miércoles, 20 de mayo de 2020

¿EN DÓNDE ESTÁ LA POESÍA?


La poesía se halla en ti, mujer, en toda tú;
en tu cuerpo vestido
con prendas ajustadas,
ornato solamente,
pues la imaginación
unida a la libídine,
mediante rayos X
en los ojos,
trasciende más allá de tu silueta
y tus obvias formas curvilíneas, voluptuosas;
la imaginación cargada de lascivia
penetra y deja ver incluso
tu grácil esqueleto,
bella estructura ósea.

La poesía se halla bien
en tu cuerpo vital semidesnudo,
invitación a la fiesta del placer
ꟷentre dos solamenteꟷ,
preámbulo de amor,
exordio de la cópula;
momento en que brota la tersa poesía
de tus pequeñas manos delicadas
dadoras de caricias
y surge la poesía lúbrica e ígnea
de tu boca
ꟷestímulo y deleite
con su sabor a mentaꟷ,
el beso imprescindible,
el íntimo beso francés.

Pero es en tu cuerpo
totalmente desnudo,
donde con mayor énfasis
encuentro yo la lírica,
pues en el coito,
libertad de piel a piel,
radica la suprema belleza.

Aparece entonces
la poesía más erótica:

En tus péndulos senos,
montada sobre mí, encima de mi falo,
a horcajadas,
inclinando tu pecho
para dar a mi boca
tus pezones eréctiles,
que se ponen más duros
en respuesta a mi ansiosa
y salaz lamedura
y a mi ávida y grata succión.

Ardiente es la poesía de tu vulva
por el estro enrojecida,
con sus labios mayores hinchados
y sus labios menores salientes
y su clítoris ufano y erecto
provocando a mi boca,
inducción a la chupada lujuriosa.
¡Ay, mujer!, tu vulva … tu vagina …
tu sexo y sus orgasmos y los míos … tan sabrosos.

Maravillosa es tu lengua rica y suavecita
recorriendo mi cálido cuerpo,
pero sobre todo mi zona pubiana,
deslizándose, desde la parte baja de mis testes,
por el tallo de mi túrgida verga
hasta llegar a su cúspide,
para regodearse en mi balano,
saboreando el transparente lubricante.
Tu boca … tu boca es otra vulva
haciendo sexo oral;
su saliva compite en lubricidad
con la lubricación de tu vagina …
En un sesenta y nueve, mujer,
reciprocamos complacencia.
Tu boca y tu vulva son lo mismo …
pero tu boca … ¡ay, mujer, tu boca!
en ella caben mis testículos henchidos.
Tu boca parece retribuir con los máximos orgasmos,
pues sumamente hermoso y placentero
es ver cómo devoras mi falo
hasta el punto de venirme en tu boca
y ver cómo disfrutas la ingestión
de mi blanca y espesa ambrosía.
Los orgasmos proporcionados por tu boca,
sin duda, son comparables pero inigualables.
Tu boca es mi locura de amor;
podría volverme un erotómano tu boca …
tu boca … tu boca … tu boca …
tu boca sumamente deliciosa.

Extensa es la poesía de tus nalgas y en tus nalgas,
sí, de tus nalgas y en tus nalgas,
pues, además de ser correcta la voz,
ahí en la intimidad,
cuando uno hace el amor
no anda con eufemismos,
poniéndole a las cosas un nombre inadecuado.
Tus nalgas, llenas y lozanas,
motivo del deseo y el antojo:
marcarlas con mordidas y palmadas
y en ellas estampar mi seminaria rúbrica.
Tus nalgas, mujer, fémina, hembra,
carnosas, abultadas,
tan hechas a propósito
para acoger los fúricos embates
previos al auge de la copulación
y los últimos impulsos eyaculatorios.
En toda tú ꟷen tu sexo, en tu carneꟷ
hay elación de la poesía;
en todos los conductos de tu cuerpo
que sirvan al deleite,
en todos tus placibles orificios…
¡Esfínteres femíneos hay de una magnífica poética!





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

DESIERTOS, RÍOS Y MARES.


En el desierto se funden,
la soledad y la verdad,
sin espejos que mirar,
sin ejemplos que imitar.
La profunda realidad,
en la inmensidad se une,
a la cruel necesidad,
de sobrevivir sin más.

En el río de la esperanza,
bajan tranquilas las aguas,
flotan antiguos deseos,
viven sueños y añoranzas.
La corriente se los lleva,
como una frágil goleta,
que sin rumbo se desplaza.

En el mar de los amores,
la furia en las aguas salta,
la fuerza de las pasiones,
a los sentidos asaltan.
En las procelosas olas,
que el corazón arrebatan,
el batel se tambalea,
bajo sus velas hinchadas.

Las mentiras se desvelan,
como hojas que se arrancan,
del árbol de la existencia,
como una herida que sangra,
como gotas que resbalan,
sobre la verdad auténtica.
El odio y la indiferencia,
en la mentira se plasman.

Praderas de sensaciones,
para caminar por ellas,
con la emoción en los ojos
y la verdad en la tierra.
Corretear por los campos,
donde la Luna se acuesta
y esperar que salga el Sol,
para romper las tinieblas.

La voz se ha vuelto de bronce
y la mirada se espesa,
cuando se cubren los montes,
con la alfombra nívea y fresca.
Blanco manto donde alberga,
sencillas vidas secretas.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

martes, 19 de mayo de 2020

RESPLANDOR EN LA PENUMBRA.


Amanecer de la luz,
aurora de la ilusión
y en el alba la razón,
para seguir a las dos.
El abierto corazón,
que va ganando latidos,
el poderoso sentido,
que va creando el amor.

Trinando el ave reclama,
el aire que le sustenta,
mientras el humano sueña,
con ampliar sus prebendas.
La luz con el gris se mezcla
y una nebulosa negra,
en la vida sobrevuela,
como un halcón que la observa.

Atardecer de los sueños,
que van bordando la vida,
en la fragancia vertida,
de ilusiones y de anhelos.
La voz que ronca y sentida,
va desbrozando los sueños,
que entre rastrojos caminan,
verdes sueños, senda viva.

Amanecer del dolor,
que va mermando la vida,
más lo auténtico no abdica,
en su tenaz condición.
Dolor y vida caminan,
abrazados al amor.
Aurora en el corazón,
que ilumina a quien camina,
que renace en su emoción.

Piensa libre el pensador,
como es libre en el pensar,
quien en las dudas inmerso,
mira mucho más allá.
Secretos en la pasión,
de quien pensando libera,
las taras de la razón.
Es más sabio el labrador,
que quien presume de ciencia.

Amanecer en las sombras,
resplandor en la penumbra
y en la vida las auroras,
que en la oscuridad iluminan.
Que no se enquiste la hambruna,
en la oscuridad y la sombra.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

AMOR DE MADRUGADA.


La lucidez se apaga,
si se enfría la coherencia
Una voz inconexa,
una idea que se quiebra,
una palabra dicha
entre alfileres presa.
La sencillez se pierde,
si no es claro quien piensa.

Camino del final,
se va haciendo la senda,
unos pisan apenas,
otros hunden la tierra
y el sentir generoso,
de quien holla a conciencia.
Una estela en el mar,
de la acuífera meta.

Nace en el viento el aire,
como el junco en el río.
De la lluvia la gota,
que resbala y se cae.
Una brizna que yace,
sobre el rostro que nace,
un suspiro que brota,
como un leve sonido.

La canción se ha acercado,
paulatina y sin prisa,
acariciando el tiempo,
que comprimido mima.
La palabra que esgrime,
la verdad que cautiva
y unos ojos mirando,
que acarician la vida.

Se fue la lucidez,
la palabra sentida,
la redonda honradez,
de quien ama la vida.
Va dejando la duda
o la certeza misma
y un sendero a seguir,
con la verdad fundida.

En el seno del mundo,
donde el amor habita,
se parten las tinieblas
con dagas cristalinas.
Un susurro que aflora,
de la espesura íntima
y unos jugosos frutos,
que en la carne se agitan.

Amor de madrugada,
cuando el alba se agita,
entre sueños velando,
para que el verbo exista.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

domingo, 17 de mayo de 2020

UN AMOR ESPIRITUAL.


Amor mío:

Esta carta te la envío en fino papel de seda, y la voy a atar a la patita de una paloma mensajera. Quiero que llegue con seguridad hasta tus manos, allá en la otra orilla donde tú me aguardas. No hay día que no te abrace con mi espíritu, sin embargo no hay día que no te extrañe. Eres cual un rocío en mis pétalos tristes, porque soy cual rosa bañada por el aliento de tu alma. Eres mi razón de existir. Por ti tengo sueños, por ti voy macerando en mi corazón dulces planes de reencuentro. En las noches el roce de nuestras almas es mi tentador alimento. Me llenas toda y a pesar de la distancia no puedo negar que te tengo. Dulcísimo mío, apuro ya el elixir de esta vida, de estos breves años que me restan para ir a tu encuentro. Tú no puedes volver hacia mí, pero yo sí puedo volar hacia ti. ¿Quién podría entender un amor que trasciende hacia la eternidad? Nadie. Solamente los espirituales podrían asimilar este amor tan grande. Espérame, que el tiempo se irá como las hojas que se llevan las aguas sagradas del otoño.  Y más temprano que tarde nos veremos juntos retozando como niños en prados de sabiduría y libertad.
                          
Tu amor espiritual:



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

UN LUGAR DONDE PENSAR.


En un lugar del recuerdo,
del que si quiero acordarme,
vive la esencial fragancia,
de los auténticos hechos.
Un lugar en la memoria,
reservada con respeto.
Una nostálgica historia,
bordada de amor y besos.

Reina en un lugar arcano,
donde transitan los sueños,
donde se bebe la esencia,
de los mejores recuerdos.
Iluminados fragmentos,
de risas, goces, deseos,
como una oscilante ola,
de ideas y sentimientos.

Gira la tozuda noria,
girando entre verso y verso
y en su continuo girar,
va repitiendo los hechos.
Los hechos que ya ocurrieron,
pero que tornan de nuevo.
Un caleidoscopio eterno,
de mil colores intensos.

En un mundo paralelo,
la realidad se hace hueco,
empujando la nostalgia,
arrebatando recuerdos,
adueñándose del sueño,
que en la fantasía es el dueño,
dando valor a la vida,
que no tiene ningún precio.

Un lugar del corazón,
que fluye como un reguero,
de apasionados anhelos,
que no quisiera olvidar,
pues perfuma mi cerebro.
Una corriente que arrastra,
verdades como luceros,
pegados al firmamento.

Hay en la mente un lugar,
donde el amor va creciendo,
donde las ideas luchan,
para entender lo que pienso.
Un lugar donde se queda,
lo que me queda de auténtico.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

¿CUÁL ES LA RAZÓN?


Mis sentidos se apagaron ese instante,
al escuchar esa voz amenazante.
sentí morir, mi corazón colapsó,
una negra incertidumbre, me envolvió.

¿Dónde están los besos tan arrebatados,
tus dulces caricias con esas miradas,
esas travesuras, que entresueños hallan,
a mi piel desnuda, calentando mi alma?

De día y de noche, sentí ese vacío
que quema en el pecho sin ningún pudor,
matándome lento, pierdo la cordura,
la duda me cala, me crea dolor.

Surgen las preguntas, de dónde y por qué,
si yo he sido tuyo, si te he sido fiel,
surge un pensamiento, tal cual asesino,
llega y me sacude, de inmediato lloro,
Y será ¡Oh Dios mío! ... que exista un ¡Con quién!
grito malherido, reveso también.

Mas algo me dice, que no puede ser,
y entonces recorro la historia completa,
de toda la vida que hemos compartido,
el sexo, el trabajo, la casa, los hijos …
no encuentro la causa de tal sinsentido,
es que no es sensato, si estamos unidos.

Antes que te vayas, quiero oírte hablar,
tu voz, tu mirada, tu propio rabiar,
dime esposa mío, que te puso así,
qué es lo que quieres, qué deseas de mí.
Ya tienes mi vida, corazón, respeto,
Después de nuestro Dios, te amo por completo.

Así es como escucho la razón compleja,
no me siente amado, fallé al no decirlo,
estúpido orgullo, quiero maldecirlo,
Es en ese instante, que entendí que sí,
no basta sentirlo: Mi amor, no es así.

Ahora, lo escucha, lo siente, lo vive,
vamos caminando, los dos de la mano,
renovamos votos, seguimos unidos,
recobramos todo, se acabó el martirio.

Que hermosa la vida, ¡qué grande el amor!
pero no lo calles, ¡dilo por favor!



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

EROTISMO NOCTURNO.


En el mar imponente de tu cuerpo
me veo navegar en cada noche,
zarpando tempestuoso  entre tus besos
y ondeándote mis velas en derroche.

En el horizonte de tus ojos he divisado tus anhelos,
Ya voy izando, bajo tu ombligo, la bandera de tu puerto.
Quiéreme así todo tuyo, sáciame todo el deseo,
húndeme en ti cual espada, y te conquisto tierra adentro.

Coloniza mis dominios, esclavizamé en tu pecho,
azótame las ganas con el mástil de mi cuerpo.
Evangeliza mis locuras, encarcélame en tu lecho,
haz que cada noche arda bajo el fuego de tus dedos.

No me atiendas si te hablo, no me mires si te veo,
sólo saciamé las ganas en interminable desvelo.
De tu cabello hago las riendas cabalgando sobre tu cuerpo
¡qué afortunado seré, si sobre tu corazón despierto!

Me adentro en tus aguas con los remos de tus brazos,
naufrago entre tus olas y descanso en tu regazo
que esta noche ardiente, me entregaré a ti desnudo
y me bañaré en la espuma de tu elixir caliente.

Deja que te arrope con tus olas en esta noche de tormenta
y no me dejes nunca solo, mientras nuestros cuerpos hiervan.
 Déjame aquí desnudo sobre tu cuerpo dormido,
déjame aquí disfrutando de tanto que te he querido.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

AMOR DE ENSUEÑO.

Mi corazón va a donde está tu respirar,
me llama la voz de tu alma que canta;
son sus coplas que a mis sentidos deleita
y renace la alegría que me hace gozar.

Esos tus dulces ojos saben cómo abrazar 
mis tristezas que en su luz se decantan,
naciendo la paz que mis temores enmanta,
y no resisto tu boca de azúcar … besar.

Soy tu sirena y tú eres el suave remanso
que mece en sus entrañas mis sueños, 
volamos unidos por el basto universo
                         
en esa tácita unión donde eres el dueño 
de mis fantasías y noche a noche rezo                                    
porque no se acabe nuestro amor de ensueño.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

PASIÓN.


Entre tus ganas y las mías el placer nos besa el alma,
nos eleva el silencio a callar entre gemidos
como si nuestro idioma fueran los susurros,
no hacen falta los recuerdos porque escribimos nuestra historia,
con letras encendidas y excitadas aferrados a la piel,
sedientos sueños que evocan realidad de nuestra pasión.

Tu cuerpo es el naufragio de mi nave,
hundido entre las olas de tus pechos
fui ahogado por el beso de la pasión,
entregué mi piel a las huellas de tus labios,
los mares de tus caderas son el vaivén
que aprisiona el ancla de mi navío.
                                                              
Entre tus ganas y las mías no existe espacio alguno,
nos encierran nuestros brazos temblorosos
aprisionarme en la hendija que divide tus piernas,
el tiempo congelado se quema bajo las sábanas
como si la llama fuera encendida por mis manos,
no hace falta el aire porque tu aliento me inspira a vivir.

Tu piel es geografía del mar infinito,
navegando en cada centímetro tuyo,
tan dulce como la miel del panal,
tan tierno como la noche de luna llena
entrego mi calma a agitarse en el placer,
somos el aire que escribe entre sábanas la pasión.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

CIELO ARDIENTE.


Con el sol alumbrando en sus confines
me besaba con beso apasionado;
de mi cuerpo nacía desbordado
un aroma de rosas y jazmines,
que dejaban el aire perfumado.
                                                               
Los jilgueros volaban la pradera
entonando sus trinos celestiales;
que traían las notas musicales
que encendían de amor la gran quimera,
que ondulaba al compás de los trigales.

Los maizales lucían tan radiantes
con la luz de magníficas estrellas,
que irradiaban lumínicas centellas
cual si fueran collares de diamantes,
que dejaban un haz de regias huellas.

Observando el paisaje colorido
yo escuchaba de Albano sus canciones;
con arpegios febriles y dulzones
que dejaban mi espíritu perdido
entre nubes de mágicas pasiones.

Fue simbiosis de amor y de locura
en su mundo de luces argentadas;
disfrutando el calor de sus miradas,
y la magia esplendente de Natura
avivando mi esencia apasionada.

En sus brazos, sus prados y su estancia,
yo viví de pasión un cielo ardiente;
y jurándole amor eternamente,
me embriagaba del campo su fragancia,
y de su alma su fuego tan candente.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

SÓLO TÚ PUEDES.


El sol irradia  esperanza, el  me acompaña,
mientras muere la soledad, en mi alma,
ni un recuerdo doloroso lo empaña
llenando mi corazón de mucha calma.  

El manto de sus tibios rayos me arropan,
las heridas del pasado y  del presente,
mientras las emociones libres galopan,
liberando así el cuerpo y la mente.     

El viento susurra con  su voz clara,
corre, sueña, vive, ama, siente,
esperando que nada lo dañara,
soñando con un mejor camino a su frente.  

El día te da la mano sin miedo,
para caminar seguro, sin prisa,
diciéndote a ti mismo si puedo,
viendo que se te escapa una risa.  

De pronto te encuentras en un laberinto,
oscuro, frío, sólo, sin ninguna sonrisa,
un mundo diferente, un camino distinto,
y comienzas a llorar, a correr de prisa .   

Despiertas, con lágrimas en las mejillas,
no sabes que paso , si era un sueño,
preguntándote  ¿por qué el sol no brilla?
¿por qué de la felicidad no soy dueño?
                               
  Te calmas , respiras profundo ,
esperas miras las flores hermosas del jardín,
como si por primera vez las vieras,
y así a los recuerdos dolorosos pones ... fin. 





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.