miércoles, 8 de diciembre de 2021

ERES MI LINDA FLOR.

Tú mujer; eres mi linda flor,

de mi humilde casita,

la que adorna mi hermoso jardín.

Qué bonito es despertar cada mañana junto a ti,

y cuando regreso de mi trabajo,

 cómo me pongo de contento,

porque eres la que me recibe en casa feliz,

 llena de amor,

y eso es genial entre usted y yo,

porque nuestro amor día a día

es una bendición de Dios.

 

Eres la flor más linda

y hermosa Rosa

en mi jardín estas y estarás.

Floreciendo y dado ese aroma

de querencias interminables.

 

Eres mujer helena ¡tan bella!

Del sugestivo atractivo permanente

Prefijo del aire eterno, luz de doncella,

Celestinos ojos con brillo inocente.

Iris del refulgente calor de la centella

Ocultabas tu dudosa alma aparente

En un corazón bermellón que destella

Esa maligna y oscura veta transparente,

Marisma de riesgo, resbaladiza la huella.

Susurros y suspenso del Areópago en dilema Medrosos los jueces de Friné,

la de Praxíteles,

...Que apenas fue salva del pérfido anatema:

¿Mala y bella? ¡Belleza perdona a sus fieles!

 

Mujer: palabra dulce de encanto y ternura,

de amor y de entrega, también de dulzura.

Soberbia se pone cuando ella se enfada,

pero a todos protege con manos de hadas.

Puede ser obrera, maestra, doctora,

envuelve su obra con la miel de abeja,

si es madre no tiene descanso, y

nunca se queja,

lleva en sus labios una gran sonrisa,

la mujer es linda, por fuera y por dentro,

sea joven o añeja.

 

Eres la linda flor de mi jardín,

Y llegaste un otoño

Retoño de engendrado mi rama. ya partida

Unida a quien puso la semilla de tu fecundación

Te añoro y extraño tu sonrisa, mi Ángel

 

Tú eres mi linda flor

Que adorna mi casita,

Que en mi jardín habita

Y lo llena de amor;

Despierto con su olor

En mi tibia camita

Y mi pecho palpita

Al mirar su candor;

Al terminar el día,

Regreso cansado,

Ella es esa armonía,

Ese aliento sagrado,

Esa viva alegría

De vivir a tu lado…

 

Eres mi flor linda,

la que vive junto a mí,

la que riego con mis caricias

cuando la tarde empieza a salir,

para que cada pétalo se mantenga vivo

y puedas por las noches darme calor,

Eres mi flor linda,

la mujer que vive en mí,

en mis recuerdos de la mañana

y en los días de soledad

cuando la lluvia cae a cantaros

y no te tengo aquí

para que alivies con tus caricias y palabras

el estado de mi jardín,

como la rosa que más se preocupa,

la que más sabe de mi sentir.

 

Cómo refinado jazmín, brota,

desde tu blanca piel,

el perfume exquisito, que,

inunda en placer mis marinas,

provocándome tomar de ti

cada pétalo, que despierte en mí

ese desbordado placer de poseerte.

 

Eres mi flor linda

Que resplandece con

La luna llena

Tu aroma es suave e Infinita...

Tu tallo grueso

Se resguarda con espinas

Y cuando cae el rocío

Tu belleza se intensifica.

 

Juré participar todas las veces

que me invitan a escribir algún poema

que haré no importa si el que pide

que yo escribiera sobre un tema

que se llame o no se llame porque sí.

En este caso el poema de este nombre

me parece un poco extraño para mí,

no puedo llamar a este muchacho

que sea mi flor linda alguna vez.

Con todo, voy a escribirlo y no me importa,

aunque cueste entender esta poesía

que hablar quiere pedir a alguna chica

que sea linda y buena como flor

perfumada y agradable como todas

las chicas que visitan su jardín.

Qué tal si en lugar de pensar

sobre una mina, me inspiro

tomando sin sentido

de solo pensar que me gustás

aunque seas buen mozo

y bien fornido

en lugar de ser linda perfumada.

Y así quedará en la eternidad.

 

Has hecho florecer mi corazón,

eres la simiente de mi pequeña flor,

corazones que florecen entre los paramos.

Eres mi linda flor que brota entre las nieves,

flores que prenden entre los corazones que arden,

nieves que se derriten con la pasión del amor,

flores entre las nieves que resplandecen,

amor que mana de mi pequeña flor .

Amor imparable entre flores.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

sábado, 4 de diciembre de 2021

A LA LUNA DE SANGRE.

Absorto, sobre la arena,

tumbado, de cara al cielo,

sucumbe la tarde bella

en un ocaso perfecto.

Desaparece el púrpura y,

la noche echa el gran velo,

la oscuridad se hace grande

inmensa como el universo.

Entonces, y de la nada,

envuelta en halo y misterio,

fulgente como la plata

enciende su luz de ensueño

la luna súper gigante,

con gran bondad, en silencio,

¡iluminando la tierra,

qué tanta noche da miedo!,

y la tierra le presenta

con el máximo respeto

su sombra ensangrentada

en un eclipse completo.

¡La luna llena de sangre

envuelta en halo y misterio!.

Apenas unos minutos…

¡qué esplendor de firmamento!

San Juan Bautista yace

decapitado, ya muerto:

cabeza en bandeja de plata

sobre un lecho sangriento.

Vil logro de Salomé al

trueque por danza del velo,

concedido por Herodes,

deslumbrado ante su cuerpo,

en otra luna de sangre

envuelta en halo y misterio.

Y en los montes tenebrosos,

donde encueva el lobo hambriento,

en una metamorfosis

y un perfil de hombre-lobezno,

aúlla entre abruptos riscos

sobre un fondo en sangre y fuego.

¡Licántropo…, grandes fauces,

alimaña del infierno;

traes el frío a las almas,

traes terror a los cuerpos.!

En una luna de sangre,

en una noche de miedo.

Civilizaciones, tribus:

inca, maya, hindú, luiseños,

persa; incluso cristianos,

juglares y cuentacuentos,

cantan agoreros presagios

para esta luna de ensueño:

¡Pródiga en fertilidad

 y en sus niños venideros

con manchas sobre la piel,

creciendo deformes huesos!.

¡Lucha sangrienta de dioses!.

¡El jaguar la está comiendo!.

¡Batalla feroz con el sol!.

¡Enferma se está muriendo!.

Superstición o leyenda,

ancestral mito del pueblo,

para esta luna de sangre

envuelta en halo y misterio,

que nos fascina y enloquece

vestida de rojo velo.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

RUGE POETA.

De la mansedumbre ora certera,

Se postra el vivir en cómodo aliento,

Ora es ayer la ilusión postrera,

Ora obra envilecida de otro tiempo.

Pulpitos de un templo en la cumbre fría,

Grietas de un mural en el propio templo…

Vencida la fe, gris monotonía.

Las aves del luto siguen el ejemplo.

El cuervo de Poe sigue destemplando

La voz del poeta, muriendo desecho…

En la gruta amable y el verbo imperando,

Mientras la rutina espera en el lecho.

Viva la palabra, díscola y ardiente…

La amada… que murió en la hoguera,

El inquisidor…anula al valiente,

Homero clamó desde la ceguera.

Detén al olvido

¡Siempre afán poeta!...

¡Narra lo vivido!.

 

Si, si poeta ruge muy fuerte

saca sentimientos y pensamientos

que broten en cascada por fuera y por dentro,

que ni el viento haga callar los rugidos

que salen intensos, como un mar enfurecido.

 

Poeta, es tu emblema

el verso y tu elixir;

poeta, no hay poema

se hacen al escribir.

Tus sueños, mariposas

que vuelan en el jardín

y son premisas las rosas

que renacen por el sinfín.

Tu aprecio es un terso

oculto en las prosas

que son siempre hermosas

en todo el universo.

Poeta, no hay delito

con la sabia y el honor,

poeta, no hay escritos

si no se escriben con amor.

 

Ser poeta es la virtud de decir

verdad con rimas,

es entregar el corazón en letras,

denunciar las miserias en versos.

El poeta canta y llora en su poesía,

Grita y calma con palabras.

El poeta enamora y cautiva.

El poeta debe ser profundo en su creación,

y clamar por los pobres de la tierra.

¡Ruge poeta en cada canto!

 

 

Ruge poeta porque en la jungla espesa

De anhelos y desdenes que en la vida se cruzan

Hallarás escondida dormitando entre nubes

Decorando la noche con sus ojos azules

El hada que en la pluma se dibuje en belleza

La piel de terciopelo de la mística musa.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

EL PODER DE LA PALABRA BIEN O MAL EMPLEADA.

Vulnerable es el idioma

por obra del jocoso diablo

y no se trata de resabios

lo curioso de mil vocablos,

que se joda quien se joda

le escuché a un amigo poeta

y me dirán que ya es moda

el utilizarlo como una treta,

joder sinónimo de fastidiar

y que me joroben a diario

que si me van a estropear

tendría que confesarlo,

me encanta la jodedera

en su castiza alocución

de una u otra manera

es jeringona expresión,

que no me causa fastidio

la invitación a jorobar

en un romántico idilio

es sinónimo de follar,

y dirán que buena joda

hablar del poder copular

antes o después de la boda

escribiré odas al fornicar,

y digo ya para finalizar

“que se joda quien se joda”

joder una palabra angelical

buena solución a cualquier hora.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

ALUCINAMIENTO BAJO LA LUZ DE LA LUNA.

En un día lunes y aunque

hoy me tilden de lunático,

cometeré el acto simpático

de robarte tus mil lunares

que son mis quitapesares

bajo la luz de la loca Luna,

importa del lamento ahijuna

ni pendiente perro caliente

si en mi fortuna inoportuna,

me eclipsen corazón y mente

tus ojos color de aceituna.

 

Siempre quedo alucinada

cuando contemplo la luna

y emocionada, pues la miro sola,

antes mi amado me acompañaba,

y juntos alucinábamos mirándola.

Ahora he de resignarme con hablarle

le digo que añoro a mi amor querido,

y ella parece que me envía su reflejo nítido

 

Estaba pensando en vos

bajo la luz de la luna,

las nubes se habían ido

solo quedaba en el cielo

las estrellas tan lejanas

giñándome con desvelo

para móstrame que siempre

ese satélite arriba

me quiere sin condiciones

mientras me manada su luz

cariñosa y atrevida.

 

La verdad no sé si eres lunático,

Pero, veo que escribes a la luna.

Ella da inspiración como ninguna,

Cantándole veo muchos fanáticos.

 

Unos esperan la luna para cantar.

Y llevan sus serenatas bajo su luz,

La luna es motivo fijo en el amar,

de los poetas y del tango andaluz.

 

No hay ensoñación sin una luna,

dueña es del amor, como ninguna.

 

En estos tiempos almacenados

bajo el hechizo de luz de la luna.

Van quedando alucinados

y dan pinchazos como la tuna.

No es para menos

las estrellas con sus puntas

la ayuda a que se vea

disperso el alucinamiento

del momento.

 

Detrás de la fuente oscura

vi correr tus sentimientos;

se burlaban de los vientos

porque insultó su hermosura:

Hoy reclamo esos momentos,

ya es la luna esa locura.

Y para arrancar tormentos

ya no tengo su figura.

 

Qué no vista la Luna de púrpura,

con signos de muerte y aflicción

pues sería el reflejo inequívoco

de un Sol en igual condición,

que no impere más en el orbe

el puñal del malévolo hombre traidor,

que no se tiñan de rojo escarlata

los astros en su regia interacción,

que vistan mejor de esperanza

y de cualquier otro color,

que entre tonos suaves y agradables

nos recuerden un arco iris multicolor,

como símbolo de la divina alianza

por los niños y el futuro promisor

donde no haya vicios ni asechanzas,

donde exista la candidez e inclusión.

 

A juglares y vates inspirados en la Luna

se les denomina enfermos y lunáticos

será que no hay otro lugar más simpático

con poderosas palabras más oportunas,

sea esta invitación para el que desayuna

con el medio de comunicar idiomático

un homenaje a los que ofrecen viáticos

en la muy castiza y cervantina tribuna.

 

...luna tú que iluminas su andar

dile que me venga a buscar.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

miércoles, 13 de octubre de 2021

CANTA EL POEMA.

Me ha llamado el poema

por mi nombre de pila,

pero tal confianza,

nunca le he concedido,

y al sentir su pupila,

en mis ojos posada,

he sentido la rima,

resbalar en mi oído.

 

Como se siente el verso,

cuando del alma emana,

y como canta el poema,

entre risas y lágrimas,

las notas se suceden,

como bailantes páginas,

y es más sentido el alba,

y es más tibia la pena.

                                       

Palabra tras palabra,

como un torrente claman,

por declamar la estrofa,

con fuerza inusitada,

y un coro de violines,

se une a la catarata,

letra a letra se unen,

verso a verso se aman.

 

Me ha mirado el poema,

desde la blanca página,

y he sentido el carisma

de su auténtico karma,

esos ojos profundos,

insondables y diáfanos,

que lo que observan miran,

como dos niños huérfanos.

 

Ha llorado el poema,

y ha reído con ganas,

hay pasión en sus letras,

y hay amor entre lágrimas,

como entre versos tiembla,

y ha soñado y vivido,

con la verdad sin tachas,

cantando sus desdichas.

 

Se quedó sin auroras,

de sentimientos lleno,

y falleció de pena,

el singular soneto,

pero quedó en las venas,

la esencia de sus versos,

y una nota aún resuena,

entre níveos cerezos.

 

Ha cantado el poeta,

y a la vida ha devuelto,

lo que le dio sin precio,

ha llorado y reído,

y el amor ha sentido,

impregnado en sus huesos,

un sentir tan intenso,

que arrebata los versos.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

POETAS Y PROFETAS.

No se cansa el poeta,

pues no hay descanso,

en buscar en la nada,

para encontrarlo,

para encontrar la esencia,

perdida entre los barros,

entre los barrizales,

donde se pudre el aire,

donde la vida hiede,

donde entre la maleza,

se esconde lo importante.

 

Hay profetas de arena,

con palabras de sombra,

sin luz entre las sílabas,

y sin letras que asombren,

como pianos huecos,

sin armonías ni notas,

sin sonidos armónicos,

sin alegría ni penas.

De cartón sus estrofas,

que arden como rastrojos.

 

Verdad en cada línea,

real su ardiente prosa,

donde ensalza al caído,

y al soberbio derrota,

y en cada amanecida,

cuando la luz se asoma,

se amontonan las páginas,

ahítas de palabras.

¿Dónde quedan las níveas

estrofas en los ojos?

 

La verdad ya deambula,

la razón a su antojo,

va tejiendo madejas,

para llenar las grietas,

que la mentira teje,

y en la noche estrellada,

cuando el amor se ejerce,

razones y verdades,

por doquier ya se esparcen,

sobre la extensa vida.

 

Hay poetas que nacen,

y profetas que crecen,

entre las malas hierbas,

en los huecos que deja,

la verdad que envejece.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

UNA PINCELADA, UN VERSO.

Plasmó en el lienzo la idea,

y el pensamiento fluyó,

como una corriente etérea,

una inagotable fuente,

de ese manantial que alberga,

un sentimiento de amor,

y por cada pincelada,

la vida le concedió,

la eternidad que buscaba.

 

A contraluz se perfila,

la silueta de la vida,

que entre luz y sombra habita,

salpicada de destellos,

de fugaz inteligencia,

una sinuosa existencia,

de encrucijadas que esperan,

en los bordes del sendero,

donde se encuentra el enigma.

 

Borrados de la memoria,

algunos recuerdos miran,

como halcones al acecho,

de los vaivenes vigías,

como guardianes latiendo,

en la noria de la vida.

Unos ojos que nos miran,

en el tiempo prisioneros.

 

Plasmó el poeta la vida,

entre las rimas del verso,

entre las sentidas letras,

que bailan como posesas,

invisibles bailarinas,

de inacabables piruetas,

que dibujando las sílabas,

indelebles marcas dejan.

 

Mientras escribo estas líneas,

se oyen ecos a lo lejos,

escondidas melodías,

de cada huella que dejo,

lejanos sonidos viejos,

y tiernos latidos nuevos,

un sinfín de sentimientos,

y de ideas que pululan,

como perdidos viajeros.

 

Plasma en el lienzo su vida,

con trazos gruesos y finos,

pinceladas de agonía,

con el color de su genio,

la voz interior que grita,

el amor que habita dentro,

y los incansables sueños,

que al pintar sentido pintan.

 

El cuadro no se termina,

sale un matiz a su encuentro,

y un nuevo amor se adivina,

entre el poeta y el tiempo.

 

 

 

 

Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

martes, 14 de septiembre de 2021

AMORES Y MELODÍAS.

Ya no cantan los gorriones,

la noche extiende su sombra,

seres nocturnos deambulan,

oscura y mágica trampa.

Las siluetas se confunden,

con la negrura que danza,

la respiración se pausa,

o ante el miedo se desata.

 

Suspiro entre los alientos,

nacidos de la emoción,

vueltos del revés los nervios,

al sentir que se estremecen,

los sentimientos latentes,

que emergen del corazón,

como tibios riachuelos,

que emanan del interior.

 

No sabe que el tiempo pasa,

el variopinto jilguero,

ni sabe que quien infecta,

con su aliento ponzoñoso,

pudre el aire que respira,

su pequeñísimo cuerpo.

Azufre transporta el viento,

quemando vidas y sueños.

 

El amor canta entre dientes,

con la voz de los placeres,

esconde el rostro el temor,

ante el ímpetu que impele,

y es su poder superior,

al miedo que le somete.

La melodía se transforma,

cuando el aire se desboca.

 

Amor que vive en la boca,

y nace en el corazón.

Canta al Sol el ruiseñor,

y enmudece ante la Luna,

amor de vientre y de cuna,

de nácar la carne pura,

y la canción se derrama,

en su débil estructura.

 

De noche el sueño se apura,

para de día ser más fuerte,

y entre sueños se vislumbra,

la vida que se estremece.

Las voces son de los otros,

la canción es solo mía,

que en inquietante armonía,

se queda entre los rescoldos.

 

Amor que arropa y que abriga,

amor que rompe la brida,

amor que canta sin voz,

y sin oír se desliza,

amor que del sueño liba,

amor que a la muerte dribla.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

HASTA EL LATIDO ME DUELE.

Hasta el latido me duele,

hasta el aliento se queja,

el corazón se conmueve,

y la garganta se seca,

cuando se quita la venda,

y no es justa la condena.

La sombra engulle a la luz,

y la verdad se destierra.

 

Se quedaron sin morada,

sin agua, sal ni viandas,

sin un techo que les cubra,

faltos de hogar y de lumbre,

con los huesos ateridos,

del frío en el que sucumben,

la voz cuajada de escarcha,

sin futuro las miradas.

 

Caminante entre las brozas,

en la senda, como trampas,

esquivando sin las fuerzas,

necesarias en la marcha.

Solo queda la esperanza,

que no se ve en lontananza,

que apenas si se vislumbra,

en la tupida hojarasca.

 

Son caminos sin hollar,

los que quedan por andar,

para alcanzar lo que falta,

justicia que sea verdad,

para los hambrientos pan,

un lugar para el hogar,

y a salvo la dignidad,

senderos que no sean trampas.

 

Pasos, que agotados pausan,

el ritmo de la esperanza,

y vive en cada latido,

el aliento que hace falta.

No hay atajos en la vida,

que conduzcan al mañana,

ni vericuetos que ensanchen,

para atajar lo que falta.

 

El laberinto se mueve,

la salida no se alcanza,

más nuevas puertas se abren,

y se abren amplias ventanas,

para que entre a raudales,

la luz que las sombras tapan,

el sendero se hace explícito,

y se relajan las caras.

 

El amor viaja conmigo,

como un polizonte viaja,

sobre mis nervios se duerme,

y a mis entrañas se abraza.

Hasta el latido me duele,

cuando a quien ni cama tiene,

para su cansada espalada,

ni amor que sus pasos lleven.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri