martes, 26 de mayo de 2020

TÚ Y YO.


Tú me gustas y me animas
yo te espero con mi brazo,
tú me buscas y me mimas
yo te quiero, yo te abrazo.

Tú muy bella y elegante
yo te espero con remembre,
como estrella fulminante
desde enero hasta diciembre.
                               
Tú te empeñas con el alma
yo te miro, yo te abrigo;
y me enseñas sin desalma
al suspiro voy contigo.

Tú me tienes pensativo,
yo te veo como rosa,
si te vienes sobrevivo
yo te creo ya una diosa.

Te prefiero aquí muy cerca
con tus brillos deslumbrantes,
como aguacero en la alberca
cantan grillos muy campantes.

Vamos juntos de las manos
caminando nos amamos,
sin presuntos muy lozanos
y si quieres nos casamos.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

DIME AMOR ...


Dime amor,
 Explícame porque te amo …
Si no he llegado a verte …
si no escuché tu voz …
Ni sentí el tacto de tus manos …
Si no sé, a qué saben tus labios …
Si no he sentido la calidez de tu piel …
Ni el arrullo de tu voz en mis oídos …
Dime amor … porque te sueño …
Porque mi corazón siente distinto …
Cuando en ti pienso …  si no te tengo …
Deseo cerrar los ojos y dormir …
Porque en mis sueños …
Puedo tener de ti, todo lo que despierta … no tengo …
Eres alguien especial …
que se cruza en mi camino, y que sin saber por qué
tienes toda mi pasión, y mi destino
Eres lo que yo deseo …
 déjame soñar amor …
Así lleno mi vacío porque no estás conmigo
Y aunque no haya sido tuya …
 aunque no hayas sido mío … Cada noche, cuando duermo … yo …
!Me encuentro contigo!





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

LA POESÍA RENOVADA.


Natura va mutando con mucha frecuencia,
existe mano diestra que tiene el poder
lo aplica sorprendiendo el hábil tejer,
debemos aceptar su ignota presencia
que nos cuesta entender.
               
También en poesía, existe licencia,
la vena creativa que causa el nacer
de nuevos firmamentos, en donde verter
los versos renovados de fresca turgencia
que brillan por doquier.

Existen los poetas que expresan euforia
y buscan renovar el viejo minueto
tratando de alcanzar su propia victoria
con éxito completo.

La sombra de la encina protege al abeto
que tiene nuevas hojas y fuerza notoria,
igual que este poema que alegra al soneto.
honrando su gran gloria.

Pensar es el secreto,
las letras se enriquecen, existe mejora
parece renovada la cálida aurora
la ruta está marcada.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

PARA TI SERÁN MIS LETRAS.


A veces quiero escribir
como escribe un poeta,
sigo con mi practica
para lograr buenas letras.

Letras que al leer sientas
dejan un dulce sabor,
letras que lleguen a ti,
que toquen tu corazón.

Porque hay en mi poesía
algo que te ha de gustar,
que todo lo que escribo
tiene una musa especial.

Cuando quiero soñar
Tomo un lápiz y papel,
en el papel se refleja
una figura singular.

Y seguiré escribiendo
aunque no sea poeta,
porque mientras lo haga
para ti serán mis letras.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

UN ERÓTICO OLVIDADO.


De figura muy delgada y caminar orgulloso,
de pensamientos claros y casi filosóficos,
de mirada inquieta y a la vez soñadora
ella es una dama muy encantadora.

La quiero entre mis brazos desnuda,
con mi boca la suya dejar muda,
sentirla muy apegada a mí
y con mi cuerpo hacerla muy feliz.
               
Recorrer con mi lengua todas sus exquisiteces,
besar y lamer todas sus redondeces,
ser la causa de todos sus gemidos,
ser el dueño de todos sus latidos.

Hacerme esclavo de todo su placer,
encadenarme a ella con todo mi querer,
con mis manos modelar toda su pasión
y con las suyas que toque mi corazón.

Con mis piernas las suyas enredar,
con mis sentidos los de ella cautivar,
mientras su pelvis a la mía se acomoda
mi carne a la suya emociona.

Cuando comencé este escrito
tenía claro su destino,
hoy que el tiempo ha pasado
ya olvidé quien lo ha inspirado.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

CAMPANAS DE GLORIA.


Se escuchan los cantos que canta el arriero,
que va por los campos sembrando sus penas;
se escucha del joven, su grito guerrero,
que busca con ansias romper las cadenas,
                              
Se siente en el alma, la sombra ominosa,
que deja los rastros de cruel dictadura;
y vibra en las venas, la sangre furiosa,
buscando sin tregua, de paz, su ventura.

Caminan erguidos los nobles empeños,
del pueblo que busca, de luz sus matices
y brilla su frente, cargando los sueños
de aquellos que fueron, de lucha, raíces.

Volando por cielos de oscuras estrellas,
se miran las alas de Santa Justicia;
que observa su nido, que tiene las huellas
de mentes nefastas, con faz de codicia.

Mas surge horizonte con haz de esperanza
que luce las galas de tantos anhelos;
que vienen bordados de digna templanza,
que lleva la insignia de nuestros abuelos.

Por eso la patria respira profundo
sabiendo que pronto será liberada,
de seres oscuros, del negro inframundo,
que llena de sangre, la tienen postrada.

¡Y habrán de escucharse las regias campanas
que tañen repiques de hermosa victoria;
trayendo noticias de nuevas mañanas
cubiertas con mantos de espléndida gloria!




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

SI TE ESCAPAS ... SI SUBES.


Como versos que llueven al alma desde tu cielo
Vienes mujer  a invadir mi rincón de  tristeza
A llenarme de bríos, a exiliar mi desvelo
y hacer de mi basura un pilar de pureza.

Hurgando en mi espacio solitario y agudo
Te metiste de a gotas  con el  corazón abierto
Ahora que me expuse, desterrando el escudo
Con el que  protegía mi corazón desierto.
                                                              
Antes que la vida me  aniquile en sus pausas
Me salvaste del estío  en que estaban mis sueños
Y sembraste suspiros  y nutriste las causas
Para que mis tiempos se hicieran risueños.

Siento que me habitas como sangre que fluye
Y recorres mis silencios con tu canto infinito
Es tu amor que me invade, es tu amor que construye
Es mi ser que se exalta con tu elixir bendito.

Quién podrá negar ahora que me regalaste el alba
Que ya te conocía, que te llevaba anclada
Que cantamos  juntitos ojalas de suspiros
Y juramos al viento un amor que no acaba.

Un universo es poco para el amor que forjamos
Y quizás nos acusen de soñadores tontos,
Mas serás  tú la vida en mi sueño encendido
La razón más prolija mi deseo en lo hondo.

Inocente, incansable, petalitos de rosa
Me legaste la musa para que no te olvide
y no escapo al delirio que te pinta mimosa
y no evito  a mi mano que a placer  te describe

Tienes ya mi vida asegurada en tus manos
Y mi razón no me aleja del amor que te tengo
Sabes tú solamente  de la miel de mis sueños
A dónde está mi norte y también de do vengo

Amor que eres mi  cielo  viviendo aquí  en la tierra
Amor de luna llena sin locura ni nubes
Te amo cual  soldado que  te añora en la guerra
Esperare algún tiempo si te escapas si subes.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

ME MIRAS Y TE MIRO ...


Me miras y te miro
sin voces y palabras,
miramos los dos juntos
los barcos en la playa,
miramos las estrellas,
la luna plateada,
las luces que se estiran
danzando por el agua,
miramos nuestros ojos
de forma apasionada
y vemos unas letras                      
que nacen y que saltan,
¡qué tierna la batuta
que marca allí la danza,
y excita los sentidos
del cuerpo y de las almas!

Me miras, nuevamente,
y sigo sin tardanza,
los ojos y pupilas
que buscan mi mirada,
entonces unas notas
escapan de tu cara,
evitan a los folios
y forman pentagramas,
son gotas de rocío,
pequeños crucigramas
con versos y poemas
que surgen de la nada,
y vienen al encuentro
del verso que se escapa
sin fuerzas en mis ojos
tan llenos de legañas.

"Me miras y te miro,
vivamos otra infancia,
los ojos ya lo dicen,
que "amemos sin palabras"




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

AMOR A PRIMERA VISTA.


¿Cómo puedo no creer
en ese amor de repente,
si lo he vivido contigo,
mi gran amiga perdida?

Te conocí una mañana
buscaba algo pequeño
y te encontré a ti, mi dueña,
esperándome en la nada.

No emitiste ni un sonido,
muy despacio te acercaste,
te ceñiste a mi cintura
y yo perdí la cordura.

Como si mundo no hubiera
más allá de mis caderas,
tú te soldaste a mi cuerpo
hasta que dije: te quiero.

Todo el mundo sintió miedo,
ante tal acercamiento.
Todos, menos tú y yo,
que asumimos ese amor.

Tu fuerza me desbordaba
y por el suelo rodaba,
para acabar abrazados
y, como no, algo babados.

Nunca nadie me adoró,
como me adoraste tú.
Nunca nadie me cuidó,
como me cuidaste tú.

Tu voz cual trueno sonaba
si algo me amenazaba,
mi enorme enamorado,
mi mastín napolitano.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

MIS FRASES DE AMOR.


Si las estrellas pueden
brillar tan sólo por las noches
pues yo podría amarte
sin miedos y sin reproches.

Si amarte fuera un delito
y a la presión me llevarían,
pues pienso que aún estando
en la cárcel, jamás te olvidaría.

Si las rosas cayeran del cielo
como lluvia de pétalos mojados
pues así caería yo en tus brazos
para tenerte bien enamorado.

Dicen que el amor causa dolor
pero eso a mí no me da temor
pues prefiero sentir dolor
a vivir mi vida sin ilusión.

Dicen que van a inventar
el amor civilizado,
que consiste en besar
por un tubo esterilizado.  

pero ese gran invento
no tendrá buen resultado
pues para sentir de verdad
hay que besar con los labios.

Pese a que de mí puño y letra
han salido poemas de amor
ninguno de ellos han podido
expresar lo que siente mí corazón.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

ALMA ERRANTE ...


Yo soy cual un alma errante
que no encuentra su camino;
un cantor aunque hoy no cante
y creyente del destino.

Me gusta la buena vida,
y me conformo con nada.
La noche con sus salidas,
pese a no salir de casa.

Me apasiona la mujer
con su cuerpo contorneado
y el perfume de su piel,
cuando la tengo a mi lado.

Me encanta escribir poesías
con rimas en sus estrofas,
y plasmar mis fantasías,
mis verdades y mil cosas.

Creo que soy un bohemio
con artes de soñador,
quizá por tal no comprendo
el designio de mi Dios.

Por el cual en éste mundo
estoy transcurriendo yo,
pienso y pienso y me pregunto
sin hallar una razón.

Muchas veces siento bronca
de mi propia creación;
me duele y me desmorona
el verme así como soy.

Pero por más que quisiera
revertir tal situación,
no logro encontrar manera
de cambiar mi condición.

Quizá por eso es que escribo,
por no poder expresar,
de otra forma mis sentidos
aunque quisiera gritar.

Los afectos redimidos
en éste encierro infernal,
a mis seres más queridos
cuánto los amo en verdad !

Por ello es que vivo solo
dentro de mi soledad,
deseando el perdón de todos
por culpas que siempre están!




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

NO FUE UN VIRUS, FUE EL AMOR.


En tiempos de tribulaciones y estupor,
se hace evidente la ausencia y el temor,
la soledad nos consume, pero este dolor,
no se compara con tu ausencia, mi amor.

Le dicen pandemia, a este presente sombrío,
no sabe distinguir entre ricos y pobres,
pero tu lejanía es peor, y siento enorme frío,
es enfermizo tener tantas incertidumbres.

Vivir en cuarentena, se ha hecho costumbre,
no por el presente, sino por tu olvido,
nada positivo logro que se vislumbre,
la realidad de tu adiós me ha consumido.

Todos viven con resguardo y precaución,
se aíslan, así como tú hiciste conmigo,
puedo notar en ti esa firme intención,
y ni siquiera me dejas ser tu amigo.

No fue el virus, simplemente no lo fue,
prefiero padecerlo, antes que perderte,
solo fue tu amor, el cual ya no tendré,
no hay cura para esta mala suerte.

En tiempos de aislamiento y cuidado,
"He quedado solo, ya no estás a mi lado".




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

EL LABIO AL SONIDO ACUNA.


Se ha quedado la palabra,
prisionera en la ignorancia,
atrapada entre los gestos,
que someten a quien habla.
El labio, al sonido acuna,
dándole voz y prestancia,
mientras vive la palabra,
esperando en la garganta.

En el fondo se cocina,
se calienta y adereza
y en la potente caverna,
la voz vive su potencia.
Se van limando asperezas,
entre las sinuosas cuerdas,
de la preciosa herramienta
y son más graves o tiernas,
si el corazón las lidera.

La nota a la nota sigue,
pertinaz y acosadora,
persigue, alcanza y consigue,
dar valor a su tragedia
y todas ellas reunidas,
en armoniosa algarada,
dan melodía a sus arterias,
deleitando a quien las sigue.

Las palabras se quedaron,
presas dentro de la celda,
de la prisión de sus ganas,
de la ilusión que las crea.
Pero saltan los grilletes,
de sus sonoras muñecas.
Se ha quedado la palabra,
libre en su naturaleza.

El amor va modulando,
la voz que acude sin prisa,
a los labios asomada,
como una bella reliquia,
mientras el tono se aseda,
como una suave caricia.
Son sus matices más tiernos,
más dulces sus gestos vibran.

Palabra en el amor presa,
que en sus efluvios camina,
con la pasión de una madre
y el empuje que la impele,
hasta el cenit que desea.
Un sonido acariciante,
que va erizando la vida,
con el deseo de un amante.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

AUNQUE NO ME QUIERAS.


Aunque no me quieras,
Aunque no sientas cuando me ves en las estrellas,
Aunque solo haya conseguido que mucho me apreciaras,
Incluso me entendieras, pero no me amaras.

Aunque no me quieras,
No pasa nada, he creado para ti las más bellas poesías,
He luchado como el rey de las fieras,
Y he muerto solo con mis armas.

Aunque no me quieras,
Siempre tendrás la duda, siempre querrás,
Que tu pareja tenga algunas de mis alas,
Quizás quien sabe algún día, espero que no, las rememoraras.
                            
Aunque no me quieras,
Tú en el fondo sabes, que yo te acepte como eras,
Que conmigo siempre sonreías,
Y quizás a veces cambiabas tus prejuicios y levitabas.

Aunque no me quieras,
Mis poesías te han llegado al alma,
Sabes que he valorado tu belleza interna,
Y que he aceptado  mi suerte como un guerrero,
Porque mis alas me impiden hundirme,
Iré a otros mundos, donde renazca mi esperanza.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

ME ENCANTAN.


Me encantan los ríos, se retuercen,
se esconden, aparecen entre peñascos
y hierbajos, bajan revoltosos, luego se calman
sus aguas son cristalinas y cantarinas.

Imposible quedar sin emoción ante la naturaleza
hecha poesía, pues ves el laurel modesto,
pero es corona de todos los tiempos.

Luego la sencilla y roja amapola entre el trigo,
a veces muy sola, y las margaritas, violetas,
sencillas, discretas, pero bonitas.

Escuchar al amanecer los pájaros cantando,
esperando contemplar el atardecer rojo encendido,
evocando aquellas tardes abrazada a tu cuerpo,
viendo el rojo astro que se va quedando dormido.

Me encantan los ríos, las flores, los pájaros,
y el ocaso de rojo vestido, pero no me gusta la soledad
esa que deja la noche con su silencio, llenando todo el aposento.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.