miércoles, 6 de mayo de 2020

EL JARDÍN RENACE.


Compartir la alegría que descifra la sonrisa,
la mía,
a veces silenciosa, calmada,
debida concentración implacable que por necesidad surge.

Pero sé que el mundo no es perfecto,
la sonrisa predomina más en mí
que los malestares ajenos
que te pueden provocar hasta nauseas.

Pero no lo externo,
las vibras emocionales y grandes
se deben guardar por la gran contaminación en las calles,
los aires sobretodo que expiden las voces inconclusas de amor.

Mi jardín se ha sometido a nuevos riegos,
nuevas áreas verdes que han renacido
y a cada paso
brota nuevas flores.

Pero hay una especial,
una que mientras riego culmina su amor,
galopante en sus pétalos abre sus brazos
y me tira un beso.

Y yo se lo devuelvo,
pero uno de esos besos calladitos
para que las demás flores no se percaten
de la tanta efervescencia que produce en mí.

Y lo guardamos,
ya no tan secreto pero controlado,
controlado en sonrisas sin motivos, y miradas desconocidas,
controlado como la noche que se viste de silencio.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

NOCHE DE CIUDAD.


Sale del horizonte, avanzando a un sepelio parece
el ocaso su manto despliega y vela
ocultando el pasado que culmina tedioso
mira la bóveda negra y su costal abre
como campesino cuyo grano infecundo
se agota ante prolongada sequía
esparce puñados de perlas
que temblando quedarán suspendidas
mientras cavila cuántos hoy
cuántos anhelos más nobles
henchidos de amor
despegarán hacia ellas

Para su manto ajado por tanta rutina
busca hilos, brillos de fantasía
con qué poder remendar
en los parques callan cigarras y grillos

Recorre canchas, estaciones de metro y de bus
el mismo miedo y tristeza en las calles
en las casas herméticamente cerradas
en las copas y el humo
de bares y discos donde la juventud
sin ideales se hunde
dando rienda suelta a sus bajos instintos

Ocaso se recuesta aguzando su olfato
el aliento es tan denso
que lo aprisiona contra el suelo
por las alcantarillas la tierra agoniza
no hay alimento fresco sino empacado
no hay animal silvestre sin perseguir
los árboles pierden brillo y color
el ruido hace eco recorriendo
arterias de ojos artificiales

Y el pobre ocaso no tiene rocío
 donde refrescar su rostro marchito
se levanta, enrollando su manto
no hay pájaros que lo despidan
pierde la voz, otro día empieza.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

PARÁ QUÉ EL AMOR SI TÚ NO ESTÁS.


Con el mismo tesón que me mereció tu amor,
con la misma entrega con que el rojo se da al azafrán,
con la cálida dulzura de quien sabe amar,
con la entereza de la longanimidad,
con el suave y sonoro recitar de un poema,
con el murmullo que embelesa a los sentidos,
con la verdad que se revela en un abrazo,
con la magia esperanzada con que se pide un deseo,
con la colorida estampa de un jardín floreado
y con el terciopelo de las manos dado en una caricia,
con todo, te amo como nadie ha sabido hacerlo.

De que me sirve hablar si no me escuchas,
de que me sirve esta pasión si mi mano jamás visitará al encaje que te ciñe,
para que tu carmín de fuego si nunca lo ahogaré con mis besos,
qué sentido tuvo abrir la puerta de tu secreto si no puedo entrar en él,
para que tanto amor si no llegará hasta ti.

Eres la razón bendita por la que sacrifico mi alma,
la heredad de Dios dada a los hombres,
fantasía encarnada para yo vivir mi sueño,
baluarte que me hace enfrentar al mundo,
obra perfecta para un cielo de violines,
inspiración que al mundo me hace a diario conquistarlo,
pausa perfecta en el transcurrir del tiempo,
aroma de paz recibido en un abrazo,
causa de luz para mis ojos,
vino exquisito y afable para embriagarme en tus labios,
tentación inexpugnable que alcanza solo el amado
y vigor que me mantiene siempre unido a tu lado.

Déjame atracar tu puerto hasta robarte el alma,
desinhibe tu sonrisa y entrégala a la pasión,
descansa en mis brazos el recreo de nuestro amor
y enciérrame en un abrazo de brazos y piernas,
satisface el instinto que por amor es un don,
comparece en la sabana que guarda tu desnudez,
y déjame de a poco,
muy de a poco,
beber el manantial de tu piel.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

ERES MÚSICA.


Música que eriza mi piel,
sinfonías que resuenan como un cascabel.

En el pentagrama de mi vida,
cada corchea olvida,
el acento de cada nota sentida.

Tú eres mi directora de orquesta,
y yo tu batuta incierta.
Tu voz es la única melodía,
que quiero escuchar cuando se apaga el día.

Acaricio las cuerdas del violín,
como el infinito salto de un bailarín.

Música es el huracán que desprende tu belleza,
haciéndome perder la entereza.
Música es la esencia de tu cuerpo,
que cuando me roza se detiene el tiempo.

Música es la leve sonrisa que me perfilas,
cuando me reflejo en tus pupilas.






Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

PEQUEÑAS LECCIONES DE EROTISMO.




I

Recorrer un cuerpo en su extensión de vela
Es dar la vuelta al mundo
Atravesar sin brújula la rosa de los vientos
Islas golfos penínsulas diques de aguas embravecidas
No es tarea fácil –si placentera–
No creas hacerlo en un día o noche
De sábanas explayadas.
Hay secretos en los poros para llenar muchas lunas.

II

El cuerpo es carta astral en lenguaje cifrado.
Encuentras un astro y quizá deberás empezar
A corregir el rumbo cuando nube huracán
O aullido profundo
Te pongan estremecimientos.
Cuenco de la mano que no sospechaste.

III

Repasa muchas veces una extensión
Encuentra el lago de los nenúfares
Acaricia con tu ancla el centro del lirio
Sumérgete ahógate distiéndete
No te niegues el olor la sal el azúcar
Los vientos profundos
Cúmulos nimbus de los pulmones
Niebla en el cerebro
Temblor de las piernas
Maremoto adormecido de los besos.

IV

Instálate en el humus sin miedo
Al desgaste sin prisa
No quieras alcanzar la cima
Retrasa la puerta del paraíso
Acuna tu ángel caído
Revuélvele la espesa cabellera
Con la espada de fuego usurpada
Muerde la manzana.

V

Huele
Duele
Intercambia miradas saliva impregnante
Da vueltas imprime sollozos piel que se escurre
Pie hallazgo al final de la pierna
Persíguelo busca secreto del paso forma del talón
Arco del andar bahías formando arqueado caminar
Gústalos.

VI

Escucha caracola del oído
Como gime la humedad
Lóbulo que se acerca al labio sonido de la respiración
Poros que se alzan formando diminutas montañas
Sensación estremecida de piel insurrecta al tacto
Suave puente nuca desciende al mar pecho
Marea del corazón susúrrale
Encuentra la gruta del agua.

VII

Traspasa la tierra del fuego la buena esperanza
Navega loco en la juntura de los océanos
Cruza las algas ármate de corales ulula gime
Emerge con la rama de olivo
Llora socavando ternuras ocultas
Desnuda miradas de asombro
Despeña el sextante desde lo alto de la pestaña
Arquea las cejas abre ventanas de la nariz.

VIII

Aspira suspira
Muérete un poco
Dulce lentamente muérete
Agoniza contra la pupila extiende el goce
Dobla el mástil hincha las velas
Navega dobla hacia Venus
Estrella de la mañana
—El mar como un vasto cristal azogado—
Duérmete náufrago.







Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

martes, 5 de mayo de 2020

PERFUME DE MUJER.

Perfume de mujer,
fuente original de campos y verdes valles,
fragancia que enamora y despierta
los fuertes deseos que hay en mi alma,
piel que transmite aromas,
que se mezclan con la química
de los poros de mi cuerpo.

Perfume de mujer que conquista y enamora,
que despierta mis instintos y revive mi alma,
oasis donde vivo mis más hermosas aventuras,
néctar donde bebo y embriago mis más fuertes deseos,
donde mi amor por ti se deleita y se embelece.

Perfume de mujer,
aroma fino que seduce
donde viaja mi mente a paraísos vírgenes,
donde tu olor me transporta a vivir
la intensidad de hermosos pecados,
donde me vuelvo adicto de la fragancia
de tu hermosa epidermis.

Perfume de mujer,
manantial de agua fresca y cristalina,
sudores que embriagan
y llenan de rocío mi vida,
cascada de aguas vírgenes
donde el baño calma las ansiedades de mi alma,
donde puedo refrescar mis íntimos calores corporales,
donde te puedo beber y secar la sed eterna,
que tengo por tu piel amada.

Perfume de mujer,
mezcla de sabores que se vuelven mi alimento,
néctar dulce que se riega por la suave belleza de tu piel,
mi manantial prohibido,
mi mágica fragancia,
la que sincroniza
y encaja una aleación perfecta,
entre los intensos deseos de nuestros aromas.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

TUS ALAS NECESITO.


Tus alas necesito,
pequeña mariposa,
así podré seguirte,
volar sobre las olas,
mirar la blanca espuma
que salta por la costa,
llegada de los mares
dejándonos mil formas,
tus alas yo preciso
igual que tú las rosas,
el lecho de las flores
y el sueño de las sombras,
no niegues mi capricho
y ofréceme gustosa
las alas, por un rato,
que alegren mi persona...

Las alas de tus versos
que surgen cual palomas
y dejan fantasías
y bosques con alfombras,
el mundo de los sueños
renace a cada hora
y viene a mis latidos
de forma misteriosa,
preciso de tus alas,
te grita mi voz ronca,
que quiere contagiarte
el néctar de la boca,
y un labio tembloroso,
suplica y se conforma
sintiendo a tus pupilas
mirándole orgullosa...

"...Tus alas, no me niegues,
mi linda mariposas,
preciso y necesito
el cáliz con tu aroma..."





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

QUIERO SABER DE TI.


Quiero saber de ti
Cada mañana, cada día
Cuando raye el sol
Quiero saber de ti

Quiero saber si me amas
Quiero saber si tus besos son para mí
Quiero saber si piensas en mí
Hoy quiero saber de ti

Amanece y quiero saber de ti
Saber si sientes lo que yo siento
Si hasta a ti llego mi pensamiento
Ese que dice te amo y te mande con el viento

Y pensar que estaba solo
Y pensar que no sabía amar
Y hoy en cada noche en cada amanecer
Quiero saber de ti
Pues tú me das la energía para vivir







Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

TU BOCA DE AGUA BENDITA.


Grabaste mis labios a fuego con tus besos
de esos que reemplazan los deseos
y los besos de otra boca ayer querida

Me sujetaste a tus labios, tus labios de agua bendita,
y sin yo quererlo, a ellos me he hiciste adicto,
Devoto de esos besos que has tallado con delicia y sin cordura
en las orillas de mi boca que besaste con locura
hasta cortarme el aliento, casi quedando sin vida
Ya no quiero despertarme ansío vivir dormida
con el perfume de tus besos en mi boca enloquecida.

Atrevida esa … tu boca … tu boca de agua bendita
que me ha colmado de besos hasta gastarme los labios
y se ha hincado en mi cuerpo como si fuera un sagrario.
Se me hacen largos los días esperando tu regreso
para que colmes de besos el trayecto que te lleva
de mis labios afiebrados al martirio de mi sexo.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

AMAR LA VIDA SINTIENDO.


Regresa el viejo fantasma,
del recuerdo enamorado,
sombra que a veces reflota,
en el lago del pasado.
Una voz la mente alerta,
que en un destello ilumina.
Un pensamiento que brilla
otro que nubla y altera,
la cotidiana existencia.

No ennoblece la conciencia,
el desprecio al diferente,
ni ensancha la inteligencia,
camuflarse entre la gente.
No vive mejor quien medra,
a hombros del indigente
no se adquiere la nobleza,
con gestos grandilocuentes.

Se desprenden las caretas,
que encubren siniestros rostros
y surgen las transparencias,
que desvelan los despojos,
mientras la gente sincera,
queda atrapada en el lodo.
La venda cubre los ojos,
de quien ni duda ni piensa.

Ni miente la mar, ni se arredra,
que con sus carnes abiertas,
demuestra todo su enojo.
Fuego vomita la Tierra,
mostrando su airado rostro
y sus entrañas se agrietan,
ante el humano destrozo.
El cielo abre las compuertas,
de sus torrenciales ojos.

Ama la vida el viajero,
cada brizna del sendero,
que su mirada acaricia
y pisando con esmero,
deja una huella precisa,
en cada sincero gesto.
Ama la vida quien ama,
aunque difiera el acento
y no impone sus premisas,
para ayudar a un tercero.

Amar, amando sin prisa,
como acariciante viento,
que a los corazones mima.
Amar la vida sintiendo,
para que el amor perviva.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

DESNÚDAME.


Ven, tocarme, acariciarme lentamente, suavemente desliza tus manos por mi espalda, ve mi mirada la cual solo te llama, ves esa llama encendida, bésame como si no hubiera un mañana, el fuego se siente en mi piel, tus besos provocan esa sensación de ardiente pasión, déjame quitarte la ropa, sé que quieres que lo haga, déjame deslizar me con mi lengua hasta llegar a tu miembro, quiero sentir tus respiración y corazón acelerado, desnúdame completamente, solo soy de ti, cada vez tu nombre se graba en mi piel, mientras juego con mi lengua, sigue tocándome, ¡no pares de hacerlo!, pasa tus manos por cada rincón, llévame al cielo y no me dejes caer, termina en mi boca eso deseo, probarte a ti, siente que estoy temblando, cambias de posición bésame, tócame, enciéndeme, muérdeme, solo hazme tuya, escuchas mis gemidos, mientras juegas con tus dedos dentro de mí, me tienes solo para ti, porque así lo a dicho el destino, mírame las ganas no se hacen esperar, quiero tenerte dentro, quiero sentirte, nuestros líquidos se unan, se siente tan húmedo, pero tan rico y tan vibrante, no quieres parar, trata de controlarte que ¡me encantas!, bésame una y otra vez, no pares que estaba deseosa de ti, nuestros cuerpos Sudán, estamos al borde de la pasión, quiero m-as estamos insaciables, siento que voy a explotar, quiero que te vengas dentro porque no puedo más, es un deleite tenerte y hacerte mío, como tú me haces tuya, mi amor no puedo con estas ganas pero me estremezco porque no quiero que pares, no te detengas aunque nuestros cuerpos cansados están me encanta hacer el amor contigo, desnúdame no solo con tus manos, si no con la mirada, envuélveme en tu ser y sedúceme para hacerme gritar de placer.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

AMOR HUMILDE.


No suelo deslumbrar, solo soy lo que soy,
hago lo que puedo, tu sabes que ha sido así,
mis besos más sentidos, todos te los doy,
porque eres lo más importante para mí.

No tengo carro, muchas veces solo camino,
no tengo moto, pero si un caballito de acero,
no todo es dinero, lo dicta mi destino,
te ofrezco mi vida, yo sin ti me muero.

No poseo propiedades, ni cuenta en Suiza,
solo tengo un sentimiento real y sincero,
no miro lo material, solo tu rostro me hechiza,
millonario de amor, y mis bolsillos en cero.

No soy fino, pero me visto bien para ti,
no soy altruista, solo contigo me siento bien,
no demuestro ego, soy alguien mejor por ti,
el querer no se compra, te lo digo también.

Acéptame como soy, humilde y sencillo,
la riqueza la tengo aquí en mi corazón,
si te gusta el oro, las joyas y el brillo,
debo irme, estar aquí no tiene razón,

En cambio, si deseas un hombre amoroso,
"aquí estoy, y prometo todo será hermoso".





Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

PARAÍSO DE AMOR.


Desperté en el paraíso
de tu cuerpo deseable para mí.
Éramos fruto prohibido
Y envuelta en la piel
De tus caricias comimos
el fruto prohibido.
Tú con sutileza me mecías
en cóncavo y convexo
en el árbol de la vida,
del bien y del mal nos debatía.

Fruta madura del manjar
Comíamos, saciando el hambre
de amor entre sus ramas,
seguía mecida de pasión
y de deseo entre tus piernas
que fuerte me apretaban
y me retenías entre tus brazos,
ahogando con pasión desmedida
desobedecer para comer del árbol.

Abrazamos la grandeza
y la fuerza del amor
con el calor del cuerpo
sabiendo que lo prohibido
nos lleva a los infiernos
y sin remordimiento alguno
prometimos vivir amándonos
y como buen vino tinto
bebimos la piel en cada beso
sin culpa y sin castigo.

Y abrazados nos tuvimos  
en un paraíso desconocido
que nos hizo despertar
pasiones llevándonos a tener
fuego en la sangre y luz en los ojos,
para sabernos salvos de vivir
este amor sin penitencia,
sólo por pecado venial
para darnos en cuerpo y alma
en vino de amores terrenal.

Soltamos el desnudo
para amarnos
sin pudor y sin recato:

En el paraíso terrenal
de los deseos:
Despertamos mañanas
 envueltos de amor
y nos comimos
el fruto prohibido,
éramos fruta codiciable
en un paraíso de amor.






Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

A TUS PECHOS.


Tus pechos son dos gráciles palomas
de pico estimulante y encarnado
que dejan en mi boca el delicado
regusto de las más selectas pomas. 

Los pruebo cada día en varias tomas
y el gusto de manjar tan refinado
me quita los disgustos y el enfado
al tiempo que consumo muchas gomas. 

Chupándolos los dos me regodeo
con tal delectación que se me pasan
las horas sin notarlo si los cato. 

Por ellos yo contigo me apareo
mañana, tarde y noche, pues se basan
nuestros amores en tu busto grato. 




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

MITOS Y ALABANZAS.


A Pan por modelar tu cuerpo hermoso
le canto enardecidas alabanzas,
traviesa ninfa que conmigo alcanzas
el éxtasis más húmedo y fogoso. 

También al numen ciego y veleidoso
alabo por sus gratas enseñanzas
que te hicieron doctora y que con lanzas
y no con flechas nos hirió alevoso. 

A ti por tus mil gracias más te alabo,
más bello que las Gracias monumento,
insólito y magnífico guayabo,

y alábome a mí mismo -y así acabo-
pues sólo yo he triunfado en el intento
de que engulleras sátiro hasta el rabo.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.