viernes, 3 de julio de 2020

GOTA A GOTA, VERSO A VERSO.


Como las gotas de lluvia,
resbalan sobre el cristal,
así vive y se desliza,
la inquietante realidad.
Regueros entre la piel,
como sinuosos senderos,
cauce que deja al pasar,            
la vida que va naciendo.

Una lágrima infinita,
rodó desde el firmamento,
buscando un ojo sincero,
para verlo desde dentro.
En el líquido elemento,
un amor que no se olvida,
grabado a golpe de tiempo.

La lluvia mojó la cara,
de surcos de amor repleta,
en su devenir bañándola,
de sabiduría y talento.
La gota se posó inquieta,
en el latido del tiempo,
tan feliz sería su encuentro,
que en el fondo quedó quieta.

Como el viento que transporta,
las palabras y las notas,
así la vida transciende,
para renovar su obra.
Vientos que llevan las gotas,
que limpiarán los cerebros.
Surcando la vida el tiempo,
quedó presa en sus derrotas.

Por derroteros de sombras,
se va la luz extendiendo,
penetrando en las penumbras,
que van dejando los hechos.
La voz cascada en el pecho,
como un monte se derrumba,
sobre el inefable suelo.
Hollados al fin los pasos,
del incansable viajero.

Gota a gota, verso a verso,
van horadando las sendas,
que se quedan en recuerdos.
El amor se quedó solo,
pero henchido de argumentos.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

UN PRESENTE SIN REFUGIO.


Tal vez no hacer nada, es hacer todo
para romper este silencio
y volver a vernos y abrazarnos
como los de antes, los de siempre.
No te olvides que la angustia pasa
no es un huésped que se quede
ni un espejo donde te mires
aunque te cautive con una falsa sonrisa.
Refúgiate en la foresta de los versos
allí nadie podrá entrar con su niebla
allí hay una casa y una cerca de ligustros
hay un árbol que no recuerda su edad
y se siente feliz cuando compartes su sombra,
hay un camino que en su sinuosidad
te invita a ir más allá porque todo esta calmo
hay un atril y un boceto de la vida inconcluso
que te invita a retratarte para que cuando partas
recuerdes que una parte de ti habita en su paisaje.
No te olvides que ningún mal es para siempre.
Que solo tienes que empuñar  el hierro de la fe
para cortar el aire de hoy y abrir una picada
por donde te iras lejos y llevaras contigo
todos los rostros que amas para que cuando,
esto pase en algún día más allá de las cicatrices
digas, yo viví en el tiempo de la duda
y ahora estoy en este presente  sin refugios.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

SÓLO ELLA LO SABE.

A mi querida amiga Thania.


Siempre la busco con la mirada.
No sé si se está dando cuenta.
Ella es preciosa pero muy callada.
Ojalá no te dieras la vuelta.

Te conozco de siempre y no sé nada de ti.
Nunca estaré tan cerca de ti para decírtelo.
Te veo todos los días y me enamoro de ti.
Nunca estaré tan cerca de ti para decírtelo.

A veces te miro y cierro los ojos,
En ese preciso momento soy otro.
Me siento mejor estando los dos.
Llenos de paz, limpios de odio.

Te conozco de siempre y no sé nada de ti.
Nunca estaré tan cerca de ti para decírtelo.
Te veo todos los días y me enamoro de ti.
Nunca estaré tan cerca de ti para decírtelo.

He llorado contigo pero no por ti.
Siempre me has acompañado y me haces feliz.
Eres pura y tranquila pero intensa y nocturna.
Siempre arrancas mis problemas de raíz.

No sé como pero me entiende.
No sé dónde pero está.
No sé por qué pero le admiro.
Así es ella.
Así soy yo.
Así es una persona adorando la luna.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

jueves, 2 de julio de 2020

SU INFINITA EXISTENCIA.


En el corazón del verso,
la esencia viaja sin prisa,
hacia el exterior se eleva,
cual aromática brisa.
La voz hundida en el pecho,
para que el genio reviva
y en el centro del aliento,
sea la verdad su cautiva.

Espeso el aire se afana,
en suspirar más deprisa,
mientras el alma se agita,
presa de un temor incierto.
El valor al miedo gana
en la batalla del verso.
Así el temblor se disipa,
entre ideas y recuerdos.

Lentamente se acercaba,
silencioso, de puntillas
y al calor del pensamiento,
buscó el verso que deseaba.
En el fondo el sentimiento,
recluido se agitaba,
con cada sutil concepto,
al socaire de su trama.

Lecciones te da la vida,
con machacona insistencia,
no vale solo la ciencia,
para ganar la partida.
El secreto se desliza,
entre arcanos recovecos,
sin pausa, pero sin prisa,
en una inquietante calma.

O a gritos, así reclama,
su inexorable presencia,
en las voces y en los ojos,
con tan feroz insistencia.
La inspiración casi asoma
o tal vez, que ya no llega.
Una luz parpadeante,
en una efímera idea.

Sabe en el amor que existes,
pues te persigue y te acecha
y en los versos te reclama,
con su infinita existencia.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

miércoles, 1 de julio de 2020

DIVINOS PLACERES.


Es bella la pasión que está prohibida
y reta al mundo, lleno de aprensiones;
llegando al corazón de amor henchida
y con delirios plenos de emociones.

Con dulce anhelo buscará la boca
que está vedada por un dogma necio;
pero que guarda la ilusión más loca
aunque le toque sufragar el precio.

Y se desliza alegre y complaciente
entre los brazos de la amante inquieta;
que espera ansiosa la caricia ardiente
que su delirio, con fervor completa.

Ir sigilosos a tocar ventanas
y convertir las noches en poemas;
mas esplendor le dan a las mañanas
que siempre brillan con fulgor de gemas.

Ver en penumbras los azules ojos
llenos de luz, que causan embeleso;
para postrarnos a sus pies de hinojos,
ante su hechizo, que nos tiene preso.

Atravesar la solitaria calle
pensando siempre en el sedoso cuello;
de aquella dama de perfecto talle
que nos seduce con su gran destello.

En los jardines del amor genuino
suena más dulce, del zorzal su canto;
y nos transporta con su don divino
a dulces lechos de vivaz encanto.

Son paraísos que no tienen normas
esas estancias de perfumes llenas;
acariciando las sensuales formas,
que hacen oír los cantos de sirenas.

Nunca evitemos un amor prohibido
y disfrutemos su candor glorioso;
que ofrece un cuerpo de ansiedad tejido,
con esa llama de volcán fogoso.

Esa es la gloria que buscar debemos
sin someternos a promesas vanas,
de lindos cielos, que ganar podemos
si abandonamos del placer sus dianas.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

EL AMOR CORRESPONDIDO.

Es tan improbable..tan difícil el amor correspondido,
no solo querer, sobre todo amar y ser amado,
es tan.. único, tan extraño, tan anómalo,
es cuando nace una bella flor, que cuando lo tengas..por favor..valóralo.

Muchas veces tu sientes algo,
pero por desgracia no es ni remotamente correspondido,
luego ya la otra persona si te trata con cariño lograra un amigo,
o por su demérito, un admirador perdido defenestrado.

Otras veces, menos.., tú has sido el admirado,
el cortejado, con esa fuerza femenina,
tan clara, tan brillante, y a veces tan..reacia,
a entender el rechazo que se ve como fracaso.

No se cuantas serán las probabilidades,
matemáticas, estadísticas, cuantitativas,
de que ocurra el chispazo, el milagro de que dos seres,
se ilusionen, crezcan y muy importante tengan sus corazones libres.

El amor correspondido es un avión,
que vuela muy veloz y raudo por la vida,
cuando lo sientas..., Ya no hay razón,
hay que..arriesgar, no busques excusas, y ver lo que pasa.

Si te puedes, enamorar de dos personas,
o más en tu vida, hay..muchas teorías,
hay personas, hay quizás..rítmicas melodías,
yo creo que también depende ..de las circunstancias

Pero, aunque tú no seas uno de ellos,
es bello ver un amor correspondido,
dos seres que olvidan al individuo por momentos,
dos seres que se convierten en uno, en un equipo compacto.

NO SE DESNUDA LA LUNA.


Ya no se desnudan los árboles
van vestidos de arrogancia exuberante,
de verdor implacable.

El alma ante un mundo errante, desconocido
se desnuda, porque lo ve vacío de comprensión,
de ternura, y lleno de orgullo indecente,
y exentos de sentido común, la espada de Dámocles
cincela el horizonte.

No se desnuda el alma la luna, ya lo hizo en su día,
pero esa mujer si la desnuda, y ante el universo se arrodilla,
la ciudad se hace la dormida, titilan las luces de neón encendidas.

La niebla matutina va ocupando su trono gris espeso,
desfigurando el árbol pomposo que luce su verdor excesivo
que de día hiere la retina con su brillo.

El aire va sumergido entre zozobras, y como una ola enorme,
rompe y se estrella contra el malecón del pecho,
no se desnuda la luna, ya lo hizo aquella noche de oscuridad absoluta.

Pero ahora esa mujer es la que va desnudando una a una
sus fibras sensibles, la noche es propicia a eso, y ella lo aprovecha,
la calle es estrecha, la noche quieta, las luces parpadean,
los árboles van vestidos y están en línea, como soldados rígidos,
pero una suave brisa los agita débilmente, y parece se quejan,
parece que tiemblan, quizás se arrepienten de su rigidez,
tienen más alma los árboles que los humanos.

La noche se va desnudando de la neblina, se vestirá de alborada,
ella con el alma desnuda, pacientemente vestirá el cuerpo
para enfrentarse a un nuevo día ... esperando la noche para
postrarse delante del inmenso universo de la luna,
que ya desnudó su alma aquél día, y esa mujer solitaria,
le mostrará la suya completamente desnuda.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

ENTRE FOSAS Y GRIETAS.


Una grieta en el tiempo,
deshojada la nota,
febril la sinfonía,
como una gota fría,
ardiente entre los labios,
querida sombra mía.

Se revelan los sueños,
en el ocaso exhaustos,
hambrientos de reencuentros,
sin tiempo y sin consuelo.
Perdida la razón,
se van quedando hueros,
hacinados por dentro.
                                       
Un suspiro de tiempo,
grabado en la memoria,
de la noche sin nombre,
que derrotó la sombra.
Un arañazo helado,
en el rostro sin ojos,
dos negros agujeros,
donde se pierde todo.

Sintonía de alegrías,
entre sudores fría,
soportando la losa,
que conmueve la vida.
Una fisura mira,
desde la luz la aurora,
del amor escondido,
entre radiantes bocas.

Amanecer sin Luna,
aferrado a la ausencia,
de la pasión dormida.
Amor sin condiciones,
sueño que cura,
sin dobleces la luz,
sin voz las emociones,
ahítas de hermosura.

Una fosa en el tiempo,
donde el odio se acuna,
inmerso el corazón,
en la aventura,
de perder la razón.
Valiente lucha,
que acude a la pasión,
amor que cura.

Una tímida voz,
entre penumbras,
susurra una canción,
que solo el tiempo olvida.
Un remanso de amor,
que vive en la locura.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

TE AGRADEZCO.


Mis letras se inspiran,
Bajo la tenue luz del pasillo,
Donde un caminante solitario,
Se atravesó y busco tu camino,
Pareciese cruzar el mar entero,
Con espumas o con ramas de encino,
Más bien mis letras viven para ti,
Y quieren agradecer su destino ...

Doy cuenta de ello mirando a la luna,
Siento que me entregaste un regalo divino,
Por lograr apreciar el fondo de tu mirada,
Por hacer brotar mi atrapado suspiro,
Aprendí a inspirar el deseo,
A describir el más dulce abrazo,
A dulcemente abrigarme contigo,
A saber lo importante en mi vida,
A ser lo que más he querido,
Sabes, siempre siento ese abrazo,
Que me unió en trazos finos ...

Por eso entiendo,
Que brotó del alma,
De ningún lado más,
Cada paso que dimos,
Fue verdad,
Y fue hermosamente vivido,
Con una rosa viajera,
Con un poema impreso,
Con una simple vela,
O con un beso dulce y divino ...

Aunque aquí estoy,
Y la verdad,
No conozco el siguiente paso,
No sé cómo se hace,
Volver a detener la luz de esta vela,
Porque en cada uno de los segundos,
Escucho al unísono los mismos latidos,
Como un sincronismo,
Sólo me hace sentir,

Y querer abrazarte
Besando tus labios,
Como cuando estamos juntos,
Todavía siento que estamos unidos.

Agradezco cada segundo contigo...




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

SI TÚ NO ESTÁS AQUÍ.


Si tú no estás aquí,
yo moriré lentamente,
caminaré por las calles,
recordando el momento,
en que contigo fui feliz,
en que un beso te di,
en que bailamos abrazados,
sin calor e impaciencia,
con amor e inocencia,
el momento preciso,
en algo florece en el corazón.

Si tú no estás aquí,
ya no podré culminar,
aquella historia de amor,
que como juego de niños,
todo comenzó,
especial para mí,
lo será para ti.

Si tú te vas,
nadie sabrá lo especial que fue,
lo que existió entre nosotros,
lo bonito y lo triste,
del amor de mi vida
que solo se marchó.

Y cantaré.
canciones muy tristes.
que oiré en la radio,
o que te dedique,
no podrás escucharme,
pero en tus sueños,
me recordarás.

Me imaginaré,
donde vives
y  que ha sido de ti,
si aún vives y la suerte,
que el destino te dio.

Yo te veré,
en mis sueños profundos,
que procurare no terminen,
ahí te diré que te extraño.
y todo lo que llevo, en mi corazón,
y el amor tan profundo,
que dejaste un día,
y que se marchito

Yo lloraré,
implorando la muerte,
que las lágrimas limpien,
el dolor que dejaste dentro de mi corazón,
la ponzoña  y el veneno,
que atormentan mi vida,
procurare olvidarte,
pero sé que aunque llore mil veces,
no lo conseguiré.

Te marcharás,
llevándote todo,
los momentos que otra,
en mi alma calaron
y parte se llevaron, de mi corazón

Solo caminaré,
y no me arrepentiré,
de haberte conocido,
de que aquel beso de niños,
un día dichoso,
de tus labios robe,

Ahora solo me queda,
rearmar la historia,
recrearme en la gloria,
de aquel tiempo de ayer.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

CANSANCIO.


Mis pasos se cansaron
de seguir los pasos tuyos,
mis ojos se cansaron
de esperar una sola mirada tuya,
mi corazón se cansó
al saber que no me amabas,
¿qué puedo esperar amor,
si nunca por mí suspirabas?

Mi cuerpo se cansó
de necesitarte en las madrugadas,
eran sólo ilusiones,
se fue muriendo la esperanza,
bastaba tan solo una sonrisa
que acariciara a mi alma,
te pedí tan pocas cosas,
que sólo quería dormir en tu almohada.

Mis versos volaban
hasta llegar a tu ventana,
pobrecitos de ellos ...
se los llevaba la nada.

Nada aligera esta pena
que siente ahora mi morada,
vivir en silencio,
ser sólo yo el enamorado.

Me cansé de estar sentado
viendo las parejas pasar,
en esta fría banca
siempre me ponía a llorar.

Eran tan pocos los instantes
que tenías para mÍ,
parecía no importarte
lo que me hacías sufrir.

Tu indiferencia
laceraba mis entrañas ...
¿qué hice mal amor,
solo quería ser tu amado?

Tú sabías cuánto me dolía
verte pasar frente a mi ventana
y que nunca de ti nacía,
acercarte a calmar
esta soledad que en mí había.

¿Qué daño hice amor
con amarte tanto?
se cansó mi corazón,
no controla su llanto.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

SIN VETOS NI CENSURAS.


La nobleza,
que el rostro refleja,
respeto puro,
en su mirada intensa.
De terciopelo,
la suavidad desnuda,
de su agradar sin dudas.

Ausencia de rencor,
sincera ofrenda,
sin tabúes ni mitos,
a su auténtica entrega,
sin reservas.
Amor sin fin,
solo juegos y mimos.

En una piel peluda,
la vida se condensa,
fogosa cabellera,
amor de pelo puro.
Bañada de valor,
su sólida estructura,
que con cada pirueta,
su amor refleja.

Pulido el corazón,
brillante anhela,
amar sin condición,
a su manera.
Henchido de nobleza,
busca la aceptación,
con entereza.
No hay pereza,
en su grácil ternura.

Quiere el amor vivir,
sin condiciones,
sin importar,
el cuerpo en el que habita,
quiere sentir,
la noble criatura,
su razón de vivir,
sin penas ni amarguras.

Así, el amigo fiel,
mostró su desmesura,
un torrente de amor,
sin vetos ni censuras.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.