Tengo calor, ese que se atreve a sentir tu
recuerdo como una mueca de cariño,
tengo calor y me saco el atisbo de valentía
para que lo veas en mis ojos,
tengo ese calor que todos llaman ganas y yo lo
digo con tu nombre,
tengo la rabia que bendice a la lluvia y
maldice a las limitaciones y las distancias,
tengo y quiero saber de ti y no me atrevo ni a
viajar en los impulsos de mi alma.
¿Quién lo duda si me dejo llevar por la
hoguera que me quema y desiderata mi pluma?
¿Quién me saca de este infierno itinerante,
sacudido por la peste y la bruma?
¿Quién rasura los trozos de amor que se
esparcen en las dudas y las pausas?
¿Quién o acaso debo ser un acopio de esperanzas
o de hojas secas acopocadas?
¿Quién me va a reconstruir hoy o mañana con
una sorpresiva veta de ternura?
Eres mi dama de la oscuridad
que me acechas con el calor de tu cuerpo,
siempre desnuda y fragante desde tus
pensamientos.
Cuántas noches sin sentido se vuelven fuego
nuestras pieles, y el olor de tu humedad me
transporta.
Que demonio te incita con tantos deseos
que unas pequeñas indecisiones
Dudas y las pausas de buscar una explicación
nos lleve a la muerte sin saber de tu calidez.
Quiero caldero de luz te ilumine los rosados
pechos acusadores
me miren y pueda saber que sois ese ángel
sexual.
Mi bella dama que te persignas del amor,
que sucumbes en la duda de una hoguera
y en letras me ilusionas con tu amor,
mi cuerpo resiste esta hoguera de calor,
pero te quiero aquí conmigo
y te explicaré de mis sueños de pasión, ser.
Tengo un calor que el pecho me quema
será un dilema de arder en el infierno,
será tu amor el que mí vida gobierna
tengo el honor de amarte en los inviernos
que entibia la brisa del verano
cuando sueño estar tomado de tu mano
y quedarnos para siempre abrazados
en el calor de un beso enlazados
con la pasión de los enamorados
que el amor en la vida han logrado ...
De que vale tener calor ¿tú no estás?
eres dama de alma fría
Ya no quiero jardines , manchados de ginebra
pero si hojas secas
¡silenciosas!
que de nosotros hablen al caerse,
ven ya muy despacio “anochece,,
no importa el calor, mientras amanece.
Te busco entre la oscuridad
y mis recuerdos del amor.
Mi tiempo pasado me dice:
tu corazón vibraba cuando te buscaban,
recuerdas?
Hoy reconoces esos apasionados gritos,
los versos llenos de calor y dudas,
vislumbrando todas sus ganas de sentir.
Oigo el frenesí de su búsqueda,
y el gemido de su cansancio.
Hay un tiempo para las reflexiones
un aprendizaje para reconocerla y dibujarla.
Acepto tu boca ya consumida por besos
desgastados,
porque sabrán a dulzura,
acepto tu corazón roto y colmado de dudas,
tus pausas y una exógena dureza llamada, vida!
Yo?
Yo sabré tenerte entre mis brazos llenarte de
mí,
completar tu amor con amor y hacer de ti,
la gloriosa dama de tus sueños,
contemplando tu hoguera,
socavando tus partes ardientes con mis dedos
y consumiendo toda tu humedad,
hasta que tus labios memoricen mi nombre,
entre la ternura la pasión, y el dolor
de reconocerte a ti misma, como una mujer,
de sangre gitana,
y tan valiosa como tu alma misma.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.