En letra escarlata y sentido cántico
decoroso brotado de
mi ser
confieso que sin pensarlo,
sin planearlos, sin imaginarlo,
sin querer, y sin poder ocultarlo…
Me enamoré de ti
Sin contemplar tu velado santuario.
Me enamoré de tu cristal del alma,
sin saber si eras ensoñación
o lumbrera realidad… Me enamoré
sin notar el cuando
y el cómo paso esta revelación .
que como milagro, del cielo cayó.
Me enamoré de ti ,
entre tus léxica joya artística,
entre tus enviados mensajes,
donde era yo princesa en título,
entre ocultos versos en clave
Y entre fuegos y finas expresiones.
Me enamoré de tus sentidos
y conmociones, de tu melancolía
y de tu farol compañero encendido…
Me enamoré como ya nadie
se enamora, a la antigua
Y flotando candelillas en mi vientre.
Me enamoré de tu amor por la poesía,
viendo cómo la
consientes
y te entregas a ella y la elevas ...
Me enamoré siendo tú transmisor
de luces y tus sombras obscuras
y de tu reflejo que como paz trasmina.
Me enamoré aunque no debía,
pero el imaginarte
en noche y en día
me engancho sin retorno,
y con el delirio de otorgarte
mi estandarte de pasión y mi todo
sin esperar nada, más que ser en ti, vida...
Me enamoré y me perdí en tu bosque
de letras, me perdí en tu Vaivén
de caminante, ensoñador y poeta...
Me enamore de tu planeta
alejado y desvelo estrellado
como la luna del sol se ha enamorado.
Me enamoré sin pensar si
estás o estarás mañana, sin pensar
Sin más , me enamoré como en surrealista
estilo, original, tierna, sensorialmente
y siendo categoría simple
pero inexplicablemente.
Me enamoré de ti siendo tú guardián
nutrido en la palabra, de lo que resguardas
de lo que eres, de lo que brota
en tu alma bruñida en amor. Me enamore
de la belleza De tu transcripción , y de ti….
me enamore loca e infantilmente.
Me enamoré sincera pero intensamente
Y mi todo eclipsaste … es de ti mi letra
en vuelo, es testimonio que
entrego en nota mayor que habla como
cántico de mi corazón el cual robaste
con tu luz y voz de tus musas en acción ….
Mi verso Caminante,
Me enamoré de ti….
¡Cuando supe que tu cristal del alma
Órbita en la misma luna que la mía!
Autor
Antonio Carlos Izaguerri