martes, 14 de abril de 2020

YO SOY EN TI.

Yo soy en ti;
la tierna flor que te acaricia
el eco de tu voz, que llega a ti veloz
y ese canto de amor que te iluminó;
la distancia que separa
tu tristeza del amor.

Yo soy en ti;
el amor glorioso
ese encanto de tu alma
que se yergue en abundancia
la clara y mágica risa
que le dio luz a tus albas;
esa fe pulcra y encendida
en lo profundo de tus entrañas.
                                                            
Yo soy en ti;
el amor hecho flor
ese ramillete que siempre
Te  cuidó y amparó;
la gotita de agua
que a tu sed con amor sació
tu vida, tu esperanza,

tu canto de agua, tu fuerte alianza
al amor puro y de confianza;
tu música de madrugada
ese ángel que cuida tu espalda,
el sonido de la paz en tu alma
tus sueños; tu vida grata.

Yo soy en ti;
El amor que eternamente te abraza.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

ADIÓS MI AMOR.

Otra vez quede sola en la habitación
Creí que sería distinta esta ocasión
¡Pero no!, me usaste y abandonaste
Tonta por creer que de mi te enamoraste.

Ya no diré nada, de ti me alejo
Un te amo y un adiós te dejo
Es tan segura y firme mi decisión,
que no puede haber otra opción.

Mi alma llego a amarte y tenerte
Día a día el sentimiento se hizo más fuerte
Supiste que daría mi vida por ti
Pero tú, ni tu tiempo das por mí.

Ya no derramarán mis ojos lágrimas
ya no … en vano tristeza y pesar.
Solo en el silencio te voy a llevar
Mi alma gemela que un día logre hallar.

No contaré que te amé con locura,
que te amé como no creí jamás,
sellare mis labios cual censura
y tú no sabrás que en mi había más.

Yo por ti lo di todo, pero me pagas mal
Adiós mi amor, ya no culpare al destino
Disfrute de momentos mágicos y divinos
pero nuestra historia llego a su punto final.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

CUANDO ME MIRAS.

Tu mirada:

Resplandor que penetra en mi como si fuera música que alegra el alma. Como el sol de una espléndida mañana que despierta las flores, calienta los aromas y despierta los sentidos dormidos. Es así, que, tu mirada, a pesar de estar oculta: oculta por el velo de la distancia y el secreto que acompaña la ignorancia, tiene el don especial de traspasar tiempos y distancias. El mensaje subliminal que transmite una persona especial: Tú, cuando me miras, logras que mis palabras, que nacen con el temor de perderse en la ignorancia, se sientan vivas aun confinadas en la periferia de mi pequeña y humilde historia. No sé quién eres, pero el calor de tu mirada, que llega a través de ese espacio indeterminado que nadie puede ver ni medir, hace que la escarcha de mi entorno aislado y lejano, se diluya como se funde el hielo con la sal del mar que tanto amo.

Hay miradas ocultas que no pasan desapercibidas. Hay miradas como hoguera. Miradas que hablan, que callan, que gritan. Miradas furtivas como ninfas tímidas y escondidas. Miradas mudas, calmadas, aterciopeladas. Miradas inmensas como horizontes. Miradas indiferentes, de un solo polo que, aun siendo diferentes, también son importantes, respetables siquiera en ese instante que detienen su caminar dejando la sutil huella de su paso por mi espacio tan necesitado del calor humano.

Hay miradas ocultas
y, aun así, o recatadas,
alumbran como antorchas
Hay miradas como hogueras
que derriten las escarchas.
Hay miradas que hablan
tan alto como sonoras y claras.
Miradas que callan, que gritan,
furtivas, mudas y a la vez lejanas
como horizontes alcanzables.
Miradas indiferentes
y, aun así, tan elocuentes.
Miradas como brisa que acaricia.
Miradas que, al besar, su aroma
a ternura, es anhelo, la huella
en la fe de un amor posible.

Mírame,
rogó el que esperaba en penumbra …
Y, antes de proseguir su camino,
se hizo la luz, y con ella,
logró ver del ayer, aquel instante
donde el punto de partida
fue un destello azul,
resplandor que despejó las veredas
de un alma que andaba a la deriva.
Es así, que, con su plegaria, su ruego,
el sentir mudo se le transforma,
toma cuerpo en el espacio alumbrado
por la mirada y le ahuyenta el miedo,
ese dueño y señor del negro silencio.

Pero, todo esto que digo,
-ilusión de un soñador empedernido-
no tendría sentido
si no fuera porque, al soñar
me siento vivo y puedo volar
y que, al despertar en la soledad,
-esa ausente de claridad-
me aferro con mi alma a la huella:
el paso esporádico por intermitente
que me permite, muchas veces,
dar gracias a la vida, a la vida
y a cuantas miradas furtivas
cuales ninfas tímidas y escondidas
dejan en mi modesta vida su aroma.

Gracias, muchas gracias por llegar,
por detener tu tiempo en el mío,
por hacer de mi espacio vacío
un Oasis donde puedo descansar
a la sombra de tu presencia
y, en tu luz azul, calmar la sed
que deshidrata mis palabras.

Gracias, muchas gracias,
por ser, por estar,
por motivar con tu bello mirar
el fluir de mi cantar que canta
al compás de aquellas olas
las que me vienen a confirmar
que la espuma blanca y salada
aun besan las orillas del mar
de arena rubia aterciopelada,
donde descansan las alforjas
que ayer guardaban y guardan
las rosas, rosas perfumadas
que se abren cada mañana
al sentir las perlas anaranjadas
del rocío cuando el sol las baña.

Gracias, así me llegan tus miradas,
como rayos de sol entre las ramas
filamentos como huellas doradas
que acarician mis ramas mojadas.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

SENTIMIENTO QUE BROTA.

Si la condición para sentirte, otra vez,
es que volvamos a ser desconocidos,
dejemos a nuestras almas sin ropaje,
y mostremos nuevamente los elevados
sentimientos que en nuestro interior moran;
sí, aparentemos que vivimos una quimera,
olvidemos la unión de nuestros sentidos,
las aceleradas agitaciones del corazón,
los dichos de amor en nuestra mente incitados,
olvidemos nuestros lapsos de compatibilidad,
mengüemos al escozor de la soledad,
y encendamos la oscuridad de esta noche,
entregándonos a la suavidad del exceso
y desvanezcamos esta nocturna frialdad.

Aguarda, mujer, en tu lecho,
tal como la Reina bella de este cuento,
e incesantemente en las mañanas espera,
al garbo príncipe que de verdad te ame,
sigue almacenando hermosas canciones
dentro de tu corazón y con sutiles gozos
aspira al efluvio de las flores que te rodean
y permite que los rayos de sol te noten
recalcitrante desde tu balcón de noble doncella,
porque sin duda ya se encamina el que te ama,
deseoso de verte con tu vestido seductor,
digno de tu preciosidad y de tu dulzura,
en tu solitaria senda no te desconciertes,
aún se deben vencer lastres animosos,
sin embargo la espera ha de consumarse
en un amor mutuo de entrega incondicional,
no permitas que la desesperanza llegue habitar
en tu alma, que eso tornaría en algo fatídico
a este idilio que está destinado al mejor desenlace;
que de tu ser la paz logre adueñarse
para que dormites en tus noches con serenidad,
pues el arribo consistirá en el insospechado
momento del beso que irrumpa, atónito,
en tus labios llenando a nuestras almas de eternidad;
persiste y jamás desistas en la espera,
y cuando veas a tu alrededor a los enamorados
que transiten febrilmente tomados de la mano
y parezca que el tiempo consume este sueño,
no temas y permanece en la pertinaz expectación
hasta que yo sorpresivamente te robe el corazón.

En la dimensión del alma todo es real,
es real este sentimiento que brota,
tan genuino es aunque no sea tangible,
y tú eres -sin duda- mi Reina candorosa,
porque es mi corazón quien te lo confiesa,
no temas en mi intención de agradarte,
y en esta pampa mística puedo besarte
el pensamiento, ¡oh mi Reina hermosa!

Desde mi inminente partida,
te has quedado extraviada y medrosa,
la sonoridad del silencio te ensordece,
y el tormento se adueña de tus días;
solamente la luna se posa en la cornisa
de tu aposento mientras se va la noche,
y por un resquicio ella te filtra esperanzas
con sus rayos que fieles te acompañan;
disipa los temores que se enmarañan
y que las zozobras abandonen sus lances
por los arrabales de tus pensamientos,
en el canto de guitarra conserva la quietud
de tu alma para que jamás me olvides,
alimentando al anhelo que cobró vida,
porque nuevamente invadiré tus días,
y juntos ejecutaremos dulces canciones;
no concedas que las oníricas turbulencias
invadan frenéticamente a tus realidades,
recuerda nuestros momentos de embeleso
aunque tales días hayan sido nublados;
y si por incidencia este éxtasis maldices,
son seguros desatinos tus expresiones;
es por mi causa que el dolor te hostiga,
que tu corazón envuelto en pétalos de rosa
conmigo me lo he llevado, lo siento,
y con lo mucho que me has entregado,
aún así de tu lado me he apartado,
sin embargo solamente tú eres mi mundo,
sin tu amor soy un vago tremebundo,
te sigo amando aunque me haya alejado.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

EN EL UMBRAL DE LOS SUEÑOS.

En el umbral del amor,
se descalzan los temores,
que de puntillas se adentran,
con tímidos y tenues sones.
Se atenúa la razón,
que se funde en los albores,
donde late el corazón.

Razones de quita y pon,
que se ajustan al deseo,
para tapar la ambición,
que se desliza por dentro.
El sueño en el sueño vive,
acudiendo a la razón.
El tiempo frío y burlón,
pone al amor en su sitio.

En el rincón de pensar,
se diluye la nostalgia,
mientras que la duda avanza,
en su eterno deambular.
Rincones sin explorar,
en el pensar escondidos,
donde se refugia el tiempo,
donde vive lo vivido.

Teje el pájaro su nido,
en las más lejanas ramas,
donde a salvo están sus hijos.
La flor al Sol le reclama,
para dar su colorido
y el amor adolorido,
busca ávido la templanza.
Se asoma al cielo la mar,
para calmar su venganza.

En el umbral del deseo,
se desnudan las falacias,
las carnes a flor de piel,
el amor sembrando el alma.
En el rincón de soñar,
busca el viajero sus ganas,
inmerso en la fantasía,
del poder de sus pensar.

Nace el verso de la nada,
entre brumas pertrechado,
la imaginación en llamas,
en el filo que le espanta.
Caminos que recorrer,
con la mochila cargada,
de sentir y padecer.
Al fin, la rima se apiada,
de su escabroso nacer.

Amores que van llegando,
para alcanzar el placer,
sin llamar, súbitamente,
como se refleja el rayo,
sobre la brisa silente.
Entra sin miedo, sin nombre,
montado en un huracán,
en la tormenta asomado.

El Sol ha abierto los ojos,
desperezando sus rayos.
Dormirá al atardecer,
como se duerme el humano.
Despierto queda en el rostro,
el afán de conocer.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

SOY MÁS QUE ESO.

Cortecía de lo inevitable, usurpando cosas que nunca fueron mías
e ignorante de la vida efímera sin pensar en los contratiempos
El combustible de lo esencial de la vida se amarga en un sin fin de momentos repetidos,
con grandes cambios y nuevas vistas pero aún así siendo sencillamente igual.

Agobiado por la soledad que me ha hecho crearme parcialmente a mí mismo
y el molde de aquellos que me trajeron hasta aquí
Se desesperan las ganas de sentir todo el panorama completo,
de que nada es errado y el equilibrio ficticio de una mente escrita a trazos y manchones

Mi vida no tiene sentido diré yo y dirán millones,
esto no era como yo pensaba,
me quiero ir, me ganan las ganas de no tener más esas ganas,
de no sentir nada parecido a sentir, valga la redundancia.

Todo eso que una vez pensaste en el refugio que construiste en tu hogar
Todo lo inútil pero acertado de creer que todo es minúsculo
pero aferrarse tanto a lo material, lo emocional
y a los seres que también están encadenados a uno.

En muchas ocasiones pienso en quien soy realmente,
si este soy el verdadero yo,
si esto es lo que me hace bien, pero todo eso es en vano
Tan inútil como la breve descripción de mi persona
describiendo las secuelas de lo que antes pensé que era,
de lo que supongo que soy e ignorando de lo que seré mañana

Tengo más certeza de lo que no sé, eso me confunde demasiado
Intentando superar algo que ya superé hace unos instantes como si fuera un cúmulo ilimitado
o tal vez solo un ser inferior que con moderado intelecto y experiencia,
intenta algo mejor en la soledad de una habitación y la esencia de lo imaginario

Así me cree en estos años mirando la nada,
mirando más allá de lo que la gente normal podría ver,
hablando con más voces que las personas no podían escuchar.

Tiempos de compañía falsificada, tiempos de reflexión con mi solo
y único ser que no solo me trajo beneficios
sino también una tracalada de cosas que no sabía que tenía,
que no veían mis propios ojos

Soy más que Eso.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

MÁS QUE UN AMIGO.

Ser más que un amigo, esa es mi ilusión,
no solo por el amor, tú eres mi adicción,
eso que tanto mi vida deseaba tener,
has llegado a mí, y por siempre te quedarás,
serás el comienzo de mi felicidad;
la parte que ha completado mi corazón,
y hace mis horas eternas, a tu lado.
                                                              
Muchos dirán que estoy obsesionado,
pero mi realidad es tan distinta,
siento en mí ser, que estoy enamorado,
tanto que me he aferrado sin saber,
solo sé, que te tengo que tener.

Ser más que un amigo, esa es la misión,
el esfuerzo que no es en vano, mi motivación,
más que un amigo, esa será mi convicción,
Ser tu sol, tu sombra, tu respiración.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

HOJAS DEL ALMA.

Como hojas otoñales,
coloridas pero muertas,
vestigios de lejos anales,
entre memorias desiertas.

Impelidas por el viento,
sin conciencia ni razón,
ya sin destino ni aliento,
son sepultadas sin panteón.

Total el alma se defolia,
como al árbol desnuda,
la estación que se muda,
de sus tiempos de gloria.

Así también las ilusiones,
en días pasados lozanas,
caen inertes a montones,
como aguas de fontanas.

Y se riegan por la mente,
cual recuerdo en olvido,
más conciencia o sentido,
se han tornado indolentes.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

POR UN BESO DE TU BOCA.

Si supieras cuanto
sufro por darte un beso
en esa boca, que mi vida seria
muy poca y mi gozo, la gloria.
Es una angustia que me abruma
y me derrota, el saber que no puedo
besar esa boca, una impotencia que me
desespera, que me mata y me envenena.

Si supieras que mi alma me delata,
Que la angustia ya no llega
Solo al recordar
Aquellos besos
Poco a poco
Delirio
Y creo que muerte cuando
Más lejos te tengo
Por un beso de tu boca,
El misterio me sofoca
Te extraño y te amo.

Daría lo fuera por un beso de tu boca.
No puedes imaginar la angustia que me agobia.
Cuanto desearía tenerle nuevamente a mi lado
Para tener de nuevo tus bellos labios.

Por un beso de tu boca, el cielo tocaría
y es que al juntar tus labios con los míos
mi corazón explota de alegría.
Por un beso de tu boca, juro mataría
porque esa boca es mía, y solo mía.
Por un beso de tu boca, al cielo me iría
porque besas tan sabroso que en ella me pierdo,
porque siento que vuelo al besar tus tiernos labios.

Por un beso de tu boca
andaría sobre las olas,
viajaría en los sueños
sin billete de regreso.
Qué más puedo decirte
si sucumbo a la pasión
que desborda mi corazón
y me llena de ilusión.
Por un beso de tu boca
caería rendida a tus pies,
cedería ante lo inevitable;
morir por un beso de tu boca.

Por un beso de tus labios,
qué no daría yo,
si eres como el mismo sol,
si eres como el mismo mar,
que me besa al tocar,
y parpadeando de emoción,
sólo yo quiero ser de ti,
como la misma pasión...




Autor
Antonio Carlos Izaguerri 

lunes, 13 de abril de 2020

LO QUE NUNCA TE DIJE.

Es el momento de escribirte
lo que nunca fui capaz de decirte,
no sé por dónde empezar,
creo que por escribirte que desde que te conocí
jamás me enamore así,
que nunca supe lo que quería así hasta ese momento.
Y todas las cosas que hice después de ti, son sólo experiencia,
experiencias que contar con amigos,
tal vez en un bar o jugando en los parques.

Esta carta no sé si la llegarás a leer,
si la lees es porque tuve la valentía de entregarla,
de lo contrario la quemaría
y así con el tiempo te olvidarte.
quiero decirte que te amé,
y te quise como la niña de mis sueños,
que sabía que no te podía tener,
pero perdería una gran fortuna si te llegara a perder  

Quiero decirte que te amé, que siempre me gustaste,
nunca te deje de amar cada momento que pasé contigo,
abrazos besos en la mejilla jamás quedará en el olvido.

Ahora que me voy a donde ...?
no sé tal vez donde me lleve el camino,
no tengo destino fijo,
pero no te lo dije y ahora te lo escribo ...
Sé que no pedo remplazar
con otros ojos tu mirar con otra cara mi pensar.
quiero decirte que es por ti lo que soy,
hasta lo que seré porque por ti jamás me rendí
y si cumplo mis sueños también quiero estar ahí
cuando cumplas los tuyos


Por ultimo te amo y a donde vaya aun así no te pueda ver.
amarte es un sentimiento que jamás podré olvidar.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

AMOR EN SECRETO.

Escucho en la voz del viento
a mi conciencia rogando:
¿Porqué por amar callando
vas por el mundo sediento
esperando ese momento
imposible de alcanzar?
¿Cuándo encontrarás asiento
donde no te hieran más?
Estoy en un punto muerto
en mi andar de peregrino
por las sendas y caminos
del amar en el secreto.

Llevo sangre desgarrada
en un corazón herido
por no decirle al oído
que tengo alma enamorada
entre susurros de aliento,
susurros que son heridas
que por callados castigan
y el dolor que ahora siento,
de soledad adornada,
en la espera tiene hogar
y busco donde su estampa
ya no pueda herirme más.

No la tengo por dormida,
la llevo sin ser su dueño
y con mi anhelo secreto
hago la noche sombría.
Me arrastro como un anfibio,
me doblego a mi desgracia
porque no tengo la gracia
de querer y ser querido.
Por ello voy sin descanso
y me rindo a mi pesar
buscando donde su encanto
no me pueda herir jamás.

En su mirada de nieve
no se presiente el calor.
¡Cuán lejos está el amor!
cuando mira y nada siente.
Me desgarro en las entrañas
por el puro desconsuelo
puesto que llevo un te quiero
asomado en la mirada.
De su amor soy polizonte,
no su ufano capitán,
y por ello busco dónde
no me pueda herir jamás.

Si ella supiera que la amo
acaso me pueda amar,
pero no tengo beldad
que me ayude en su reclamo.
Llevo espada de soldado
sin poder para matar
pero éste mi terco afán
me tienta como el pecado.
Cuando la veo mi pobre
herida vuelve a sangrar
por eso escapo hasta donde
no me pueda herir jamás.

Más no hay lugar sobre la tierra,
en los cielos o en el mar,
que me puedan alejar
de este amor y su condena.
Podré ser gota de lluvia,
podré ahogarme en los abismos,
separarme del olvido
que por faltarme, tortura.
Pero sé que me ha vencido
la firmeza del que quiere
y me rindo a los designios
del amor aun cuando hiere.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

CUANDO CAE LA NOCHE.

Cuando la noche me hace frente,
le hago un torniquete a mi mente.

Estoy cansada de enterrar,
todo lo que mi corazón debe sanar.
Solo la tempestad de la esperanza,
pone mis dudas sobre una balanza.

Cada mañana cuando amanece,
y mi alma se desvanece,
guardo bajo llave las mariposas,
que siempre huyen temblorosas.

Todo el aire que respiro,
contamina mis sentidos,
dejando inerte mis eternos,
y profundos suspiros.

¿Cómo calmar el oleaje de mis latidos,
si tú eres lo único por lo que cobran sentido?



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.