un abismo sin nombre.
DOS - Tú
Sucumbiste ante sus ansias
de animal en celo,
Inhalaste su aliento
de miedos y zozobras,
Te contagiaste
de sus risas y su vigilia.
Te sumergiste en su pecho,
En su vientre,
En el profundo pozo
de sus labios infinitos. Y siempre con
idéntico fragor,
Con idénticos ejércitos, en idénticas
batallas,
Por idénticos caminos.
Y siempre, cada noche,
ha sabido diferente su cuerpo...
Amargo, Dulce, Ácido,
Siempre distinto,
pero acorde con esa alma atormentada
que te muerde y te abre en canal,
Desnudando tu más profundo yo...
Amargo, Dulce, Ácido,
Distinto,
Aquel que tú desconocías,
Aquel que se esconde bajo la piel
como aletargado deseo
que emerge de lo profundo
cuando ese amor lo demanda.
TRES - Yo
Recuerdo, a cada instante,
que desde un puerto incierto
embarcó el cariño a la aventura.
Siento, cuando estoy contigo,
que es esa mirada tuya
un mar de hondas caricias
por donde navegaré sin miedo.
Sé, con cada día a tu lado,
que tu boca escancia brisas nuevas
de magia y ensueño.
Recuerdo, siento y sé
que son las olas de tu cálida piel
feliz encrucijada de mi vida,
naufragio eterno de mi ser.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri