martes, 10 de marzo de 2020

ME QUEDO CON LA ESPERANZA.

En el orbe de tu cosmos estar busco,
porque es donde tu poder reside,
en el abismo de tu apacible mar
y con los fulgores de tu plenilunio,
sellando con un ósculo sagrado
al tesoro por el que en mí vives
y por ti yo muero.

Las caricias de tu rapsodia anhelo,
y que a través del viento tu expresión
viaje en el tiempo hasta mi nirvana.
Dame el ramillete de tus afanes desvelados,
que pondré en la vasija de mi hálito,
esperando que florezcan entre mi mano
los bellos recuerdos que los vendavales
del olvido quieren aniquilar.
Tus pulsaciones versificadas me regalan instantes
de ti y sé por eso que emprendes el vuelo
hacia mí y tus risas me mandas para seguir soñando.

Tus aullidos noto,
y el sonido afilado de tus colmillos,
que ya se me han clavado en mí
desde la distancia,
y ahora aguardo en las nocturnas
horas sin perder de vista
al esplendor de la luna
que te escuda;
espero una transformación
para tener el impulso
y el aullido,
que me haga meritorio
de irrumpir en tu soledad
detrás de aquel satélite,
sin alegatos
por la dicha sublime
de tenerte y de tenerme.

Amar, amar, amar,
amar también es sacrificio,
cuando arriba un «hasta siempre»,
cuando el amor prófugo
se transforma en estrellas
rutilantes,
en el céfiro que acaricia
la frente,
en el beso de las flores
recatadas.
Amar en la distancia
es un sacrificio
y casi un dolor apacible,
en el que añoras
pero no estás triste.

Sacrificio como abnegación…
un permitirse el desapego
del ser a quien se ama,
para cederle plenitud
si no la halló a nuestro lado.
No, malestar no.
Apacible libación, de acre añoranza,
puesto que es inolvidable,
que por amor,
se le permite volar
si cree encontrar la felicidad
en otro sitio.
No, dolor hiriente, no.
Queda la añoranza y esperanza
de hallar la fusión mutua
después del delirante trance.

Sí, el amor...
inefable, indefinible...
que me libera, que me alegra,
y me da felicidad,
que libero, que alegro
y hago feliz...
que me permite dejar ir...
aunque eso me duele
pero me quedo con la esperanza.
Sí, este dolor no del amor,
sino por amor,
es un delirante trance…
momentáneo,
y que ofrezco en sacrificio,
que brindo como ofrenda,
que entrego en holocausto…

Alucinante, estrambótico amor delirante,
si hacer daño y causar heridas no es tu misión,
¿Por qué haces viable las laceraciones
de dos corazones arrobados?
Por qué, amor, haces parte de ti,
lo que evidentemente no es tu naturaleza,
pesquisa que corroboras en las faenas…
Inevitable cuestión: ¿qué más queda?
Seguir amando de modo delirante, alucinante…

Amor, si eres plenitud,
si eres felicidad en su mayor expresión,
¿por qué permites que en el acto de un beso
la duda de tu consistencia arribe?
Si los destellos de luna
son tus aliados, ¿por qué pones
la impresión de que todo es ficticio en ella?
Amor, en los corazones,
que neófitos se encaminan
en un sendero unificado,
dilucida la incertidumbre y esfuma la perplejidad…
Para que demuestres irrefutablemente
que eres plenitud y felicidad
en su máxima expresión.

Sentimientos encontrados,
sentimientos compuestos,
cómo poder evitar la nostalgia
ante la privación de tus sagrados
tratos, de tu terneza... pero melancolía
induces combinada con regocijo;
mi pensamiento ya no es claro,
y pierdo mi indócil serenidad,
tristes añoranzas fusionadas con la alegría,
porque te tengo, pero te desvaneces,
solamente tu reflejo me da la certeza
de que tal vez, alguna vez, algún día,
tú también mi destino asumas,
para que se fusionen nuestras almas.




Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

LUNA CONFIDENTE.

¡Oh luna! ... Atesoradora de los secretos
de amor, de los cobijos prohibidos,
de los lamentos contenidos,
recuérdale mis sentimientos concretos.

Ay! luna de mis amores
confidente compañera,
que diste vida a las flores
aunadas a mil poemas ...
Hoy te quiero regalar
estas rimas espontáneas,
que fluyen de mi pensar
mientras me observas y callas.
Eres bella como nadie
y tu luz blanca encandila,
benditos sean tus aires
que sensuales me acarician.


Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

NO QUIERO MÁS LA VIDA.

Extendió las manos y la cabeza esperando que la guillotina cayera 
y muy pronto le quitara la vida, 
que se desapareciera el suspiro y que nunca más hubiera reflejo en sus ojos.
Sin embargo lo único que recibió 
fueron látigos que uno a uno se sintieron como caricias 
pues el dolor que había en su alma era más fuerte.
Oh cielo mío, 
cuántas veces lo había intentado 
y simplemente sus ojos verdes lagrimaron, 
cuántas veces no había intentado refugiarse en el último suspiro.
Gritaba: "No quiero más la vida, 
no la quiero ni para vivir contigo".
Siempre esperando el momento extendía las manos y la cabeza, 
más siempre recibía caricias.
Pero porque soñara en esperar un momento 
porque lo hará si su rostro aún es viento, 
porque no querer la vida si la vida misma es muerte, 
¿Es que acaso quiere empezar a vivir?.
Oh cielo mío porque sigue gritando 
"No quiero más la vida".
                                                            
Puso sus manos en el fuego...
por aquella mujer...
pero, no se olvidó de su perfume de mujer,
cuando en el tiempo, sólo obtuvo un callado ser,
¡y sus manos, ay, de sus manos!,
quedaron cenizas frías,
como el dolor de sus caricias,
¡en el alma, ay, el alma!,
en que sólo la luz alumbró como aquel fuego...
entre sus más frías manos...



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

LA PROSTITUTA.

Iluminan sus labios la borrosa noche.
camina la calle palpitante, temerosa
entre las llamas de babeantes lascivos
que pagan por sus caricias de agonía.

Tu naufragio es mi naufragio,
tu guarida mi guarida,
tu miseria mi miseria,
tu tristeza mi alegría.
Yo soy … ¡tu naufragio!


envuelta en un frío latente que cubre como un manto incandescente, mis mejillas sonrojadas medio pintadas para disimular el desvelo de mis madrugadas.

Noches en soledad,
ojos a la intemperie,
cuando las caricias son barbarie,
del algún hombre asiduo a la felicidad...

Desnuda eres, niña
durazno aterciopelado
una hora en antumbra,
quince minutos en penumbra.

Amada chicuela, playa pisada y desflorada
besada por el sol, acariciada por las olas
das el amor que no tienes, entregándote
en cuerpo y alma a quien no te merece.

-¿Cómo te pagaré, beldad hecha lujuria?
¿Cómo te compraré, cándida víctima de trata?
-Cómprame por siempre, no por una hora.
Con risas primero y gemidos después.

Queso en oliva, charqui en miel
tal vez sea tu sonrisa
tal vez sea tu voz
niña, algo en mí provocas.

Mirada de niña sugerente
y a la vez seductora,
haciéndose la inocente
y también provocadora...

Boca de labios gruesos
besando con desconfianza,
después de sentir mi cuerpo
me besa hasta el alma...

Morena de cuerpo bello
con sabor tropical,
le beso desde el cuello
hasta llegar a su mitad...

Una amenaza me hiciste
por una propuesta indecente,
utilicé hasta mis dientes
y de ese modo cumplirle...

Creí mi objetivo cumplido
y sus manos me contuvieron,
me mantuvo ahí retenido
hasta que nuestros labios se unieron...

Sentí su placer exprimido
y su mirada contenta,
sentí que su amor era mío
así como su entrepierna...

Quiero que sea mi hembra
aunque sea ocasional,
que se entregue completa
como su amor pasional...

Quiero que sea mi secreto
y tenerla sólo para mí,
gozarla toda ella prometo
y con lo mío hacerla feliz...

Hacerme dueño de sus besos
de su boca y de su cuerpo,
besar y lamer todo su sexo
que sepa que así la quiero...

Quizás sea sólo ilusión
calentura del momento,
algunos lo llaman pasión
a cambio de unos pocos pesos...

Ella se me entregó
sin prisa ni temor,
su deseo me encandiló
y nos hicimos el amor...


Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

domingo, 8 de marzo de 2020

BAJO LA LUZ DE PLATA.

Con todo mi cariño a mi querida amiga Shara González. Gracias por ser mucho que una amiga, eres como una hermana y una madre. Nunca encontraré mejor estilista que tú. Mis triunfos y los alhagos que vaya recibiendo como crossdresser también serán tuyos. 



Bajo la luna y las estrellas
De las noches más bellas
Yo te sueño despierto
Escribiendo cuanto te quiero.

Te quiero en cada verso
Te amo en cada poema
Por el más bello sentimiento
Vuelves a mi alma poeta.

Tú provocas chispas en mí
Te amo solamente a ti
Con cada parte de mi ser
Con todo lo que soy siempre te amare.

Entre el suave roció de las flores
Con tus manos pequeñas y suaves
Eres el dulce canto del mirlo
Que siempre quiero conmigo.

Y cuando le escribo al amor
Siempre eres tú la razón
Ya que tuyo es mi corazón
Que te ama con devoción.

Construyendo en las nubes castillos
Con cimientos eternos y sinceros
Y jardines de cerezos de te quiero
Para ti mi lindo lucero.

Bajo la luz de plata
Se inspira mi alma
Al ver tu linda mirada
En la luna reflejada.

Sostengo cada uno de mis deseos
Y los dejo libres al viento
Todos llevan tu nombre
Y el universo ya lo conoce.

Mi preciosa niña linda
Siempre serás TÚ
Mis ojitos más hermosos
El dulce amor de mi vida.



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

ENTRE AMORES SOLLOZANDO.

Con todo mi cariño a mi amiga Shara González.

Llora el bebé en el regazo
y en el nido los polluelos.
Llora el alma en el silencio
y el corazón en los brazos,
del amor que vive lejos.
Llora quien se siente preso
y sin grilletes se oprime.
Entre riquezas solloza,
quien la libertad cohíbe.

Van quedando los retazos,
de pasadas desventuras.
Pero la vida se muda,
como la piel el lagarto.
Lágrimas que van rodando,
en la pena que perdura.
Tiernos gemidos que nublan,
las escasas alegrías.
La voz se ha quedado muda,
entre sollozos perdida.

Llora el cachorro que pierde,
el cariño que le acuna
y en los lloros se desnuda,
el alma de la criatura.
Sueña llorando quien teme,
que los sueños sean de bruma.
Lloran la ausencia y la hambruna,
en la dignidad perdida,
en las derrota sufrida,
si la humanidad se pierde.

Se van quedando en la nieve,
los copos que ya cayeron.
Los silenciosos fragmentos,
de las palabras que hieren.
Lágrimas que van rodando,
en el lecho de la muerte.
El amor que va y que viene,
como el aire que se pierde,
en los entreabiertos labios.

Llora la sangre que fluye,
llora el corazón que late.
Llora el amor que subyace,
en el fondo de la sima.
Llora quien siente fatiga,
de la mirada que finge.
Quien el corazón ensancha,
con la lágrima que fluye.
Llora quien del amor huye.

Llorando queda la Tierra,
flagelada en sus orígenes.
El amor que se consume,
y el que de su vientre nace.
Ama llorando quien pace,
en las pasiones del mundo.
Llora quien siempre sucumbe,
al dominio de sus amos.
En las lágrimas se unen,
el amor y los agravios.



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

CON SOLEDAD.

Con cariño a Sharon 


A veces duda mi capacidad
sin entender  porque puedo contarte,
y recibir la reciprocidad
que me lleva a escribir y encantarte.
Sin pesar la bella vulgaridad
tan seductora que gozo al amarte.
Imaginando tu cuerpo desnudo,
que con mis labios y lengua saludo.

Como rocío en lindo amanecer
cuando sale el sol en la cordillera ...
Con lana artesanal doy proceder,
a tejer tu rostro en esa arpillera,
con miles punto cruz, por merecer
ser el ser , que baje tu cremallera
y bese el vientre que me he imaginado,
por este amor que vive ilusionado.

Yo agradezco a las generosas odas
a las letras que vienen a mi mente.
A los versos a las palabras todas.
A los tantos caracteres dementes .
A las estrofas porque son tan cómodas,
y en mis versos fluyen ellas fácilmente.
Cortas o largas sean las que te escribo
desnudan mi alma cuando las recibo .

Son diferentes , son de corazón
incongruencias que le hablan al amor,
con esencias de linda sin razón
en torrentes briosos por el clamor
que me hacen perder sentido y razón.
Pensando en que me das tu desamor,
y recuerdo tus miradas valiosas
tumbado junto a tu cuerpo ... preciosa ...

Y en tal jergón te miro y bien admiro
esperando desatemos pasión.
Mientras el vapor muy fuerte respiro
que es preludio ante habitual ocasión,
de juntarnos en besos y suspiros
soltando nuestros cuerpos la tensión
en las horas de sexo placentero ...
Que brota del amor más verdadero.

Sé muy bien que falta lo que esperabas
Y sabes bien que lograré inspirarme
Y se bien me buscas y no encontrabas,
la puerta que te trae para abrazarme
y saliva muy densa te tragabas,
en vez de guardarla para besarme.
Pero como ya has llegado a mi cuarto
Le darás de comer a mi lagarto.

Toma mi mano mi traviesa amada
y disfrutemos la imaginación,
muy lejos de la curiosa camada
que nos vamos de peregrinación
y tendremos sexo, do muy calmada
será el inicio, con la excitación.
Tornaran de rubor a las estrellas
y las gotas de sudor serán bellas.

Con colores boreales hermosos
como tus ojos tan grandes y tiernos
cual son nuestros versos tan amorosos
y ni hablar de nuestros celos de infiernos.
Seremos comensales muy golosos,
con lujuria propia de los avernos.
Que juntos en orgasmo y mi acabar ...
dará deseo al cielo de alabar .

Habernos conocido un imposible
y más increíble fue enamorarnos,
por tanto tener sexo es muy posible
y en ello vamos a demorarnos,
con variadas poses tan increíbles,
placeres que da el hecho por amarnos
entregados a la vasta lujuria,
que en algún momento será con furia.

Todo esto es una muestra del humor
porque del amor yo me he de olvidar.
Todo porque se ha corrido el rumor,
no puede tu corazón anidar.
Y que tengo en mi cabeza un tumor,
y ese temor me logra intimidar.
Y sea eso una mentira o verdad.
Me iré como llegue ... con soledad.



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

TENGO MIEDO.

Tengo miedo al mañana
que está por venir,
aunque la noche no me abandonado
temo por mi porvenir.

Todos mis temores decidieron visitarme
todos juntos esta vez,
y creo que ya decidieron que se
quedaran a mi lado hasta el próximo
amanecer.

Siento en mi pecho mucha angustia y soledad,
quizás es porque a mi lado no estas. Cuanto
quisiera calmar mi angustia
recostándome a tu lado, como solía hacerlo.
Tengo miedo hoy, de rendirme mañana y
no poder continuar...


Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

UN TIEMPO POR VENIR.

Duerme la noche agotada de ver,
 yace la paciencia y parece dormida
en un manto de algodones
espera, en silencio como en un atrio,
escucha, silente los ruegos como campanarios
ve, como los días se suceden y enflaquecen,
como se hace angosto el bolsillo.
Hay miles de paciencias esperando,
hay muchas campanas calladas,
hay rezos que no han sido escuchados, todavía,
hay un fastidio que germina y se multiplica,
hay miedos también, y un mañana sin pronostico.
Sucede, todo el tiempo y la mentira se pavonea
y la realidad se niega, se envenena de pretextos.
Las áreas de descanso no eran tales
solo espejismos que dibuja el gris y engaña
son falsedades y sin embargo el sueño yace
porque lo que eran soles y surcos con siembra
solo existieron en la realidad del crápula que engaña,
que profetizo un tiempo cristalino y prometió sueños
en los hogares sufridos donde el alimento falta.
Sin embargo el cerebro guarda en sus cajones
mas esperanzas con semillas y volverá a nacer
Después del desengaño, algún tiempo por venir
donde los falsos profetas sean un mal recuerdo.



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

viernes, 6 de marzo de 2020

HABRÁ FUTURO.

A Vos viejo tiempo
Que no paras nunca,
Y andas por el mundo
A tus anchas también,
Dime si aún si existe
La estación aquella,
Donde un triste día
Vi partir…su tren.

Eran tiempos duros
Y la puta guerra,
No creía en nada
Tampoco en el amor,
Yo a la deriva
En un país en llamas,
Tu que te alejabas
Y yo…con mi dolor.

Sonar de sirenas
La gente espantada,
Sin saber siquiera
Hacia donde ir,
La muerte bailaba
Su danza macabra,
Los dados marcaban
Vivir…o morir.

El hambre y la angustia
ocupaba el proscenio,
Y yo siempre pensando
En volverte a ver,
había a raudales
Muchos sueños rotos,
Los hombres tan necios
Si es…de no creer.

Por eso se impone
Vivir el momento,
Pues el destino a veces
No es el buen pastor,
Tan solo espero
El ansiado milagro,
De verte de nuevo
En un mundo…mejor.

Nos iríamos entonces
A inventar un futuro,
Lleno de arco iris
Y prados en flor,
A crear un reino
De paz y alegría,
Y lejos, muy lejos
De este…cruento horror.




Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

SE ME VOLVIÓ COSTUMBRE.


¡Un suspiro muriendo, en mi pecho ardiente!
Bajo un cielo plomizo, de una tarde de enero,
dibujé mis pasos por aquel sendero,
del viento peregrino, sentía la corriente.
No estabas, lastimosamente
y se me volvió costumbre,
caminar frecuentemente,
por la calle silenciosa y vacía...
en donde ningún alma, sola andaría. 
Y se me volvió costumbre,
acurrucarme en la piedra…
a mirar crecer la hierba,
del camino de mi vereda...
ése que a diario anduviera,
recordando tu ausencia. 
Y se me volvió costumbre
estar hablando con la luna,
esa luna rojiza
que teñía el horizonte,
la que fuera centinela
de mis sueños y quimeras...
la que fuera compañera
de mi hastío y de mis penas. 
Y se me volvió costumbre
nunca dejar de pensarte...
y se me volvió costumbre
bajo la lluvia soñarte
y se me volvió costumbre
debajo del sauce esperarte. 
Y ver pasar la tarde
y ver llegar la noche
y sentir el rocío de la aurora
y ver pasar las horas...
y no verte llegar a media noche,
entre la gente que viaja en coche.
Y se me volvió costumbre
acostumbrarme a la espera... 
Y si nunca de frente yo te viera
y en mi jardín el tulipán no floreciera
y en mi alma todo el tiempo lloviera
y siempre viera marchitar la primavera
y muchos inviernos, blanquearan mi cabeza
y muchos otoños, de hojas me cubrieran.
Yo te aseguro vida de mi vida…
yo te aseguro que no te olvidaría
y en mi pecho la flama ardería…
y tu desdén... jamás la apagaría.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

CONFESIÓN.

No entiendo como de repente te vi,
y empecé a sentir esto que siento,
De pronto tu sonrisa lo fue todo.
Tu rostro disfrazado de ingenuidad,
empezó a robarme el sueño
y mi sonrisa empezó a depender de la tuya,
tu voz ahora estremece mi cuerpo.
Rondo el pasillo donde sé que te encontraré,
y te encuentro, te toco, te abrazo. Basta con tan poco para desearte.

No te conozco, lo sé,
pero esa sonrisa y esa mirada,
la seguridad con que te avecinas.
Y tantas cosas más que me hacen desearte .
Desearte, si, porque no te amo es cierto pero te deseo,
para explotar, para vivir para eso te deseo,
para descubrir lo que no he descubierto,
para entregarme sin atavíos,
para que me acaricies con tus manos.




Autor  
Antonio Carlos Izaguerri