domingo, 24 de mayo de 2020

DE VERDE SE VISTE LA LLAMA.


Verde sentir, verde rama,
verde verso, verde amor,
creciendo libre, sin pausa,
verdeando alrededor.
La verde paz se conmueve,
verde que torna a marrón.
En las cosas del querer,
la vida es multicolor.
                                                              
Viste el semblante de plata
y de gala las pupilas,
blanquinegra golondrina,
que con su canto arrebata.
Anda pero no camina,
verdes pasos de templanza,
en la belleza temprana,
que nace, crece y se calma.

Verdea la luz en la hoja,
verde reflejo que llama,
con el verdor en las mentes,
de la belleza que mana.
Mirada que verde aclama,
con la justicia en la frente
y en los labios la palabra.
Verde se quedó la llama,
en su rojiza alborada.

Verdor que bulle en el vientre,
de la tierra que amamanta,
sangre verde que reclama,
la vida que se arrebata.
Verde trino de calandria,
que anida en la estepa clara,
voz que verdea entre los ecos,
de verdes voces hermanas.

Verde ternura que adorna,
la caricia que la embriaga,
Negro que al tornar a gris,
a verde cambia la cara.
Rojo vive el sentimiento,
a verde cuando se calma
y en el blanco pensamiento,
la verde idea se desplaza.

Amor que verde perdura,
creciendo fresco se guarda,
en la verde melodía,
que en sus pasiones declama.
Amor que al verde arrebata,
el rojo de sus entrañas.
Amor que el verde reclama,
al despertar la mañana.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

MEDIA NOCHE.


Es media noche,
mis parpados no cose el sueño
segundos goteando de la aguja del reloj
campanadas ahogadas en la distancia
tañidos sordos y lejanos
almohada perfumada de insomnio
silencio delicioso nocturno.

La noche casi ha devorado el ruido,
regresan pensamientos ausentes,
aparece oportunista tú recuerdo
brotan flores negras de nostalgia.

Al abrigo de tú sombra y ausencia
nacieron raíces mustias
dolorosas y profundas
en blanco y negro se tornaron tus sonrisas
te alejaste como se alejan
las luces de un coche en la distancia
se enfrió la parte de tu cama al pasar del tiempo
sólo mantuve tibio tú recuerdo.

Pero como al final de un largo invierno
murió la ilusión marchita
se secó el vástago de esperanza.

... No te espero más!




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

EL PASAR DE LAS HORAS.


Siento pasar las horas,
sin noción de tiempo
y ansias devoradoras,
se pierden en silencio.

En ese silencio pesado,
que cual cruz a cuestas,
lleva callado tu nombre,
sin que tú lo sepas.

Una a una deslizan,
entre días y desvelos
y cuanto martirizan,
sometiendo anhelos.

Cada hora es suplicio,
de un tiempo pasado,
al borde del precipicio,
al que será lanzado.

Mi piel erizan instantes,
de tiempos claudicados,
cual espectros danzantes,
de sentires postergados.

Y van las horas sin cesar,
plagadas de ansiedades,
con un adiós sin regresar,
dejando a su paso soledades.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

EL BOHEMIO Y LA LUNA.


Un muro de piedra y la hiedra
nos quisieron imitar,
y ahora están abrazados
sin importarles los cardos
que los quieren lastimar.

Y un gorrión de pecho rojo
a su amada fue a cantar,
pues la quiere ver mimada
copiando la serenata
con la que te fui a arrullar.

También las olas del mar
a la playa se acercaron,
me vieron que te besé
y por tal les provoqué
que siempre la estén besando.

Y lo sueños se juntaron
todos en una quimera;
quieren compartirle al mundo
que mis versos son el fruto
de quererte … y que me quieras.

Porque al caer de la noche
tú me inspiras mis poemas,
pues nos desvelamos juntos;
yo el bohemio como muro,
y tú mi Luna... ¡Como hiedra!






Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

sábado, 23 de mayo de 2020

EL AMOR NO CADUCA.

Nunca olvidaremos nuestro amor,
aunque pretendas olvidarme …
tú me diste muchas cosas
para recordarte
y jamás se borrará
lo que vivimos tú y yo.

El amor no tiene caducidad,
cambia la piel y el lugar,
si ayer fui tu realidad
muy pronto me convertí en tu tempestad.

Y nos amamos con locura,
nos entregamos sin cesar,
jamás me pude imaginar
que hoy sea tu peor despertar.

Me queda la conciencia tranquila,
mis cadenas te llegaron a lacerar,
tú siempre quisiste volar …
amaste más tu libertad.

Yo en mi sitio me quedaré
con mi triste realidad,
si ayer fui tu alegre cantar,
hoy solo un absurdo silencio vivirá.

Quizá nunca vuelvas a sentir
un corazón tan enamorado de ti,
pero eso a ti no te importa,
no te preocupó nunca mi sufrir.

Y es que el amor no caduca,
cambia de lugar y de piel,
hoy que no soy más tu querer,
mis sentimientos los echaste a la basura.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

ME DEJAS COSAS BELLAS.


Me dejas todo lo bello
que aprendí al conocerte,
mi alma plena y enamorada,
todo un jardín de fragancias hermosas.

Me dejas con mi cuerpo extasiado,
recordando cada momento de placer
y de íntimos encuentros,
tan míos, tan tuyos ... tan nuestros.

Me dejas alegrías y penas
y un cielo lleno de colores,
porque hiciste vibrar
mi corazón dormido.

Déjame gozar todo lo que de ti
he recibido,
deja que mis sueños
te sigan y te disfruten
y estar más tiempo a tu lado.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

RETRATO NATURAL.


Hoy quiero que mi poema hable de ti,
de esta natural imagen que tengo delante,
que me acompaña en fogosa tarde de junio,
bochornosa tarde de principios de verano.

Eres natura risueña rodeada de natura verde;
el sol ilumina tu rostro y la faz de los helechos
y hace que en tus ojos nazcan jóvenes estrellas
de un edén terrenal que transmite alegría y vida.       

Hoy te miro y parece que me sonrías a mí,
aunque yo sé que no es así, pero me agrada;
luces primavera de estío en la cara y luz en la mirada
y unos labios de amapola que hablan sin decir nada
y una frente brillante y clara que invita a anidar un beso
y un rostro sereno y feliz que parece quieras compartir.

Hoy mis dedos son versos que como pinceles
quieren reseguir esta figura con naturalidad:
la línea de tus cejas, el perfil de tu nariz,
la comisura de tus labios y esas mejillas de terciopelo
que confluyen en un suave y delicado mentón.
Mis dedos pinceles quizás usarían acuarela
para intentar emular la transparencia de la imagen,
la claridad de un rostro ungido con rayos de sol
que felices acarician tu terciopelo  y el helecho.

Hoy mi poema ha nacido feliz hablando de ti,
me he sentido artista y poeta con sonrisa compartida,
aunque yo sé que no es así, pero me agrada.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

LA CULPA DE LA TRAICIÓN.


Caminé por el campo sin saber a dónde ir,
me sentí como una niño abandonado,
mi mente decía que no pierda la calma.
En una brisa delicada, casi Inmaculada,
vi en las flores tu mirada.
               
Perdido en la inmensidad
de la montaña, contemplé
lo que tanto añoraba. 
Rozó una lágrima por mi cara,
y recordé cuando yo a ti
me entregaba, en aquella cascada.

Te llamé, pero tú no contestabas,
te comprendo, te traicioné y tú
¡solo amor me entregabas!,
Sostenido en mi culpa, emprendí el
vuelo gritando cuanto te amaba,
¡Era tarde, tu no me escuchabas!

Aunque me perdonaste
¡mi conciencia me reprochaba!
y la culpa me embargaba,
era mejor que de esta vida me
alejara, llevándome el dolor,
que en mi pecho se anidaba.

Sentado en la cima de la cascada
mi cuerpo lo sentí frágil,
casi hechizada, caí desde
lo alto, como hoja marchitada.
imaginando que alguien abajo me esperaba,
era una ilusión, que con mi mente jugaba.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

ADIÓS PROMESAS DE VIENTO.


Baila la luz en el cerro,
jugando con la mañana
y canta la voz temprana,
melodías de esperanza,
en el tono imperceptible,
de la tierra que acompaña.

La sangre fluye sin pausa,
regando carnes y almas,
cálida fuente de vida,
que en el corazón estalla.
En las profundas entrañas,
donde la luz no hace falta.

Rimeros de sentimientos,
cabecean entre nostalgias
y van sonando clarines,
en las sentidas palabras.
El instinto se conmueve,
si se va acercando el alba.

La ausencia grita su nombre,
en su existencia diáfana
y va trotando la idea,
para buscar la esperanza.
A lomos de la ilusión,
cabalga la madrugada.

Se va llenado de luces,
la oscuridad que la empaña
y son los ojos más grises,
sin la mente enamorada.
La claridad se desata,
cuando el corazón la llama.

Guirnaldas en la mirada
y en las pupilas la savia,
manantial de los amores,
que va regando las ganas.
La luz cambia los colores,
de la vida y sus andanzas.

Con el placer el deseo,
que en el amor se entrelazan,
alargando la mirada,
que más allá vive y ama.
Aliento que al tiempo abraza,
la pasión que los embarga.

Adiós camino acolchado,
tachonado de añagazas,
de trampas sus manantiales
y de sus vanas palabras.
Adiós promesas de viento,
que se lleva la mañana.

Baila la luz en el monte
y a su ladera se abraza,
como una cálida manta,
que arropa, ilumina y ama.
Danza la vida en su vientre,
hecho de tierra y mañana.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

TINTA INDELEBLE.


Lo vivido entre los dos es perenne, sublime,
ha sobrellevado momentos buenos y malos,
tal vez no piensas igual, y eso me deprime,
si he colmado tu vida de hermosos regalos.

Pretendes olvidar, pero el corazón traiciona,
hace caso omiso a las ausencias vividas,
no pretendo cambiarte, solamente reacciona,
ten en cuenta estas frases sentidas.

Grandes dificultades, enormes desafíos,
hemos tenido tú y yo, pero hemos vencido,
con amor superamos, problemas y líos,
no desfallezcas, esto no ha concluido.

Nuestra historia sigue vigente, hay ilusión,
el camino recorrido debe prevalecer,
no te vayas amor, ten de mi compasión,
juntos de la mano podremos vencer.

Pretendo dilucidar todos tus dilemas,
hacerte ver qué lo nuestro es verdadero,
nuestros sentimientos rompen esquemas,
y juntos, haremos de esto algo duradero.

Tinta indeleble, tienen nuestros corazones,
el libro de nuestro amor seguirá vigente,
estamos marcados y predestinados,
por eso te imploro que no estés ausente.

Cada página la hemos escrito mutuamente,
"Quédate conmigo, vivamos el presente".




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

TO TUYO Y TÚ MÍA.


Desde que apareciste
con tu mirada tan linda
que me conquistaba
hasta el alma mía
cerré mis ojos por el
miedo que sentía
es que aquello no lo creía.

Ese fue el día en que todo
cambio para mí vida
los colores eran más brillantes
y sentía desaparecer el vacío
el que de hace tanto tiempo
estuvo conmigo.

Ese mismo vacío que ahora
sólo llenas tú en mí vida
la vida que te voy a dar
sin límites de tiempo
espacio o lugar
porque eres ese alguien
tan especial
que no lo podría explicar.

Es que sólo tú
has cambiado mi vida.
La tristeza,  por la alegría
El desaliento, por la esperanza
y el vacío, por un alma plena.

Llegaste tan rápido a mí
como un relámpago
para encontrar en tus labios
esa bella sonrisa
que me enamoró
y me conquistó
clavándose en mí
como una imposición.

Gracias por volver
a mí encuentro
porque llevo noches soñando
con este momento
y esperándote sin aliento.

Cuando nos conocimos
fue algo maravilloso y divino
y al rozar nuestros labios
sentimos tanta emoción
que nos abrazamos
 y nos besamos.

Por un beso nació un amor
por dos, una ilusión
por tres, un amanecer
por cuatro, nos quedamos
por cinco, ya juntos estamos
ahora, tú eres yo y yo tú
dos en uno
y por eso nos amamos
Yo tuyo y tú mía




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

ESOS POETAS LOCOS.


En una copa de vino
sin que nadie lo supiera
después de que ella bebiera
guardé su aroma de flor,
y el elixir de su boca
rocío que la humedece,
me aconsejó que la bese
al beber de su licor.

Y a todo lo que tocó
le he robado sus caricias
para gozar las delicias
que flotan en las penumbras,
y en un altar a su espejo
lo subí para adorarla,
pero no logro mirarla
ya que siempre se me oculta.

Porque todo lo imagino
su presencia es fantasía
no supo que la quería
porque nunca se lo dije,
y en este cuarto vacío
guarida de mis recuerdos,
en el silencio me pierdo
tras su silueta invisible.

Pues sin ella nada existe
y aunque su esencia perdura
ya no sé si es mi locura
que la imagine en las cosas;
porque todo está vacío
no hay una copa ni espejo,
solo desfila un cortejo
de visiones espantosas.

Ya vienen esos de blanco
quienes suelen amarrarme
por si quisiera escaparme
como lo hice ya una vez.
Ignoran que soy poeta
y que le escribo a la vida,
la gente está confundida
por creer lo que me leen.

No saben que los poetas
inventan lo inexistente
pues si lo ven conveniente
pueden crear universos,
¿En cuál me habrán ubicado?
¿El que grita a la injusticia?
Yo prefiero dar caricias
a la mujer...  ¡Con mis versos!




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

CON UN SOPLO DE PASIÓN.


Confinada la conciencia,
atrapada se desvela,
presa del miedo se queda,
en la eterna duermevela,
si es más corta la paciencia,
se hace más larga la espera.

Se adivina la presencia,
viva imagen que retorna,
como un sonoro ciclón
o una corriente que aflora.
Vive rea en el interior,
como el amor en la alcoba.

Crece sin pausa la flor,
la hierba bajo los pies,
el tallo buscando al Sol.
Trina locuaz el gorrión,
como canta el ruiseñor,
libre en el atardecer.

Atajos en el pensar,
sendas ocultas sin cielo.
En el camino soñar,
para entender el sendero.
La tierra en la mano está,
deslizándose en los dedos.

Confinado en su pesar,
verso de dolor sin duelo,
unas hojas que versar,
tiempo de amor prisionero.
En el sueño recordar,
lo que se vive por dentro.

Amor que vive y navega,
en las procelosas aguas,
de la vida en que se alberga.
En la brizna que se acerca,
pasión que arrastra y espesa,
como en el mar la marea.

Volver viviendo sin prisa,
con la mente limpia y fresca,
sinfonía de colores,
armónica voz que suena,
en la beatífica brisa,
que acaricia y que consuela.

Amor que rompe la niebla,
beso que creciendo sella,
las grietas del corazón.
Con un soplo de pasión,
crece el amor en la Tierra.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.