Ya amaneció y sueña
mi corazón enamorado
te miro y me miras
sé que estás a mi lado
y respiro el aire que tu respiras
la mano en el pecho
los jardines y barbechos
por donde el amor camina
en esta mañana, que es divina
pongo dos rosas en el lecho
tu mirada y la mía
clavadas en el techo
y a caminar yo te convido
ese día a día, de calor o de frío
con la mano extendida
en el infinito camino
paso a paso, vamos a hacer
una vereda de amor
que se pierda en la colina
y a la sombra de la encina
pararnos a beber, el agua
que tú me des, ríos de cristal
donde navegan, mis barcos de papel
caminos del ancho mar
tierna, sencilla y santa
es la palabra de amor, en mi garganta
hambre de amor
que el sentir aguanta
ay, esos sueños que navegan
por la playa en que caminamos
como dos palomas de la mano
y que en la espuma se entregan
ay, amor que no llegas tarde
y que en la esquiníta te espero
como un alegre bandolero
tu mirada de sentimiento arde
y quisiera ser carcelero
para encerrar tu corazón
en esta mi humilde prisión
donde siempre te espero
ya amaneció y tu mirada
se funde en la almohada
de tantos y tantos recuerdos
de cosas añoradas
y a caminar yo te convido
por este camino azul
de los sueños que son mis amigos
y con amor yo te lo digo
te ayudaré a caminar
y si caes, caeré contigo
pero el amor todo lo puede
nos levantaremos unidos
caminos dulces de miel y paz
colmena de lo divino
te ayudaré a caminar
por la senda del olvido
ay, de esa fuente
que nunca se seca
que es la fuente de tu boca
donde me incliné a beber
y de amor me volví loca
tanto quiero decirte
que no tengo palabras
ni sitio donde escribirte
cada renglón es una nota
ay, el mar de tu pelo
ay, el mar de tu boca
ay, el mar de ese cielo
donde sueñan las gaviotas
te quiero, no sé si se nota
mantas de terciopelo
para sembrar ilusiones
en los jardines de tu boca
a veces discutimos
otras veces nos besamos
pero al final nos reímos
por eso nos escribimos
y aquí junto publicamos
todo lo que sentimos
cogidos de la mano
andamos este camino
yo soy aroma del campo
tu mi poeta peregrino
tú de negro , yo de blanco
en la poesía nos fundimos
y escribimos a nuestra manera
lo poco que sabemos
eso sí, uno del otro aprendemos
a caminar por la era
de la palva que extendemos
sacamos el trigo y el centeno
y hasta la paja guardamos
en el corazón como heno
hoy estamos aquí de fiesta
volvemos con ustedes
a rebobinar sueños e ideas
si lo permiten sus mercedes
no les canso más
mañana aquí estaremos
con el permiso de Dios
escribimos lo que podemos
guarden sus aplausos
que es algarabía
que se tiene que secar la ropa
que lleva tiempo tendía...
Autor
Antonio Carlos Izaguerri