lunes, 23 de octubre de 2017

QUIERO SER COMO TÚ.

Esbelto chopo de la rivera
tu sabes de mis soledades,
de largas horas de espera
e imperiosas necesidades.

Te contemplo al pasar cada día
admirando tu divina fortaleza,
robustez y vigorosa presencia
en armonía y natural belleza.

Cuando llego ante ti me detengo
acariciando tu tronco gris-plata,
tú, compañero y fiel amigo
que vences y aguantas.

Quiero ser, como tú,
eterno luchador constante,
subir hasta el cielo como tú
para ver a Dios un instante.

Quiero estar, como tú,
bajo el sol y las estrellas,
quiero enraizarme como tú
en las verdes praderas.

Y escuchar el viento silbar
en otoño y primavera,
la suave lluvia refrescar
la humilde enredadera.

Esbelto chopo de la rivera
bajo tu sombra hoy te escribo
unos versos que quisiera
grabar en tu limbo.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

ME DESPOJO DEL ESCUDO...

ME DESPOJO DEL ESCUDO.

Deslizando despacio la realidad impulsada por la madrugada,
retomando el noctambulo niño ilusionado,
en este momento veo mi calendario
y no creo que un mes ya ha pasado,
ese tiempo marca en el mío,
siento que en el tuyo han pasado años
y tu reloj de arena dejó
nuestro recuerdo enterrado
entre escombros en antaño.
Quisiera que me recuerdes
al menos que no me recuerdas,
es que hasta ahora persiste la sensación
de una historia inventada.
Si, ha sido así,
mi imaginación es genial
o es que estoy desquiciado,
solo usted puede confirmar
que no estoy equivocado.
Aquí me despojo de cualquier tipo de escudo,
quiero dejar de hablar con tu recuerdo en el muro,
a ella no le quiero contar
que aquí las luces brillan casi igual,
menos quizá por la desesperanza actual,
pero no digo que sea mejor éste o aquel lugar,
la diferencia es que en éste no estás 
y hago monólogos porque te imagino llegar
sabiendo que eso no llegará, no va a pasar.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

UN SIMPLE INSTANTE Y LO ES TODO.

Hay un momento inagotable en que soy yo, terrenal,
En el cual dejo de amarte y te comienzo a extrañar,
Es un instante de penumbra en el que anheló tu sonrisa,
En el que el miedo tiende trampas de las que aún no sé escapar,
Es una pausa en la que caigo de cabeza sobre el mundo.
Entonces todo no me basta porque faltas tú
Y se desata un terremoto que revuelve mis sentidos,
Pensamientos que sin rumbo sabotean mi existir,
Es una herida que mi ser aún no cicatriza.
Cobarde está escondida tras las huellas que dejaste.
Arraigándose en mi vera que en tu nombre me atormenta.
Utiliza tu recuerdo para lastimarme,
Es muy duro el instante en el que te amo desde el cuerpo,
Pierde el sentido todo por desearte y no tenerte.
Vencido por el miedo voy cayendo en tentaciones,
En acciones que distraen y deterioran mi mente.
Una cárcel circular, misma escena repetida.
Te hago excusa de mis penas en una vida más.
Yo que he sanado tanto aún me suelo lastimar.
En tu nombre soy verdugo y me vuelvo a encadenar.
Infinito es mi universo cuando te amo desde el alma,
Mas bendigo al sufrimiento que te toma como excusa.
Voluntaria siempre sigo el rumbo hasta encontrarte
Con mi imagen en tus ojos dar sentido a mi vivir,
Y si esta vez tampoco logró superar la prueba,
Te busco en otra vida hasta por fin verme en ti.
Continúo mientras tanto en este cuerpo que te anhela
Entre lágrimas y letras celebrando tú existir.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri.  

domingo, 15 de octubre de 2017

UNA PROSA PARA ELLA.

Su sonrisa es una ruta,
no sé hasta dónde llegará,
solo quiero besarla y transportarme más allá.
Ella es un huracán, un terremoto, una tragedia…
pero después de todo la paz viene con ella.
hay tantas palabras que se quedan en mí boca,
se atascan en la punta de la lengua,
se vuelven un ovillo,
pero cuando su cuerpo esta sobre el mío
y el éxtasis en sus ojos me presiona,
mí alma canta todo lo atrapado,
ella me besa, me exalta,
baila, me abraza
y nuestros cuerpos se fusionan.
su cuerpo es playa en verano,
un sol que desaparece en el mar,
un bosque con fondo claro,
lluvia que se desploma entre el pasto,
desierto y un alto nevado.
ella no solo es esta tierra,
además es un universo entero,
un agujero negro que absorbe la luz,
el polvo, y guarda cientos de misterios,
es estrella en el vacío
curvando el espacio infinito,
a veces es nada, solo materia que se desplaza.
ella es cándida, taciturna, magnánima,
principio, fin, cuento, leyenda, fábula.
ella me tiene por siempre,
y quizá yo tan limitado,
marque una huella en su corazón

y me recuerde.





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

MUJER... TE HONRO.

Mi humilde homenaje a todas las mujeres y en especial a todas las madres en su día.

“LA MUJER”


No tengo palabras
cuando me dirijo,
hacia lo más grande
de la humanidad,
la que con dulzura
es bálsamo divino,
y a su vez conmueve
con su lealtad.

Es el fiel soldado
que antepone todo,
en bien de sus hijos,
marido y hogar,
siempre en movimiento
en pos de la causa,
es como una playa
en un manso mar.

Quién puede hacer esto
y a su vez ser diosa,
solo la sublime
y preclara mujer,
que nunca nos falte
su acertado criterio,
por eso y mil cosas
las he de querer.

Santa, más que santa
por hacer que todo,
sea como un cuento
de magia y placer,
yo andaba a los tumbos
y perdido el rumbo,
ella entró en mi historia
y me vi...renacer.

Me cuesta creerlo
que andando muy solo,
creí en un momento
en esa realidad,
me causa hasta miedo
cuando pienso en eso,
ella me ha enseñado
que hay otra... verdad.

No interesa como
ni donde ni cuando,
un altar merece
ese amado ser,
en ellas hay pedazos
de Dios y de cielo,
mil veces benditas

te honro… ¡MUJER!...





Autor 
Sntonio Carlos Izaguerri.  

LA PEQUEÑA RANITA.

Cantaba la pequeña ranita
cantaba versos que llevaba en la piel
cantaba versos de amores
porque la pequeña ranita soñaba con él.

Reía la hermosa ranita
reía pensando en él
pensaba la linda ranita
que solo pensándolo
lo tendría a sus pies.

Salía la pequeña ranita
salía del agua
queriendo encontrar
encontrar el amor de sus sueños
pensando:
Fuera del agua él estará.

Esperaba la linda ranita
esperaba un encuentro con él
creía la hermosa ranita
que el amor pensaba en ella también.

Soñó la pequeña ranita
imaginó una vida junto a su príncipe azul
soñó la linda ranita
la llegada de su amor en un corcel.

Pasaron los días, los años
la hermosa ranita esperaba por él
el príncipe de sus sueños
que a la laguna nunca fue.

Entristeció la pequeña ranita
muriendo de amor
él nunca la vio
llego a una hermosa estrella
donde sigue soñando con su príncipe azul

Pasarán los años, los siglos
la linda ranita esperará
sentada en esa hermosa estrella
pero el príncipe...

¡No morirá, solo en su corazón existió! 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

A UN ÁLAMO BLANCO.

La luz brilla más clara en ti,
en cada una de tus ramas,
en ese titilar sin fin
de tus hojas plateadas;
hojas de plata en la mañana,
oro brillante al caer el día,
la madera blanca como lana,
su voz de viva melancolía.
El viento es en ti un río
entre tus hojas va su caudal,
que cantando aleja el frío
en una mañana primaveral.
No deje de oír ese tu canto,
en ti no deje la luz de brillar,
no pierdas nunca ese encanto

que tanto voy siempre a amar.


Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

LABIOS ABIERTOS.

Amores que en la distancia viven de las palabras,
en los desiertos del alma claman en silencio
lo que la voz oculta no les alcanza.

Se va yendo la tarde entre fragancias nuevas,
el arrullo de una paloma le trae sones desconocidos
alegrando cada rincón de su alma.

No amenaza la noche con sus sombras y penumbras,
no, los ecos que han vuelto con la fuerza de nuevos
tiempos, han abierto las alforjas cerradas.

El día esperado, tan ansiado, al fin le llegó con sonidos
del agua transparente, que, al bañar la ribera, se libera
y le canta canciones con dulces caricias.

Sale la rosa como por ensalmo de las alforjas
buscando las olas que la sueñan, estamos aquí, les dicen
y ella las acaricia, a cambio, las bañan de espuma.

Estaremos siempre para ti, le vuelven a decir las olas,
somos de tu piel, lo que la sal es de nuestra esencia,
por ti soñamos y nos convertimos en cantos de caracolas.

En cada una que bañe sus aterciopelados pétalos,
Serán cada uno de los besos que se acumulan en las ausencias,
cada ola de pasión es una entrega de su mar, de su alma.

Alegre levanta el vuelo la paloma blanca,
llevando entre sus alas una rosa prendida,
apareciendo en el sueño de su enamorado
que se despierta y mirando a las estrellas,
da gracias al cielo por escuchar sus plegarias.
En ese instante se levanta, abre las ventanas
y ve como una estrella fugaz surca los cielos,
-es mi amada que, en su estela dorada,
me deja un suspiro, un apasionado te amo.

Labios abiertos, húmeda fragancia, que en la distancia
suspiran por los de su amor que la está oyendo:
convirtiese en corcel
y galopando rompiendo el viento, va a su encuentro.
Dos labios abiertos que esperan, dos que llegan,
pasión entre dos cuerpos que tiemblan,
como tiemblan los trigales mecidos por la brisa.

Por primera vez supo quién era y a quien pertenecía,
por primera vez dejó de tener miedo a los silencios,
los caminos estaban alumbrados
y se oía el canto de los pájaros;
con la mirada fija en una luz que le llegaba, se dijo:
sí de lágrimas y suspiros están hechos los cimientos
de todo lo que se hizo, de la distancia el futuro
y de su aterciopelada piel se desprende la fragancia
que salva las penumbras,
¿qué más falta que sentir el gozo en el calor de su cuerpo
para que continúe la música que envuelven mis sueños?

Con ese pensamiento se echó a las arenas del desierto,
unos ojos le llamaban, un suspiro le guiaba,
por equipaje, la mochila cargada de versos
por alimento, racimos de perlas doradas.
Por las noches, cuando de madrugada miraba
las estrellas, se decía… 
amada mía, inventaremos un lenguaje nuevo,
en un mundo nuevo, donde solo seremos tu y yo.

Dos vasos descansaban en su pecho colgando de su cuello,
uno para él, y el otro…
para la que vivía en su corazón, para su amada.

Cuentan los que le vieron vagar por las arenas
que siempre lo llevaba puesto.
Cuentan también, que se le oía decir en sueño:
Quiero adentrarme en el laberinto de tu corazón
y agarrado de tu mano, encontrar la salida.


En el fondo, lo que buscaba, era ver en su cara una sonrisa.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri 

¿Y TÚ... CON QUÉ TE QUEDASTE?

Con todas las sonrisas y las risas que me alimentaron en algún momento
con las palabras y los alientos que alguna vez fueron sueños
con las miradas y las comidas que como en casa se sentían
con los recuerdos y las memorias de todas las historias
con los secretos y los tragos gruesos 
Me quede con todo lo que me hizo feliz con todo lo bonito y divertido de vivir
Me quede con todo eso que nadie siente
lo guardare donde nadie lo ve donde ni yo misma lo recuerde
y seguramente al final de una noche en medio cualquier preocupación

encontrare un recorte en mi mente que me haga sonreír sin razón.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

EL AMOR QUE LLEGA.

En el horizonte yo veo el ocaso
En mi corazón, se clava un flechazo
Miedo, esperanza y total entrega
¿Qué me pasa?... Es el amor que llega.

De mañana, oigo los pájaros cantar
Por la tarde, veo los jazmines brotar
Y de noche… aquella luna solariega
¿Qué me pasa?... Es el amor que llega.

En mi pecho, mi corazón palpitar
En mi estómago, mariposas volar
Y mi mente, a un recuerdo se apega
¿Qué me pasa?... Es el amor que llega.

Mis ojos, sólo ven en ojos de ella
Belleza, placer y luz de una estrella
¿Por qué su mirada, mi alma sosiega?
¿Qué me pasa?... Es el amor que llega.

Los colores, de repente hoy relucen más
Sentimientos, que hicieron mis ojos brillar
Besos, caricias, miradas y sonrisas

Es amor, y hace al corazón, latir deprisa. 



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

DIABLO ARREPENTIDO.

Entre lo que trato e intento...
Entre lo que me convence y lo que me miento
Esta tu recuerdo más que nunca presente
Tan vivo como antes, entre todo tan imponente...
Y aquí está el diablo arrepentido extrañando a su infierno...
Extrañando tus manos, tu mirada, tu amor tan caliente y tierno.
Extrañando a la única persona que pudo junto a él entre llamas arder,
No necesariamente la belleza está en el paraíso, más allá de lo que puedes ver...
La belleza esta donde la completa plenitud logras tener !
Entre lo que me imagino y la verdad
Me golpeo fuerte al caer en la realidad...
En la realidad de que ya no estás, en la que te extraño, en la que te necesito...
Nunca antes alguien se enamoró del diablo en su infierno perdido,
Nunca antes alguien le dio la mano cuando estaba hundido,
Nunca antes alguien le dio más calor que sus propias brasas ardientes...
Por eso el diablo extraña a su diabla...
Porque el paraíso no tiene la belleza que ella le acostumbró a ver...
Porque aunque no parezca...

Le quiere, le extraña y le piensa más de lo que ella algún día podrá creer... 



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

viernes, 13 de octubre de 2017

INVITACIÓN DE LA NOCHE.

Este el consabido paisaje: profundas flechas de miedo,
peces como cadáveres alineados, de pie,
en el crepúsculo denso de la ciénaga,
rabioso acero de ojos en la nocturna pudrición de la piel.

Si amoldaras tu cuerpo a los pliegues que arrugan
la superficie de la noche;
si insinuaras tus dedos en las minuciosas fracturas
en las que muerde el hedor fetal de las raíces,
entonces te quedarías recogido en ti mismo
en la espera dilatada entre vigilia y vigilia;

entonces te quedarías sin carne y sin venas,
la calavera amagando una risa sin dientes
y los hundidos cráteres de los ojos sin luz.

Un hosco silencio te estremece
y el recuerdo de las lluvias retumba en los cauces
y se vuelve tiempo el sigiloso latir de los presagios

y la fabulosa arquitectura de la mano está en el tiempo.



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

AMOR AL AMANECER.

Aparece una luz en el ocaso,
brilla, como diamante con pureza,
con color opalino, una belleza,
fulgurante, extasía con su paso.

Es estrella que viene del parnaso,
trae versos escritos con certeza,
que engalanan cantando con presteza,
a tus ojos, tesoro muy escaso.

Pronto viene la noche silenciosa,
tu mirada, se funde acompasada
con los astros. ¡Postal esplendorosa!

Abrazados miramos la alborada,
la que llega, sutilmente fogosa,

plateando con morbo, la almohada.



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

SUEÑO DE REALIDADES.

Algunos viven atados al cielo
Y otros al suelo
Por razones como esa
El soñador empedernido
Ha perdido lo que entrego
Sin más que un recuerdo
En sus bolsillos
Y una mirada color otoño
Entre calles sin farol
Una sombra y un cigarrillo
No hay destino, ni abrigo,
Ni brisa, ni sol
Abatido va el sujeto
Sumergido en lo correcto
No hay momento en el tiempo
Ni pensamiento eterno
Sueña, vive y ríe
Que la tristeza es pasajera
La realidad es subjetiva
Y tu un creador de ella
Viaja a planetas inexplorados
Degusta de lo que no has probado
Siente lo que no has sentido,
Un universo a ojos cerrados
Bienvenido a donde todo sucumbe
Donde vives de alegorías
Donde la realidad no existe
Por el solo hecho
De que nunca fue pensada. 



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

EL POETA.

Pienso en que todo aquello dado por Dios
tiene consuelo y necesaria usanza
como lo tiene la sólida y firme esperanza
como las flores, los cielos y los ríos…

Son para el hombre sensible y abatido
el cardumen de sus propias albricias,
numen incontenible de tiernas caricias
que al espíritu mantiene sometido.

Castigo, en cambio, encuentra el poeta
en la desdicha de ser su propia saeta.
Brújula que apunta donde mismo:

El estrellado cielo nocturno.
Dolido, angustiado, triste y taciturno

se perfila como quien habita el abismo.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

TE NECESITABA.

Soñaba contigo en las noches,
con tus ojos de esmeraldas.
Y era triste el despertar,
porque no estabas.
Soñaba con tu mirada,
de dos mares esteladas,
y era triste el despertar,
porque no estabas.
Soñaba contigo, lo ansiaba:
oír tu voz,  tus palabras,
y era triste el despertar,
porque no estabas.
Y ya no te necesito,
no te necesito para nada,
pero quería decirte esto
porque te necesitaba.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

TODO ES POSIBLE.

¿Qué dicen los labios a las olas en la orilla?
-dicen que no hay otro amor como el suyo,
y tal vez no…
pero las incesantes saladas,
en su inercia, no dejaran de hacer rodar
los granos dorados, porque pudiera ser
que descubrieran, que debajo, en el suelo
profundo, no haya más que agua, solo agua,
y si eso es así -que será- también es vida.
No se acaba el mar bajo las rocas, no acaba
la vida en la solitaria isla, es un renovar
constante cuando fluye a la superficie
en los surcos que deja la sequía.

¿Que buscan las olas en los secretos de una mirada?
-quizás que otro amor entrecruzado se la impida,
tal vez que si…
pero la constante espuma blanca,
es la cresta de las olas, y nunca dejará de ser
cómo esas palabras que salen a la búsqueda,
cuando se encuentran aisladas en las arenas
polvorientas de los caminos inciertos.
Y cierto es que no se acaban los pasos,
van abriendo siempre nuevas sendas,
iniciando de nuevo el caminar,
cuando están despejados los surcos que dejan la sequía.

¿Qué camino andarán los pasos, que será?
-quizás, cuando al final de la senda no haya más
que horizontes lejanos faltos de vida, seguirán
tras ellos, pues no ha de haber mejor andar
que ir a la búsqueda, tras el sueño de amar.
Las olas vienen y van; de las que vienen, te buscan;
deja marchar las que se van, no las podrá sujetar,
pero a las que vienen, a esas, ábrele tus manos,
no las dejes escapar, que, aunque solo retengas
parte de su sabor, no dudes, tendrás la esencia:
el alma de la caleta, los rumores de la viña
y de aquel loco, que sueña y con locura lo que ama,
tendrás sus palabras siempre de ti atentas.

No sabría decir cuál fue el momento más feliz
de mi vida, ni se si fueron tantos,
pero ahora, cuando me veo sentado allí pensando,
es como descubrir lo que no sabía.
Son muchas cosas las que en mi se han despertado.

-Todo es posible cuando el amor llega,
hasta la imaginación más dormida vuelve a la vida.
Ahora, imagina:
Siente como un beso llega a la palma de tu mano

será la señal de un amor que sueña con tus ojos.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

AMANTE, sIRENA,LA MAR.

A las orillas de puerto,
bajo la luna y sobre el camino de estrellas va,
remembranza y lamento del pobre amante
que por la vida arrastra su humanidad maltrecha
al recordar su felicidad pretenciosa e inocente
y creerte suya para siempre,
dueño de su cabello largo y negro de sus ojos,
de su sexo, tomando sus pechos de seda
y el tiempo pasar despojándola de todo,
cada prenda cae sobre sus pies descalzos,
un abrazo y rodear aquellas nalgas blancas bellas, grandes,
únicas de gozo divino,
llama que crece sin límite,
suspiro inmenso de lo que se tuvo y ya no se tiene,
Se escucha el silencio y su andar pausado
buscando  un motivo para sonreír,
sonrisa apagada con besos tiernos,
con sabor a olvido,
con aromas confundido,
cierra los ojos
y el calor que envuelve al sentimiento se apodera de su cuerpo,
lo atrapa el mar.
pasión arrogante, al verse al espejo eterno,
grandeza y gloria,
éxtasis y lujuria, amor temeroso,
anhelante, soñador.
juventud que se bebe,
belleza que se sirve desnuda
ante las miradas presas del deseo,
momento sublime e inolvidable
cuando sus manos recorren las formas del pecado
para después  entre las piernas olvidarse entero,
volviéndose esclavo de las caricias de esa coreografía
ensayada, caliente y colmada de placer,
Cada punto en que se toca el cielo,
cada gesto, piel ardiente,
dulce savia, nada importa, nada pasa,
vaivén carnal, paraíso de cuatro paredes,
mil noches de gozar mil estrellas sobre el agua,
notas de la música del mundo,
tormentosa perdida que ha de extrañar,
cuando cansado reposaba sus fuerzas contemplando sus caderas,
sintiéndose pleno, grande.
Aliviado de pensar.
Las redes del amor te han alcanzado
y has muerto en brevedad,
al jugar un juego frágil y con final,
ya despeja esa imagen cuando te entregaba, sus secretos,
cuando en segundos llegabas a puerto,
pobre, amante olvidado
y pensar que te creyeron fuerte y malvado,
resultaste víctima,
infame traidor de ti mismo.
hoy pagas con llanto la suma de tus noches
vagando en  soledad,
rumiando su aroma repitiendo su nombre sabor a sal,
mientras ella quizá,
repita el cuento, la historia
y otro amante mañana camine junto a ti,
buscándole entre sus recuerdos,
lamiendo de sus dedos,
de sus manos lo que se les ha escapado,
escurriéndose como el agua
para jamás volver,
pues de su manantial sacian su sed los hombres,
que bajo su canto atrae
encanto de sirena mortal, sabor a mar.
Patasalada,
pero un día tu mirar se opacará
y tu belleza se habrá ido con las olas,
Solo en los corazones rotos que dejaste al pasar,
de tus amantes necios que no te pudieron olvidar.
Vivirás…
y el pobre amante
seguirá recorriendo el mundo
tratando de encontrar quien ocupe ese lugar,
que quizá nunca pueda llenar preguntándose
si eso es amar, regresando una vez más
a cada instante que pasó ya,
insana manía de sufrir,
y seguir sufriendo por una mujer que se ha marchado,
buscando culpas y quizás perdonándolo todo
mientras caminando
va a las orillas juntando conchas y coral,
con la luna tras de él,
y su nombre en la boca
como queriendo gritar
vuelve caminando sobre la arena,
suave y tibia de la playa de aquel lugar,
tú sabes cuál.


Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

LA DISTANCIA.

Dedicado a Margarita Schaerer.

Busqué y busqué
Entre mis mapas,
Pero no encontré tu nombre.
No veo caminos
Ni puentes ni banderas.
Este errante amor...
que me navega.

Busqué y busqué
entre mis mapas
y allí encontré tu alma.
No es errante marinero,
es el poder del yo quiero
encontrar el nombre
en el mapa de ese amor
en la distancia.

No sólo siento
Lo que quiero,
Es, el cuanto te necesito.
Si pudiese como el aire
respirar tu alma,
Encontrarte,
Compartir el mismo cielo.

Usaré las coordenadas del cariño,
buscaré las latitudes del querer,
con el compás del amor uniré puntos
y sé que tarde o temprano, te hallaré.
Aunque tenga que leer mil mapas,
la distancia no será el obstáculo
para que mi alma, pueda volver a sentirte,
pueda volverte a ver.

Cabalgaré a ciegas
Escuchando mi corazón,
Latiendo lejos pero junto a ti.
Eres mi dicha, mi felicidad.
Eres mi cura y mi resurrección.
No quiero más días empañados,
No más noches de insomnio,
Quiero estar al lado de tu corazón.
Tú, tú eres mi única ilusión,
Soy ciego sin la luz de tu sonrisa,
Tengo frío, me falta tu mirada,
Necesito en mi pecho tu respiración.

Seré el aire que te falta,
tu estrella al anochecer,
esa manta de caricias
que tanto anhelas tener.
Ay !! Corazón si supieras
cuanto te llego a querer,
que ni brújulas, ni el tiempo
con nosotros va a poder.
No más mapas ni distancias,
fluir de sentimientos,
gozar de tu mirada,
cobijarte de noche, de día
y también de madrugada.

Aquí estoy
Atrincherado en mi corazón,
Leyendo recuerdos marchitos
Apurando a sorbos esta vida gastada.
De noche, miro las estrellas
Latiendo en cada una de ellas,
Tiembla mi alma sin tus abrazos,
Cierro los ojos, quiero verte,
Más sólo veo la distancia,
Esa… que nos une y nos separa,
La que entristece mi corazón.

Mi alma ha tomado la dulce barca
que navega por los mares del cariño.
No conoce la distancia ni el cansancio
cuando sabe que el amor es el destino.
Navegará sin cansancio por los mares,
guiada como los antiguos peregrinos,
por las estrellas de ese cielo

que es tu amistad conmigo.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri.  

COMO FLOR Y MARIPOSA EN CAPULLO.

Escribiendo en el aire sin palabras,
sin frases hechas,
sin razonar profundo…
Soñando y volando
 como gaviota sin rumbo,
sin mares, sin playas suaves
ni olas blancas para mecerse
como barca a la deriva
sin encontrar su puerto
donde vaciar su carga…

Así surgen las ideas
como brumas...
pisadas nuevas
llenas de aventuras
colmadas de audacia
en espera…

Como flor envuelta en su verde sépalo
en medio del silencio del bosque
que aprendí a recorrer, entender
y hacerlo consejo
en medio de sus sombras
húmedas y sus caídas hojas
tapizando mis senderos
y aconsejados caminos de niño... 

En espera del tiempo justo
para entender el mundo
que me esperaba lejos del bosque
y de mis sueños…
como escondido en paisajes de aventura
que debía recorrer midiendo pasos
con audacia y apuestas maduradas
en un juego de vidas con memorias
de ancestros y ofertas nuevas
que debería enfrentar
con armadura fuerte y espada propia.



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

jueves, 12 de octubre de 2017

DUALIDAD ERÓTICA,

Siento tus brazos abrazarme
y las brasas de tu vientre abrasante.
Aplastante espesor de sudor 
de tu vestido tejido de carne.
Se cultiva mi palma errante
al costado de tu seno océano.
Mareas de tu ser tocan mi costa
y se aviva la sed de entretejernos
en una suerte de cosa ósea.
El espacio entre tus costillas
son para enganchar mis dedos
y tomar una y formarme completo.
Te siento agarrarme y desgarrarme
carne a carne buscando penetrarme
y descubrir que soy tan simple como agua.
Me desnudo puro para reflejarte
pero al verme verte me descubro.
Un nudo urdo en mi cintura parda
con la línea incesante de tus piernas
y así asirnos sujetos en un sujeto,
en un híbrido de libido y cuerpos lívidos.
Hilos de luz exudas por los poros,
en las tinieblas brillas incandescente
y el fuego humedece los troncos.
Baila el aliento que se nos escapa,
es bruma de pasión que no escampa,
es mancha del instante equidistante
entre la vida y el olvido.
El sonido de un quejido me revela
que en el amor sí quiero siquiera.



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri.