martes, 28 de abril de 2020

ERES MI POESÍA.

Quise escribirte una linda poesía
Mi gran amiga y amor de mi vida,
Palabras fluían, pero escribir no podía,
en mi mente solo tus ojos tiernos veía.

Qué escribirte, si todo tú eres poesía,
Eres mi ilusión, mi más dulce pasión.
Tus palabras son néctar para mi corazón.
Gracias por ser de mis latidos, motivo y razón.

Creí jamás volverme a enamorar
Pero llegaste cual música celestial.
Melodía de tus labios al escuchar
Un ¡te amo, a tu lado sólo deseo estar!




Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

POETISA, ERES TÚ QUIEN ...

Te observe; silencioso, tranquilo
te vi escribiéndome una poesía,
intensa emoción sin parar,
al saber que pronto un poema de amor, de tus labios iba escuchar.

Tú eres el cielo, que mi estrella guarda,
me tienes en tus poemas como muso escondido
me llenas de besos en versos,
emocionas mi corazón cuando me hablas de amor.

Quizá tus letras, sean simple tretas
Pero dejo una vez más, seas mi pintor poeta;
dejo que me pintes, en el lienzo de tus letras
entre colores y acuarelas, escruta mi silueta.

Logras erizarme el cuerpo,
las ganas, el alma, la sangre;
y doy riendas sueltas mi corazón.
¿Cómo dejas caer lluvia de sueños,
y logras transformarme en un bello
y florido vergel de inspiración?

Me recitas amor en tus poesías
y a mí me da ganas de gritar de algarabia,
de llenarte con mis pobres letras,
que nacen desde este mi amor sediento
porque es una forma de decirte lo que siento.

Te dejo estas letras
en este espacio de sentimientos
esperando te lleguen a tiempo ...




Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

PASIÓN A ESCONDIDAS.

Entre besos, caricias y suspiros
sentí tus manos, por mi cuerpo recorrer
quedó la esencia de tu aroma por todo mi ser,
atado a tu piel, me estremecías de placer,
nos amamos en el silencio,
sin que nadie nos pueda ver.
               
El sonido de la cama delataba nuestro querer
sublime las caricias que aquella tarde te regalé
sin temor, mi amor y pasión te entregué
unimos distancias en el verso del placer.

Aún recuerdo lo que vivimos ayer,
noches húmedas hasta el amanecer,
perdidamente embriagado de tu sudor quedé
unas horas en el cielo ardiente que jamás olvidaré.

Agotados y a punto de enloquecer,
dormí en tus brazos, mis sueños de hombre,
me sentí un dios y vi lo que jamás pude ver
con un beso de tus labios de miel me desperté
y de nuevo fui tu marido hasta el amanecer,
y nadie se enteró de lo que pasó ayer.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

BENDITA AQUELLA TARDE.

Bendita aquella tarde
del día en que te vi,
llegaste, mariposa
con vuelo muy sutil,
posaste en una rosa
buscando tu botín,
y el beso de sus labios
que quiso recibir,
los pétalos golosos
se abrieron porque sí,
y fueron un reclamo
de flores y jardín,
el sol te saludaba
con rayos, muy gentil,
y tú le sonreías
con cara de infeliz.

Bendigo aquel momento
que un día yo viví,
leyendo tus poemas
de un modo muy febril,
los versos cautivaban,
dejaban frenesí,
al alma soñolienta
de un niño en su confín,
vivía en una nube
mil sueños de marfil,
ajeno a que muy cerca,
un sueño le era afín,
¡el sueño de los sueños,
un sueño sin matiz,
el sueño que su alma
buscaba con trajín.

"Bendigo aquel instante,
(guardado cual rubí),
que pude ver tus sueños
y en ellos, verte a ti"




Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

ENTRE BESOS DE LA BRISA Y SUSPIROS DEL AURA.

Entre besos de la brisa y suspiros del aura
van muriendo mis aterciopelados sueños,
como sutiles gotas del matinal rocío
que entre risas y lágrimas se las bebe el tiempo.
En el dorado oreo su aroma la rosa exhala
besada por los delicados labios del céfiro
y con él al espacio sus colores derrama
para engalanar con irisado tul el cielo.
Unos bellos ojos esmeralda descubrí
entre las sedosas alas del viento,
su verde mirada hería las briznas del aire
que se esparcían como fina lluvia de fuego.
Incandescentes pavesas surcaron el éter
henchidas de amor como las flechas del dios Eros,
indolentes atravesaron mi corazón
arrastrándome tras de sí al profundo piélago.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

ME PREGUNTO.

Me pregunto si tu presente, pregunta por mí.
¿Será que tu almohada, pronuncia mi nombre?
¿Cuantas veces, tu piel añora mis caricias?
¿Tu espalda, recuerda el toque de mis labios?

Te confieso, mis mañanas no preguntan por ti.
Escucho tu voz en suspiro del viento.
Escucho tu risa en cada rincón de la casa.

Por mi parte, te pienso a cada instante.
Aprendí a mentir, aprendí a guardar silencio.

Miento cada día al no pronunciar tu nombre
Guardo silencio cuando quiero hablar contigo.

Lleno de besos el espacio que dejaste vacío.
Hablo con la rosa que lleva tu nombre.

Tu estas a mi lado, aunque tú no me vuelvas a ver.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

ANOCHE SOÑE CONTIGO.

Anoche soñé contigo, no te vayas a ofender,
Pues fue solamente un sueño, fantasías de ti mujer
Anoche soñé contigo, soñé que cada noche te cantaba
Que te conocía y sabía todo de ti.

Anoche soñé contigo, soñé que cuando despertaba, te veía a ti
Pero al despertar, tu no estabas aquí
Anoche soñé contigo, soñé que caminaba contigo de la mano
Como dos enamorados, pero en la realidad no estás tú.

Anoche soñé contigo y hablando con los ángeles
Les platique de ti, de tus lindos ojos, de los cuales me enamoré
Anoche soñé contigo y no lo voy a negar, pues fue placer y castigo
Ya que hubo despertar, eres mi sueño más hermoso.
                                                              
Anoche soñé contigo, que probaba tus dulces labios
Que me hacías esclavo de tus besos y de tus brazos cautivo
Anoche soñé contigo, verte de nuevo fue lo más lindo
Pero quisiera verte, para soñar entre tus brazos.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

ESTA NOCHE.

Esta noche como todas las noches,
Me acostaré junto a ti  
Sin ningún reproche.
Ahí estaré sin saber qué esperas de mí,
Sentiré tu respiración,
Percibiré tu olor
Hasta sentiré tu calor
Como deseo también sentir tu amor,
Me pregunto porque aún estás conmigo,
Porque este amor fingido
Cómo quisiera entenderlo todo,
Cual será nuestro destino.
Aún no entiendo por qué aún te adoro.






Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

SILENCIO.

He olvidado todas mis lecciones
en la punta de la lengua
he perdido la vergüenza
y luego aprendido
a ocultar las perfecciones
a distinguir mis manos
mis sentidos

cuando en las ferias
la magia arrulla su sonido
y los sentidos explican
cómo cosechar las soledades

quisiera poder encontrarme
con las sombras de otros tiempos
donde las risas eran pétalos de carcajadas
y la sensualidad dormía con los ojos abiertos

pero de pronto me encuentro contigo
con tu nombre
el mismo que me sabe a distancia y despedida

quisiera poder enarbolar banderas en tu corazón
pero las murallas de tu tiempo
son las mismas por donde huyen
innumerables profecías …






Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

NUESTROS CORAZONES.

Ni bien aparece el sol
y despunta la mañana,
este orate corazón
al que posees,  lo llama …

Con su latido de amor,
con su pasión que proclama
unirse al tuyo, mi sol,
porque él enciende su flama!

Tu corazón con el mío
conversan en la distancia,
y continúan unidos
pese a ser ésta es muy larga!

Corazones que a lo lejos
profundamente se aman,
con un amor verdadero
que fluye de sus entrañas!






Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

NI POETA NI ESCRITOR.

No pretendo ser Escritor,
que escribe por escribir,
ni Poeta que al versar,
no ha plasmado su sentir.

A veces suelo escribir,
quizá con empírico versar,
cosas de mi diario vivir
o cuitas que inspiran amar.
                           
Mas Poeta no soy,
Escritor tampoco,
Tal vez un poco loco,
que no sé quién soy.

Pero Poeta no seré,
ni tampoco escritor,
lo único que tengo daré;
Todo en aras del amor.

Mas si alguna rima,
tu alma emociona,
por amor o estima,
en tu sentir  perfecciona.

No la pensé para nadie
fue pura coincidencia,
pero hago deferencia,
no te haya sido desaire.

Quizás nunca sea Poeta,
mucho menos Escritor,
mi única razón y meta:
Es hablarle al amor.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

lunes, 27 de abril de 2020

DONDE SOBRAN LAS PALABRAS.

Prendió la chispa temprana.
En la emoción se engendró,
el embrión de la palabra.
Con una fuerza inaudita,
la inteligencia brotó.
Y como una exhalación,
surgió el amor de la nada.
Brota el tallo de la tierra,
de la simiente que ama.

Vagó sin rumbo el deseo,
buscó sin cesar la aurora.
En la ausencia se encontró,
con los perdidos anhelos.
En el vacío que queda,
en los insondables huecos,
susurran las alegrías,
con palabras sin acento.

Noches de eterna vigilia,
donde no caben los cuerpos.
Soñando entre las fronteras,
vacías de pensamiento.
Donde solo el sentimiento,
en los vacíos se queda
Duermevela de los años,
que van acuñando el tiempo.

Valor de sentirse noble,
anclado en la comprensión.
Conmovedora emoción,
de singulares matices.
Versátil conocimiento,
que busca amar lo diverso.
Empapado por la tierra,
que su dolor reconforta.

En la sonrisa que aflora,
cuajada de sentimiento,
Se leen las hermosas notas,
de tan sutil instrumento.
Placeres entre las rocas,
que ablandan el corazón,
como arenas que se mojan.
Solsticio de la ilusión,
en una perfecta estrofa.

De la llana comprensión,
nace la afición temprana.
Una crecida riada,
bañada con la ilusión.
Rompió la reja el amor,
que en los mares del saber,
la brutal fuerza amenaza.
Como lirios la templanza,
en el blanco hace el honor.

Nació la dicha sin tiempo,
eternamente aplazada,
sorteando las mareas,
que la elevan y rebajan.
Nació del fondo la hoguera,
donde sobran las palabras.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

TE SIGO ESPERANDO.

Tengo cita con la nada
me espera la soledad
llevo el alma destrozada
con rumbo a la oscuridad.

Voy camino al funeral
en donde yace el amor
y llegar me da temor
pues presagio mi final.

Cuanto más me acerco al mar
más me brota el sentimiento,
pero tengo que llegar
para dejar de llorar
al mirar el firmamento.

Y así poco a poco el viento
me va acercando a la brisa
mientras que a mi alma sumisa
le ataca el remordimiento,
pero sigo en movimiento
mientras confundo lo azul
del mar y el cielo tizú
que incrementan mi tormento.

Pues se asomó ya el lucero
aquel que tanto adoraba
quien decía que me amaba
aun sabiéndome viajero.
Si te vas igual te quiero
haré mi amiga a la espera,
no habrá nadie que te quiera
y pongo al mar por testigo
no es mentira lo que digo,
¡Yo te querré hasta que muera!

Y miramos a su estrella
cuando abrazado con ella sollozó,
pensé que fue por tristeza
pero al alzar la cabeza se sonrió.
Dicen que al puerto llegó
un furtivo marinero seductor,
sin pensarlo se entregó
olvidando que la quiero
cruel error.

Pues con ella naufragó
en una noche sin luna
aunque se asomó un lucero,
y cuentan que alguien la oyó
gritar con mala fortuna ...
¡Ven, que es a ti a quien yo quiero!

Mirar al mar no quisiera
me lastima el recordarla
pues no he dejado de amarla
y sueño con que me espera.

Fue una flor de primavera
que corté para adorarla
pero no debo culparla
la ausencia es mal consejera.

Estoy por llegar al mar
un lucero se ha asomado
para verme regresar.

Todo se ve desolado
y el faro de aquel lugar
tristemente está apagado.

Hoy no sé qué duele más
si fue su infame traición
o ya no verla jamás.

Se confunde mi razón
viendo que se va el ocaso
y todo es desolación.

Me faltan muy pocos pasos
para estar ya junto al mar
donde la tuve en mis brazos.

No, no me puedo acercar
el lucero está llorando,
quiere que la vaya a buscar.

Y yo que la sigo amando
la iré a buscar a la muerte,
si esta noche tengo suerte
el mar me estará ayudando.

¿Quién me debía esperar?
¡El Mar!
¿El lucero cómo aprueba?
¡Me lleva!
¿Y a quién mi vida le di?
¡A ti!
Si de amor enloquecí
el recuerdo es mi tortura
porque miro en mi locura...
¡Como el mar me lleva a ti!

¡Ven, que es a ti a quien yo quiero!
A ella volví ... ¡Hay dos luceros!





Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

EN EL ALBA EL PESCADOR.

Se esfuma el tiempo
a la par de un cigarro,
inhalando el repudio
fluyo sin rumbo.

Sé que al amanecer
despierta la realidad
pero no mi verdad
por la cual exhalar.

El humo que me acompaña
y la niebla que me sigue ...
soy la silueta
del mar en noches tristes.

Las estrellas
sólo iluminan a los árboles silenciosos
de a poco me acoplo,
la angustia murmura.

El viento ya es otro,
la espuma del mar
me dibuja en los pies
la silueta de un pez.

Las hojas de los árboles ya muertas
caen sobre mí,
no se hunden
flotan con mi pena.

Las grietas de la luna
iluminan el horizonte,
los búhos melodiosos
guían a mi paz.

En el alba el pescador
recoge las hojas y el repudio.
En el alba el pescador
con la fuerza de un hachazo
penetra en él un mensaje.
En el alba soy el pescador
reverdeciendo mi interior.






Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

UN AMOR COMO EL NUESTRO.

Un gran amor como el nuestro
de cereza y chocolate
de suspiros y sonrisas
de arreboles en las tardes.

Un amor de almíbar
Es en el que sobran detalles
que inspira miles de versos
haciendo que el alma cante.

Un gran amor como el nuestro
que desde el corazón sale
con sus paisajes hermosos
de sirenas en los mares.

Un amor que tiene aromas
a las flores y sus valles
por ser bello y natural
con sus tantas novedades.

Un gran amor como el nuestro
que duele de tanto amarse
y que invita para siempre
que con vehemencia te amé.






Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

ACUÉRDATE DE MÍ.

Acuérdate de mí, en tu noche,
cuando callen las cigarras
y la sangre serene
los latidos de tu pecho.

Búscame en tu almohada
y en el dedo invisible
que llega y acaricia tu cara.

Estaré unido a tus sueños
en una transfusión de sonrisas
y de versos.

Acuérdate de mí, en tu noche,
cuando los suspiros te embriaguen
y aceleren los sentidos
el tic-tac de las pasiones.

Deja que te diga lo que siento,
que te hable en un susurro,
que te cante, como hacían los gorriones,
y recite los poemas,
que nacieron bajo un roble.

Acuérdate de mí, en tu noche,
hasta que llegue la alborada
y nos deje la tibiez de sus caricias.

Porque el día llegará con otros sueños,
y nuevas realidades,
dando paso al rocío de la noche
y al sudor de nuestras almas,
embriagadas, y contentas,
por el día que comienza.

Acuérdate de mí, en tu noche
y siente el litoral, con la resaca,
de la playa que susurra,
de la estrella que te mira
y del niño que te llama por tu nombre.

Acuérdate de mí, y no me olvides.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

EL FORJADOR DE ESTRELLAS.

Forjaría magnífica poetría,
para conquistar a tu pervertida
sonrisa, que desnuda a mi vestida
paz. Pues ella a tus ojos espía.
               
Con miles de estrellas abrazaría
el fuego de tu silueta teñida,
sobre dulce vino, que le da vida
a esta muy peligrosa profecía.

Tu semblante... un cruel coqueteo,
que palpita siempre que pestañeo
y que enloquece cada vez que te veo.

Pero... ¿De qué me sirve regalarte
este simpático y muy sincero arte,
si solo en mis sueños puedo besarte?




Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

CRISTAL Y ESCARCHA.

Desde que navegas entre galaxias
que mi corazón está hecho de pedazos de cristal,
que fui pegando para poder seguir respirando.

Y se llenó mi alma de escarcha, al no tener ya
tu penetrante mirada de ojos negros y rasgados
aquellos que me miraban enamorados.

Cristal y escarcha ha nacido en mi pecho,
el corazón se volvió frágil, pero te sigue amando,
pedazos de cristales va derramando,
son lágrimas llenas de amor porque te está añorando.

Escarcha helada siento desde que no estás en casa,
cuando entro en nuestro aposento, no está la cama ancha,
en su lugar hay una de pequeña, me abrazo a la almohada
y pienso que eres tú, amor mío, quien me abraza.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.