viernes, 24 de julio de 2020

LA NOCHE.


La noche es amiga del silencio,
la luna de los secretos,
el mar de sus misterios,
las nubes del viento.

La noche se cubre con un velo,
a veces es de terciopelo negro,
otras es duro y brillante como el acero.

La noche está llena de ausencias,
bailan todas convertidas en sombras chinescas,
están en el techo y en las paredes reflejadas,
hay estrellas colgadas.

La noche puede llegar a ser odiosa, lenta, tenebrosa,
te ahoga entre silencios, entre suspiros te transporta,
sigues mirando esas sombras, son demonios que te rondan.

Pero ella no teme a la noche, ya es su amiga,
no la quiere de enemiga, es demasiado intensa, te inhiba,
prefiere unirse a la oscuridad, así no piensa en nada,
y entre esas sombras endemoniadas, se enreda, baila con ellas.

Las sombras tienen árboles fantasmagóricos, y luces colgadas,
ella sigue bailando entre ellas, hasta que llega la alborada,
va arrastrando los pies, llega sin escarcha, va muy despeinada,
y ella espera su llegada, no teme a la noche, teme a la madrugada.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

AMOR POLIÉDRICO.


2563 AMOR POLIÉDRICO.

Sinuosos senderos,
estratégicos recodos,
laberintos sin retorno,
recónditos vericuetos.
Confusas encrucijadas,
sin letreros ni divisas,
oscuros y negros pozos,
negras e insondables simas.

En la oscuridad habita,
agazapado y siniestro,
fieras garras afiladas,
ojos negros como briznas,
del hollín que lleva dentro.
Vigilante, siempre atento,
boca como dos rendijas,
siempre esperando al acecho.

Recio viento cuando airea,
tétrica cabeza pírrica,
en gigantescas orejas,
labios que se difuminan.
Grisácea capa que envuelve,
el temor en carne viva.
Vírica y soez sonrisa,
de una boca terrorífica.

El miedo extendió sus alas,
como etéreos abanicos,
flotando sobre la brisa,
como flabelos extendidos,
entre las negras neblinas.
Flota buscando la víctima,
más preparada y propicia,
susurrando letanías,
sobre cerebros patéticos.

Una sombra se encamina,
una mancha espeluznante,
una niebla sibilina,
que ensucia mentes inanes,
que inhabilita y enquista,
que agarrota en un instante,
el valor y la energía,
que renueva los terrores.

Pero en lontananza brilla,
un destello, como chispas,
como un fuego que se inicia.
Un resplandor se aproxima,
luciérnagas en la noche,
como luceros que miran,
para hacer girar los goznes,
de las puertas de la vida.

Una luz veraz y prístina,
que a la negritud cautiva,
con las alforjas cuajadas,
de sentidos que titilan,
como guirnaldas de luces,
de una verbena florida.
En las tenebrosas sombras,
sale a flote la luz vívida.

Poliédrico amor que rompe,
las sombras que le subliman.
Con los brotes de su aliento,
la negra sima ilumina,
cuando al miedo le hace sombra,
con su ardiente cara nítida.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

ESTE ES MI POEMA Y HAGO LO QUE QUIERO.


Quiero traspasar las barreras de mi mente,
transportarme al elixir de tu entrepierna,
embriagar mi ser con toda tu esencia,
que me importa lo que diga la gente.

Internarme entre tus paredes del placer,
navegar a través de tu río sanguíneo,
seguir tu apasionado torrente curvilíneo
y descubrir todo lo que te hace ser mujer.

Explorar cada una de tus profundidades,
deleitarme como fluye tu preciosa sangre,
mirar cómo tu deseo se hace más grande,
mientras yo recorro todas tus carnosidades.
                   
Hacerme uno contigo dentro de tu cerebro
para saber hasta dónde contigo puedo,
bañarme en tu líquido cefalorraquídeo,
hacerte mía en cada uno de tus hemisferios.

Quiero traspasar las barreras de mi mente
para hacer realidad todo esto que sueño,
y aunque muchos me arruguen el ceño,
este es mi poema y hago lo que quiero.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

miércoles, 22 de julio de 2020

POETAS.


Hay un barrio del que todos musitan,
allí afloran los sentimientos al aire y sus voces emanan
de los jazmines que con alegría perfuman los patios.
Allá se adormilan los poetas con sus tintas en la madrugada
acicalando sus glorias, sus leyendas, su manera de sentir.
Las aceras están embrujadas por suspiros de miel que empapa el aire
y en su gracia flamenca taconean bajito y sin prisas las rimas,
sus manos se retuercen entre oles de solería
y el tablao se funde entre mil guiños.

Hay una esquina entre el alma y el pecho,
donde transito como un duende entre el todo y la nada,
los versos como el río refresca con aromas al pensamiento,
que tímido se sonroja y resbala con su lágrima la emoción,
las castañuelas arden de pasión entre tu mirar y mi fuego.
¡Ay amor! la poesía anda joven enredada entre renglones
de una tinta manchada del mismo arco iris que colorea el ser,
tentaciones en este mar de sueños, pesares, dudas, tormentos
y esa alegría de vivir.

Hay un barrio donde se respira la aurora, latido de corazones,
los sonetos tiemblan por surgir en las arrugas y en los pliegues de esos volantes,
que entre giros te hablan de amores, de pasiones, de olvidos y presentes,
ese viejo barrio donde se palpa el infinito en la mueca de unos labios,
donde clandestina se lee la suerte en las líneas de unas manos.
Calle de poetas, vino y cante rojos claveles errantes.
libros abiertos colgados como sombreros, abanicos al viento,
es la calle de esos grandes poetas y yo caminando voy por ella
entre sus vocales, sus versos, sus cantares.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

NO COBRA NI TIENE PRECIO.


No se compra lo importante,
en la sencillez se nace,
no hay precio para el talento,
ni se paga el sentimiento.
Crece sabio sin patente,
quien de lo sencillo aprende.
No se arregla con dinero,
lo que estropea el indecente.

La vida sigue inclemente,
tozudamente anfitriona,
de lo que crece y fenece.
No cobra por ser clemente,
pero castiga a quien miente,
al traidor y al delincuente.
Con el tiempo se fusiona,
como un solo ser auténtico.

En su sencillez deslumbra,
la flor mostrando sus pétalos,
sobre su elegante tallo,
aupándose sin recelo.
No cobra por ser tan bella,
ni a su aroma pone precio,
se ofrece sin más, sin sombras,
dando lo veraz y bello.

Siembra de vida la vida,
no cobra por la semilla,
que en la tierra va creciendo,
no importa el lugar que preña,
si es vergel o si es desierto,
la esencia la deposita,
sin facturar su desvelo,
no cobra por lo que brilla.

El amor lo lleva dentro
y de forma gratuita,
riega con él los senderos.
No sabe de cuotas fijas
y desconoce el dinero,
en cada cuerpo que anida,
deja un regalo sincero,
una flamante reliquia.

Camino que se transita,
con el saber y el talento,
dando sin pedir la esencia,
de lo que lleva por dentro.
Caminante sin retorno,
que va dejando en sus pasos,
de su corazón pedazos
y en cada huella su aliento.

Gratuitos son los brazos,
que acunan en su regazo,
a quien llora y a quien sufre.
El valor así seduce,
por su generoso celo.
No tiene precio el amor,
que sinceridad trasluce,
que en un abrazo se funde.

Es gratis todo lo auténtico.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

MI LUNA BELLA.


Como quisiera que fueras tú la luna
bella y llegaras por las noche a
darme calor de amor, si yo pudiera
tener esa dicha de acariciar toda
tu piel y susurrándote al oído que
te amo mucho, amaneciera inspirado
escribiendo versos románticos a tu
dulzura porque tú eres como el cielo
azul de encanto en todo su esplendor,
como quisiera que usted sea la dueña
de mi corazón enamorado que en ti
siento esa pasión por usted mujer.

Oh mi bella y querida luna,
como me gusta verte tan linda,
colgadita y quieta en el cielo
junto a todos los luceros,
eres mi musa favorita,
preciso verte, pera decirte
que de ti necesito el consuelo,
y sentir siempre tus bellos reflejos
en el firmamento.

Y si alguna romántica y loca
hubiera de estar en la luna
esa sería yo,
con mi alma abierta a su lado
dándole conversación,
le diría de su efluvio, de su magia
que desprende en mí,
cuando desde la tierra
la contemplo
y empieza mi corazón a latir.

De la luna enamorados
viven todos los poetas,
los novios embelesados
sus cosas intimas cuentan
y hasta le hacen preguntas
que nunca tienen respuestas,
la observo todas las noches
me gusta más si está llena,
no solo por su tamaño
si no por su gran belleza
por ella muchos suspiran
y hasta pierden la cabeza.

Si sacralizas a la luna
También será desacralizada
Y junto a ella, el cielo también
Por suerte alguien la regalo
Y alguien así la recibe
En ambos corazones
La luna pernoctar
El de Julieta y Romeo

De la luna enamorados
viven todos los poetas,
los novios embelesados
sus cosas intimas cuentan
y hasta le hacen preguntas
que nunca tienen respuestas,
la observo todas las noches
me gusta más si está llena,
no solo por su tamaño
si no por su gran belleza
por ella muchos suspiran
y hasta pierden la cabeza.

Mi luna bella que estás en el cielo,
iluminando mis noches, llena de consuelo
dulce amiga mía allí estas
cuando más te necesito,
mi luna te ves más bella
en esta noche llena de estrellas.

Mi luna bella
Solo eres tú,
Luz argentina
En concha azul;
Plena de estrellas,
Llenas mis noches
De tu ternura,
Tu aroma a flores;
Llegas silente,
Después te vas;
Mucho te quiero
Dama ideal;
Alma de mi alma,
Mi corazón.
Ya no te alejes
Vuélvete sol;
Juntos forjemos
Un bello hogar
Yo te querré
Cada vez más,

Como quisiera que tú fueras mi luna,
la cual en las noches apasionadas
hacíamos de nuestro cuerpo una hoguera
donde a al llegar el alba todo era social sosiego,
yo esperaba de nuevo a ti,
ni tú llegada cómo luna llena acariciaba toda
y como luna creciente
solamente sólo mi ser
qué bellos encuentros en la noche
donde sólo tú alumbras todo para mí.

Si éste fuera mi último verso
pediría estar contigo pero adentro
muy dentro de ti,
en tu vientre, esa blanca media luna
que todavía me ahoga en lágrimas
que aún se escuchan entre risas.
Si fuera éste entonces pediría
poder tus ojos volver a ver
maldición que me enseñó a llorar de pie
y a mirar mi hermosa luna
sin saber por qué.

Acá, con lápiz en mano,
mientras la luna es testigo,
allá, en ese cielo lejano.
La contemplo como lobo,
esperando ser investido,
por su brillo plateado
Que me deja enamorado.

Es la hora del Lobo
cuando uno está solo,
no sabe si es la noche
o del día el esquivo reproche.
Exhibe su pata la luna
rojo damasco amarillo
todo magno reluce su brillo
que tal Ella no existe ninguna.
El lupercal goloso transmuta,
el astro en su fase acompaña
es ahora fogosa y viuda araña
y yo ... ¡casi una carga impoluta!

Luna blanca, luna bella
De ilusiones repleta,
pues cada corazón que se embelesa al mirarte,
suspira y te llena con su amor que tú reflejas,
y acoges a poetas con sus letras,
que te regalan con deleite y con pasión
sus más bellos poemas.
Luna blanca, luna hermosa, luna llena.

Si ella fuese la luna
creo sentirme lucero,
para ella una fortuna,
para mí, sólo te quiero.

Ella sueña con él, y él con ella,
en su encuentro, ¡un beso de pasión!,
escondidos, el sol y la luna bella,
¿es un eclipse la solución?.

Luna bella fuiste, hasta que aquél hombre te hubo pisoteado;
perdiste el encanto de adornar mis musas,
y todo el valor que sentí no existe.
Se perdió el encanto; tú lo permitiste;
que los astronautas nos irrespetaran
El amor sublime requiere que sea tan inalcanzable,
y así compararlo con el sentimiento.
Mi luna bella; recuerdo del tiempo que fue y no regresa;
recuerdo de aquellas que movieron a esto.

Luna dulce,
la de los enamorados.
Luna de queso
para los ratoncitos glotones.
Luna brillante que peina
los cabellos de la amada
Luna de plata que acaricia
Los pétalos de las flores
refrescando la noche

Mi luna bella, llena de encanto.
Hoy te escribo estos versos
para decirte cuanto te amo.
Lo eres todo para mí,
iluminas mi existir
y sin ti me siento a morir.

La luna revestida de pureza
observa los amantes como jueza.

Los ojos amorosos impacientes
se inspiran en sus rayos refulgentes,
corriendo por los cuerpos los torrentes
de ígneas pasiones muy ardientes.

Lo ignoto de la luna es cautivante,
su magia es un secreto deslumbrante.

Callada en el cenit con sutileza
provoca los momentos más fervientes
guardados de manera apasionante.

Sombras extrañas
Juguetean en los cerros.
El aroma fresco de la hierba
y el susurro de la brisa despeinan
la larga y blanca cabellera
de la luna.

La luna bella y sonriente.
Esa luna silenciosa,
que todo lo ve y todo lo calla.
Resplandece al anochecer
Y en silencio se recoge al amanecer.
Hay luna, luneta, altiva y
esbelta. Cuántos amantes quedarán
a tus puertas; y cuantas amadas
llorarán su ausencia.

Dibujé una luna llena en el vació de tus ojos
donde los girasoles se apagaron y las estrellas se marchitan;
¿a dónde van los dioses cuando más los necesitas?
se preguntaron dos luceros que se amaron a escondidas
Nuestras pupilas se citan,
pero no se encuentran,
se pierden en la inmensidad de la noche
sin la bella luna que las cuide.

Oh querida luna,
Te has convertido en mi mejor secreto,
Mi mayor anhelo,
Es que nunca te apartes de mí,
Siempre bella estás,
Y así te mantendrás,
Me inspiras a triunfar,
Y resplandeces al brillar,
Lo mejor de mi noche,
Es poder verte sonreír,
Y amarte cada día más.

Me gusta observarte en mi imaginación,
cuando tus sueños duermen conmigo
y mi esperanza aguarda la belleza de tu alma al despertar.

Será mi amor el que suspira para que existas
y me hables con besos.
Será mi amor el que recorre tu mirada,
el que abraza tu ternura y sugiere deseos.
será esa luna inalcanzable

No es solo tu esplendor
ni tampoco las estrellas
no son la tantas querellas
de las penas de amor
que cada poeta inspira
y convierte en versos,
tal vez el reflejo terso
con que mi pupila mira.

A tus dominios llévame luna encarnada
para vivir esos sueños que en mi alma caducan
mezclarte en mi sangre y en mi mente
ser ya y por siempre parte de ti
no más aquí como extraño ente
hablar tu lenguaje que a todos admira
y a uno que otro tu influjo desquicia.

Luna bella eres,
cuando a mí das la luz,
como fugaz el lucero,
llenando a mi sendero,
de una sola luz,
luna bella eres,
tan hermosa,
como la rosa que se tiende,
en el jardín de mi alma,
cuando eres esa luz,
que de mí porfías,
y todo porque la amo,
como tú me amas.

Luna, que resplandece con fulgor,
dando luz al lucero y a la noche,
tu inmensidad.
En el crepúsculo asomas y empiezas a investigar,
los amores tardíos y su intensidad.
Ya sabes que te amo,
pero es difícil de explicar,
le pido ayuda a la luna y no me la quiere dar.

La luna se sonreía
si miraba a mi llorar,
tengo penas en el alma
que no puedo consolar,
cuando buscando a la luna
solo puedo recordar
por qué mi vida se atora
por un ingrato fugaz
que no me da ni la hora
cuando quisiera encontrar
entre las nubes de plata
alguno a quien amar.

Otra luz de luna desperdiciada
Ojos largos para contemplar
La luna llena roja
Reflejo de mi sangre pulsante
La luz de la luna atrae mis ojos
Y paso horas cuestionando
Belleza y misterio en el cielo
Influencias transitorias en el aire.
Mueve los océanos
Cultivar alimentos
Haz mi cabello hermoso
Enloquece mis sentimientos
Hace que mis líquidos se desborden,
Ciclos, saliva, lágrimas.
Luna llena, noches calurosas,
Aullidos por pasiones ausentes.

No me mires bella luna,
tu resplandor me hace temblar,
Me comparan con tu belleza,
también con tu aspereza,
juntas eternas y errantes,
en la noche cautivantes.
Brillamos enamoradas,
de la tristeza y la agonía,
recordamos a nuestro astro,
egoísta, infame y cruel;
pues nos destroza el alma todavía.
Mi luna bella, mi preciosa,
eterna amiga, me escuchas silenciosa.
Te comparto la desdichas,
de mi alma escabrosa.

Pálida luna,
reflejada en el lago,
colgada del pino.
Lejana y cercana
a mis confidencias.
A veces desapareces.
El mundo te contempla,
y se produce el eclipse,
te encuentras con el sol.
Ambos danzan ante los ojos asombrados
de tantos humanos que admiran tu belleza.

Luna bella,
Los poetas y enamorados te veneran
Pues para muchos
Eres fuente de inspiración.
Redondel plateado,
Que surcas el cielo
Ilumina nuestros corazones,
Con tu inconfundible brillo.

En el horario bendito de las musas,
ellas que siempre nos regalan horas extras,
nos dejan mirar la luna,
a escritores/as y poetisas y poetas.
La Luna bella,
que desde el cielo nos mira,
siempre improvisada,
nos deja su brisa.
La luna hermosa,
que desde el cielo nos cuida,
siempre fue dueña
del corazón de quien la admira.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.