martes, 14 de enero de 2025

ABRAZANDO TU ALMA.

Quiero ser el bálsamo que alivia tus penas,

como brisa fresca que acaricia tus venas,

pasear por tu corazón, suave como el mar,

dejar caricias tiernas en cada despertar.


Sumergirme en tus ojos, refugio de calma,

llevándome tu tristeza, abrazando tu alma,

quiero ser la luz que en la sombra se asoma,

la risa que resuena, la paz que te adorna.

 

Amarte sin miedo,

entregarme a tu ser,

ser ese corazón que abraza tus latidos,

los cantos de amor que jamás han sido oídos.

 

Quiero pintar de colores tus días oscuros,

ser el beso sincero de los sueños más puros,

darte todo, sin reservas, hasta el último aliento,

construirte un refugio de amor sin lamentos.

 

Quiero ser el bálsamo, la voz del consuelo,

en cada lágrima tuya, ser también el cielo,

en cada  tristeza que asoma a tu vida,

mis brazos te envuelvan, amor sin medida.

 

Así, en este abrazo, hallar la eternidad

las  almas unidas para celebrar

que amarte es un arte, un bello sacramento,

y ser el bálsamo de tus penas…

 

Lo más dulce que siento. 






Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

A VECES SÓLO REVELDÌA

Unos muy sencillos
y otros muy complejos,
algunos muy tristes
y otros muy bellos
 
A veces da coraje
y a veces da miedo,
a veces un instante
parece un milenio...
 
Quizás demasiado pronto
quizás ya es muy tarde,
quizás mucho tiempo
y tal vez siempre falte...
 
Tal vez me apresure
o quizás me retarde.
quizás soy un valiente
o tal vez un cobarde...
 
Hoy me sobra tiempo
y ayer me faltaba,
mi cuerpo siendo el mismo
hoy tiene muchas canas...
 
Hay veces que lloro
y en otras me río,
a veces muy caliente
y yo quiero el frío...
 
Hay gente buena
y otras muy mala,
a veces creo en ti
y otras en nada...
 
A veces te encuentro
y a veces te pierdo,
a veces muy loco
y otras muy cuerdo...
 
A veces escribo poemas
y parece poesía,
a veces lo es
y a veces sólo rebeldía… 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

AUNQUE YA NO ESTÉS.

Siempre tuve miedo de perderte de no saber vivir sin ti. Miedo a volver a aquella vida de antes en la que tú no estabas y me faltaba toda esa felicidad que trajiste contigo. Los colores las risas el Amor creciente que llenaba mi Corazón y gritaba tu nombre en cada latido. La magia de tu mundo chocando con el mío creando un hogar entre los escombros del pasado dándole sentido a cada cicatriz que me hubo de llevar hasta ti. Y ahora eres herida. Tú que juraste no serlo nunca. Dueles como nadie había dolido antes tan dentro que ahora todo mi mundo tiembla. Me cuesta hacer pie en el mar de ilusiones rotas que has dejado atrás. Me ahogo en tu ausencia y me odio por no ser capaz de nadar de nuevo hacia tierra firme. Allí donde el tiempo ponga todo de nuevo en su lugar y sane está herida en la que te has convertido. Ya lo sé. Quiero nadar sin mover los brazos dejarte atrás sin soltar tu mano. Me anclo a los recuerdos y me engaña el eco de tu risa. Pienso que volverás que tú me salvarás de ti que calmarás este dolor y todo habrá sido una pesadilla. Me engaño porque no quiero estar sin ti. Y por eso me ahogo. Porque no acepto esta realidad a la que nos has condenado. Busco en ti las respuestas y solo encuentro olvido dolor un regusto a derrota en la que pensé había sido mi mayor victoria encontrarte. No me merezco todo esto mucho menos morir por nadie. Has elegido irte y no dejaré que te lo lleves todo. No permitiré que este golpe me robe lo que había conseguido. Era feliz contigo sí pero también conmigo. Y yo no me abandono no me voy a ninguna parte. No sé cómo he llegado a depender así de alguien que no fuera yo mismo. Ahora lo veo ahora entiendo que todo este dolor solo es miedo a vivir sin ti. ¡Qué estupidez! Si has elegido irte vete. No mires atrás y mucho menos intentes dar media vuelta. Ya no hay nada aquí para ti. Huye ahora que puedes ahora que por fin he soltado el ancla y nado hacia la orilla de mi vida. Y ojo no digo mi nueva vida. Sigue siendo la misma que cuando tú estabas a mi lado. No dejaré que tu ausencia nuble ni una sola de las metas que he ido cruzando. Mi vida es mía y de nadie más. Y aunque ya no estés seguiré viviendo feliz sin ti. Ahora entiendo que no eras tú quien le daba sentido a todo. Simplemente aprendí a vivir sin arrepentirme de nada y lo tengo muy claro no dejaré que por faltarme tú todo se venga abajo. 





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

LA INTENSIDAD DEL SENTIR.

Tu silencio me duele, la indiferencia que me despiertas me parece cruel.

 

Cruel para el vínculo que tuvimos, para los momentos que compartimos y el cariño demostrado.

 

Me pasa que miro nuestras fotos y no entiendo cómo hoy te has vuelto un desconocido. 

Ya no te conozco.

 

Cuando fuimos la definición de tantas cosas, 

Quizás mi problema fue 

Haber permitido que fueras mi todo.

 

Es que cuando uno ama con esa intensidad, lo arriesga todo o, mejor dicho, 

Yo lo arriesgo todo.

 

Pero es así como yo vivo mi vida, 

A full intensidad. 

Me siento en una montaña rusa sin final.

 

Sin miedo a caerme, 

Sin miedo a entregarme, 

Sé que puedo salir lastimada.

 

Pero como vale la pena sentir a intensidad

¿Quién sale ileso de la vida? 

Déjame decirte: si no amaste, no viviste.

Yo vine a esta vida por un rato nada más 

Y yo quiero jugármela hasta el final. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

UNA SONRISA.

Sintió su sonrisa.
Giró la cabeza.
Una mariposa,
bailaba en sus labios.
De su magnetismo.
Tenia la certeza.
Como una corriente,
que el pulso acelera.
Que atraviesa todo.
Que todo lo impregna.

Y en aquella boca,
de labios de grana.
Los dientes de nácar,
en su faz destacan.
Como una barrera,
que cruzar quisiera.

Aquella mañana.
De aquella manera.
Sintió que el vacío,
que el tiempo alimenta.
Se llenó de golpe.
Completó su merma.
Alteró su esencia.
Colmó su existencia.
Succionó su mente,
para enriquecerla.

Despierta la Luna.
Cuando el Sol repliega,
sus cálidos rayos.
Dando al Sol las gracias,
por su gentileza.
Y en la Luna llena,
de los soñadores.

Las mágicas voces,
entonan su canto.
Presagio de magias.
De duendes y meigas.
De versos y notas.
De romper fronteras.
De cruzar los límites,
que las normas vetan.

Aquella sonrisa.
De aquella manera.
Ordenó sus sueños.
Derrotó sus retos.
Alivió sus penas.
Y aquella mañana,
al sentirla cerca.
Todo los sentidos,
más vivos despiertan.

Solo una sonrisa,
le trajo de vuelta.





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

lunes, 13 de enero de 2025

EL TIEMPO Y SUS HUELLAS

 tiempo y sus huellas
El tiempo danza con pasos fugaces,
tejedor de historias en piel y mirada,
un susurro eterno que deja sus trazos,
en hojas caídas y arena arrastrada.
Sus dedos de bruma acarician los sueños,
desgastan los muros, los bordes, la voz,
y en su andar constante, tan lento y risueño,
transforma en silencio lo que ayer brilló.
Huellas invisibles que marcan caminos,
cicatrices suaves de días que fueron,
como un río inquieto de curso divino,
esculpe memorias que nunca se mueren.


A la postre de un nuevo día, las manecillas inquietas giran,
anunciando nuevos desafíos, nuevos comienzos: un ciclo sin fin.
El ciclo es continuo, un río que fluye sin cesar,
sin benevolencia, sin pausa; solo la corriente implacable.
Más anda sin correr que los tropiezos, piedras en el cauce,
dejan marcas profundas, melancólicas cicatrices.
Olvidar sus huellas, el eco de sus pasos en la arena,
es querer detener el río; un ocaso de tiempo imposible.
Pero su brisa, fresca y suave, acaricia aún la memoria:
un recuerdo eterno, un susurro constante en el corazón.


El tiempo y sus huellas
Camino repitiendo pasos
Detrás de alguna sombra
Busco entre escombros,retazos del tiempo
Algo ah de haber que me recuerde nuestra glorioso pasado
Talvez si sigo tu risa encuentre ese sentimiento
Que nos ha abandonado
Las huellas van borrando las rutas que tomamos
Mi mano fría sin tomarte
Buscaré hasta reunir lo que algún día profesamos
Negándose a detenerse, el tiempo me arrastrado. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

domingo, 12 de enero de 2025

LA VIDA RETA A LA VIDA.

Corazones al acecho.
Esperando al sentimiento.
Que se resiste a asomarse.
A la vida, que le espera.
El eterno duermevela.
Qué transcurre en el soñar.
Corazones, sin piedad.
Amantes los soñadores.

Caravana de nostalgias.
Qué recorren pensamientos.
Mientras sienten en el sueño.
Los recuerdos que preceden.
Auroras y amaneceres.
Siembran la vida de amores.
Con el alma, que es el hálito.
Que, se escapa, en el aliento.

Conductores sin licencia.
Conduciendo en la locura.
Raudos como los fugaces.
Rayos de amor que se eclipsan.
Lanzados sobre las ruinas.
De los amores suicidas.
Raudos como pesadillas.
Veloces como la ausencia.

Soñadores en el lecho.
Sin el tálamo que embriaga.
En las noches, cuando el alma.
Se detiene ante el deseo.
Y en el febril forcejeo.
Abre los brazos, la calma.
Para detener el tiempo.
Susurrando bellos versos.

Corazones al acecho.
Esperando los gemidos.
De amantes que se perdieron.
Cantos de verdad que brillan.
En la oscuridad del sueño.
Cierra las puertas la vida.
Para que el sueño no escape.
Del amor, que es la acogida.

Sabe el amor que es sonrisa.
Y la vida que es carcajada.
En los sueños solo gritan.
Los amores de escapada.
Aprovechando las sombras.
Que nacen en el deseo.
La vida reta a la vida.
Para que nazca lo bello. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

SOY EL MARINERO DEL TIEMPO.

Soy el marinero del tiempo, navegante de las corrientes invisibles que fluyen entre las estrellas y el alma. Mi viaje es de hermosos sueños, cada uno una isla perdida en un océano de recuerdos, de momentos no vividos y de destinos aún por escribir. En cada amanecer surco las aguas del pasado y del futuro, donde las olas son susurros de antiguas historias que esperan ser contadas.
El viento que acaricia mi rostro no es solo aire, es la voz de todos los que alguna vez caminaron antes que yo. Los mares que cruzo no son simples aguas, son los reflejos de aquellos momentos eternos que se escapan de nuestra memoria y que yo, como marinero, debo recuperar. Cada puerto al que llego, cada rincón desconocido que descubro, está lleno de secretos que susurran a mi oído, revelándome los destinos que ni el tiempo mismo se atreve a desvelar.
En mi barco, que no es más que una nave hecha de sueños, me acompaña la quietud de las estrellas. Ellas me guían, pero también me enseñan a ser paciente, porque el tiempo, aunque eterno, siempre tiene algo nuevo que mostrarme. He visto civilizaciones nacer y desvanecerse, he tocado las sombras del futuro y las luces del pasado, pero lo que más me sorprende es lo que está más allá de todo lo que conocemos: los momentos perdidos en las corrientes del tiempo, aquellos que nunca volverán, pero que habitan en mi corazón como dorados recuerdos.
Mi viaje no tiene fin, porque el tiempo es un círculo, y yo soy su eterno marinero. Pero lo más hermoso de todo es que, a pesar de la inmensidad del mar, cada día me despierto con la certeza de que cada ola, cada estrella, cada sueño que navego, es una nueva oportunidad para descubrir lo más profundo de lo que soy y lo que seré. El tiempo no es solo una línea; es un misterio que se desvela con cada respiración, y yo, el marinero del tiempo, soy el único que se atreve a seguir sus rutas secretas.
Y mientras navego, en mis noches solitarias, escucho el eco de voces que ya no pertenecen a este tiempo. Son las voces de aquellos que, como yo, alguna vez fueron viajeros, buscadores incansables del sentido profundo de cada segundo. Sus palabras se entrelazan con los susurros del viento, me guían y, a veces, me desafían a recordar que, aunque el tiempo avance implacable, todo lo que hemos vivido nunca desaparece realmente. Está ahí, guardado en las ondas del mar, en los pliegues de la memoria, esperando ser revivido por aquellos que se atreven a escucharlo. En cada puerto, en cada rincón que exploro, hay una nueva pieza del rompecabezas del universo, y mi misión es encontrarla, una a una, mientras el reloj avanza sin prisa pero sin pausa.
En la inmensidad de los mares del tiempo, descubrí que no se trata solo de llegar a un destino, sino de aprender a vivir con los giros y las corrientes impredecibles. No hay mapas para navegar este océano sin fin; cada ruta es nueva, única, y cambia constantemente con cada decisión que tomo. He aprendido a escuchar el latido del tiempo, a ver en cada reflejo del agua una nueva posibilidad. Y así, mientras sigo mi viaje, sin un final previsible, me doy cuenta de que soy más que un marinero. Soy parte de este vasto flujo eterno, un testigo y un creador, navegante y soñador, buscando la belleza que se oculta en cada fragmento de historia, en cada rincón olvidado del tiempo. Porque al final, lo que busco no es un puerto fijo, sino la libertad infinita de ser parte de la danza cósmica del universo. 





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

CARTA DE UN CORAZÓN EN VERSO.

Querido destino que guía mis pasos,

te escribo hoy con palabras sinceras,

pues llevo en el pecho un caudal de abrazos

y un río de sueños que nunca se altera.

 

A ti, que en las noches invades mi mente,

te cuento que a veces me vence el deseo

de verte danzando en un sueño silente,

dejando mi mundo sin sombra ni velo.

 

Es extraño, lo sé, hablarte en papeles,

mas mi voz se queda tan corta al llamarte,

que el lápiz se torna mi fiel mensajero,

y el alma se atreve a querer expresarte.

 

Te escribo, porque el tiempo calla verdades,

porque el aire guarda lo que no confieso,

porque en esta carta mis letras se abren

y en cada palabra mi amor va impreso.

 

Si acaso estas líneas llegan a tus manos,

sabrás que mis días te buscan sin tregua.

Que mi corazón, aunque lejos, cercano,

en cada latido tu nombre celebra.

 

Con eterna fe,

Un alma que sueña con el reencuentro. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

sábado, 11 de enero de 2025

BRISA DEL AMANECER.

Cual jardín que florece suspendido en el aire,

 Un viento cálido me envolvió en su abrazo suave.

 

No imaginé un soplo tan tierno y profundo,

Para ser sincero, jamás soñé con tal fortuna.

 

Y aunque ignore el futuro que nos espera,

Esta brisa fresca nuestro camino alumbrará.

 

Solo anhelo el calor del sol en mi piel,

Y que tu luz mi amanecer revele.

 

Que el tiempo, fiel compañero, nos acompañe,

Para que el día culmine contigo, bajo el cielo que nos abrace.

 

Y aunque ignore el futuro que nos depara,

Tu canto pleno en mi alma guardaré. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

viernes, 10 de enero de 2025

NO ME OLVIDES.

No me olvides
que las hadas estrechan los mares de las épocas
no me olvides
porque las espadas rotas
aún brillan en el espejo
no me olvides
si los rostros y las barbas se remojan
o si les toca a los puentes llorar sobre rosas
no me olvides 
que trataré de hablar fuerte
aunque mi garganta diga más no poder
no me olvides
porque el púrpura sostiene el cuadro y los versos
y aunque muera quedara rodando y bailando el sentimiento
no me olvides
Sentiré a los niños que no tuve 
Sonreirán y cantarán al amor canciones hasta volver a vivir
no me olvides
que sí son fuertes los vientos
retornaré domando  el mar de viento
y con dulce voz solo seré
el que perdona dulce
el que cuando el mal lo ve sigue de largo
el que no se cansara de intentar amar
y el que fragua al silencio
no me olvides
aunque se fragüen los silencios
en los arcoíris te sustento
los aleluyas tentados a  ser ebrios
no me olvides
desenmascárame el alma
en una isla paradisiaca traguémonos lento
porque al final de cuentas seré tu ángel y tu miel
Seré tu oscuridad en la que hallaré talento y te abrigaré
déjame los sentidos acostados
para descubrir momentos nuevos
aunque sea muy loco todo
la sorpresa seremos tú y yo junto al mar 
no me olvides
esta vez no habrá canción favorita
se agotarán las olas
y las sabanas rotas se desintegrarán
pero quedará una noche para apalabrar
a la que le coseré las alas
y subiré en silencio al cielo y en el medio de las nubes
pasaré, me pondré a la derecha del humo del incienso 
y del lado izquierdo te amaré 
no me olvides yo no lo haré
Pacíficamente en cualquier lugar 
mi mente, mi cuerpo y mi alma junto a la luna búscame y estaré... 






Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

miércoles, 8 de enero de 2025

MI POEMA CONFESOR.



𝘛𝘶 𝘥𝘦𝘣𝘦𝘳í𝘢𝘴 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘳𝘭𝘰,
𝘢ú𝘯 𝘯𝘰 𝘩𝘦 𝘦𝘴𝘤𝘳𝘪𝘵𝘰
𝘮𝘪 𝘱𝘰𝘦𝘮𝘢 𝘤𝘰𝘯𝘧𝘦𝘴𝘰𝘳,
𝘦𝘭 𝘥𝘦𝘭 𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘱𝘳𝘰𝘧𝘦𝘴𝘰,

𝘮𝘦 𝘥𝘰𝘮𝘪𝘯𝘢𝘯 𝘭𝘢𝘴 𝘢𝘯𝘴𝘪𝘢𝘴,
𝘦𝘴 𝘮á𝘨𝘪𝘤𝘰 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰,
𝘻𝘰𝘻𝘰𝘣𝘳𝘢 𝘮𝘪 𝘤𝘰𝘳𝘢𝘻ó𝘯
𝘱𝘦𝘯𝘴𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘦𝘯 𝘵𝘶𝘴 𝘣𝘦𝘴𝘰𝘴,

𝘴𝘪 𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘵𝘰𝘥𝘰,
𝘵𝘦𝘮𝘰 𝘱𝘦𝘳𝘥𝘦𝘳𝘵𝘦,
𝘲𝘶𝘪𝘻á𝘴 𝘶𝘯𝘢 𝘭á𝘨𝘳𝘪𝘮𝘢
𝘴𝘶𝘳𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘶 𝘳𝘰𝘴𝘵𝘳𝘰,

𝘰 𝘵𝘢𝘭 𝘷𝘦𝘻 𝘶𝘯𝘢 𝘴𝘰𝘯𝘳𝘪𝘴𝘢
𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘴𝘦ñ𝘢𝘭 𝘪𝘯𝘥𝘦𝘭𝘦𝘣𝘭𝘦
𝘲𝘶𝘦𝘥𝘦 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦
𝘦𝘯 𝘵𝘶𝘴 𝘳𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘭𝘢𝘣𝘪𝘰𝘴,

𝘯𝘰 𝘴é 𝘴𝘪 𝘦𝘴𝘢 𝘭á𝘨𝘳𝘪𝘮𝘢
𝘴𝘦𝘳á 𝘥𝘦 𝘢𝘮𝘰𝘳,
𝘯𝘰 𝘴é 𝘴𝘪 𝘦𝘴𝘢 𝘴𝘰𝘯𝘳𝘪𝘴𝘢
𝘴𝘦𝘳á𝘯 𝘥𝘦𝘴𝘦𝘰𝘴,

𝘦𝘴 𝘱𝘰𝘤𝘰 𝘦𝘭 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰
𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘦 𝘲𝘶𝘦𝘥𝘢,
𝘮á𝘴 𝘥𝘦𝘣𝘰 𝘦𝘴𝘤𝘳𝘪𝘣𝘪𝘳
𝘮𝘪 𝘱𝘰𝘦𝘮𝘢 𝘤𝘰𝘯𝘧𝘦𝘴𝘰𝘳,

𝘴𝘦𝘳á 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘵𝘪,
𝘯𝘰 𝘭𝘭𝘦𝘷𝘢𝘳á 𝘵𝘶 𝘯𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦,
𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘵𝘦𝘯𝘥𝘳á 𝘵𝘶 𝘱𝘦𝘳𝘧𝘶𝘮𝘦
𝘺 𝘦𝘭 𝘤𝘢𝘭𝘰𝘳 𝘥𝘦 𝘵𝘶 𝘱𝘪𝘦𝘭,

𝘴𝘦𝘨𝘶𝘳𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘥𝘪𝘳á
𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦
𝘴𝘦 𝘥𝘦𝘵𝘶𝘷𝘰 𝘦𝘯 𝘦𝘭
𝘶𝘮𝘣𝘳𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘵𝘶 𝘤𝘰𝘳𝘢𝘻ó𝘯,

𝘺 𝘢𝘭 𝘭𝘦𝘦𝘳𝘭𝘰 𝘦𝘯 𝘦𝘭
𝘴𝘪𝘭𝘦𝘯𝘤𝘪𝘰 𝘥𝘦 𝘵𝘶 𝘤𝘶𝘢𝘳𝘵𝘰,
𝘲𝘶𝘪𝘵𝘢𝘳é 𝘵𝘶𝘴 𝘥𝘶𝘥𝘢𝘴
𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘢𝘯𝘵𝘰 𝘵𝘦 𝘢𝘮𝘰. 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

EXTRAÑO TU VUELO.

Extraño tu vuelo
y el silencio es la respuesta
a los ojos que te buscan.

No te veo en las mañanas,
ni en las tardes
y me pierdo y me confundo
persiguiendo tu silueta
en las sombras que comienzan.

Es inútil  el correr tras la utopía
de unos sueños invisibles
que nacieron y llevaron
la sonrisa hasta mis labios.

Es absurdo continuar en ese bucle
de resacas y mareas, como un mar,
que, ya cansado, va a morir 
sobre la arena de la playa.

Los suspiros te acompañan
como dulce melodía en ese instante
en que agachas la cabeza
y contienes una lágrima rebelde
que se escapa de tus ojos.

Nada entiendes, ni comprendes
de la ausencia y el olvido
que te quema las entrañas.

Te postulas y preguntas
si la culpa es de tus actos,
o si alguna insinuación
fuera enviada lastimando los sentidos,
y ese vuelo, en "libertad", 
que yo siempre he vislumbrado 
en tu persona.

Si es así, y soy culpable, dímelo,
pero que sea con palabras que yo entienda
y me acusen de la falta cometida
y asumiré, si es lo correcto, lo que digas,
aclarando, si es posible, discrepancias
de la niebla y de la bruma que separa
nuestras vidas.

Ya no sé qué más decirte, mariposa,
pero espero que me leas y te lleguen
estas líneas mal escritas y con ellas
el cariño y la ternura que nació
y que te profeso, con respeto.

Desde el tiempo y el silencio
yo quisiera que  los cielos
me enviaran tus palabras
y con ellas la respuesta
para ver tras esta tiniebla
lo que ahora se me escapa,
y no veo, porque estamos en invierno
y no sales a volar ni a regalar,
con tu presencia, el colorido
y el candor por los caminos. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

NACE.

Nace del fuego la llama

que muere, y resucita

nacen de lluvia las chispas

y en el aire, se disipan.

 

Nace la luz con el alba

y a la tarde, agoniza

y en la noche, nace precisa

la oscuridad mas opaca.

 

Nacen y mueren las cosas

en un tiempo limitado,

y mi amor ¿ por que soporta?

tantos días, tantos años.

 

Nace la brisa del aire

y en el aire, va y se muere

nacen hojas en ramales

y se secan, y perecen.

 

Nacen los manantiales

entre rocas y entre tierra

y al poco, quedan en ellas

las aguas estando presas.

 

Nacen del sol los rayos

y las nubes los sentencian

y mi amor, ¿ por que ha durado?

si nació de primaveras.

 

Nacen del cielo estrellas

y en el cielo, dan su vida

cuando el sol va apareciendo

se deshacen a escondidas.

 

Nace la risa del llanto

y del llanto, la alegría

nacen y mueren los días

y mi amor, ¿ por que ha durado?.

 

Nace verdad del pecado

de verdad, nacen mentiras

nacen y mueren las vidas

entre el tiempo malgastado.

 

Nace todo, y todo muere

y al morir, no resucita

y entre tanto, he notado

que en el pasar de los años

el amor, siempre ha durado,

porque nace en mi poesía. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

EL DÍA QUE YO NO ESTÉ.

El día que yo no este

Llévame un ramo de flores

A mi tumba triste y sola

Pero no quiero que llores

 

Pon una flor colorada

Encima de mi inscripción

Y que la lluvia la moje

Y alimente el corazón

 

Pon una luz encendida

En el fondo de un farol

Para que alumbre mi tumba

Hasta que le llegue el sol

 

Sí lloras recordarás

Aquellos tiempos pasados

Cuando íbamos por la calle

Agarrados de la mano

 

Te acostarás por la noche

En una cama vacía

Con unas sábanas blancas

Y con colcha negra y fría

 

Cuando leas este poema

Mírate en aquel espejo

Verás tu cara arrugada

Con el pelo blanco y viejo

 

Posiblemente unas gafas

Adornen tus ojos negros

Llenos de lágrimas tiernas

Secadas con tu pañuelo

 

No me guardes ningún luto

Ni de noche ni de día

Dejas las penas al lado

Agárrate a la alegría

 

La vida continuará

Los días no pasan solos

Deberás acostumbrarte

A vivir de otro modo

 

Para el día de los santos

Me pones dos lamparillas

Debajo del ciprés verde

Y de la flor amarilla

 

El día que yo no este

Llévame un ramo de flores

A mi tumba triste y sola

Pero no quiero que llores. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

HOJAS EN BLANCO.

En mi grueso Libro de Vida... 

aún quedan hojas en blanco 

para llenarlas...no sé cuántas,

pero continuaré escribiendo 

en esas níveas páginas 

sobre mis vivencias; 

de relatos y minicuentos;

de las inspiraciones poéticas 

que mi musa  me permita plasmar

sobre el amor y desamor; 

la belleza de Natura reflejada 

en las pintorescas auroras 

y en los deslumbrantes atardeceres;

en la sonrisa de una niña 

transmitiéndome sus alegrías;

en la angustia de un niño 

tras su pelota extraviada;

en la mirada perdida 

de alma solitaria

recordando bella escena 

de su pasado y...

describiendo lágrimas de mi prójimo 

vertidas en mi regazo,

en busca de palabras de consuelo.

 

Son muchas páginas en blanco 

que llenaría hilvanando 

letra a letra 

todos los gratos e ingratos

momentos encontrados 

en el largo camino transitado...

algunos sembrados 

de hermosas flores, otros florecientes de rosas,

pero con sus espinas...

y en cada hoja destacando 

mi agradecimiento a Dios 

por todas las bendiciones 

recibidas hasta hoy ...

 

¡Hojas en blanco!...

vaciaré en ti cada grafema

logrando lo que más me gusta hacer...

¡escribir con la punta de mi corazón

dándole riendas sueltas 

a mi imaginación y fantasías! 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

lunes, 6 de enero de 2025

EL SILENCIO.

El silencio, perturbador, quita de mi tu ruido enmudecedor, repican las campanas de un sueño envelecedor, trayendo su música cual parecía perdida atravez del silencio ensordecedor Compañero de los tiempos no dejas ninguna tregua a todo aquel que desesperado espera en escuchar el sonido de tu voz

Compañero inseparable de la angustia y fría soledad que has dejado con tu partida viéndome aquí ya fría como un cuerpo que yace inerte porque te has llevado con tu partida toda la vida mía, aunque pareciera que esto fuera una salida sola estoy aquí sin ti mueriendo en vida

Muchas veces esas voces resuenan en mi mente cuando constantemente decías en voz elocuente que nunca permitirías que llegara entre los Dos nada que separara nuestros corazones del amor, pero llegó el silencio el compañero perfecto para acabar con todo lo bueno un perfecto de lo que es un verdadero amor

Caminante de la noche y viento arrasador alejate a otro lado con ese pavor, porque aquellos amantes que perplejos sufren la Pérdida de un amor, solo anhelan encontrar el sonido de tu voz melodía que llena al corazón de esperanzas hacia un mañana mejor. 






Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

EL LENGUAJE DE LAS NOTAS.

En el aire flota un susurro eterno,
melodías que el tiempo no puede borrar,
es la música, alma que quiebra el invierno,
y transforma el silencio en un vasto hogar.

Un acorde es un llanto que nadie reprime,
un grito de amor que no sabe callar,
cada nota es un puente que une lo sublime
con los secretos que el alma quiere guardar.

El violonchelo arrastra nostalgias dormidas,
el piano acaricia memorias de ayer,
la guitarra despierta las risas perdidas,
y el tambor late fuerte, marcando el querer.

No hay barreras ni muros que puedan frenarla,
es un idioma que todos pueden sentir,
porque en su esencia lleva la magia de alzarla
como un eco infinito que nos hace vivir.

Es refugio, es espejo, es pasión desbordada,
es la lluvia que limpia, el fuego que arde,
la música, eterna y enamorada,
es la voz del universo que nunca tarde. 

LLUEVE FUERTE EN PRIMAVERA.

Llueve fuerte en primavera
y aún no florecen las rosas,
he vivido tantas cosas
en nuestro hogar de madera.
En estos versos quisiera
que pudieran entender,
que aprendamos a querer
lo bello que nos dio el Cielo,
como un ave que alza el vuelo
hacia un nuevo amanecer.

 

Llueve fuerte en primavera
recuerdo nuestros momentos:
en los que cuando, contentos,
nos burlamos de tonteras.
Par que habla puras leseras
y sin miedo, les da igual,
pues ambos ven normal
esa conducta infantil
y con puro humor pueril;
tienen razón: no está mal.

 

Llueve fuerte en primavera
y aún así se están moviendo,
mi madre otra vez corriendo
para asear la casa entera
mientras a mi padre espera.
Por eso todos los días
no es que haya mucha alegría,
mis padres algo estresados
y aún así, estando cansados,
escuchan mis tonterías.

 

Llueve fuerte en primavera
pero ya no soy cobarde,
ya no le temo a esas tardes
en que mi hogar pareciera
que ya a desplomarse fuera.
Ya no es mi alma de cartón,
soy más fuerte que Sansón
con ustedes a mi lado;
padres, siempre los he amado
con todo mi corazón. 






Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

EL SUSURRO DEL VIENTO.

Un día, mientras me encontraba en mi habitación, rodeado del silencio que solo la tranquilidad de la mañana tan clara puede traer, mi mente se sumió en una profunda meditación. Observaba a través de la ventana, donde el paisaje se desplegaba como un cuadro pintado por la misma mano divina. El cielo, de un azul tan puro, se encontraba abrazado por las montañas, que parecían susurrar secretos antiguos al viento.

De repente, una suave brisa acarició mi rostro. Era un viento tan fugaz, pero tan presente, que parecía haber llegado con una misión. Sin previo aviso, se deslizó por la ventana abierta y me invitó a un paseo que no requería palabras. Cerré los ojos, respiré profundamente y, sin pensarlo, seguí su llamada. En ese momento, sentí que no caminaba solo; la naturaleza misma me tomaba de la mano.

El viento me condujo hacia un sendero oculto entre árboles milenarios. Cada hoja que se movía parecía hablarme de la belleza infinita de la creación. La tierra, la misma que pisaba, susurraba historias de amor y vida. A medida que el sol ascendía, la luz se filtraba entre las hojas, proyectando sombras suaves sobre el camino. Sentí que mi ser se expandía, que mi alma se conectaba con el pulso del planeta, y que cada paso que daba me acercaba más a comprender algo más grande que yo mismo.

En ese rincón de la tierra, comprendí que la naturaleza no solo es un paisaje: es un reflejo de lo divino. En el canto del río, en el aroma de las flores, en el abrazo de la tierra, todo se unía en una perfecta armonía, como si todo estuviera tejido por el amor que Dios derrama sobre nosotros. Vi entonces que no existía separación entre lo humano y lo divino, entre lo natural y lo espiritual. La creación misma es un acto de amor que se manifiesta en cada rincón de la vida.

Conforme el día avanzaba, mi corazón se llenaba de una paz inmensa. La luz dorada del mediodía acariciaba mi piel, y las sombras de los árboles se estiraban hacia el horizonte, como si el tiempo mismo estuviera bailando al ritmo de una melodía antigua. En ese momento entendí que el amor verdadero no necesita explicaciones ni tiempo. Es eterno, está presente en cada acción, en cada latido, en cada encuentro con la naturaleza. Es el susurro del viento, la danza de las hojas, el murmullo de los ríos. Es el amor divino que se despliega sin condiciones, sin fronteras, simplemente siendo.

Y comprendí, también, que todo lo que somos capaces de lograr en esta vida tiene su origen en la conexión con el amor que Dios nos da. Como los árboles que crecen hacia el cielo, nuestras vidas también se elevan cuando trazamos nuestros objetivos con propósito y con fe en ese amor. Al igual que la naturaleza sigue su curso sin dudar, nosotros podemos caminar con confianza, sabiendo que estamos guiados por algo mucho más grande que cualquier desafío.

A medida que la tarde llegaba, con el sol comenzando a despedirse en el horizonte, me sentí uno con todo lo que me rodeaba. Vi en cada estrella una chispa del amor divino, en cada ola del mar un reflejo de la paz que reside en el corazón. Y comprendí que todo lo que existe es una manifestación de ese amor eterno, y que, al conectarnos con la naturaleza, nos conectamos con lo más divino de nosotros mismos.

El tiempo avanzaba, y yo seguía caminando, dejando que el viento me guiara hacia un destino desconocido, pero lleno de promesas. Sentí que no importaba a dónde me llevara, porque ya había encontrado lo que siempre había buscado: un refugio en el amor divino, en la paz que se encuentra en la conexión con lo natural. El cielo, las estrellas, la tierra, el viento… todo hablaba el mismo lenguaje: el lenguaje del amor eterno, que no necesita explicación, solo ser vivido. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

domingo, 5 de enero de 2025

EL TREN DIARIO.

Suben al tren personas y sombras,

con el paso resignado de la rutina,

las caras aún veladas por el sueño

y en los ojos, un destello apagado

de cielos que no miran.

 

Viaja el tren por las hondas entrañas

de campos que se desperezan en el amanecer:

una fábrica se perfila en la bruma,

los árboles, temblando, murmuran secretos,

y el río, siempre el río,

como un verso de agua que nadie escucha.

 

En su interior, el vagón alberga su propio frío.

La jornada se estira como un día sin fin,

las palabras caen al abismo del olvido,

y los sueños, deshechos de tanto esperar,

vuelven a ser pospuestos.

 

Pero entre la penumbra surge una grieta:

una muchacha dibuja en su libreta,

no paisajes, sino futuros posibles.

Un joven de mirada serena

piensa en la risa tibia de su hijo,

en las caras de quienes le esperan.

Y en un rincón, dos voces pausadas

se entretejen en busca de una estación distinta.

 

Y el tren, sin prisa, sigue su paso:

lento y eterno, como el tiempo que se arrastra.

En el andén, las siluetas se apagan,

nombres perdidos entre la multitud en las calles.

El tren sigue su marcha, tristemente fiel,

y en el eco de sus ruedas se graba el aire:

el rumor eterno de un nuevo destino. 






Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

RECUERDO...

Recuerdo aquella tarde
en que llegaste a mi puerto,
mi alma sólo esperaba
que arribaran tus besos.
 
Recuerdo tus ojos negros,
clavados en mis pupilas,
se hizo mi cuerpo preso
de tu adorable sonrisa.
 
Recuerdo que se detuvo
el tiempo entre la brisa,
todo mi amor se hizo tuyo
al sonrojar tus mejillas.
 
Recuerdo aquel galopeo
del corazón en mi pecho,
mi cuerpo sólo temblaba
frenético y sin sosiego.
 
Recuerdo que te acercaste
en un suspiro de tiempo,
corriendo hasta mi boca,
robaste todo mi aliento.
 
Recuerdo tu tibio cuerpo
balanceado en mi pecho,
tan sólo por un segundo
yo supe lo que es el cielo. 






Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

¿QUÉ HACER?

Diría que esta es una pregunta moderna y antigua.

Una pregunta,

que no merece desatenciones.

Sin fuertes deseos,

sin grandes energías,

vivir,

es complicado.

Está claro que yo he sido torturado.

La libertad por lo tanto,

me sirve de poco.

Quedé atemorizado.

Fui arrastrado por sórdidas cadenas hacia esta nada inconmensurable.

Fui amado por varias mujeres,

fui,

atrozmente descuartizado.

Ahora,

soy escritor.

Otro tiempo.

Una voluntad desmedida,

todo cojones.

Fui aquél,

que tomándola entre mis brazos le quité la vida.

Fui aquél,

que entre mis brazos, le devolví el aliento.

Bien,

no puedo más,

que ahora,

haga lo que quiera.

La inseminación artificial,

también,

hará sus estragos.

Se volverá una vez más a sentir que las razas superiores deben ir exterminando,

lentamente las razas inferiores.

Las ciencias vienen asegurando el porvenir de esta ilusión.

Lo artificial,

nos terminarán diciendo,

siempre es más perfecto que lo humano.

Y para controlar el proceso,

irán prohibiendo la heterosexualidad.

¿Usted vio alguna vez un orgasmo?

¿Usted se dio cuenta que desde hace varios siglos, nos vienen diciendo,

que somos,

demasiadas personas,

para tan poco mundo?

¿A usted no le dijeron todavía,

que el trigo o el petróleo,

que el sol o la energía atómica,

son más que usted?

El goce propuesto,

como usted se dará cuenta,

es en definitiva,

superfluo,

ya que no encuentra en el sistema su propio tiempo,

y ocurre entonces,

en el tiempo de las producciones sociales.

Donde toda furia se hará sonido.

Donde toda energía se hará cosa.

Y el amor no existe,

porque el amor,

es un desvarío incontenible a plena luz,

delante de todo el mundo.

Ningún sistema que se precie de tal,

puede sostener su vigencia.






Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

SIEMPRE BELLA.

Hambre de vida la Tierra.
Amamanta a lo que nace.
Alimentando a los seres.
Y a los frutos que la pueblan.
Va regando con su sangre.
Cristalina y siempre auténtica.
Su propia piel y sus órganos.
Sus más íntimas esencias.

Tierra hermosa que embellece.
Lo que contiene y rodea.
La diversidad refleja. Y, es.
Como un calidoscopio.
En sus múltiples facetas.
Su belleza te embelesa.
Y en sus redes siempre atrapa.
Con agua, rocas y tierra.

Emprendemos el camino.
Por la piel de nuestra Tierra.
Como arrugas misteriosas.
Navegando por sus venas.
Que el mar  con amor acoge.
Y que en su vientre se crezca.
Que la Tierra sea el refugio.
Que albergue nuestra existencia.

De la Tierra sustraemos.
Las más ignotas riquezas.
Su superficie agrietamos.
Con surcos que la atraviesan.
Y esquilmamos sus entrañas.
Con tal fiereza y sin pausa.
Que enturbiamos su belleza.
Nos da vida y la ignoramos.

Amemos a nuestra Madre.
Que nos da vida y pitanzas.
Nos da sombra con los árboles.
Que, ofrecen, sus carnes tersas.
Y el agua que nos da vida.
Enriquece nuestro espíritu.
Su exuberante belleza.
Solo nos pide, respeto y nobleza.

Tierra Madre que nos besa.
Con sus carnes siempre bellas. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

ESTUVE BUSCÁNDOTE.

Estuve buscándote en las calles de siempre y no te encontré.

Tu nombre pronuncié en la lejanía, esperando que el eco de tu ausencia apaciguara mi agonía.

Te busqué en otros brazos, otras pieles, en otros labios, y solo encontré
un cruel desengaño.

Aquí estoy, otra vez. Recordando tu presencia. Recorriendo las calles que llevan a tu partida.

He vuelto a mirar otra vez aquella casa, ¡Oh Dios bendito!

Aquella casa aún conserva tu recuerdo, todavía guarda tu aroma, tu risa y tu silencio.

Esa casa me ha visto pasar durante años, haciéndole compañía al saber que te fuiste y que nunca te despediste.

Me ha visto permanecer en silencio, recordando la noche del beso que mi timidez codiciaba, pero que nunca te dio.

Me mira desfallecer y derrumbarme en mis adentros al saber que la abandonaste y que de mi vida te marchaste.

Estuve buscándote, pero en realidad, ¿cómo se encuentra a quien nunca se despidió?

Aprendi a valorar quien eras perdiendote. 

Pero dime, vida, ¿Como confesarte que te amo si nunca fuiste mia? 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

LO QUE SIENTE EL POETA.

El poeta lleva en su pecho quizá un volcán dormido,
a veces fuego, a veces ceniza,
un susurro que grita en silencio,
la llama que arde, incluso cuando no hay luz.
Escribe de risa, de amores que fueron,
de abrazos que soñó y nunca llegaron.
Sus versos, espejo de lo que vive y lo que inventa,
resuenan en el aire como un eco eterno.
A veces, la gloria lo toca con manos de seda,
y siente que el mundo es un lienzo infinito.
Otras, la pena lo hunde en abismos oscuros,
y su pluma tiembla, llorando sin tregua.

Y reafirmo, no hay frontera entre su alma y el papel,
la tinta es sangre, las palabras son piel.
Cada verso es latido que se escapa,
secreto que grita desde las sombras.
Escribe porque no puede callar,
porque el amor lo arrastra como río desbordado.
Ama lo que ve, lo que no alcanza,
siente el peso del mundo y lo convierte en canción.

Un día canta amanecer dorado,
al calor de unos ojos que miran con fe.
Al siguiente, se arrodilla ante el ocaso,
pidiendo a las estrellas un poco de consuelo por aquello que ve.

Pero siempre, siempre, hay amor.
En la pena más honda, en la risa más pura,
en la gloria fugaz, en la herida que sangra.
El poeta vive para amar, aun cuando el amor duele.

Y al final, cuando su canto cesa,
el mundo se queda con sus palabras,
porque aquello que siente no muere,
es un eco eterno, un faro en la penumbra
y alumbra a todos aun cuando no está,                                              pues las palabras del poeta            permanecen como un legado inmortal. 






Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

NO MÁS RIMA.

No me preocuparé,

por la fulgurante rima,

a veces sólo lastima,

nunca más la increparé

 

Como la mar y su espuma,

son la métrica y la rima,

ya no subiré la cima,

tras una gran presa, el puma

 

Es mejor el verso libre,

como en un valle muy verde,

donde la rima se pierde,

y hace que el alma nos vibre.

 

Que llegue la inspiración

que nazca la creación. 






Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

UN BUEN DÍA PARA EMPEZAR.

El sol se cuela por las rendijas del ventanal…

rayando de luz las paredes de la habitación,

su tibia caricia me conforta…

animando mi adormilada pasión.


Estiro mi pereza al borde de la flojera total…

y acomodo mi figura para evitar levantar mi humanidad,

quisiera no haber despertado aún.


Me quedo suspendido en ese infinito neutral,

no veo nada,

no siento nada,

solo percibo una paz inusual,

y quisiera quedarme ahí,

y ya no volver por este dilema cruel.


No tengo ganas de seguir,

me da igual.

 

Afuera, a pesar del radiante día que me espera…

y del jardín exuberante de color...

percibo una oscura realidad.


¿A dónde puedo ir?


¿Qué puede cambiar?


Nada me motiva,

nada me prende,

me veo atormentado,

sometido a una nostalgia atroz…

que poco a poco me arrastra hasta un incierto final.

 

Qué sentido tiene levantarse a lidiar con la rutina, así…

si todo parece lo mismo, si la vida transcurre sin ninguna ilusión.


El sol allá fuera insiste,

está convencido que es un buen día para empezar…otra vez.


Siempre queda la esperanza de que algo pueda suceder,

siempre se puede volver a creer…

y retomar los sueños del ayer, siempre.


Tal vez hoy es el momento en que todo pueda volver a fluir,

y renueve una sonrisa…que presagie mis deseos de seguir.


Quizá hoy es un buen día para empezar…otra vez.





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

ME RINDO.

Me rindo, como la noche a tus ojos 

 Al fuego que atraviesa mi alma en tu mirada.

 Me rindo a tu cuerpo desnudo que se levanta como una ola 

Y me sumerge en el deseo y el placer de tu boca.

Y me rindo al paraíso sin final al recorrer todo cuerpo; al 

oasis de tu piel para saciar la sed de mis besos con la frescura de tu amor.

Me rindo a la primavera de tu alma con aroma de gardenias y azucenas 

A las brechas de tu cuerpo respirando debajo de mi piel 

¡ Me rindo para amarte y quererte amor !

Para llevarte en mi alma como me llevo tus besos.

Al amor que es el fuego que atraviesa mi alma como una daga de besos tu mirada.

 Y me rindo a los pies de tu alma por amor. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

SI NO TE HUBIERA CONOCIDO.

¿Cómo sería todo ?

Fuiste mi primer amor

y el único por ahora cuando te conocí me sentía como si encontré lo que faltaba 
me hiciste sentirme amada

olvidar mi problema perder horas juntos hablan de el amor que nos teníamos

 pero al irte me clavaste una daga en el pecho y la sacaste sin cuidado

entre escusas quedó todo nunca me dijiste el porque me dejastes 

Un te amo un que no lo cres

pero desearía no a verte hablado  

no si será la misma persona, pero por lo menos no te amaría sabiendo que estás con alguien más, diciendo lo que hiciste conmigo fuiste

un maldito idiota, pero no te olvidó mi amor ....  

Y si volvieras a mi vida, te diría que no, aunque me cueste, no quiero volver a revivir nuestra historia porque el final aún duele. 

Aprendí que una rosa es hermosa, pero sus espinas duelen al tocarla 

Aunque duela esa herida por ti floreci,

Pero en otro jardín para encontrar quien sepa cuidar de mi y no marchitarme  






Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

sábado, 4 de enero de 2025

MI FORMA DE SER.

Espero no cansar a nadie con la fragilidad de mi corazón, 

Que si le hablas feo siento como el pecho se me parte en dos,

Deseo que nadie tenga la gentil sutileza y me pida espacio,

Porque me dolería el triple de lo que les duele, haberles lastimado,

Que Dios se apiade y me rodee de personas que me entiendan,

Que sepan que necesito cuidado,

Que no se centren en el sonido que hace mi boca en medio el silencio,

O en la forma en la que tiemblan las manos,

Que sepan escuchar él te quiero de mis labios y apreciarlo,

Y jamás me rechacen un abrazo, con lo mucho que me cuesta darlos,

Gente amante de la poesía, la música y que me haga brincar de la alegría,

Alguien que sepa de versos y comenten el gusto por los míos,

no aquellos que dicen que no escribo poesía, porque mis poemas no tienen rima,

Gente que aprenda palabras, monosílabas, trisílabas, polisílabas,

Que les guste el cambio, pero se den un luto cada que pierden algo,

Porque es fácil construir algo desde cero, pero: ¿qué pasa con lo que pierdo?,

Personas que lloren, con la misma intensidad de su risa,

Que me amen, en silencio y me lo hagan saber sin necesidad de comentar sobre ello,

Porque yo no llamo amigo a cualquiera, no puedo,

Así como no puedo entregarle mi corazón a alguien pasajero, porque me pierdo en eso,

No soy de dar poco, yo amo mucho,

No sabré la fecha de sus cumpleaños, ni su color favorito,

Pero si necesitas llorar, porque te viene el mundo cagando,

Voy a estar ahí, apoyando,

No soy de dar cariño, me cuesta, me pesa, me entrego, me duele,

Se abren llagas sin sanar, que juzgan por la intensidad de lo que siento,

Mi naturaleza, ansiosa, empática, es estúpida,

Y no puede estar rodeada de personas que no son así,

Porque jamás entenderían cuanto me está doliendo eso,

Cuanto necesito, cuanto reclamo y porque me encanta hablar tanto,

No quiero gente que me juzgue por sentir tanto, eso no puedo cambiarlo,

Y debe haber gente ahí, que quiera ser mi amiga, mi pareja,

Losé, porque tuve la dicha y suerte de antes encontrarlo,

Solo me toca esperar y tratar de no dar tantas vueltas con esto que llevo pensando,

No puedo quedarme sola, si hay alguien como yo,

Disculpándose en algún lado del mundo, por sentir tanto. 






Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

DE. NUEVO EL SILENCIO.

De nuevo el silencio
inunda las calles,
no hay gritos de niños
ni vuelos de aves,
tampoco camiones,
ni coches que pasen.

Comienzan los días
del año y las clases,
están silenciosas,
vacías, sin nadie,
pues hay vacaciones
de niños y padres.

Se nota el invierno,
los días que nacen,
con esos colores
tan tristes y graves
que arrancan suspiros
de niños y grandes.

Se visten los cielos
con ropas saudades,
y asoman recuerdos,
que están en desvanes
guardados, con mimo,
con celo del viaje.

Prosigue la vida
el día que nace,
y asoman, temblando,
los ojos audaces,
aquellos que vibran 
mirando el paisaje.

Y tú te consuelas,
poeta del aire,
buscando en la niebla
el verso que pase,
aquel que, en la bruma,
perdió su romance.

Le ofreces un beso,
tu pluma y tu sangre,
le das tu cariño
de amigo y compadre,
y viaje en tus labios
por tierra y por mares. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

CON RITMO APASIONADO.

Mi corazón late con un ritmo apasionado,
al pensar en él, mi alma se siente envuelta.
es un amor callado y me ama,
me llena de sensaciones hermosas.

No necesita palabras para expresarse libremente,
porque su cariño lo siento dentro de mí.
En sus brazos es donde quiero estar siempre,
donde su calor me calme, y mi alma se rinda.
Sentirme seguro, cerca de ella.

Mi amor no tiene límites ni finales,
es un sentimiento profundo,
me hace sonreír, y me hace llorar
pero sobre todo, me hace sentir y vivir.

Con él, el tiempo se detiene,
y el mundo se vuelve más tranquilo,
me siento conectada,
a una realidad más verdadera y pura.

Su amor es un regalo divino, un tesoro precioso,
que me hace sentir completa, y llena de alegría.

Con él me siento valiosa, y merecedora de amor,
un amor auténtico, que no se desvanece,
un lugar donde mi alma encuentra paz,
y mi corazón encuentra descanso.

Su amor es mi inspiración,
puedo escribir los poemas más hermosos
en días tristes o alegres
él me hace sentir especial y amada.

Así que aquí estoy, entre versos y rimas
disfrutando mi amor, y sintiendo su cariño.

Gracias por ser tú,
por hacer que mi vida sea más bella, y más llena de sentido. 






Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

SABE LA VERDAD.

Sabe la verdad el águila
Y la sabe el ruiseñor.
Hasta el corazón la sabe.
Pues al latir la declama.
Se descubre la verdad.
Cuando la vida es el alma.
Y es verdad la realidad.
Que en la vida se declara.

La verdad vive en el núcleo.
Donde se gesta el amor.
Es preciso estar alerta.
Que no huya por la puerta.
Sí, reina la falsedad.
Y sabiendo la verdad.
Se deshoja la mentira.
Cuál, margarita marchita.

Verdades hay en el aire.
Y en aquel leve suspiro.
Hasta en el cálido aliento.
Que la vid aexhala, y sabe.
La verdad, el niño. 
Que, siente, lo que no sabe.
Y en su ignorancia tan pura.
Vive la verdad y nace.

La verdad es la razón.
Que se abre para que salga.
Emergiendo de la nada.
Para sentirse en el alma.
Y al conocer la verdad.
Que a cada mente se adapta.
Una luz por fin renace.
De entre los restos que manan.

Hay senderos de verdad.
Por dónde camina el tiempo.
Donde el noble caminante.
Se descubre por completo.
Quien camina entre los sueños.
Con la verdad en el semblante.
Y en la mirada, que sabe.
Desnudarse ante el respeto.

El amor tiene en su seno.
La verdad más cristalina.
Cuando es puro y no camina.
Por sinuosos senderos.
Sabe el amor de mentiras.
Cuando va al lado el cerebro.
Y la pasión, no domina.

Sabe la verdad a néctar.
Porque es la esencia, que nace. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

EL POETA Y SU VERDUGO.

Presto está ya el verdugo para ejecutar,

en el filo de su espada brilla la maldad,

su rostro congestionado oculta la verdad,

la verdad de matar a un vate solo por amar.

 

El verdugo

El filo de mi espada hoy vas a probar,

poeta ingenuo, tu amor no te va a salvar,

abre tu pecho franco que lo voy a traspasar,

conocerás el dolor inmenso que produce mi maldad.

 

El poeta

Yo te conozco cruel verdugo ¡asesta ya!

hunde tu espada maleva en mi corazón,

no pospongas tu tarea que yo acepto tu razón,

por eso golpea certero para que muera ya.

 

El verdugo

Veo que aceptas con donaire tu castigo,

¿acaso tu corazón por mi espada no será destrozado?

¿acaso mi golpe no te desviará del camino?

¡habla condenado antes de ser traspasado!

 

El poeta

Si tú supieras de lo que fui creado,

si tú entendieras que tu golpe en mí germina poemas,

si tan solo tú alma corriera por mis venas,

solo entonces sabrías de mis penas, de por qué vivo

y también sabrías del por qué me condenas.

 

Por fin el verdugo asestó el golpe,

cayó el poeta al suelo frío,

la escena infame quedó en un suspiro,

y Thor que lo vio todo, tomó en sus manos

el corazón herido,

con amoroso accionar, devolvió al poeta

un corazón puro y renovado para volver a amar. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

EL CARACOL Y LA FLOR.

Que bonito lo que siento cuando amanezco modo flor, siento que soy explendor y que nada puede marchitarme.

 

Siento un deseo constante de adornar y florecer, de apreciar, agradecer de sumar y de aprender. 

 

Hay dias de modo flor y hay dias de caracol, donde me escondo del sol y vivo debajo de una piedra, donde nadie se aparezca a iluminar mi oscuridad, porque ahi encuentro paz y un silencio necesario. 

 

Ambos modos los admiro, y aunque el caracol y la flor viven mundos parecidos los dos son heroes heridos que han luchado y sobrevivido. 

 

El caracol se alimenta de la flor en ocasiones, le causa algunas lesiones, temporales, no permantes pero tiene antecedentes de hacer daño sin pensar.

 

 La flor es muy especial y conoce todos sus defectos, lo acaricia, le da techo, con paciencia ella lo escucha, le ha eseñado que el amor es mucho mas fuerte que el miedo, la violencia o el desapego. 

 

El caracol ya no es ciego y se rinde ante su flor, ya no va de planta en planta dañando sin ser conciente, ya solo espera paciente en su oscuridad tranquilamente. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

DIVAGANDO EN PENSAMIENTOS.

Me zambullí en una especie de lago donde se cruzan la verdad y la mentira.

 

Esa sensación indescriptible, parecida a como drogarse con morfina, que va desde el alivio hasta perder por completo la noción de la vida.

 

Sigilosamente camino por las calles del tormento sin que pueda cauterizar esta herida que sangra por dentro, tanto de noche como de día.

 

Para mí es como una simple rutina que me abofetee la vida, ya sea por hacerme una broma o para despertarme de mi agonía.

 

El amor para mí es como la rueda gigante de los parques de diversiones; a veces me eleva en lo alto y de repente me precipita hasta al ras del suelo.

 

Mi único consuelo es detenerme a observar cómo se aman ciertas personas, ya sean amores reales o estén fingiendo.

 

Porque lo que yo siento es como si fuera que me han quemado vivo y me han enterrado en una profunda fosa.

 

Pensar en correr no fue siempre mi mayor deseo; aunque no lo niego, mi amor siempre fue ciego.

 

Volé hasta el cielo viendo esos paisajes hermosos que deslumbraban mis ojos hasta que caí y me estrellé contra el suelo.

 

Mis sueños siempre fueron esas oscuras pesadillas que me despertaban de madrugada sudando frío como hielo.

 

Nadie nunca, por mal que estuviera, me daba un abrazo por más que a leguas se notara que estoy sufriendo; es más, me acostumbré al destierro.

 

Lo cierto y lo concreto es que mi corazón sufrirá todos mis tormentos hasta el día en que deje de respirar y caiga muerto sin remedio. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

viernes, 3 de enero de 2025

HAY ALMAS.

¿Acaso la inocencia puede ir con pasión?

¿Acaso lo dulce puede ir con el fuego?

 

Porque en ella…

Se conjugan muy bien… 

Lo romántico y apasionado,

Lo cursi y lo sensual…

 

Ella es como decirlo…

Como una flor a mediodía…

Tan hermosa…

Tan delicada y frágil,

Pero también es como la luna llena…

Tan sensual,

Tan atractiva…

Que no solo inquieta mi corazón,

Sino también mi alma.

 

Por un lado…

Deseo besarla…

Dulcemente desde sus labios…

Hasta pasar por su nariz y su frente,

Pero luego miro sus labios…

Y mis pensamientos cambian…

Mi deseo crece…

Y solo quiero perderme en su espalda…

Subir por sus piernas…

Y ahogarme con la pasión que brota de su piel canela.

 

 Me confunde,

Me trastorna…

Me hace suspirar…

Pero también despierta el lado oscuro de mi alma,

No solo quiero pasar un fin de semana abrazado a su lado,

Sino también… deseó besar cada rincón de su cuerpo.

 

Ella es…

Como esa bella rosa…

Que me impregna con su aroma,

Que acaricia mi corazón con sus pétalos suaves…

Pero también…

Es como la noche…

Me envuelve en mis deseos…

Y quiero estar dentro de ella…

Olvidarme de todo protocolo,

Y solo tomarla entre mis brazos…

Besarla… hasta que se le olvide su nombre,

Hasta que grité el mío,

Y que juntos toquemos el cielo…

Con esos besos…

Esos besos que se queman en la piel…

Y arden de pasión…

Por sucumbir ante el ímpetu del alma,

Cuando el cuerpo tan solo busca…

Su complemento,

Su perdición…

Su delirio…

Hasta quedar saciados sobre la cama.

 

Ella es…

Tan dulce…

Pero apasionada…

Tan sensual…

Pero al mismo tiempo… tan delicada…

Que unas cuantas palabras no son suficientes…

Para decirle que la deseo tenerla… debajo de mis sábanas. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

UN AMIGO SINCERO.

La amistad ni se compra ni se vende, brota del alma,
nace del trato afectivo y continuo entre congéneres,
es un vínculo absorbente, que la soledad cura y calma,
y que en el reino animal saborean y gozan todos los seres.

Envidio y extraño, una amistad pura y verdadera.
Envidio con recelo a quien… por suerte la tenga,
y extraño la falta de una amistad fiel y duradera.
La envidio… y la extraño, venga de donde venga.

Quiero pensar que alguien me ofrezca la suya,
aunque podría ser que yo no me la mereciera.
Sería fácil adivinar que tal buen acto no rehúya,
y que le correspondería allá por donde anduviera.

Tuve un muy buen amigo hace bastante tiempo,
pero que nos dejó a una edad desafortunada.
Él era mi apoyo moral, cuya falta hoy lamento,
sin ese fiel confidente mi vida va descarriada.

Necesito un amigo que nunca lo note ausente,
y que, cuando me encuentre solo y angustiado…
lo tenga siempre a mano, que sea mi fiel referente,
para que, del frío de mi retiro me sienta abrigado.

Verdad es que si tengo ese fiel, e inseparable amigo,
lo encuentro siempre, cuando… me miro al espejo.
También, a la vez que lo hago yo, envejece conmigo,
y que, al igual que a mí se le va arrugando el pellejo. 





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

RL VERANO DE LOS AMANTES.

La tarde ardía con el calor del verano,
el deseo nos devoró por completo,
como llamas danzando en un incendio sin fin.
Tus labios estremecieron mi ser,
mi piel, encendida, clamaba a gritos que
arranques la ropa que me ataba a la cordura.

La adrenalina corría por mis venas, salvaje, indomable
mi pelo se soltó y jugó en tu cara, me sentí insaciable 
no pude ocultarte mi sonrisa, triunfante, por que logré rendirte a mi juego.

Mis muslos se entregaron a tus manos,
y cada movimiento mío, un baile,
te arrancaba suspiros,
convirtiéndote en mi único espectador.

Tus dedos, como fuego vivo,
dibujaban caminos en mi espalda,
y cada trazo encendía interminables temblores.
El deseo no conoce de  límites,
no obedece a razón alguna,
solo al ritmo frenético de lo voraz.

Sentiste mi canto en tu oído,
un gemido suplicante que imploraba por más.
Me movía como si mi cuerpo fuera
una melodía hecha para tu ritmo,
fui  una bailarina sin descanso,
entregada por completo a tu danza.

Y sin piedad, me hiciste besar tus heridas,
dejaste que mi deseo me consumiera,
y cada suspiro tuyo me erizaba la piel,
como si el verano entero viviera en nosotros. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

AHORA LA NOCHE GIME.

Ahora la noche gime,
tiene miedo,
se espanta en estos primeros días
del mes de  enero,
algo le dice,
le cuentan los luceros,
que por allí,
por otras partes del universo,
hay choques de espadas,
se oyen lamentos, 
duermen los buenos sentimientos,
se llenan las hondonadas 
y los valles y las crestas de pensamientos,
de los horrores de las guerras
que vienen siendo, 
una constante generalizada
desde los tiempos de los tiempos.
 
Vacíos los tiovivos, carruseles de ensueños,
los niños se convierten en adultos sin saberlo,
un amor que se marchita
un luto perpetuo,
en estos primeros días de enero
los Reyes Magos se saben prisioneros
de los feos tiempos,
por eso traen en sus alforjas
repletas de buenos hechos,
una de cal y otra de arena,
lo malo y lo bueno
con que poder decir 
que ellos no están lelos
y saben de lo nuestro,
un planeta que se rompe por momentos
por fuera y por dentro,
mientras avanza la tecnología 
y se mueren en silencio 
las buenas obras que son comidas 
y masticadas sin estruendos,
en noches como estas 
de desvelos,
en que un teclado se lanza
a decir lo que yo siento. 





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

jueves, 2 de enero de 2025

uN SUEÑO O UNA ILUSIÓN.

Han pasado tantos años

y tú imagen sigue latente

y no he podido sacarte 

de mi corazón ni de mi mente.

 

Nunca he podido entender 

porque no te he olvidado 

y después de tantos años

te recuerdo con agrado.

 

Es un recuerdo bonito 

y no es intermitente,

porque siempre has vivido 

en mi alma y mi mente.

 

Deseo con alegría 

un día volver a verte

y será como un sueño 

que mis ojos puedan verte.

 

He soñado muchas veces

Imaginando que te veré

y si llegara a suceder 

muy feliz me sentiré.

 

Porque será que te sueño

y vivo con la ilusión,

que algún día te veré 

y tú recuerdo no es ficcion. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

REFUGIO DE AMOR.

Mi aire gris se tornó azul infinito

y fui un nuevo mar entre tus palabras

porque  habitas en mis deseos prohibidos

 tus palabras me llegan de dulzuras pobladas.

 

¡Cómo se cuelga en mí la miel de tu prosa

que me atrapa y me aprisiona

y las estrellas con su luz explotan!

Todo me habla de ti, el canto del río

la aurora apacible y la noche de estío

porque tu voz es pasión y abrigo.

 

 En cada poema que yo escriba

te devolveré tus sueños perdidos

y yo seré tu refugio elegido. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

BENEFICIO DE HACER EL AMOR POR LA MAÑANA.

1. HACE BUEN USO DE LA ERECCIÓN DEL HOMBRE
La mayoría de los hombres se despiertan con una erección, es bueno que esta dureza no se desperdicie

2. Fomenta el autoestima de la esposa
Cuando una mujer se despierta desnuda ante su marido admirándola, deseándola y deseándola; termina sintiéndose sexy, hermosa y segura de sí misma incluso antes de vestirse

3. SE COMIENZA EL DÍA BIEN CON INTIMACIA
La mejor manera de decir buenos días es con intimidad. Haciendo el amor dulce, besos, palabras sinceras y oración

4. SACA UN BRILLO
Cuando tanto el hombre como la mujer se sienten amados, exudan una vibra positiva interna que otros a su alrededor eligen

5. TE DA ALGO POR LO QUE SONREÍR TODO EL DÍA
A lo largo del día, ambos se encontrarán sonriendo, recordando la mañana. Tal vez incluso se escriban o se llamen unos a otros sólo para conectarse

6. HACE SER FIEL MÁS FÁCIL
Cuando tu cuerpo está satisfecho sexualmente por la mañana, es difícil caer en la tentación a mitad del día. La infidelidad raja donde hay vacío

7. TE DESPIERTA PROPIEMENTE
Si usted está somnoliento o luchando por despertar, un buen bombeo, moliendo, gemido, montar y tocar definitivamente te despertará

8. BENDICE A LOS NIÑOS
Porque hay calor en el dormitorio haciendo el amor, ese calor se extenderá a toda la casa con los niños que presencian el amor entre mamá y papá

9. CELEBRA EL AMOR EN UN NUEVO DÍA
No importa lo bueno o malo que fue ayer, un episodio de dulce amor hace el tono correcto hoy

10. TE HACE ESPERAR CON ANSIAS VOLVER A CASA
Desde que el día comenzó de una manera memorable, tanto marido como mujer se extrañarán y anhelarán verse más tarde en el día.

11. Reduce el estrés, el dolor de cabeza, los calambres, la tableta adelgazante también y te saca a relámpago mejor en Hicimos el amor quedaron gotas de su ser en mí. 

Cómo decía Da Vinci, hacerte el amor contigo es como tocar el cielo… 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

miércoles, 1 de enero de 2025

UNA HOJA EN BLANCO.

Me dijeron ...tienes que tener una hoja en blanco

 y al momento de las doce campanadas 

para escribir tus deseos.

 

Tienes que tener ya en mente que vas a escribir

que es lo mas deseas para ti  y claro ! para 

tus seres queridos....

 

compré mi cielo unas horas antes una bella

hoja de papel fino...para escribir lo mejor

para mi , y todos aquellos que amo.

 

compre también una bella pluma ,

me sentía rara siempre escribiendo en la laptop.

 

 todo el tiempo mi imaginación volaba,

trataba de conformar las frases correctas 

las más bellas letra alusivas para cubrir 

todas mis expectativas.

 

y así amor pase un buen par de horas

que si escribo esto, que si lo otro...

o quizas es mejor ...mmmmm y nada mi cielo

no llegaba a ningúna conclución

 

solo atine a respirar profundo en torno 

del brindis, y mentalmente asirme a tu brazo

entrelazar mis dedos a tu mano,

 

cerre los ojos y pedí a Dios por todos y todas 

las personas que estan a mi lado ,

 

Gracias le di a Dios, por un año mas entre tus versos

tu pensamiento que redondea mi universo 

en este amar tan nuestro. 





Autor

Antonio Carlos Izaguerri. 

CANTOS DE ALEGRÍA.

Hoy, el aire es un canto, un golpe limpio,

el surco de agua de un manantial sereno.

El tiempo, viejo barro que acaricio,

es un hogar que guarda sueños amenos.

 

Mi vida se mantiene en su regazo,

la familia es raíz y cielo abierto.

En cada risa encuentro mil abrazos,

un fuego permanente, cálido y cierto.

 

Tierra firme son mis amigos, que respiran

en dorados trigales bajo cielos altos.

En sus palabras laten las semillas

que florecen sin miedo ni sobresaltos.

 

Los cantos de alegría dejan siempre algo,

miradas hacia el sol que arde y guía.

En cada rostro amado está el milagro,

en cada corazón late esa misma sintonía.

 

Al final, como trigo que se entrega,

soy un campo sembrado de canciones.

Que en mis días no falten las cosechas:

esperanza, claridad y dulces emociones. 






Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

BALADA DEL SUEÑO.

Cuando soñé contigo antes de conocerte, estaba todo oscuro,
huían las luces, dentro de la oscuridad, anunciando tu nombre,
un nombre que sonaba muy conocido y a la vez tan extraño
que mantenía despierta mi atención en un suspenso constante.

No veníamos de otros mundos, los otros mundos venían a nosotros
con sus fantasías ultra modernas de ocios y prosperidades,
prometiéndonos el infinito a los que poseíamos este asteroide
enclenque, pusilánime, casi deshabitado, tristemente hermético.

Y sin aceptar seducciones decidimos ser los monarcas mediocres
de nuestro pequeño reino interior carente de casi todo
pero con el orgullo paupérrimo de los que no tienen nada,
alta la frente, lejana la mirada y viendo de soslayo

el pasado, el futuro y el momento incensante que se desplaza
al ritmo de siempre sobre los minutos, los días y los años.
Luego hice realidad este sueño que inmiscuía tu nombre y
dejé de soñar para siempre a pesar de saberlo transitorio. 






Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

EL SUSURRO DEL VIENTO.

Un día, mientras me encontraba en mi habitación, rodeado del silencio que solo la tranquilidad de la mañana tan clara puede traer, mi mente se sumió en una profunda meditación. Observaba a través de la ventana, donde el paisaje se desplegaba como un cuadro pintado por la misma mano divina. El cielo, de un azul tan puro, se encontraba abrazado por las montañas, que parecían susurrar secretos antiguos al viento.

De repente, una suave brisa acarició mi rostro. Era un viento tan fugaz, pero tan presente, que parecía haber llegado con una misión. Sin previo aviso, se deslizó por la ventana abierta y me invitó a un paseo que no requería palabras. Cerré los ojos, respiré profundamente y, sin pensarlo, seguí su llamada. En ese momento, sentí que no caminaba solo; la naturaleza misma me tomaba de la mano.

El viento me condujo hacia un sendero oculto entre árboles milenarios. Cada hoja que se movía parecía hablarme de la belleza infinita de la creación. La tierra, la misma que pisaba, susurraba historias de amor y vida. Sentí que mi ser se expandía, que mi alma se conectaba con el pulso del planeta, y que cada paso que daba me acercaba más a comprender algo más grande que yo mismo.

Allí, en ese rincón de la tierra, comprendí que la naturaleza no solo es un paisaje: es un reflejo de lo divino. En el canto del río, en el aroma de las flores, en el abrazo de la tierra, todo se unía en una perfecta armonía, como si todo estuviera tejido por el amor que Dios derrama sobre nosotros. Vi entonces que no existía separación entre lo humano y lo divino, entre lo natural y lo espiritual. La creación misma es un acto de amor que se manifiesta en cada rincón de la vida.

A medida que caminaba, mi corazón se llenaba de una paz inmensa. En ese momento entendí que el amor verdadero no necesita explicaciones ni tiempo. Es eterno, está presente en cada acción, en cada latido, en cada encuentro con la naturaleza. Es el susurro del viento, la danza de las hojas, el murmullo de los ríos. Es el amor divino que se despliega sin condiciones, sin fronteras, simplemente siendo.

Y comprendí, también, que todo lo que somos capaces de lograr en esta vida tiene su origen en la conexión con el amor que Dios nos da. Como los árboles que crecen hacia el cielo, nuestras vidas también se elevan cuando trazamos nuestros objetivos con propósito y con fe en ese amor. Al igual que la naturaleza sigue su curso sin dudar, nosotros podemos caminar con confianza, sabiendo que estamos guiados por algo mucho más grande que cualquier desafío.

Esa tarde, mientras el sol comenzaba a despedirse, me sentí uno con todo lo que me rodeaba. Vi en cada estrella una chispa del amor divino, en cada ola del mar un reflejo de la paz que reside en el corazón. Y comprendí que todo lo que existe es una manifestación de ese amor eterno, y que, al conectarnos con la naturaleza, nos conectamos con lo más divino de nosotros mismos.

El tiempo avanzaba, y yo seguía caminando, dejando que el viento me guiara hacia un destino desconocido, pero lleno de promesas. Sentí que no importaba a dónde me llevara, porque ya había encontrado lo que siempre había buscado: un refugio en el amor divino, en la paz que se encuentra en la conexión con lo natural. El cielo, las estrellas, la tierra, el viento… todo hablaba el mismo lenguaje: el lenguaje del amor eterno, que no necesita explicación, solo haber vivido. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

LA LEYENDA DEL CHARCO DE LOS DUENDES.

En el corazón de Panamá Oeste, oculta entre frondosos árboles y senderos apenas visibles, se encuentra el Charco de los Duendes. Aguas turquesas que reflejan la bóveda del cielo y parecen un espejo encantado. Pero no todo es belleza en este rincón mágico; una leyenda oscura envuelve el lugar y lo convierte en tema de susurros y advertencias.

Los ancianos del pueblo narran con solemnidad que, cada 31 de diciembre, el charco se convierte en el portal de los duendes que la habitan. "Quien ose bañarse esa noche", advertían, "nunca regresará". Pero a Juanita, joven de espíritu libre y risa contagiosa, las advertencias le parecían cuentos para niños. Desde pequeña se sumergía en las aguas mágicas sin temor alguno, burlándose de los relatos que aseguraban que los duendes vigilaban celosos su hogar.

El 31 de diciembre llegó, un día sofocante que prometía despedirse con una noche estrellada. Los vecinos celebraban con música y tambores, mientras Juanita, ajena a todo, caminaba hacia el charco con una toalla sobre el hombro. Había olvidado la fecha, o tal vez la ignoró deliberadamente.

La luna llenaba el agua, que parecía brillar con un fulgor antinatural. Juanita dejó su vestido en la orilla y se lanzó al agua. El silencio de la noche era inquietante; incluso las cigarras parecían haber sido detenidas a observar.

Minutos después, una risa nerviosa rompió la calma. Juanita, acostumbrada a nadar en el lugar, sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Las aguas, antes cristalinas, parecían tornarse densas y frías.

--"¡Bah! Es el cansancio", se dijo, intentando calmarse. Sin embargo, una sombra parecía moverse bajo la superficie.

La joven salió del agua y, mientras se envolvía en su toalla, escuchó un murmullo extraño. Parecía venir de las rocas cercanas, como si una multitud invisible susurrara en una lengua que no entendía.

--"¿Quién anda ahí?", gritó con un atisbo de valentía. No hubo respuesta, pero los murmullos no cesaron.

De repente, sintió un tirón en el tobillo. Pensó que era una raíz, pero cuando miró, no había nada. Una fuerza inexplicable la arrastró hacia el agua, sus gritos se apagaron en un instante. La charca se calmó, y el bosque recuperó su silencio inquietante.

Al día siguiente, la familia de Juanita notó su ausencia. Los vecinos organizaron una búsqueda, pero no encontraron rastro alguno. Algunos afirmaron que bajo el charco hay cavernas que pueden atrapar a los nadadores imprudentes. Sin embargo, los ancianos del pueblo tienen otra explicación: "Se la llevaron los duendes", dijeron con solemnidad.

Desde entonces, el Charco de los Duendes permanece más vigilado que nunca. Los lugareños la evitan especialmente en las noches de diciembre, y la leyenda de Juanita, la joven que no quiso creer, se ha convertido en una advertencia viva. Nadie quiere correr el mismo destino que ella, atrapada para siempre en un mundo del que solo los duendes conocen la salida. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

TÚ Y YO... COINCIDENCIA.

Un extraño suceso ocurrió frente a mi...cuando te vi,

fue inmediato…

a lo mejor fortuito,

un acontecimiento impensado…

que no estuvo programado…

y provocó un estallido dentro de mí,

que dominó mi serenidad…y perturbo mi razón…

incitando un nerviosismo total.

 

Te vi, si…y aconteció la magia,

una indescifrable impresión,

como una dulce sensación…

que invadió de ilusión mi corazón…

sin dar tiempo a ninguna reflexión.

 

Fue espontaneo…

nada calculado,

todo fue inadvertido,

un milagro inesperado.

 

Un complot del destino…

que ajusto su estricto momento…a una casualidad puntual,

en tiempo y espacio,

ni un episodio antes ni uno después,

con una exactitud de profeta,

con una precisión de francotirador.

 

Tu mirada en la mía …y la mía contemplando tu pródiga belleza,

y la excesiva delicadeza de tu efigie virtuosa…

como muestra de perfección.

 

Cada movimiento tuyo,

cada mínimo gesto…

afinadamente coordinados a mis deseos anhelados .

 

Y tu voz…armoniosa y cautivante…

conspirando a seducirme de pasión.

 

No he podido escabullirme de tanta provocación,

tu exuberante fragancia de mujer…

ha perturbado mi delirio…y me ha hecho enloquecer.

 

Tú y yo…elegidos por la creación…

para este instante justo…de maravillosa plenitud universal. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

lunes, 30 de diciembre de 2024

LA ESPERANZA Y EL AMAR.

Me quedé en algunas ocasiones sentado esperando;
no atrajo lo que estaba buscando;
sin moverme mucho o acelerado, 
decidí ir a pasos lentos 
hacia la dirección que creía ser correcta.

Cada paso fue un crecimiento que fue surgiendo. 
De a poco me acordaba cuando sufría por la soledad;
aún lo siento en mi corazón;
que será auténtico, pero muy sensible a la vez.

Cada paso me fue acercando a ese objetivo que tanto anhelaba. 
Baldosas rotas, y otros, bonitos pisos de bellezas se me aparecieron,
cada uno con algo distintivo.

Recuerdo todavía ese sentimiento desolador, 
porque es importante el amar y sentirse amado. 
Apreciar todos los momentos felices, 
sea la tontería que sea, 
es algo que vas aprendiendo.

Después de tanto tiempo 
pude encontrar una buena persona 
que se le nota en sus ojos y aura; 
indicada en valores y colores. 
Pensando "por fin llegué; espero dure"; ¿por qué? Porque a veces el amor puede ser difícil, 
como complejo entender sobre qué podrá suceder.

Pensando y devuelta pensando, 
me quedé con que lo importante es la esperanza.
Lo relevante son las experiencias. 
Espero que la duración sea eterna, 
pero hoy en día es complicado;
cada cual tiene su camino, lo cual está perfecto; 
aunque nos separe las fronteras de los corazones y cuerpos, 
sé que estarás; 
sé que estarás hasta que el destino
decida llevarnos a lo desconocido.

Espero estés, no importa si algún día no te puedo ver;
sé que volveré a tocar esa piel, 
con dulce aroma a flores y a miel,
fresco como la menta y el ayer.

Recuerda y reconoce que soy fiel;
eso espero de ti también, con paciencia lo lograremos. 
Siempre en el corazón te guardaré.

Espero dure para siempre, pero sé que pase lo que pase, 
disfrutaré cada momento;
todos los abrazos compartidos,
todas las hojas y ríos. 
Aunque el ruido del mar pueda confundirnos, sé que la confianza 
y una caricia puede volvernos a hacer reír.
Espero que este sueño anhelado dure mucho, 
que tú lo disfrutes y lo atesores, 
como te atesoro yo a ti, alma que se ilumina junto al alba.

Deseo que todos los sueños e ilusiones posibles queden cumplidos, 
tanto los tuyos como los míos. 
Que cada tanto una sonrisa me des y me prestes tu mano una y otra vez;
amar es así, yo de a poco lo aprendí;
espero que tú igualmente, aunque algunas veces 
puede aparecer la cortina de la confusión.

Dame tu mano otra vez. 
Concibe la esperanza con este afecto y confianza
que siempre estaré dispuesto a darte
más allá de lo que pueda;
eso siempre te diré, amor de miel. 
En lunas llenas y en Sol de cada mes, siempre compartiremos la dulce sed. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

ECOS DEL CORAZÓN.

En el susurro del viento se esconde un deseo,

como un río que canta, fluyendo en su paseo.

El tiempo dibuja con pinceladas suaves,

historias eternas que nunca son claves.

 

Cada paso que das deja huellas sinceras,

en el alma del mundo, en las praderas.

El cielo abraza con estrellas distantes,

y el corazón late con sueños brillantes.

 

Que nunca el miedo apague tu fuego,

ni el peso del día te haga reniego.

Sigue el camino con fe y pasión,

que en tus manos yace toda creación.

 

Cada suspiro guarda un misterio profundo,

como el eco lejano que envuelve al mundo.

En las sombras del alma, donde la luz no llega,

nacen fuerzas calladas que el corazón entrega.

 

No temas a la tormenta ni a la oscuridad,

pues tras la lluvia llega la claridad.

En cada batalla, en cada cicatriz,

se forja el alma, se encuentra el feliz.

 

El tiempo es solo un eco fugaz,

pero el amor es eterno, firme, tenaz.

Así, cada latido que en tu pecho suena,

es el eco del corazón, que nunca se frena. 






Autor 

Antonio Carlos Izaguerri.