Tengo reservado un lugar en mi cama,
es egoísta y frío algunas veces. Tiene
sábanas de seda y un abrigo
con un calor ardiente.
Sé mantiene cálido en invierno y frío
en verano. Algunas veces es grande,
se percibe la soledad y el vació de diciembre.
Tengo un lugar en mi cama,
que pasa madrugadas vacías.
No busca compañía de una noche,
desea una persona eternamente.
De esas mujeres que despiertan
salvajemente, que duermen con deseó
de ser amadas de una forma diferente.
Tengo un lugar en mi cama que vive
con un deseó ardiente. Anhelando entre su
suavidad la humedad, de la figura
de una mujer imponente.
Un suspiro de tranquilidad al oído,
bajo un techo blanco y un colchón sin abrigo.
Tengo un lugar en mi cama, reservado sin
un nombre y apellido. Solo desea ser ocupado
Y dormir sobre sábanas en el piso frío.
Una sábana de seda sobre tu
cuerpo y el mío. Un lugar en la cama
que busca tener un apellido,
no de una noche si no de una vida conmigo.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri