miércoles, 9 de junio de 2021

¿DÓNDE ESTÁ LA AMISTAD?

¿Dónde está la amistad cuando la llamo?

Hoy estoy solo, mis amigos se han ido,

no quieren saber nada de los perdedores.

Pero yo en vez de llorar bebo y sonrío,

ya no voy a dejar que nada me hunda,

ni que me empujen al odio o al suicidio.

Voy a enterrar mi hastiado corazón

en el cementerio de la tierra del olvido.

Seré insensible como la dura piedra,

mis cariños estarán siempre dormidos,

no sentiré nunca pasión ante los besos,

ni confiaré más en los falsos amigos.

 

¿Dónde está la amistad verdadera?

Esa que sin pedir nada, se entrega,

esa que lo da todo, nada espera.

A veces la encuentras sincera,

otras veces falta de veras,

seamos amigos verdaderos,

nunca hagamos de la amistad un vertedero.

 

¿Dónde está la amistad que quise alcanzar,

aquella inamovible como ninguna

esa migaja que sonríe en hambruna

aquel ente tangible para abrazar?

 

Acá, allá, más allá la quise encontrar

la busque en agua clara en cada laguna,

también en el lado oscuro de la luna

y simplemente se quería ocultar.

 

Una cuarta parte amistad que he encontrado

divide egoísmo y oportunidades

buscando todavía un mejor costado.

 

Otra parte se divide en vanidades

amistad indiferente o regalado

que ocultan secretos y nuestras verdades.

 

Donde está la amistad inocente?

La que tocaba a la puerta, aun no estando presente

Aquella que llamaba a mi mente, estando al otro lado de la ciudad

Y hoy le queda más grande la pequeña palabra ausente.

A donde han ido a parar, aquellos amigos de universidad?

Que daban valor a los años compartidos que nuestra edad

Me tuvieron siempre presente en juegos

Y se han despedido en el centro de este mar de desaliento y heridas

Quien diría que existe aún en mí un niño, capaz de sentir mi soledad.

Mas es parte de la vida, cada llegada viene con una despedida

Fueron muchos los años y edades que fueron juntas recorridas

No se enmenda de forma tan simple,

pasa a ser desconocido aquellos quienes te olvidan

Así es que, ¿dónde está la amistad?

No hay tal cosa tan definida

Pues cuando se extingue una vela,

aparecen mil nuevas encendidas.

 

La amistad está donde está un amigo.

Y sí tú dudas de ello, hay que probar.

Si, en tu fracaso, ese que llamas “amigo”,

se esconde y no responde, al llamar;

deja de decirle amigo, no está contigo.

Llamar amigo a cualquiera no se debe,

Al amigo hay que conocerlo antes.

No será amigo hasta que se compruebe.

Y si no le conoces amistad, no cantes.

 

Donde anidará aquella amistad

con la que compartiré los días solitarios,

Las semanas trágicas.

Las veredas donde las sombras se lamentan.

Mas no basta la compañía de mi reflejo.

Donde andará aquella amistad

A la que tanto espero,

mas en el desespero acepte esta decidía

y la soledad que en esta coraza anida

 

¿Dónde está la amistad?

Pues muy simple

La amistad esta en mi corazón,

la amistad no está fuera de mí, más bien está dentro de mí.

Donde está la amistad?

Está en cada amanecer,

en cada atardecer

y en cada anochecer.

Esa amistad la encuentro en el silencio de mi habitación;

esa habitación que mía.

Es en el recinto más sagrado y sosegado que tengo.

El que entra en esa habitación es el verdadero amigo.

 

Elusiva eres compasiva Amistad

si te resuelves en mero Afecto

y no llegas a la rica Intimidad

del comprometido cariño selecto.

Te prefiero en la egregia Devoción

del sosías leal si llega la caída

por la tenaz y suprema Inclinación

cuando todos se nos van en estampida.

 

EN LOS MOMENTOS DE TRISTEZA Y SOLEDAD

NOS PREGUNTAMOS HERMANO

A DONDE ESTÁ LA AMISTAD

ESA QUE TE TIENDE LA MANO

SIN ESPERAR NADA A CAMBIO

QUE TE ACOMPAÑA Y TE ANIMA

DONDE SOLO HAY INTERCAMBIO

DE AMOR Y PAZ RECIPROCA

UNA MANO DE APOYO TOTAL

ESO ES UN AMIGO LEAL.

 

Dónde está la amistad, esa de la que tanto hablan.

Esa que sentí cuando la vida se desmoronaba.

Dónde se encuentran los buenos amigos que abrazan.

O el que junto a ti se queda y te respalda.

 

Dónde fue a parar la sensatez.

El buen andar y el buen querer.

Hay una constante escasez.

Y en vez de sentir solo buscan pretender.

 

Ya no me lo preguntaré más.

Ya nada hay por decir.

Solo observa bien a las personas.

Y ten claro a quién vas a recurrir.

 

¿Y dónde está la amistad?

Está en esos bellos recuerdos,

En esos bellos momentos ...

En las charlas interminables

Y los temas inagotables ...

En esas distancias,

que se hacen pequeñas con el eco

de tu voz.

Está en esas gritadas y mentadas de madre,

Que lejos de mentir por convivir

buscan sacar lo mejor de ti, de mí, en ambos.

Están en esas lágrimas que dicen todo

cuando no decimos nada.

Es esa comodidad que hace que riamos

por todo y lloremos por nada.

Porque para eso estamos,

Y si somos amigos ...

 

Y ¿dónde está la verdadera amistad?

Aquí y allá

A veces los menos esperados

Te sorprenden

Escuchándote dándote

Una mano cuando

Más lo necesitas.

 

¡Ella me pregunto: ¿Dónde está la amistad?

y le respondí está en ti ... está en mí

en el presente ... en el ahora

está en la gente toda

creo en la amistad que se atesora

y que perdura en el tiempo

en el día de hoy y en el otro!

 

Tuve amistades de juegos,

amigos del barrio,

tuve amigos de ocasiones Que conocí en algún lugar,

tuve amigos de escuela:

al final todos tomamos caminos diferentes.

Tengo amigos de trabajo y de redes.

Pero amigos sinceros de los que perduran en el tiempo no he tenido.

 

En un mundo podrido

donde el mal ha corroído,

ya no existe la amistad,

lo mato la maldad,

esa gran oscura vileza,

que es como la maleza,

no se erradica fácil.

Crece donde sea

y como sea.

No existe una amistad pura

ya no hay ninguna cura,

que cure esta epidemia,

que se hace pandemia.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

HAY Y NO HAY.

Hay sombras en la luz,

y luces en las sombras,

secretos en las voces,

y amor en las trincheras,

hay odio en el amor,

verdad en el desprecio,

y hay luz en el rincón,

donde lo oscuro es dueño.

 

Hay penas verdaderas,

y de placer hay lágrimas,

y sollozos de rabia,

tan solo son rabietas.

En el valor hay miedo,

y verdad en los sueños,

y en el beso, si hay,

amor y juramento.

 

Así, siempre dos caras,

o múltiples poliedros,

hay solo una verdad,

o una, en cada hueco,

que en cada mente anida.

Cara y cruz en la vida,

y en el canto el misterio,

con faces infinitas.

 

Hay matiz en el gesto,

y en la clara mirada,

un grisáceo destello,

hay pasión en los labios,

y furia en el silencio.

Hay temor en las manos,

y amores en los dedos,

hay verdad en lo negro.

 

No hay poder más intenso,

que el núcleo de lo auténtico,

ni hay palabras vacías,

en el amor que es íntegro.

No hay cobarde más grande,

que quien al débil pisa,

ni valor más profundo,

que quien mira la vida,

en el fondo, sin prisa.

 

Hay muertos honorables,

y muertos que se hacinan,

hay verdades tan sólidas,

que aplastan y edifican,

y otras, se desmenuzan,

cual voluta en la brisa.

Hay amores que agrandan,

otros, son como briznas.

 

Así, la vida cambia,

variopinta y magnífica,

veraz y extraordinaria,

diversa, sin rendijas,

audaz y cristalina,

en su esencia distinta,

en su pureza única,

si se mira sin prisas.

 

Hay belleza en lo feo,

si el interior brilla,

y en la belleza miedo,

si el rostro se maquilla,

y hay amores tan grandes,

que ahítos de pasión,

con su poder levitan,

y con su fuerza alcanzan,

el cenit de la dicha.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

LOS CELOS DE LA LUNA.

La luna le tiene celos

a la luz de las estrellas

y se encoge cuando ellas

acaparan todo el cielo.

 

Está la luna celosa

por no reinar en la noche

y aparenta ser Quijote

en su viaje hasta la aurora.

                            

La luna llora de pena

brillando sin lucimiento,

la luna mengua en su aliento

por ser la luz de tinieblas.

 

La luna está penitente

en su odisea marchita

y llora cuando la miran

con lágrimas de relente.

 

¡No llores blanco lucero!

Que no te pueda la envidia

de aquellos que por codicia

sólo son meros destellos.

 

La noche espera a tu imagen,

blasónate con halagos,

y es que te envidian los astros,

y es que te adoran los mares.

 

Tu lumbre no entrega sombras,

te las guardas y proteges

y tu cara transparente

de una flor es su corola.

 

Eres maga de la mente,

tu cuerpo acuna el silencio,

tienes brillo de requiebro

y siempre en cuarto creciente.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

SI SABE, NO SABE.

No sabe el ruiseñor

que el bello canto,

que emerge,

de su exsiguo pecho,

el espíritu agranda,

y la vida embellece,

alegre cantautor,

de elaborados trinos.

 

Cuando el retoño crece,

en su crecer altivo,

va engranando las piezas,

la vida va creciendo,

pero, hay pedazos sueltos,

que rebeldes levitan,

sobre el tallo crecido,

sobre adultas cabezas.

                              

Ronronea el felino,

y se acunan los sueños,

en la extraña deriva,

que acompaña al viajero,

barrita el paquidermo,

decidiendo el momento,

y hay burbujas bailando,

y hay torcidos senderos.

 

Ya se oyen los cánticos,

son más claras las voces,

más audaz el sonido,

ya no sabe el rosal,

de su fértil belleza,

Ni el noble corazón,

que siendo ciego,

nunca niega el auxilio.

 

El tiempo se adormece,

en la apacible siesta,

la fuente es más cantora,

cuando llega la aurora,

y las voces se crecen,

cantarinas se prestan,

y en tal calidoscopio,

la vida se presenta.

 

No sabe la mirada,

que emana de los ojos,

de las pupilas prístinas,

de la mente y los órganos,

Y no sabe la mar,

del batel que la cruza,

pero su piel se eriza,

y sus entrañas tiemblan.

 

Si sabe la razón,

que la verdad se achica,

y sabe el corazón,

distinguir lo que vibra.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

SI SOLO ES LA VESTIMENTA.

No hay amor más grande

que el del que ampara al más débil,

ojos que miran sin súplica,

siendo solo aprobación,

lo que pide su alma noble.

 

Y en la digna indignación,

la realidad mira cerca,

con los ojos que se velan,

ante la indigna apariencia.

Sentados en el sillón,

piensan el intenso frío,

el caminar en la ausencia,

en los placeres vencidos.

 

Se diluyen en la esencia,

en el valor se marchitan,

si por debajo se iguala,

cuando se hace tabla rasa,

entre el mejor y el peor,

así, viste la desdicha,

con las ropas de neón,

y el nervio tan solo prima,

para vestirse mejor.

 

No cabe en si la tristeza,

cuando en la dura vorágine,

donde es el ego el que reina,

nada se mira por dentro,

todo se ve desde fuera,

y así, mirando el ombligo,

a la esencia se desdeña,

la tristeza, también cuenta.

 

No cabe entrega más grande,

de quien entrega el pensar,

mirándose desde dentro,

pensándose desde fuera,

no cabe en sí mismo el verbo,

si solo la vestimenta,

pone precio a la existencia,

si es lo que se ve, la esencia.

 

Se difuminan las formas,

cuando acude el intelecto,

ignorando la apariencia,

profundizando en los modos,

viviendo lo que se sienta,

sin que se ría la audiencia,

pero, prima el espectáculo,

por encima de la ciencia.

 

Amor se escribe sin hache,

pero es del Hombre y la Hembra.

De todo lo que transcienda,

de todo ser, de la Tierra.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

AÑORANZAS QUE NO SALVAN.

Se va enturbiando a veces la esperanza

entre los nubarrones que la envuelven,

y grises y plomizas añoranzas,

acechan en los márgenes que vuelven,

y ya asoman las garras, cuando quieren,

y ya bailan sin miedo en otras danzas,

las voces van zurciendo lo que rompen,

las lágrimas bañando lo que manchan.

 

Ya sueña el ruiseñor con ser halcón,

y quisiera el halcón decir su canto,

ya van retoños, siendo largos tallos,

y van dando las flores su esplendor.

La vida ya se acerca y va plasmando,

matices que embellecen la razón,

y vaga enamorado el corazón,

buscando otra ilusión, siempre buscando.

 

Perdida entre arrebatos la conciencia,

sujeta a los vaivenes que la impelen,

dormida sin querer, a veces, sueña,

y, a veces, alterada se despierta,

deambula cual sonámbula y no cesa,

de explorar la razón de la existencia.

No sabe la razón de fantasías,

ni sabe la mentira de certezas.

 

El tiempo se ha cobrado su ración,

y como es tan glotón, no está saciado,

de normas, nunca sabe el corazón,

que sigue bailando sin ton ni son,

un ágil ejercicio de alterada pasión,

un devenir constante, un sin final,

piruetas y equilibrios, sin control,

un deseo de amar, de ser enamorado.

 

La vida pasa, incansable pasajera,

un caminar constante y tan tenaz,

que nunca da ni remansos ni treguas,

su afán, es ser juez y ser sentencia,

es ser respiración y ser latido,

es ser el diapasón, que afine el ritmo,

es ser la piel, los huesos, y es tan locuaz,

que quiere convencer y ser conciencia.

 

El tiempo, se ha cobrado la existencia,

y hasta en el amor, se cubre y se recrea,

quiere ser las manecillas del reloj,

y quiere ser la esfera y ser la ciencia.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

A TODOS QUIERE LA TIERRA.

Va haciendo callo la pena

para soportar la vida,

más si la pena no es propia,

se va quedando a la espera,

las penas, cuando son nuestras,

son más penas que las otras,

y así, con penas y penas,

sigue girando la noria.

 

El pobre, al margen se queda,

mientras quienes tienen medran,

dando sin mirar la espalda,

al hambre que otros padezcan,

así, soportan la hambruna,

sequía, olvido y miserias,

como seres menos válidos,

para aquellos que les niegan.

 

Que no se queden sin agua,

que no se queden sin tierras,

que no se les niegue el pan,

a quienes el hambre aprieta,

que no se queden sin casas,

que no les roben la hacienda,

que no haya dolor y muerte,

no crezcan en la tragedia.

 

El sol, ha salido ya,

siempre está, si se le espera,

oculto o se manifiesta,

con la mirada redonda,

dando calor a quien tiembla,

nada pide por los rayos,

que dan vida, que calientan,

a los ateridos cuerpos,

a las almas que se hielan.

 

Generosa es nuestra Madre,

amada y querida Tierra,

que a todos da de comer,

que da pitanza al planeta,

a todos, sin importar,

el lugar donde se crezca,

y no distingue el color,

de la piel, de donde venga.

 

Amor, quiere el corazón,

algunos tornan a piedra,

y así, su espíritu enquistan,

sin alma, sus sangres riegan,

sus insensibles cabezas.

Amor, quiere la razón,

que toda vida es auténtica,

que nunca reine la ofensa.

 

Va haciendo callo la vida,

va cauterizando heridas,

va endureciendo la senda,

más, que el corazón, sea carne,

que palpite ante la pena,

que cada latido intente,

ver la pena de otra gente,

que en la hambruna vive inmersa.

 

Hay quienes de gula mueren,

otros, no comen siquiera.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

NUEVAS LUCES SE DESVELAN.

Siembra el otoño los parques

de marrón claro las tierras,

y llamando a los colores,

se asoma la primavera,

desnudo el otoño queda,

para que nazcan las flores,

visten de gala los árboles,

y el río cantarín se oye.

 

Ese otoño de los ocres,

remolino de los nombres,

que arrebatan con el viento,

del bosque las hojas secas.

El otoño que se escapa,

de las nostalgias que quedan,

y, a veces, la vida brinda,

primaveras de esperanza.

 

Sembrada la tierra engendra,

luces vivas en los ojos,

como brotes en los tallos,

y bailando entre los aires,

de los otoños los posos.

Nace el tiempo exuberante,

de amapolas y leyendas,

de ilusiones al socaire.

 

Cambiando su vestimenta,

la faz renueva la tierra,

vistiéndose de verbena,

alhajas muestran los árboles,

dando al mundo sus cosechas,

y un trinar, que casi atruena,

de millones de nacientes,

miles de vivas orquestas.

 

La flor, sus entrañas muestra,

y sus vegetales brazos,

embellecen las praderas.

Golondrinas que se aprestan,

a dar sentido a sus vidas,

en los aleros los barros,

que protegen a su prole,

a los hijos que se gestan.

 

De las luces cambia el tono,

que con su brillar enseñan,

y en las sombras los rincones,

menos oscuros se muestran,

y allí, donde habita el duende,

al crecer, la vida tiembla,

rojos, verdes, bermellones,

e insectos que corretean.

 

El amor se iluminó,

al llegar la primavera,

y van jugando los párpados,

bailando naturalezas,

los ojos visten de fiesta,

y todo nace y se entrega.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

EL AMOR QUE VIVE Y HABITA.

Amor que pasa de largo,

amor que se queda y huye,

amor que el tiempo destruye,

amor que al ser compañero,

se va quedando y construye.

 

Amor sin pena ni gloria,

amor que latente vive,

amor que escribe la historia,

amor, que como la noria,

girando, al fin, se consume.

 

Amor de seda y cartón,

amores de corazón,

amor, que es cosa de dos,

o en multitud se redime,

amor de muchos matices.

 

Amor que en residuo queda,

amor, cual falsa moneda,

que de verdad se reviste,

amor que solo, se enquista,

platónico amor que medra.

 

Amor cuajado en el sueño,

amor que no tiene dueño,

amor, que siendo sincero,

nunca encuentra a su gemelo,

amores que son viajeros.

 

Amor maternal sublime,

amor voraz, sin cerebro,

amor que mima y que cuida,

amor, que vive en el nervio,

amores, que no comprendo.

 

Amor que vive en las tripas,

amor que no tiene miedo,

amores de pesadilla,

que más que amar, acuclillan,

amor que vive del cuento.

 

Amor, en fin, de locura,

que se arriesga por entero,

amor de heroicidad sin nombre,

que da sin pensar la vida,

amores de pacotilla,

amor que emana hermosura.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

martes, 18 de mayo de 2021

EL MÁS ÍNFIMO DETALLE.

Que solo queda el silencio,

que soledad manifiesta,

que solitarios los miedos,

que vacío deja la ausencia.

La ideas vuelan solas,

como cometas al viento,

ancladas a los cerebros,

unidas al pensamiento.

 

Ladrón de sueños se llama,

quien niega vida y proyectos,

quien arrebata de un tajo,

el más sencillo deseo,

rateros de poca monta,

que la evolución cercenan,

primitivas son las mentes,

que no avanzan, sino frenan.

 

Siempre llega la corriente,

al mar que tranquilo espera,

y abre sus carnes acuosas,

para aceptar lo que venga,

no hace distinción ni cábalas,

caso omiso hace a su fuerza,

toda corriente que llega,

tiene cabida en su vientre.

 

Que solas quedan las penas,

que solitarias y huecas,

que vacío queda por dentro,

y en los ojos se refleja,

que soledad de quien rema,

hacia atrás mirando adentro,

que sola está la mirada,

cuando el infinito observa.

 

Van arrebatando sueños,

anhelos y fantasías,

y se van quedando a solas,

las penas del día a día,

que el amor va arrebatando,

tornando muecas en risas,

y devuelven los espejos,

lo que el interior cocina.

 

Que solos quedan los cuerpos,

que ausentes quedan las risas,

cuando la mente no fluye,

y no busca la otra orilla,

que profunda soledad,

la de quien solo respira,

y no se atreve a pensar,

ni a ir más allá, cuando mira.

 

Van derramando canciones,

amando cuando caminan,

en la soledad se agrandan,

se ensanchan cuando se mira,

y si es profundo el pensar,

el más ínfimo detalle,

revela la vida misma,

la verdad más pura y prístina.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

DONDE SUS PASOS CAMINAN.

No sé si el viento me azota,

o quiere, al fin poseerme,

tal vez, tan solo advertirme,

cuando es hercúlea su fuerza,

o solamente se altera,

y en su ira justiciera,

alertar quiere al humano,

que si es destruida, destruye.

 

Sus carnes abre la Tierra,

sus huesos también sacude,

y sangran fuego sus venas,

y abre enfada sus fauces,

su voz estentórea clama,

de auxilio grita su vientre,

y sus tripas se conmueven,

sus entrañas se envenenan.

 

La ambición no frena al Hombre,

que a quien cuida vitupera,

y abre en su voraz locura,

grietas que nunca se cierran.

Destruye seres y plantas,

desequilibra y transgrede,

y no frena su codicia,

ni el daño, que así se infiere.

 

No sé si el agua me sana,

ni se si es irrespirable,

la brisa que me acaricia,

no sé si el Sol es mi amigo,

o que pretende abrasarme,

no sé si el amor es vida,

o ve todo lo que ocurre,

no sé si vivo conmigo.

 

El Hombre va dando tumbos,

se aferra y suelta a la vida,

resbala, se iza y patina,

se recompone y respira,

entrecortados suspiros,

temblores y pesadillas,

escalofríos y sudores

que mueren y resucitan.

 

No sé si mi canto es triste,

o a la realidad da vida,

no sé si es cierto o mentira,

o las dudas me acribillan,

no sé si el mundo es un quiste,

que a tumor maligno gira,

o el amor se abrirá paso,

entre tanta pesadilla.

 

Las verdades siempre brillan,

como faros en la noche,

y a marineros señala,

cuál es la ruta más lícita.

Que la luz sea más intensa,

que no ensombrezca la vida,

que cuide la Tierra el Hombre,

donde sus pasos caminan.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri